jueves, 31 de octubre de 2019

Tu Bondad


Tu Bondad, Señor, me acompaña cada día,
me enaltece, mueve y me inspira;
en ella te manifiestas
y a ti mismo te recibo,
es por ella que persevero
en medio de ese mundo
que sin ser del todo infame,
de ti tantas veces busca alejarme.

No me excuso, ni tampoco me eximo
de la responsabilidad que tengo
de las cosas que en mi suceden
o las que por mi acción u omisión
también ocasiono;
mas si tu gracia me acompaña,
tengo la seguridad que mi quehacer
será en este día el bien que deseas
que por mi acontezca.

En mí, Señor, está el bien que de ti procede,
pues Tú me las das abundante
en el pan de la salvación que a ti te contiene
y que busco recibir constante,
el que nutre mi alma, a mi espíritu rejuvenece
y a mi corazón engrandece.

Es en tu Bondad, que puedo caminar;
avanzar sin temor y en libertad,
pues tengo la certeza que me da
saberme en ti bendecido,
amado y protegido,
y aunque mi fragilidad no desaparece
eres Tú, mi Señor amado,
quien en este día me fortalece.
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 30 de octubre de 2019

¡Alza tu Voz!

Sanaste, Señor, las heridas de mi corazón cuando acariciaste mi alma con tu Palabra.

Fue tu voz de Buen Pastor lo que escuchó mi corazón y encontré las fuerzas para volver a casa. 
Me levante y en el camino te encontré, buscándome ya estabas, llamabas y clamabas, mi nombre pronunciabas. 
¡Acá estoy! ¡Alza tu voz, Buen Pastor! ¡Ya voy! No dejes, por favor, de llamar; insiste mi Señor, es tu amor el que me guía de nuevo a tu regazo.
Me recibiste, a beber del manantial de tu gracia me llevaste, del pan de tu bondad partiste y saciaste el hambre que de tu misericordia mi espíritu agotado sentía. 
Fue tu perdón, el que llegó a mí sin condición, el que me levantó; tu compasión me reanimó, y en ti mi alma al fin descansó. 
Vuelve hoy mi Señor y Buen Pastor a pronunciar mi nombre, llámame como lo hiciste antes; dame de la ternura de corazón en bondad palpitante y tu amor en mi amor hará cosas grandes.
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 29 de octubre de 2019

No Tardes

En mis pensamientos estás, Señor; en mi corazón te llevo y, aunque no te dedique el tiempo que tu amor por mí merece, llevo el deseo de tenerte siempre presente y a ti consagrar mi vida constantemente.  
Es la caricia suave de tu amor que todo lo renueva lo que deseo, no queden ya más misterios; no más apariencias, Tú me haces ser quien soy y por ti todo cambia en mi interior.  
En mi corazón estás, en mis pensamientos presente, mi espíritu se exalta cuanto te siente.  
No dilates, Señor, tu llegada por mucho tiempo, mi alma te aguarda, mi corazón te anhela, mi ser te espera.  
Apura, Dios mío, el paso de tu venida, tu Reino quiero, el aroma de tu casa será mi deleite.  
Ven Señor, no tardes más, tu plenitud en mí apura, que en ti todo en mi espera ser transformado y con un corazón renovado, corresponder al amor que me das, y así poder en ti amar todo y a todos con el amor de tu eternidad. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 28 de octubre de 2019

Oración Fugaz

Bendito seas Señor en este día que comienza,
es tu bondad la que nos lo concede y entrega.

Danos la fortaleza que necesitamos;
la misma que viene de lo alto,
pues de tus manos procede,
para vivirlo en armonía, paz y alegría.

Que podamos realizar todo cuanto haga bien,
con ello tu Reino de Amor forjaremos con nuestras manos,
y tu misericordia traeremos al corazón de nuestros hermanos.

Bendícenos en este día, Jesús Amigo.
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 27 de octubre de 2019

Letanías

Redentor mío
En tu gracia: transfórmame.
En tu misericordia, perdóname.
En tu clemencia: corrígeme.
En tu indulgencia: recíbeme.

En tu fortaleza, sostenme.
En tu grandeza, levántame.
En tu paciencia, confórtame.
En tu entrega, redímeme.
Salvador mío: 
En tu tristeza, entiéndeme.
En tu dolor, conviérteme.
En tu determinación, impúlsame.
En tu fervor, invítame.

En tu alegría, contágiame.
En tu convicción, aliéntame.
En tu entusiasmo, cautívame.
En tu lealtad, afiánzame.
Amado mío: 
En tu ternura: abrázame.
En tu bondad: protégeme.
En tu compasión: recíbeme.
En tu perdón: renuévame.
En tu amor, Amado, ámame,
y tu amor jamás me deje.
Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 26 de octubre de 2019

Para Siempre

El cielo y su firmamento son insuficientes para contener tu gloria; la majestad de tu divinidad, no queda detenida en la infinidad de un universo que es obra de tus manos.  
Tú estás más allá de todo pensamiento, no es posible atraparte en un conocimiento, que es más pequeño que este cielo abierto, al que miro cuando quiero encontrarte, Dios todopoderoso y clemente.  
De nada sirve agachar la cabeza y doblar la rodilla ante tu majestad, si ante tu compasión y entrega no se doblega el orgullo y la vanidad, de querer dominarte por los mismos argumentos que construyo para dar razón de tu existir.  
Tú no estás ahí, lo que busco descubrir con esfuerzo y con razón, tú a los sencillos de corazón se les muestras con tesón.  
Dame el valor que necesito para dejar de buscarte en lo que hace tiempo dejó de sorprenderme por el hastío de una rutina que, acostumbró a mi mente y encerró a este espíritu rebelde, que te sigue queriendo descubrir a cada paso y en cada día.  
Dame la nobleza de la humildad y la sabiduría que se sorprende ante lo modesto y lo sencillo. Déjame descubrirte en lo pequeño de cada día, volver a admirarme en lo que mis ojos contemplan nuevamente, pues ahora no sólo ven lo hecho sino a su hacedor.  
Haz que este día, mi mente te piense como si nunca antes te hubiera pensando, que mi alma te sienta como si nunca antes te hubiera sentido, mi corazón te amé como si nunca antes te hubiera amado, y esta alegría que hoy siento de tenerte, sea para siempre. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 25 de octubre de 2019

En la Adeversidad

Comienzo el día, mi Jesús, acudo a ti en la oración, a tu protección me acojo, lejos de tu mano no me dejes, eres Tú quien me sostiene. 
Mi plegaria es sencilla, no vivo ajeno a las dificultades que trae cada día, y más en estos tiempos de contrariedad, controversia y desengaños.

