miércoles, 31 de enero de 2018

Tu mundo: ¿De qué color es?

Uno de los desafíos que nos pone en la perspectiva del Reino de Dios al aceptar la condición de Jesús de Volver a ser niños es des-instalar toda clase de radicalismos teóricos, mentales, de pensamiento e incluso emocionales, afectivos y espirituales.

Valorar la cosas desde sólo una dimensión o bajo una sola directriz no ubica rápidamente en los "radicalismos" perniciosos y siempre dañinos.

En la infancia espiritual que nada tiene que ver con "madurez", el mundo se convierte en un lugar de dimensiones: "3D" y ahora incluso según los nuevos paradigmas de observación: "4D".

Volver a ser niños, entonces, significa a renunciar a ver el mundo, la vida, a las demás personas, a si mismo incluso a Dios monocromáticamente.

La rigidez de los juicios, de los prototipos, de los estereotipos, incluso de los moralismos, convierten al mundo en un lugar aburrido que le quita la sonrisa al más "pintado".
...
Atreverse a ser niños es volver a vivir la alegría de vivir en un mundo Multicolor.
Piensa un poquito esta noche antes caer en los brazos de Morfeo: ¿Cuántos colores logro distinguir en mi para luego ver al mundo? ¿Monocromático? o ¿Multicolor?


Espiritualidad de la Ternura
Volver a Ser niños

Yerko Reyes Benavides

¿Que hay?

Muchas veces vivimos nuestros días en total negación. Es decir nos negamos rotunda y drásticamente a ver, sentir y compartir algo de lo que está en el fondo de nuestro ser. Aquella nobleza espiritual que hace de nuestro rostro resplandecer con el brillo del Amor, seguro y cierto de Dios que es ternura, compasión, perdón y bondad.

Nuestro rostro se desdibuja en una mueca que refleja la desconexión de nuestro aparecer con nuestro ser interior. La sonrisa expresión más pura de nuestra alma, se extingue entre los pliegues una cara compungida y decididamente elegida en amargura. 

Se nos hace más fácil y sencillo fruncir el ceño ante la realidad que nos golpea que, golpear la realidad con un sonrisa diáfana, franca y sincera.

La mueca de víctima se nos da mejor que la anterior y ya así, sometidos a la negación se nos olvida la cara, aquel rostro que en otrora esbozara sin razón y porque sí, la sonrisa de observar sin ver a Dios en mí y en todos y, a ese Dios sonreír en agradecimiento porque no nos abandona, nunca ni jamás. 

Posamos en la mañana en el espejo, y mirándonos fijamente desconocemos el figurín que ahí se refleja sin sonreír. Sin darnos cuenta, en la negación, se nos fue olvidando el poder natural de Dios en el corazón de cada uno; poder que hay en todos y cada uno, en el que sin argumentos ni razones en el fondo del alma se entiende en plenitud: Ahí nada falta para vivir lo verdaderamente fundamental que no se encuentra ni lo da lo que afuera del ser está.

Lo verdaderamente importante y fundamentalmente esencial no es “tener”, “poseer” o “dominar”. Lo importante se esconde, más no se pierde; se oculta pero no se extingue y aparece de tanto en tanto para recordarnos que vivir se trata siempre de elegir, y lo que será, será por decisión y no por condición.


Y me pregunto, ahora, y preguntándomelo a mí, a ti también te incluyo: ¿Qué hay en mí, Señor de ti, para contigo volver a sonreír?

Volver a Ser Niños:


Espiritualidad de la Tenura

Yerko Reyes Benavides

domingo, 28 de enero de 2018

Solo no Estás



¿Te dije ya cómo se hace un amigo?

Si, ¡Verdad!, no recordaba. Pues sí, ya sabes mi secreto, un secreto que compartimos todos pero que la razón y el buen sentido borran al pasar el tiempo; como se borran los amigos que animaron nuestras tardes de soledad. Infantes, pequeños, ingenuos e inocentes, pero jamás SOLOS. Sólo los adultos andan SOLOS.

