lunes, 24 de octubre de 2022

Enséñame

Enséñame mi Buen Dios:
a ser paciente para esperar de ti toda bondad;
a confiar en el designio de tu omnipotencia que abraza mi necesidad;
a dejar atrás el miedo y abrirme a la vida en verdad;
a vivir con autenticidad la gracia de tu divinidad.

Enséñame Maestro:
a pensar antes de hablar,
a callar antes de agraviar,
a indagar antes de criticar,
a escuchar antes de juzgar y castigar.


Enséñame Jesús:
a guardar silencio antes de ofender,
a hablar con propiedad y decir ante todo la verdad;
a sosegar la ira antes de atacar y lastimar
a apaciguar los humores del instinto
y no dejar heridas en el corazón de mis seres queridos.

Enséñame mi Señor:
a mirar con la profundidad de tus ojos,
a hablar con la pertenencia de tus labios,
a tocar y acariciar con la ternura de tu compasión
y amar con la largueza de tu corazón.


Enséñame Amado mío:
a pedir para recibirte
a buscar para encontrarte
a tocar para que sean abiertas en mi
las puertas de tu corazón y recibir de él todo tu amor.
Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 22 de octubre de 2022

Una Oración del Corazón: Novenario de Oración por los Difuntos

Presentación del Itinerario

Una de las experiencias más significativas e importantes en la dinámica de la vida, para la sociedad, la familia y la persona, es el duelo.
“… y aunque morir nos entristece, nos consuela la esperanza de la vida futura”
Reza uno de los prefacios de la misa de Exequias y resume muy bien la tensión que suscita en el interior el hecho de la muerte.

Todos, sin excepción hemos experimentado el dolor de haber perdido a un ser querido, a un amigo, un vecino o alguien conocido, y sabemos lo difíciles que son esos momentos. Las palabras, las condolencias, los gestos de solidaridad y compañía, ayudan en el proceso de dolor y en el duelo.

Todas las culturas sin excepción y en todas las sociedades hay expresiones propias que acompañan la experiencia de la muerte. Ofrecen sus rituales y ritos; muchos de ellos sustentados en el pensamiento mítico y la herencia religiosa.

Sin embargo, no hay mayor alivio para un alma adolorida por la pérdida y la pena que la que proporciona la oración.

Esta es la intención de este Libro que ahora presentamos y ponemos a tu disposición. Una Oración del Corazón para los difuntos, y un alivio espiritual para quien los añora y mantiene vivo en él la memoria de sus vidas.

La oración, dice San Agustín: “Es el encuentro de la sed de Dios y la sed del hombre”. Y toda ocasión es propicia para beber del manantial inagotable de su amor, sobre todo en momentos de mayor dolor o tribulación.

Esta oración se presenta en forma de Novenario de Oración por los Difuntos. Propicio se hace este Itinerario de Oración para los posteriores nueve días luego del fallecimiento de un ser querido. Sin embargo, no queda reducido a ellos, es una oración que puede hacerse, para acompañar a todos los que viven el proceso de duelo y animarles en su tristeza con la experiencia de la fe que fortalece la esperanza en la Misericordia de Dios.


Otra ocasión propicia para realizar este caminar en la oración es la demarca el Calendario Litúrgico de la Iglesia: la Conmemoración de los Fieles Difuntos del 2 de Noviembre.

Nuestros seres queridos, a quienes hemos despedido de este mundo, no se han ido, su recuerdo está presente en nosotros; su memoria viven en la nuestra y en la esperanza que un día nos encontraremos en la plenitud de la Vida en el Reino de Dios. Por eso oramos, por eso pedimos, por eso hacemos del duelo una experiencia de esperanza que nos acerca al amor de Dios.



Para pedidos del Libro, hacerlo a través de la siguiente dirección de correo:

lazosdefe@gmail.com


Yerko Reyes Benavides

miércoles, 12 de octubre de 2022

Mi Buen Dios


Amado Jesús, el primer anhelo de mí ser, al despertar el alba del nuevo día que me das, es agradecer tu bondad.

Gracias, mi Señor; gracias, mi buen Dios:

Gracias por esperar por mí al caer la tarde, y en la noche cobijar mi descanso, en la intimidad y confianza que velarás mi sueños.

Gracias por ser la luz que me llama y despierta y también con candor me abraza en la mañana.

Gracias porque puedo respirar y en cada inspiración, recibir el hálito de vida que con ternura, tu mano sostiene.

Gracias por reponer mis fuerzas, darme condición y también razón para la labor y la entrega que aguarda por mí en la jornada.