Hoy no es fácil discernir el camino del bien, la virtud y la bondad; la verdad se esconde e impera la falsedad y el engaño.
Enséñame Jesús a no desesperar en los momentos de adversidad. 
Enséñame a confiar en tu bondad, que a pesar que la vida no vaya a gusto, al final de cada esfuerzo será tu amor la recompensa. 
Enséñame a no desanimarme cuando las cosas no salgan bien; cuando haya que dar el resto aunque nadie ya lo quiera hacer. 
Enséñame a ser fiel, a hacer valer el bien que hay en mi interior, que aunque muchos estén en el error, no caiga yo en la tentación de renunciar al valor de mi conciencia. 
Enséñame a no perder la esperanza cuando el tiempo no sea bueno y las circunstancias se conviertan en una cruz difícil de llevar.
Enséñame a descansar en tu misericordia y esperar en tu justicia.
Que no me faltes, Señor en el corazón, y sea tu gracia lo que me mueva; si tú vas conmigo puedo insistir y persistir, y mi alma a la tristeza resistir.

Que no caiga en la desesperanza, pues hijo en ti del Padre soy, y aunque esta vida esté llena de penas, contigo en mí, camino seguro a la gloria que me espera.
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 24 de octubre de 2019

El Aroma de tu Casa

Un Poema hecho Oración,
una oración hacha Poema.

En el aroma de tu casa,
Señor, hoy me quiero deleitar;
es el perfume de tu divinidad el que me llama,
la suave fragancia de tu delicadeza me atrapa;
permanecer cerca de ti, mi corazón ansía,
mí al alma sin tu gracia desfallece en agonía.

Es en este sacrosanto lugar donde quiero estar,
rendido delante de tu altar,
a ti te quiero encontrar;
en tu presencia sacramentada, disfrutar,
y ahí, donde la razón es vencida
y queda sola la fe y la esperanza
mi vida en ti renovar.

Alimenta mi alma, Señor,
con el hálito abundante de tu ternura;
no dejes a mi espíritu agostado,
sin el agua viva que da vida,
y brota cristalina de tu costado
el que en amor fue traspasado.

Déjame, Señor, quedarme en tu compañía,
has que el tiempo no pase y se detenga,
para en este instante, llenar mi vida,
con este aire de pureza
que aviva el deseo
de apurar mi caminar somero,
y así ya sin más velos
a ti te pueda contemplar
y por siempre respirar
el aroma de tu casa.
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 23 de octubre de 2019

Plegaria Breve

Al Sagrado Corazón de Jesús

Amado, Señor y Salvador, ven en mi auxilio
que tu mano no tarde en socórreme
y tu misericordia en mí se manifieste.

Cristo, Redentor, concédeme el favor de tu gracia
para que en todo lo que hoy realice
estés tú, Jesús presente y,
y tu Voluntad en mí, se haga siempre.

Sea, Señor, el amor de tu Sagrado Corazón,
la fuerza que me mueva en mi interior:
contigo en mi ser, sentir y existir;
podré caminar en la Verdad
y en ti alcanzar el Reino de Justicia, Paz y Libertad. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 22 de octubre de 2019

Hasta la Eternidad

Señor Jesús que estás en cielo y también en mi corazón, cumpliendo así lo que prometiste a todos los que en ti creyeran: “Estar con todos, cada día hasta el final de los tiempos”.

Gracias Señor porque de muchas formas manifiestas tu deferencia por nosotros y aunque por instantes lo mereceríamos, no nos abandonas en ningún momento, ni nos dejas a nuestra suerte en el padecimiento.

Gracias Jesús, porque diligente eres en protegernos de todo cuanto puede alejarnos del amor del Padre. Haces cuanto está a tu divino alcance para ofrecernos redención y salvación: hasta la protección de tu propia Madre pones a nuestra disposición.

Lo único que no puedes hacer, aun siendo Dios, es tomar la decisión por nosotros, someter el albedrío que nos diste para así estemos a tu lado; tuya es la potestad, mas no la utilizas, dejas abiertas la puertas de tu casa, para que llegue a ti el que te ama.

No dejes de seguir enviando, Señor, el don de lo alto, el Espíritu Santo que nos ayude a discernir, en plena libertad querer contigo estar y, permanecer en ti cada día, desde este mismo instante, en el que comienza un nuevo día que nos das y hasta la eternidad.
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 21 de octubre de 2019

Acción de Gracias

Gracias Señor por la vida; gracias Señor por los días, gracias por que pasan con tu gracia y su paso me acercan a tu amor y hacen presente en mi tu Reino.  
Gracias Señor por tu presencia; gracias Señor por tu paciencia; gracias porque no me abandonas y con ternura me sigues llamando, para que yo a ti te siga buscando, pues en bondad manifiesta, me sigues esperando.  
Gracias Señor por darme el aliento, gracias Señor por hacerte alimento, para que pueda seguir adelante y las fuerzas no me falten, de hacer de cada día ocasión de salvación para está alma mía, que en ti ha puesto toda su esperanza.  
Gracias Señor por la convicción que viene de tu corazón; gracias Señor por la dulzura de tu voz, que sigue haciendo sentir en mi interior, es signo de tu bondad que me hace evidente, el deseo que sigue en ti estando presente, que en esta vida a ti te encuentre para vivir en plenitud de amor, hoy, mañana y siempre. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 20 de octubre de 2019