Te aseguro, tengo muchos amigos, demasiados para contarlos, muchos para olvidarlos y todos están en lo profundo de mi corazón. Son mis amigos y los tengo al alcance, cada vez que los busco, cada vez que los necesito y siento que me a mi me necesitan también. Cierro mis ojos y ahí están, todos y cada uno…

…Espera, ahí estás tú. Ya te ví. Solo jamás, tu tampoco, cierra tus ojos y ahí me verás.

¡Ah, aguarda! No es todo. Con un ¡hola! a Jesús también lo traigo y a sus ángeles con él. Llenan mi habitación. Ella es pequeña, cabe en la palma de una mano y sin embargo entran todos…

...Espera, tú también estás ahí, de la mano con Jesús, en mi corazón. Ya sabes dónde estoy… cierra tus ojos y ahí me verás.

No te quedes con la boca abierta, como si no lo supieras, ¿acaso no te diste cuenta? Solo estás porque decidiste cerrar las puertas de tu imaginación, la misma que te trae esta noche aquí conmigo y yo en ti.

No, no salgas, no hace falta, pero comienza a llamar, marca en la distancia que amigos esperan por ti, no estás sólo, lo tienes a él y a su ángeles contigo. A Ella también, ¿no sabías? también viene a recoger algunas lágrimas viajeras de las mejillas al suelo. Si no sabes quién es, mejor presta atención.

Comienza ahora a llamar y no te detengas… solo no estás.

Cuando era chico, más chico que ahora, corría a refugiarme a mis fantasías, ahí estaban los que me protegían, los héroes de mi imaginación, con ellos vencía el mal; junto a ellos iba a los confines más remotos de la tierra, el cielo y el mar; y más allá…

¡Ah, espera! Ahora estoy contigo, si tú… no te hagas el desentendido, tú, si el que lee estás líneas… Eres mi amigo, mi amiga, mi compañero y compañera de aventuras… Cierra los ojos y ahí estaré…

¡Ah aguarda presta atención! Al abrir los ojos quizá ya no me veas, sin embargo, ahora sí, quedas con el mejor de todos tus amigos: Tú mismo en soledad.

Abrázate, que jamás sólo estarás.

Yerko Reyes Benavides

sábado, 27 de enero de 2018

En tiempo: "Fuera".

En Dios no hay tiempo, no existe el presente o el pasado ni mucho menos el futuro.

En el cielo no hay un aquí y una ahora.

Sólo un existir, un ser y un amar. A temporal, sin nexos ni conexiones, sin pasado, ni futuro, sin presentes ni destinos, sin condiciones, ni restricciones. No hay expectativas que cubrir ni decepciones que sufrir. Sólo se es y nada más, se es y se ama y a si sucede todo lo que ha de suceder.

¿Se tratará entonces de un eterno presente? 

Tampoco. 

Ser y existir, vivir y amar es más que la suma de los minutos acumulados, transitados o por venir.

Cuando dejamos de pensar en el tiempo y sus clasificaciones agobiantes y agotadoras podemos rasguñar por un instante la Eternidad.

Vive y sueña que no hay ni ayer, ni mañana ni hoy, sólo, si así lo decides, Amor.

"Sólo ama como si no hubiera mañana. 
Sólo ama como si no hubo ayer
Sólo se Ama y Amando sé y existe". 

Maestro del amor sin tiempo son los niños

Volver a ser niños.


Espiritualidad de la Ternura


Yerko Reyes Benavides

Ven por mí. Voy por ti

Tú me dices, Dios mío, amor mío, de mis amores:

El camino está abierto, espero por ti, sin tus pies no abra recorrido, sin tus manos constancia, sin tus ojos visión, sin tu corazón dirección y sin tus pensamientos transformación. 

Dios -Abbá- aguardo por ti, espera por ti; Yo, el que soy, me he puesto en camino para encontrarte; en el Verbo -habla el Espíritu de Dios- no va en dirección de ti, va delante de ti, pues si se pone a la par contigo no te pones en píe, y él te necesita erguido, con la frente en alto, los ojos en el firmamento y el corazón latiendo y palpitando sediento. 

Despréndete de la comodidad que atrapa a la fe en unos cuantos cuento.

Arriésgate a perder la razón para que la voz de Dios resuene con liberad en tu corazón. 

Avanza tras sus huellas en los aluviones de la vida.