Gracias por el latir del corazón que siento vibrar en mi pecho, es tu amor su ilusión, la razón de mi esperanza y el destino de mi pasos cada día.

Gracias, mi Señor; gracias mi buen Dios:

Mi Jesús, mi amado, a ti me entrego y te consagro: alma, mente y corazón; cada pensamiento, cada sentimiento y palabra, y las obras de mis manos.
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 6 de octubre de 2022

Rosario de la Caridad

Re-Edición


Rosario de la Caridad

El rezo del santo rosario es una práctica devocional ampliamente extendida y pródigamente recomendada. No es necesario abundar en exaltar las cualidades para la vivencia de la fe que aporta esta práctica que, tiene a los misterios de nuestra salvación como centro de la meditación y a la Santísima Virgen María como acompañante en la oración e intercesora en la petición.

Estamos al tanto de la estructura y dinámica de este rezo que hacemos como personas y también como iglesia. Tres grupos de misterios: gloriosos, gozosos y dolorosos; a los que en los tiempos del pontificado del papa Juan Pablo II, él le adicionó un cuarto grupo, denominados: misterios luminosos.

La oración consta, así pues, de 20 misterios que presentan la presencia y acción salvífica de Cristo desde su Encarnación, hasta su pasión, muerte y resurrección. Veinte Padrenuestros y doscientas Ave Marías constituyen el tránsito completo de la oración que, se reparte en los días de la semana para facilitar la contemplación de cada uno de los misterios.

Teniendo en cuenta esta estructura convencional, que es la que sustenta el rezo en su forma tradicional, se han presentado, a lo largo del tiempo, variantes, que sin menoscabo del rezo en su forma original, introducen elementos que orientan la oración, meditación y reflexión hacia virtudes específicas que avivan la vida cristiana: como el Rosario de la Caridad.

Ya en otro momento hemos hecho la introducción a esta manera distintita de abordar la práctica del rezo del Santo Rosario. Se ha hecho una revisión concienzuda del manuscrito original para hacer un relanzamiento de esta propuesta de oración en la que por el testimonio y presencia de María, Madre, buscamos en su intercesión y modelo, fortalecer la caridad, meditando en sus formas, maneras y expresiones para hacer de ella una constante en la vida cotidiana.

Teniendo en cuenta la finalidad y propósito de su autor, y con la ilusión de que esta forma de rezar con y por María, dejamos en sus manos El Rosario de la Caridad, en esta edición revisada y actualizada. Esperamos de corazón, que sea de provecho y crecimiento espiritual para todos.


Yerko Reyes Benavides
Editor

martes, 4 de octubre de 2022

Donde Hay. Seis días de Itinerario Espiritual

Inspirado en San Francisco de Asís

Del puño y letra de San Francisco de Asís nos encontramos estas máximas, escritas en forma de estribillo.

Bien pueden servirnos de inspiración para la oración o un impulso espiritual para actuar, cada día, según principio interior que presenta el santo, a través de cada una de ellas.

Aprovechemos este gran recurso espiritual propuesto, para hacer un Itinerario Espiritual de seis días. Un caminito, en el que cada día, se tomará una de las máximas y teniendo presente las virtudes presentadas en ella, pedir en la oración, la gracia de Dios para fortalecerlas en la propia vida y alejar las consecuencias de no tenerlas.
La vida espiritual para que abunde ha de ejercitarse y en la práctica de acciones sencillas ha de robustecerse.
Recomendable es buscar, por medio de la reflexión, modos y maneras de aplicarla, a través de acciones sencillas que la manifiesten, en lo cotidiano de los quehaceres, los pensamientos, los sentimientos y las palabras.

Por ejemplo:

· “pensar, antes de hablar”;

· “indagar, antes de criticar”;

· “callar, antes de ofender”;

· “escuchar, antes de juzgar”...


Pongamos pues por obra nuestro Itinerario, inspirado en la espiritualidad de San Francisco de Asís:

"Donde hay amor y sabiduría, allí no hay temor ni ignorancia.

Donde hay paciencia y humildad, allí no hay ira ni turbación.

Donde hay pobreza con alegría, allí no hay ambición ni avaricia.

Donde hay quietud y meditación, allí no hay preocupación ni disipación.

Donde está el temor de Dios guardando la casa, allí el enemigo no puede encontrar la puerta de entrada.

Donde hay misericordia y discreción, allí no hay soberbia ni dureza".


(Admonición 28)

Yerko Reyes Benavides