Discípulo

Un Poema hecho oración. 
Una Oración hecha poema.
Discípulo soy, Señor,
aprendiz de tu corazón,
siempre tras de ti yo voy;
transito con la certeza
que en la enseñanza
que de ti recibo,
el reino obtengo
y al cielo camino. 
Discípulo soy, Señor,
novicio de tu perdón;
tu compasión me forja,
tu ternura a mi alma da forma,
tu misericordia me reforma
tu bondad me conforma. 
Discípulo soy, Señor,
novel de tu amor,
siempre en pos del Maestro:
abro mi corazón al tuyo,
para que tu gracia
en mi derramada sea,
y a semejanza de tu grandeza,
pueda a todos amar
con tu misma entrega. 
Discípulo soy, Señor,
tras tus huellas voy;
tú me enseñas,
tú me forjas,
tú me creas,
nacer me haces una vez más
mi corazón moldeas,
para que mi alma
viva en ti la entrega
que tu ser en mi renueva. 
Discípulo soy, Señor,
discípulo de tu corazón,
discípulo de tu convicción,
discípulo de tu amor;
que no falte en mi la fe,
la certeza
que aviva la esperanza
de ir siempre en esta vida
en pos de tu divina belleza.
Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 19 de octubre de 2019

Contigo María

Contigo María al cielo es más sencillo contemplar; pues aunque el espíritu esté dispuesto a la gracia divina, este mundo atención demanda, y el corazón no es del todo ajeno a los gustos lisonjeros y muchas veces se pierde entre placeres que lo atrapan y detienen.

Contigo María es más fácil ver el paso de Dios por la creación, descubrir la huella de su presencia y poder así emprender el camino que hacia Él nos lleva; tú nos tomas de la mano, refulgente compañera, y en la tentación no nos sueltas, pues protectora eres de nuestro corazón.

Contigo María la voz de Dios resuena en el alma más clara, pues su Palabra en ti encarnó haciéndote pregonera excelsa de su buena nueva, la que llega por ti veloz y ligera y a la vida toda renueva.

Contigo María es más sencillo creer pues tú inspiras nuestra fe, eres ejemplo certero del que se abandona por completo al designio del Señor y no abandona la confianza por más dificultades se encuentren; aviva Madre nuestra, la esperanza de esperar todo en Dios.

Contigo María nuestra oración ofrecemos, se eleva sin pretensión y nace de este ser humilde, que en su necesidad a tu intercesión acude; súbela a lo más alto del Cielo, donde estás al lado de tu Hijo, nuestro Señor; susúrrale al oído la necesidad que tenemos de su bondad, amor y compasión. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 18 de octubre de 2019

Súplica


Señor de la historia, trascendiste el tiempo y le trajiste al ser humano la gloria de tu redención, haznos conscientes de la grandeza de tan grande acto de tu bondad y compasión, ayúdanos en nuestros caminar hacia ti y propicia en todo momento la conversión de nuestro corazón.

Hoy reconocemos Señor, que nuestra vida transcurre en la búsqueda de lo pasajero, de lo que muchas veces nos hacemos sus esclavos. Dinero, poder y placer acaparan la atención, tantas veces de nuestro corazón, y aunque no haya en nosotros mala intención, terminamos rindiéndole culto.

No desampares ¡oh Dios! Omnipotente al hombre, ni lo dejes atascado en su arrogancia, necesitados estamos de ti para encontrar la Verdad, la que propicia en nuestro ser la libertad, la gracia que de ti sólo previene y nos salva.

Suba hasta el altar del cielo, Señor, esta súplica, es una ofrenda de nuestra alma y una petición de perdón de todo nuestro ser que a ti se rinde y en oración a ti se eleva, pues aunque nos cueste la contrición queremos en tu misericordia, transformar nuestro corazón.

Llénanos de tu bendición Señor, y abrázanos nuevamente en tu amor; no tengas en cuenta una vez más nuestra debilidad, y todo en nuestra vida será para ti, nuestro ser y existir tuyo será, ahora y siempre. 

Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 17 de octubre de 2019

Tú en Mí

A la primera hora de cada día mi corazón te ansia, Señor.

Buscar tu presencia es mi primer anhelo, encontrarte es mi deseo; tú eres el alimento que mi alma necesita para vivir en la gracia que tu bondad me comunica.

Tú, Señor, eres la razón que me mueve, la fuerza que me impulsa, la alegría que le da firmeza a mi fe y esperanza.

Si me faltas, tú Jesús, me falta el aliento, la inspiración que me hace ir cada vez más allá de lo convencional, la fuerza que necesito para ir tantas veces a contra corriente, proclamando tu Verdad.

En ti Maestro, encuentro el argumento para no desfallecer ante la presión de engañar mi corazón y dejarlo contenido en lo efímero.

Tú Señor, eres el motivo por el cual mi espíritu surca el cielo, y no se quede recogiendo las migajas en el suelo.

Tú, Jesús, mi amigo, mi hermano y compañero, eres el todo de mí ser. En ti lo que hago, digo siento y pienso, no se queda en lo vacío de un momento.

Hoy, Jesús amado, hazte sentir fuerte en mí vivir, para que así, yo contigo y Tú en mí, hagamos de este día ocasión de alegría para los que te buscan con ahínco en medio de su necesidad.

Y a la hora final de cada día, quédate también en mi corazón, Señor.
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 16 de octubre de 2019

Tú estás aquí

Tú estás aquí,
Tú estás en mí;
tardé en descubrir
que no hay otro lugar
donde prefieras estar,
que en este vivir
tan necesitado de tu existir.

No hay tiempo,
tampoco espacio,
ni cielo,
ni abismo,
ni infierno;
ni mucho menos distancia
que de la gracia
de tu corazón en amor traspasado,
pueda a mi espíritu dejar apartado.

No fui yo quien así lo decidió,
fue tuya la elección,
de hacerte prisionero;
reo de Amor Divino,
del alma que en la eternidad
por ti fue forjada,
que tu ser desbordado
vida concedió.