No necesitas verlo, te bastan las pisadas que dejó en las áridas arenas de la desesperación. Grita, retuerce el sentido común para que sientas su candor quemando en tu interior.

Y ahora yo te digo Señor, que vienes a mi encuentro, amor de mi corazón, de mi alma y pensamientos:

Resquebrájame, Señor, que ya no vea la claridad del amanecer sin que el amanecer no alboree antes en mi alma precedente del firmamento obra de tus manos.

Sal a mi encuentro y detente; no llegues hasta mí, porque si llegas me quedaré sembrado como árbol en terquedad que, se niega a sacar las raíces y sembrarse en el mar, ahí donde tú me quieres. Razón ninguna, corazón todas. 

Detente en la distancia, para que pueda correr hacia ti; como el niño, que lo sorprende el amado que se asoma por las riveras de la vida y corre a sus brazos.

Más si me acerco demasiado camina un poco más, lejos y marca distancia, para que siga corriendo y jamás me detenga, porque será la única manera de que en la eternidad el amor sea pleno y la realización de mi ser completa. 

Camina hacia mi Señor, pero detente, y cuando esté cerca de ti, camina de nuevo, un poco más lejos, para que jamás me detenga. 

Hazme entender Señor no con la razón sino con el corazón que al Dios que fui a buscar, al Dios que me hizo caminar, al Dios que por el cual arriesgue, al Dios que en búsqueda andaba y me equivoque, al Dios por el que la libertad perdí; al Dios por el que perdoné aun sin querer; al Dios por el que viví, ilusa e ingenuamente al margen del mundo, en la periferia del poder, del éxito y la fama; al Dios en el que desesperé, confronté, oré y lloré, al Dios por el que amé apasionadamente, ya antes de encontrarle ya a mí me había encontrado y amado para la eternidad y por la eternidad. 

Ven por mí. Yo voy por ti.


Yerko Reyes Benavides

viernes, 26 de enero de 2018

Quedarse o Trascender...¡Eh ahí el dilema!

Lo mejor es quedarse en los convencionalismos. 

Los estereotipos probados y comprobados, esos no nos meten en ningún problema, están apegados a las costumbres, ya probadas y comprobadas. 

¿Qué hay de nuevo vigía del alma?: 

"Nada nuevo bajo el sol, mi capitán". 

¿De verdad? 

Inquiere el capitán con sagacidad. Y el grumete repite: "nada nuevo bajo el sol". 

Pero el alma, imagen y semejanza de Dios siempre inquieta, siempre en busca; siempre en innovando, no puede resignarse a la inanimación de un mundo que prefiere la comodidad de sus supuesto que, el riesgo de la innovación; romper paradigmas para tocar con la punta del dedo la alegría que sólo en Dios está. 

Esta noche, medita en el silencio de tu habitación, donde sólo Dios y nadie más que Dios entra a tu recinto sagrado: ¿Buenas costumbres o el riesgos de los Amores?


Yerko Reyes Benavides

El Credo de Dios



“Creo en el hombre, en su unicidad y en su diversidad; en la riqueza natural que expresa cuando viven en comunión y armonía consigo mismo, con sus hermanos con Dios y con el mundo.

Creo en su bondad, nobleza; creo en su honestidad y en su búsqueda sincera de la verdad. Creo en su nobleza y en su solidaridad, en sus gestos de compasión y de ternura.

Creo en la capacidad de crecer y desarrollarse. Creo en el dominio de si mismo en anhelo por un mundo mejor; creo en su evolución, en su desarrollo y su perfectibilidad.

Creo en su dignidad, esa que no tiene nada que ver con la política o la religión, creo en su dignidad, porque es manifestación de mi divinidad; creo en la imagen y semejanza mías que hay inherente a su esencia, porque Yo lo coloqué ahí, es don mio, de mi amor y de mi gracia, no importa si el hombre lo reconozca o no, lo que importante es que se valore a sí mismo en dignidad, para defender los derechos que como hijos de mi corazón tienen en el mundo.

Creo en la grandeza del ser humano que le viene en sus momentos de humildad, experiencia espiritual que lo hace uno en mí y en mi amor.

