viernes, 23 de noviembre de 2007

¿QUÉ ES LA PASCUA? Historia, Significado e Importancia

La Pascua Judía:

Originariamente, sin duda, fiesta semítica del retorno primaveral de la vegetación, común a todas las civilizaciones primitivas. La pascua, por la providencial coincidencia de su celebración con la liberación de Egipto, llegará a ser para Israel el memorial de su liberación.

Se supone generalmente que su nombre viene de pasah, “pasar” en el sentido de dispensar, aludiendo a que el Señor pasa sin herir con sus plagas delante de las casas marcadas con la sangre del cordero inmolado por lo hebreos.

Más tarde, a la idea de este paso del Señor para rescatar a su pueblo de la esclavitud, se unirá la idea del paso del pueblo mismo que se va llevar tras de si fuera de Egipto hacia el país de la promesa, en el que Israel estará en su casa al estar en la casa de su Dios.

Cuando reflexionamos el significado de la celebración pascual judía donde Dios salva y reconstruye a su pueblo, vemos claramente una anticipación de la figura del Salvador, del Mesías que viene a salvar a los hombres y a reconstruir el pueblo, instaurando el Pueblo de Dios.

Pascua Cristiana:

En el Nuevo Testamento, San Lucas describirá el anuncio hecho a los discípulos de la muerte de Jesús, en la transfiguración, como su éxodo que debía cumplirse en Jerusalén (9,31, Cfr. Jn 13,1 al hablar de su paso de este mundo al Padre, en el momento de la pascua).

Es probable también que la imagen del cordero inmolado, en Is 53,7, implicara desde el principio una referencia pascual. En todo caso, San Pablo describirá la pasión salvadora de Cristo diciendo: “Cristo, nuestra pascua, ha sido inmolado” (1Cor 5,7).

Así, por una parte, la celebración pascual se convertirá para los cristianos en la celebración de la muerte y de la resurrección del Salvador, y la pascua judía, con todo lo que había significado para los judíos en la primera alianza, será para ellos la fuente principal de su interpretación de la pasión.

Ya en la primera carta de San Pedro vemos superponerse a este tema el del bautismo, celebrado de antiguo con preferencia en la noche de pascua. Pasando Él mismo de este mundo a su Padre por la Cruz, Cristo nos trasporta tras Él, no ya simplemente del Egipto material a una tierra prometida que no lo era menos, aunque uno y otra estuvieran ya llenos de evocaciones espirituales, sino “del reino de las tinieblas al reino del Hijo” (Col 1,13), que es lo mismo que la entrada en participación de “la heredad de los santos en la luz” (v.12).

La Pascua en la Iglesia Católica:

La Pascua es la fiesta principal, corazón y punto álgido del calendario litúrgico, la llamada “Fiesta de Fiestas” opaca incluso a la Navidad, pues en si en la natividad nació el Salvador y nos llenó de gozo su venida, aún mayor alegría nos causa el cumplimiento de las promesa de Dios al enviarnos a un Salvador que rescatará a la humanidad entera del pecado.

Cincuenta días marcan el tiempo litúrgico en el que los cristianos celebramos la Pascua. Los 8 primeros -desde el sábado de la Vigilia de Resurrección hasta las primeras vísperas del II domingo de Pascua- (que en realidad sería el "primero de pascua" ya que litúrgicamente el acontecimiento de la Resurrección se vive como una sola y única solemnidad los primeros 8 días mencionados se les denomina: "El Día de la Resurrección") hasta la Solemnidad de Pentecostés.

Cincuenta días para interiorizar el gozo de no sólo contemplar la Resurrección del Señor y gritar con entusiasmos: "Cristo Vive", sino también para hacernos conscientes que por Él, con Él y en Él también nosotros hemos resucitado.

Yerko Reyes Benavides

Referencia: Boletín Lazos de Fe, Año 1, Nº 2, Abril 2003

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