Tú estás aquí,
y aunque el universo entero te pertenezca,
Tú sigues estando aquí;
amparado de mi corazón te quedas,
no porque lo necesitas
sino porque paciente esperaras,
que al fin entienda
que lo que a mí a ti me lleva,
es lo que de ti en mi queda;
y lo resguardas
más que el cielo y la tierra.

Tú estás aquí
y estando tan íntimo,
-más que yo mismo en mí-
haz al fin que llegue a ti;
mi alma de ti enamora
y ya sin más demora,
sea yo de ti cautivo
y mi corazón sacro protector
del amor que en mi tú entregas.
Amén


Yerko Reyes Benavides

martes, 15 de octubre de 2019

Muero porque no Muero

Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí
cuando el corazón le di
puso en él este letrero
que muero porque no muero.

Esta divina prisión
del amor en que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor
no lo es la esperanza larga
quíteme Dios esta carga
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera
no se goza estando viva
muerte, no me seas esquiva
viva muriendo primero
que muero porque no muero.

Vida,
¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.
Santa Teresa de Jesús
(1515-1582) 

lunes, 14 de octubre de 2019

Jaculatoria Trinitaria


Padre, Hijo, Hijo y Espíritu Santo
Dios, un Trino.

Dios Padre Todopoderoso, en la Omnipotencia de tu Divinidad,
ten compasión de nosotros y haznos sentir la grandeza de misericordia y tu bondad. 
Señor Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo del Hombre; Salvador y Redentor nuestro,
fortalece nuestro corazón con la gracia de tu Amor y permite que tu Reino de Justicia y de Paz se realice en nuestra vida y por nuestras obras.  
Santo Espíritu Divino, que del Padre y del Hijo procedes y has encontrado en nosotros un templo, que por virtud tuya y no por mérito nuestro, has hechos para ti tu sagrada morada;
sigue derramando en nuestra vida los dones de tu gracia, para que así podamos así, en este mundo caminar como verdaderos hijos de Dios. 
Honor y gloria en todo, sea dadas al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. 

Amén


Yerko Reyes Benavides

domingo, 13 de octubre de 2019

Tú en mi sentir,
Tú en mi vivir;
Tú en mi entender,
Tú en mi querer;
Tú en mi desear,
Tú en mi esperar;
Tú lo eres todo,
Tú lo tienes todo.
Incluso a mí.

Tú la causa de mi existir,
Tú al final de mi vivir;
Tú mi procedencia,
Tú el origen de mi inocencia;
Tú eres mi camino,
Tú mi destino.
En Ti me realizo.

Tú al nacer de cada aurora,
Tú en cada hora;
Tú más allá del tiempo,
Tú en cada aliento.
Tú te vuelves presencia
Tú acabas cada ausencia.
En ti está la alegría de mi existencia.

Tú el que mueve mis pensamientos,
Tú el que engrandece mis sentimientos;
Tú el que infunde a mi alma valor y tesón,
Tú la libertad de mi corazón.
En ti mi espíritu alza el vuelo.

Tú estás en cada uno de mis sueños,
Tú en todos mis anhelos,
Tú en lo que deseo,
Tú en lo que quiero;
Tú el que me calma,
Tú el que me exalta;
Tú el que me ama,
Tú el que me llama.
En ti mi alma al fin descansa.
Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 12 de octubre de 2019

Nuestra Dignidad está en Ti

"Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza"
(Gn 1,26)

Dios Creador, que has hecho todo cuanto es y todo cuanto existe; nada hay en el insondable Universo que, no sea obra de tus manos.  
Dios Señor y Padre, todo lo hiciste para bien y encontraste en lo hecho, todo bueno. De tus manos y de tu aliento fue engendrada nuestra existencia; le diste tu identidad, la forjaste con tu Verdad, la llenaste de tu Bondad.  
Ayúdanos Señor a desarraigar de nuestro corazón la maldad que está de paso, y que en el caminar por este mundo hemos recogido.  
No nos pertenece, tampoco dice lo que somos; la malignidad nos es ajena aunque enajena nuestra condición y nos aparta de tu amor.  
Fue del ser humano de quien dijiste “hagámoslo a nuestra imagen y semejanza”; ayúdanos a encontrar la divina grandeza de nuestro ser, en la humildad de nuestra humana naturaleza; por la que tu vida diste en expiación.  
Que arraigados en lo que somos en ti, erradiquemos definitivamente el horror, el terror, la ignominia, la iniquidad y la degradación que nos lleva a la total humillación.  
No dejes que la tentación nos venza, y que renunciemos a la obra de tu amor en nuestra vida. Nuestra dignidad está en Ti, Señor, pues, tuyos somos, más allá del tiempo, en el universo y su infinito para toda la eternidad. 
Amén 

Yerko Reyes Benavides

jueves, 10 de octubre de 2019

Alimento de Vida

Alimento eres mi Señor amado:
alimento que atrapado en amor te quedas,
alimento que un trocito de pan te das,
alimento que al vida llamas;
alimento que la plenitud alcanzas,
alimento que llena,
alimento que sacia.

Alimento eres mi Señor, de amor desbordado:
alimento para el corazón de amor despojado,
alimento que al alma exalta;
alimento que a la Fe consolida,
alimento que a la Esperanza renueva,
alimento que a la Vida Eterna lleva.

Alimento eres mi Señor, de amor traspasado:
alimento que me eleva,
alimento que me salva;
alimento que me invita,
alimento que me ínsita;
alimento que me trasforma,
aliento que a mi vida vigoriza;
alimento que hasta el cielo me levanta.

Alimento eres para mí Señor,
alimento de bondad y de gracia
alimento que me cambia;
alimento que a tu corazón me acerca,
alimento que de tus manos, en mis manos se multiplica,
alimento que en mis labios se posa,
alimento que de caridad llena mis obras.

Que no me falte, Señor el alimento,
en el que te entregas a ti generoso,
en el altar de tus amores bondadoso.
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 9 de octubre de 2019

Primeramente

Primeramente Dios, en mis pensamientos.
Primeramente Dios, en mis emociones y sentimientos.
Primeramente Dios en mis ideas, sueños y anhelos.
Primeramente Dios, en mi proceder y en mi vivir.
Primeramente Dios, en mi ser y en mi existir.
Primeramente Dios, en lo que tengo y en lo que espero.
Primeramente Dios, en todo cuento quiero.
Primeramente Dios en mi alma y en mi corazón.
Primeramente Dios, en las obras de mis manos.
Primeramente Dios, incluso en mis labios.
Primeramente Dios, también en mi oración.