Creo en la búsqueda sincera y honesta del ser humano de libertad y de paz que muchas veces termina siendo vilipendiada y reprimida por lo “poderosos” de este mundo, que su único poder es el manejo de unos recursos que no le pertenecen y por más que se empeñen nunca serán suyos, porque la eternidad no les pertenece como los hijos de la luz.

Creo en la bondad natural de la persona. Creo que en esa bondad hay afecto sincero y verdadero, aunque sea tosco y rudimentario.

Creo en la capacidad del hombre de trascender; creo en su inteligencia para buscar un mejor porvenir.

Creo el ser humano que es pecador pero siempre llamado a la santidad, puesto que la santidad es su condición natural (si de Dios venimos, de él no sale nada mal hecho, o con “defectos de fábrica”, en la naturaleza del hombre está la impronta de la bondad de Dios, ahí radica la imagen y semejanza); así que también creo en la naturaleza misericordiosa y afectuosa del ser humano.

Creo en sus sueños, en sus anhelos.

Creo en la perfectibilidad con razón de ser de su existencia.

Creo en los gestos de nobleza y honestidad; en sus principios y en sus valores; en sus utopías y en sus sueños.

Creo en el ser humano aunque el ser humano no crea en sí mismo.

Creo en el ser humano, aunque niegue mi existencia, sigo creyendo en él aunque se pelee conmigo, y en por el afán de libertad rompa las ataduras de las religiones que los oprimen que los hacen creen en mí sin religión que los congregue y los identifique

Creo en el ser humano más allá de sus ritos y de sus ceremonias que en nada añaden un milímetro de divinidad a mi esencia, pero que a ellos les hace pensar en mí, y aunque tímidamente, inconstantemente, difusamente amarme.

Creo en el amor del ser humano, aunque este amor se quede en las formas; creo en su amor en realización y en ejecución, más que en el amor de sus dogmas y doctrinas. Amo al que me ama aunque amándome se equivoque; creo en ese amor, más que en el amor de cartillas y nomas.

Ese amor es vivencia, ese amor es búsqueda, ese amor es ensayo y error, ese amor es aprendizaje y algún día se convertirá en amor que trasciende la misma naturaleza que lo limita, para que ese amor se convierta en divino.

Creo en el amor del ser humano, porque es la impronta de mi amor en él y más cuando ese amor se pone en búsqueda, como el siervo sediento que busca las aguas frescas y cristalinas de los manantiales puros que brotan del torrente de amor divino.

Y finalmente creo en la trascendencia del ser humano, trascendencia que lo lleva lejos de las prerrogativas y limitante mundanidad y sin salir del mundo toca las puertas del paraíso, acaricia el rostro de Dios y vuelve al mudo para hacer su Voluntad”.

Yerko Reyes Benavides

jueves, 25 de enero de 2018

No hay remos para el Alma

El que ama no necesita razones sino sólo convicciones, no del amado sino del Amor. Por eso, el alma no necesita remos para navegar en las aguas cristalinas de la eternidad, donde el corazón del Señor está.
Le basta, al alma, como a los niños, cerrar los ojos y en el fondo de una barca, imaginaria, transitar los confines de las cosas que sólo tienen lógica en el mundo tan real como el de los sentidos, el que viven los niños, que con los ángeles juegan. 

Y tú ¿cuándo fue la última vez que te fuiste de la mano con los ángeles a recorrer los infinitos umbrales del amor de Dios?

No hay remos para el alma que en amor anda, las aguas dulces del amado lo llevarán directo a su corazón y allí se fundirá en un dulce y tierno beso de complicidad, de Padre, hermano y amigo.

Volver a ser niños, ahí el desafío para entrar en las delicias del Reino del Señor.


Espiritualidad de la Ternura.

Yerko Reyes Benavides

Palabreando


Apreciados lectores de Lazos de Fe, Revista de Espiritualidad. En los últimos meses se han introducido diferentes herramientas para incentivar la reflexión, pero más que de un acto racional de pensamiento, se busca el desarrollo de dos dimensiones importantes de la dignidad humana: inteligencia emocional, de la que quizá hayas ya escuchado mencionar en algunas ocasiones y de la cual hay una amplia bibliografía en las redes.