No soy digno Señor de pronunciar con mis labios tu Palabra.

No soy digno que mi voz se apodere de tu Verbo, y sin embargo, de la manera más sencilla, de la forma más humilde me invitas a orar con tus palabras.

Mi corazón no puede más que exaltarse de la emoción, ante este gesto de tu amor hacia mí.

Gracias, Señor, gracias.
Amén

Yerko Reyes Benavides

Padre Nuestro. Oremos como Jesús

-En Arameo-

“Primeramente Dios” es una expresión que representa el sentir popular que todo marchará de acuerdo a lo deseado si Dios está antes que nada y primero que todo. 

Justamente pensaba en este “primeramente Dios” cuando me decidí a escribir este artículo que tiene como propósito llamar la atención sobre la oración que Jesús nos enseñó. 

En el Evangelio leemos que, en cierta ocasión, Jesús les dijo a los discípulos: “Cuando oren, ustedes digan” y seguidamente pronunció la oración que sería la Oración del Cristiano, es decir, la oración del “discípulo y seguidor” del Señor. 

Se dice comúnmente que es la oración “del cristiano” porque es un legado, un tesoro, que provine del mismo Cristo, palabra por palabra, frase por frase, toda ella nos cuenta el texto que fue pronunciada por Jesús, por su boca y sus labios. 

Te parecerá extraña la insistencia que hago en ello, pero te sorprenderá saber que no todo lo que se dice fue dicho por Jesús, fue “literalmente” pronunciado por la boca del Maestro. Lo que textualmente leemos en los Evangelios, no siempre es expresión exacta y fidedigna palabra por palabra de lo que fue dicho por Jesús.

Este debate y discusión sobre el tema lleva tiempo, y ya para la fecha, no les resulta un inconveniente este hecho a los estudiosos de la Biblia, hermeneutas y exégetas, historiadores y lingüistas, entre otros. 

Así que no sólo la oración es un tesoro por la oración en sí misma, sino porque está la certeza (sostenida por los mismo especialistas) que estás palabras provienen realmente de la boca de Jesús, y el mismo Jesús pronunciara con sus labios esta oración, la que ahora nosotros hacemos.

Esta oración es más que lo que sus palabras proclaman, es la Palabra del Verbo mismo que se vuelve en nosotros oración. Lo que decimos, no es sólo una oración, sino que es Palabra de Dios. Y una Palabra que fue pronunciada por el mismo Dios y Señor nuestro. 


Es tanta la grandeza espiritual de esta oración compartida por Jesús con nosotros, que cuando la pronunciamos, pronunciamos la Palabra de Dios en nuestros labios. ¿Lo habías pensado? No son tus palabras, no es la expresión de tu verbo el que se proclama cuando oras con las palabras del Señor. Es la voz del Señor la que resuena ¿Acaso Dios dejaría de escuchar su propia Palabra? 

No voy hacer hincapié en lo que muchos insisten, cuando abordan el tema del Padre Nuestro, que se detienen en lo que dice la oración, en si es una maravilla, que no se les hubiese ocurrido hacer publica a los discípulos a no ser que fueran las propias palabras del Maestro. 

No voy a insistir en que no se haga esta oración de forma automática y mecánica; riesgo que corre cuando se ha repetido tantas veces. Además, demás está decir que es una oración en la que Jesús, recogió en ella todo cuanto necesitamos para nuestra salvación. 

Lo que busco, al escribir estas líneas es que me acompañes en este maravillarnos ante este don y regalo que nos ha hecho el mismo Jesús: poner sus palabras en nuestros labios. Y cuando sus Palabras están en nuestra boca, es su voz la que resuena fuertemente en el cielo. 

Son muchas las veces en las que pedimos sentir la presencia de Dios en nuestra vida. ¿Qué tal si hoy tomamos conciencia que esa presencia de Dios la tenemos cada vez que pronunciamos las palabras de Cristo? 

Se establece una conexión interior entre mi ser y el ser de Jesús, una unión espiritual en donde Jesús, Verbo de Dios, se hace Palabra en mis labios, para pedir al Padre que nos dé cuanto necesitamos para ser y estar en este mundo como hijos suyos en su Hijo Jesús. 

El discurrir de mi pensamiento por estas ideas en la meditación me ha dejado sobrecogido, anonado, admirado y conmovido:
Primeramente Dios, en mis pensamientos.
Primeramente Dios, en mis emociones y sentimientos.
Primeramente Dios en mis ideas, sueños y anhelos.
Primeramente Dios, en mi proceder y en mi vivir.
Primeramente Dios, en mi ser y en mi existir.
Primeramente Dios, en lo que tengo y en lo que espero.
Primeramente Dios, en todo cuento quiero.
Primeramente Dios en mi alma y en mi corazón.
Primeramente Dios, en las obras de mis manos.
Primeramente Dios, incluso en mis labios.
Primeramente Dios, también en mi oración.


No soy digno Señor de pronunciar con mis labios tu Palabra.

No soy digno que mi voz se apodere de tu Verbo, y sin embargo, de la manera más sencilla, de la forma más humilde me invitas a orar con tus palabras.

Mi corazón no puede más que exaltarse de la emoción, ante este gesto de tu amor hacia mí.

Gracias, Señor, gracias.
Dejar que mi espíritu emprendiera el vuelo por estos cielos, trajo a mi pensamiento una idea: ¿cómo se sentirá mi corazón si mis labios no sólo dicen las palabras de Jesús, sino también, las dicen cómo Jesús las dijo, primeramente? 

No soy un lingüista y seguramente, tú que me lees, ahora, tampoco lo seas, no te voy a decir que nuestra pronunciación sea exacta o perfecta. No es el propósito de este ejercicio, sino sentir como suenan en nuestros labios las palabras de Jesús en el mismo lenguaje con las que él las proclamó: arameo. 


¿Te animas a hacer la prueba? 



PADRE NUESTRO

ABUNA DI BISHEMAYA 
Padre nuestro que estás en el cielo, 

ITQADDASH SHEMAK, 
santificado sea tu nombre, 

TETE MALKUTAK 
venga a nosotros tu reino, 

TIT'ABED RE'UTAK 
hágase tu voluntad 

KEDI BI SHEMAYA KAN BA AR'A 
en la tierra como en el cielo. 

LAJMANA HAB LANA SEKOM YOM BEYOMA 
Danos hoy nuestro pan de cada día, 

U SHEBOK LANA JOBEINA 
perdona nuestras ofensas 

KEDI AF ANAJNA SHEBAKNA LEJEIBINA 
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, 

WEAL TA'ALNA LENISION, 
no nos dejes caer en la tentación 

ELA PESHINA MIN BISHA. 
y líbranos del mal. 

Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 8 de octubre de 2019

Aviva


Me demoro un poco en tomar consciencia de la necesidad que tengo de tu presencia, Señor.

Me toma tiempo, Señor, llegar a ti, no porque exista un abismo que nos separe, sino porque en mi orgullo me entrego a buscar por propia cuenta lo que creo me alimenta, y el hambre no se va, no encuentro saciedad.

Me tardo en darme cuenta que lo que me hace falta es tu gracia, la que me hace acertar en lo que vale la pena para vivir la vida y no ir perdiéndola de a poco.

Me falta Señor sabiduría para ver más allá de lo que salta a mis ojos; inteligencia para no quedarme con lo que a mi intelecto resultar evidente; entendimiento para trascender y poder a través de lo que has creado abrazarte a ti su Creador.

Me cuesta entender que no teniéndote a ti aunque tenga el mundo entero, nada tengo.

Me voy perdiendo de a poco, y tú de a poco me vas alcanzando; salí a buscarme y sin darme cuenta contigo me topé; no fue casualidad ni un acto fortuito, pues tu a mí me andabas encontrando.

Aviva, Señor, en mí la fuerza de lo alto que late en mi pecho constante; la gracia del Espíritu Santo y sus dones, para que aunque me cueste un poco y me tarde un tanto, a ti mi Amado te alcance y mi vida en ti se realice.
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 7 de octubre de 2019

El verdadero Rostro de la Virgen María

Un día estaba en casa de un amigo, también él sacerdote, pero no católico sino de la Iglesia Anglicana, y conversamos plácidamente. A este punto no recuerdo cuál era el tema de nuestra plática de ocasión. Han pasado ya varios años, más de los que quisiera reconocer y el tiempo no pasa en vano, una de las cosas que se lleva el tiempo es la memoria. 

Lo que recuerdo es que mientras estábamos en su despacho entra una persona a informarle que había alguien que necesitaba de sus servicios con urgencia. Así pasa, no importa si se es católico o protestante, el prójimo en necesidad es prioridad en el corazón del que sirve a Dios con su vida. Mi amigo se disculpa y me pide le espere. 

En aquel tiempo mi experiencia no era tanta como de la que hoy me puedo valer, pero ya vislumbraba cómo sería todo: se va a demorar. Me quedo tranquilo, pues tenía en que entretener mi atención mientras aguardaba: una inmensa biblioteca abarrotada de libros (mi pasión como ratón de biblioteca que no parezco ser). 

Mis ojos se dilataban entre los títulos que leía en los lomos de los libros, cuidadosamente dispuestos por temas en aquellas repisas. No me sorprendía que a pesar de nuestras diferencias compartimos un gusto semejante por temas y autores. Es en ese divagar de mi pensamiento que topo con un libro que acapara toda mi atención: “Los mil nombres de María, Madre de Dios”. 

Rápidamente tomo el libro entre mis manos, y comienzo a pasar sus hojas, y lo que encuentro en su contenido, me sorprendió en aquel momento. El libro era un compendio donde se recogían más de mil advocaciones de la Santísima Virgen María. Un deleite fue poder recoger los nombres que a la Dulce Muchacha de Nazaret se le han dado por tantos y en tan diversos lugares, tiempos y épocas. 

Llegó mi amigo, pensé para mis adentros: “te hubieses demorado un poco más”. Coloco el libro de nuevo en su lugar. Me fui y lamento nunca más haber vuelto a toparme con aquel libro. 

De aquella experiencia puedo decir muchas cosas. Una, que me sigue sorprendiendo gratamente es que María, Madre de Jesús, sigue teniendo un lugar especial en nuestros corazones y, eso, me llena de satisfacción. Otra, que puedo confesar, es que por mi parte hice el intento de recrear el contenido de aquel libro y no conseguí ni la mitad de los nombres; pero si salió de aquello Las Letanías a María* que compuse con los nombres de las Patronas de todos los países de América, de norte a sur. 

A razón de todo esto que comento, surge un cuestionamiento, que inquieta a mi intelecto, más no a mi corazón, este no se arredra ante la pregunta que mi mente se hizo en aquel tiempo y quedó ahí latente esperando surgir nuevamente, como lo ha hecho ahora a propósito de la experiencia escribir las Letanías e ir contemplando la imagen que representa a cada Patrona; todas diferentes, todas inundadas de una belleza destacable, todas hechas bajo la mirada del artista que las esculpió o las pintó. 
¿Cómo es el “verdadero” rostro de María? 
Esa es la pregunta que me hice entonces, es la curiosidad de mi intelecto encontrar dentro de tanta iconografía aquella que represente el rostro de aquella niña que a Dios en su Cielo cautivo su corazón”. 

No quiero caer en la diatriba que conlleva el tema de la “belleza”. Los cánones de belleza han ido cambiando (no sé si evolucionando o involucionando) a lo largo del tiempo. Lo que ayer resultaba “hermoso” escasamente hoy llama la atención de los ojos que buscan lo que es “bello” en otras partes. Tampoco me quiero detener en la discusión sin final que ubica la belleza en lugares diferentes: interior o exterior, los sustancial o lo aparente (perceptible). 