La otra tan importante y fundamental como la primera y más ámpliamente desarrollada y estudiada, la Inteligencia Espiritual, donde nos hemos enfocado con mayor énfasis, no tanto en la presentación teórica de sus principios sino más en la propuesta vivencial de sus beneficios y ventajas, de tal manera que podamos ir desarrollándola en la práctica, como ya hemos desarrollado a niveles aceptables la inteligencia intelectual y racional.

Esto ha sido el propósito de publicaciones bajo la propuesta de:
  • Gotas de Sana Espiritualidad
  • Filosofando
  • Poemas 
  • Volver a ser niños
La ultima como propuesta concreta de un Teología de la Espiritualidad que aunque hunde sus raíces en la profundidad de la historia, su especificación como teología es más bien reciente. Sin embargo, nos decantamos no por la “Teología de la Ternura” que utilizamos como referente y se sustenta en el Corazón mismo de Jesucristo, sino en la Espiritualidad de la Ternura, como venencia y práctica espiritual especifica.

Gotas de Sana Espiritualidad basada en el pensamiento y vivencia de los Santos en su relación íntima y personal con Cristo en las huellas escritas que tenemos de ellos, llegó al cierre de su primera fase de poblaciones, pero no las añoren, sólo es un pequeño receso que no hemos tomado, receso estratégico para posicionar el Volver a ser como niños que viene a enriquecer las prácticas y herramientas espirituales para, valga la redundancia, propiciar el desarrollo práctico de la Inteligencia Espiritual. Gotas de Sana Espiritualidad volverán a nosotros en este tiempo fuerte de la cuaresma a la que nos acercamos con celeridad, en una segunda fase presentaciones.

Animados en un “inquieto corazón” que constantemente anda buscando formas innovadoras sólo con el fin de amar y amar mejor, y dejarse amar exigiendo esos si un “amor mejor” también, proponemos una nueva estrategia de cultivo de la Inteligencia Espiritual, esta va a exigir un esfuerzo de nuestra parte, no sólo la lectura emotiva o emocional de los textos propuestos a través de las imágenes presentadas, sino el tomarnos el tiempo suficiente para en la meditación ir más allá de lo sensible y tocar “espiritualmente” la esencia misa de aquello que será el objeto principal de la meditación.

Esta estrategia espiritual tiene su génesis en la Espiritualidad de la Ternura y en la práctica concreta del Volver a ser niños, la he titulado con una sola palabra, que ha ameritado toda esta preámbulo para ser presentada: “Palabreando”.

De niños, cuando nos enseñaban a leer, la técnica pedagógica que todavía se mantiene como paradigma educativo con tal propósito era el “Silabeando”. Estrategia que consistía en dividir las palabras desde las más simples a las más complejas en sílabas de tal manera que la palabra encontrará significación cognitiva al silabearla acompañada de la imagen correspondiente que la identifica visualmente y con la que el niño establece la relación: “palabra e imagen” para generar un conocimiento significativo y así lograr la identificación correspondiente de cada palabra con su esencia y realidad que representa.

Emulando la técnica más no su finalidad, porque no buscamos generar una idea cognitiva, sino provocar un replanteamiento espiritual de la realidad es que nace Palabreando, que, como ya se planteaba es un complemento del Volver a ser niños y una técnica adicional a la vivencia específica de la Espiritualidad de la Ternura.

Día a día se propondrá una imagen con una palabra, sólo una palabra, para que en un tiempo, el que tu decidas, te replantearas la noción concebida de lo que conoces de ella y te harás cual niño que se confronta por primera vez con aquella realidad las preguntas más ingenuas pero con una urgencia de aprehendizaje excepcional:
  • ¿Qué es eso?
  • ¿Lo que se de eso, es suficiente para entenderlo, describirlo y ubicarlo como referente de la realidad que describo?
  • ¿Hay algo más que no he visto y que sea fundamental en su vivencia?
  • ¿Con ello el logrado perfeccionar mi dignidad natural, bondad natural y amor existencial?
  • ¿Con lo comprensión que tengo de esto he trascendido a los predios de la divinidad?
Y todas las demás preguntas que sólo tú te podrás hacer porque vendrán de tu historia personal de vida, de tus vivencias y experiencias, e incluso de las estremecidas que te darán tu orgullo y soberbia “religiosa”.