El coqueteo de mi mente con la idea de conocer el rostro verdadero de la Virgen María no es para juzgarlo dentro de los parámetros de lo bello o no. Es más bien satisfacer el deseo de mirar con propios ojos el rostro que tantas veces fue mirado, contemplado y amado por Jesús. 
¿Hay forma de llegar al rostro real de María? 
No, no directamente. Como podemos intuir por el desarrollo de este artículo, son tantas las representaciones iconográficas de la Virgen María que su rostro propio nos queda oculto. Nadie en la época en la que vivió la Madre de Jesús tuvo la idea de hacer un retrato o describir con palabras sus rasgos fisiológicos. 

Hay una tradición antigua que nos remite a San Lucas -el mismo autor sagrado al que le pertenecen el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles-; el mismo que se dice fue un devoto enamorado de María Santísima, y el que más le dedica espacio en los escritos neotestamentarios. 

De él se dice, además, que no sólo fue médico y escritor sino también pintor, y él pintaría un cuadro en el que se muestra a María y al niño Jesús.


De este cuadro cuenta la tradición que fue inspirado por la misma Madre de Dios y susurrado al oído del Evangelista por la boca de un ángel. Del resultado se dice que la misma Virgen quedó maravillada. Sin embargo este cuadro no se conserva, sino una representación pictórica que se hiciera en la edad media donde se muestra a San Lucas realizando la obra artística. 

No podemos entonces valernos de esta leyenda y tradición para mirar en esta representación lucana el rostro de María Virgen. 

Con la tecnología contemporánea llegó a nosotros un mundo de posibilidades y una de ellas fue precisamente recrear el rostro de la niña de los ojos de Dios a través de las facciones que se conservan en la Sábana Santa de Turín (Santo Sudario o también conocido como Síndone). 

Según la información que nos proporciona la ciencia moderna, las características genéticas del hijo en su mayoría las hereda de la madre, siendo así qué, las facciones de Jesús serían proporcionalmente las de su madre: María.

Esta recreación trae sus limitaciones y no es capaz de hacer un retrato fidedigno del rostro de María, aunque pudiéramos confiar que se acerca bastante. 

Lo hermoso, lo verdaderamente bello, lo que la belleza exalta,  no se mira con los ojos sino que se contempla con el corazón; no es la vista la que nos proporciona la información que el alma necesita para quedar extasiada en la belleza, sino el amor. 
De momento, esto basta para tranquilizar el deseo de mi intelecto por conocer y saber; ya que amor no le falta al corazón para con los ojos cerrados contemplar enamorado el rostro de la Madre del Señor y también nuestra. 

Yerko Reyes Benavides

Aroma a Cielo

De encanto están hechos los sueños y los anhelos, Virgen María. Y uno de los más hermosos, el don de tu presencia en el corazón expectante de tus hijos.  
El suave y sutil aroma de Dios impregnado está en ti, flor delicada, que embelleces el jardín de los celestiales amores. Ni el jazmín se compara con la dulce y armónica fragancia que tu paso deja en el alma, en los pensamientos y la vida del que a ti te recibe por generosidad divina.  
No dejas quieto el existir de una humanidad que no siempre tiene a Dios por prioridad. Buscas al que busca a Dios, lo tomas de la mano, más tu corazón está con el alejado, al que atraes a la casa del padre con tu maternal fragancia.  
Tú eres la más interesada que todos, sin excepción y ninguno quede sin llegar a Dios. Eres mediadora del perdón y la reconciliación. Tocas el espíritu del Señor para que muestre su bondad y compasión. Hablas a su corazón para que su Misericordia y su gracia a todos nos alcance.  
Aroma a flores, es tu regalo. Lo dejas regado a tu paso por el alma: narcisos, pensamientos y flamencos; rosas, dalias y magnolias, nos hablan de tu amor que sin ser divino a Dios cobija y a él entregas.  
Permítenos ser fragancia agradable a Dios y, que de tu mano aferrados, a donde vayamos y por donde andemos, dejemos el aroma de tu espiritual belleza, que a otros guíe y los lleve, como hiciste con nosotros, al altar de tu amores. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 6 de octubre de 2019

MI Libertad

¿Qué buscas en mí, Señor, que vienes constantemente y tocas insiste a las puertas de mi alma?  
No siempre percibo el sonido que deja tu mano cuando tocas con cuidado y llamas sin escándalo, buscando atrapar la atención de mi corazón.  
Desatento ando la mayor parte del tiempo, lo confieso, mas no soy ajeno ni tampoco indiferente al clamor de tu voz que me llama con frecuencia y espera que concentre en ti mi atención.  
Me miro Señor, y quizá al mirarme tan desprovisto de virtudes de exquisita finura, hace que engañe a mi conciencia pensando que tú en tu grandeza, no te fijarías en alguien tan despojado de dones atractivos; y tu llamado paso distraído.  
Insistes, y sigo sin dar crédito: No tengo nada mi buen Jesús, nada que tú no tengas en tu divinidad exaltada. Si mi vida la requieres, sabes que la tienes pues a ti te pertenece; no necesitas pedirla para tenerla.  
Lo único que tengo Señor, lo único que es mío, y aunque me puedas doblegar, aun así, de mí no la puedes arrebatar, es la libertad. El motivo que a tu amor sostiene y que a ti te mantiene a las puertas de mi corazón.  
Toca con más fuerza, Jesús, mi Señor, no necesitas castigar mi orgullo para tener mi amor, pues la única forma de amarte más allá de mi humano amor, es que te entregue antes el tesoro de mi corazón, así será pleno tu amor en mí, y mi libertad en ti. Tu presencia será fecunda: una nueva realidad será engendrada, siendo fruto de tu amor y mi libertad.  
¿Qué hay en mí, Señor? Libertad para amarte; para amarte en libertad, ahora y por toda la eternidad. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 4 de octubre de 2019

Día a Día

Día a día, Virgen María, contigo nos sentimos acompañados, de la mano tomados, puesto que tú no llegas tarde a esta cita, de en maternal amor, hacerte sentir, en el corazón de los que han sido a ti entregados en filial afecto.  
El orgullo, animado por la soberbia, lo reconocemos, nos hace perder la atención de lo que es relevante y verdadero; nos aferramos a lo insustancial y pasajero, frívola volvemos nuestra vida: no pases de nosotros, Madre querida.  
Virgen María nos haces falta cada día; pudieras dejarnos a nuestra suerte, mas prefieres seguir a nuestro lado, puesto que tú sabes de humana condición, y eliges la gracia del Señor, y así nos sigues tendiendo la mano para sacarnos de lo vano y llevarnos a lo trascendente.  
Día a día, te haces presente, y aunque en nuestros pensamientos no estés constantemente, nuestro corazón te pertenece. Te entregamos con devoción y admiración nuestro filial amor, con la intención que no falte en nosotros tu protección, cuidado e intercesión.  
Camina a nuestro lado, día a día, Virgen María, no nos sueltes de tu mano y a tu Hijo y al Eterno Padre condúcenos sin vacilación; y así mientras esperamos el día de la plenitud, peregrinos en este mundo, vayamos en tu cobijo siendo testigos del Amor Divino que por ti recibimos. 
Amén 

Yerko Reyes Benavides

jueves, 3 de octubre de 2019

Bondad

Es tan fácil, en este mundo tan abundante de olvidos e indiferencias, tener un detalle de ternura, pues los gestos de bondad no abundan, aunque sea la cualidad de nuestra humana naturaleza que más nos acerca a tu divinidad, Señor.  
Al comienzo parece un gran desafío afrontar esta realidad que exalta al que en maldad obra y, lastima al que busca ser compasivo como lo es el Padre Dios.  
El noble corazón se esconde, para no ser lastimado o herido por aquellos que no saben qué hacer con el que es bueno, así como lo eres tú:  
Has que pierda el miedo, dame el valor Señor, para no esconder la nobleza que hay en mi interior.  
Renueva mi mirada en tu mirar, para que mis ojos siempre atentos puedan ver el mirar de unos ojos que claman en necesidad. 

Dame, Señor la capacidad de no esconder mis manos y dejarlas alejadas de las manos que se levanta pidiendo un gesto solidaridad. Que mis juicios no sean más grandes que tu generosidad, la que das por medio de éstas, que son tus manos.  
Pon en mi Señor un corazón semejante al tuyo, bien dispuesto y latiendo en mi pecho tan fuerte al compás del tuyo, abundante en comprensión, solícito a la hora del perdón; amable en el tiempo de la agresión, dócil a tu gracia y valeroso en la búsqueda de justicia.  
Pero, antes que nada, mi buen Señor, no permitas que me pierda ni uno solo de los detalles de bondad, que en el día tú me das, en el mirada, la sonrisa, la mano extendida los que amas, como a mi amas. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 2 de octubre de 2019

Necesidad

Jesús, mi Señor y amigo, no es la primera vez que te lo digo, han sido tantas las veces que a ti he acudido, movido por este sentir en mí el vacío que deja tu ausencia, cuando te alejo de mi o di ti tomo distancia; no importa la circunstancia: te necesito mi Dios y mi amigo.  
Es en la pequeñez de mi condición, la que no siempre logro reconocer con convicción, que despierta esta imperiosa necesidad de sentir en esta mi humanidad, la tranquilidad que deja en mi interior la bondad de tu divinidad.  
No me avergüenza proclamar que no existe lugar, ni momento, ni tiempo, que no esté de ti necesitado. Esta necesidad no es el fruto de un vacío, aunque en su soledad sea cuando más te necesito; sino el despertar de mi corazón que sólo en tu ternura y compasión se quiere sentir realizado.  
Es por medio de este acto de humildad, al reconocerme totalmente de ti necesitado, que mi humanidad de tu divinidad recibe la dignidad de acoger tu santidad, y así en ella poder abandonarme con la certeza y la seguridad que mi alma nada seguirá necesitando.  
Necesitarte Señor no me hace vulnerable, pues en debilidad mi fortaleza es tu divinidad, la gracia y la bondad de tu corazón en amor desbordado, que hacen que se abran de par en par las puertas de la eternidad, para no esperar más que el tiempo a ti me lleve, y poder desde ahora, a ti acercarme y acariciar tu rostro, y mi alma en amor requerida dejará de sentir esta necesidad, pues en tu en amor será recibida. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 1 de octubre de 2019

Desolación

Señor Jesús, mi vida está sujeta al dolor y por más que lo quiera evitar y en ti encontrar refugio y consuelo, no dejo de temblar ante los hechos que infringen pena y sufrimiento a mi alma y corazón.  
Quisiera Señor, apurar el trago amargo de las dolencias que aquejan a mi espíritu, la enfermedad, la soledad, el vacío; que la noche y su oscuridad lleguen pronto pues ahí escondo las lágrimas que retengo y quiere constantemente escaparse de mis ojos.  
Es en la desesperación de esta desolación que te pido cosas de las que luego me arrepiento, no lo niego, el temor invade mi corazón y lo desgarra en su interior, por eso mi más grande súplica es que todo rápido termine.  
No, no se me hace fácil decirte cuando atravieso por estos valles en lágrimas, que se “haga en mí tu voluntad”. Me siento en Getsemaní, pero sin tu fuerza, ni el ímpetu de tu carácter, me abandona la confianza en el Padre, la que a ti te lleva a apurar el cáliz ofrecido, y te pido: “ven en mi auxilio Señor”.  
Hazme sentir Señor, la ternura de tu corazón, la que impregne de compasión mi vivir; sostén en mí la esperanza que me haga sentir que aunque en mi todo este roto, puesto en tus manos bondadosas y por tu amor misericordioso estoy siendo renovado.  
Fortalece mi fe, dame tu valor, para poder hoy decir, aun en medio de mi dolor: “Señor, en ti, todo estará bien y todo será para bien”. Te entrego mi vida, me abandono en tus manos, mi Jesús amado. 
Amén

Yerko Reyes Benavides