Me disculpo porque Volver a ser niños apareció de forma espontánea y natural como espontáneo y natural es la vivacidad de los niños a quienes, referencialmente, les dimos el tácito e implícito título de “maestros de espiritualidad”.

Sirvan estas líneas también a modo de presentación oficial de:
  1. Volver a ser niños y
  2. Palabreando
Técnicas que nos ayudan en el camino del descubrimiento, desarrollo y aprovechamiento vivencial de la Espiritualidad de la Ternura, para decidir conscientemente “Vivir en Bondad y en Amor”.

Yerko Reyes Benavides
Editor

miércoles, 24 de enero de 2018

¿Humanidad? ¡Humanidad!

Deshumanizar, deshumanizante, son dos términos que se utilizan para referirse a condiciones externas que limitan, coartan, restringen, limitan e imposibilitan la realización del ser en su esencialidad: Ser, ser Humano. Esta intervención externa no procede de "fueras oscuras", "demonios" de los mundos mágicos que son en última instancia los culpables de nuestra "irresponsabilidad". 

Lo deshumanizante proviene del mismo ser humano que ejerce su acción en contra de su propia naturaleza, a contra-venencia de su esencia. 

Me pregunto, como el "niño" que busca dar con el propósito y el sentido de algo: ¿Cuándo? en serio ¿Cuándo llegamos al punto que la acción humana sea contraria al ejercicio de su misma naturaleza? 

¿Cómo fue que llegamos hasta acá? Lo humano deshumaniza, hay decisiones que toman el ser humano a contra natura. ¡Bonita cosa! 

Desconocidos en propia alma;
turista de en la praderas de la misma esencia;
mercenarios de nuestra existencia.

No todo está perdido: ¿Humanidad? ¡Humanidad!...


Yerko Reyes Benavides

martes, 23 de enero de 2018

¿Y, Cuál es tu Talento?

Estamos llenos de virtudes y dones. Nuestra alma está en comunión con el Espíritu Santo que inhabita en ella.

Es en está comunión intima donde el hombre descubre sus talentos, tesoros de la gracia de Dios. 

Tantos como el amor mismo de Dios así lo deseé.

El niño intuye en su alma la presencia de esos dones, y con una facilidad asombrosa los manifiesta abiertamente.

Certeza que da la pureza del alma que ha estado en comunicación con Dios en su Espíritu.

Esos talentos los vive con espontaneidad y naturalidad a la medida que los va descubriendo y los va incorporando a su diario quehacer.

Los talentos no se agotan, y mientas más tiempo dediquemos a cultivar nuestra espiritualidad éstos más se multiplicarán. 


Yerko Reyes Benavides

lunes, 22 de enero de 2018

Para tener "Dulces Sueños"

El alma humana es de naturaleza pura y trascendente, que cuando descansa se eleva por encima de los límites de la conciencia y toca, por así decirlo, las puertas del cielo.

No hay nada más maravilloso que poder ver la sonrisa de un niños que se esboza en su rostro aún en el sueño más profundo.

Esa pureza, sosiego y tranquilidad a medida que maduramos y nos "hacemos adultos" la perdemos, e incluso el sueño se espanta y las pesadillas aparecen.

Desde el ámbito de la psicología, se maneja el paradigma de que los sueños pueden ser interpretados, puesto que es el lenguaje con el que el inconsciente se manifiesta.

Lo que con toda seguridad podemos afirmar es que si queremos dormir como un bebé, necesitamos tener la Conciencia en paz.

Medita a raíz de qué has perdido la capacidad de dormir y, sobre todo de soñar y sonreír en tus sueños.

El que tenga oídos que oiga, y el que tenga la conciencia tranquila: Dulces sueños.


Yerko Reyes Benavides

domingo, 21 de enero de 2018

También hay malos ratos

¿Quién dijo que en el alma del niños todo era ir "en góndola"?

En el corazón de los niños también se suscitan diferencias, conflictos, problemas, confrontaciones, pleitos, molestias, rabias, explosiones emocionales intensas. 

¡Ah! Pero hay una gran diferencia. 

Los niños no saben guardar rencor, no tachan a nadie de sus existencias, ni apuntan en listas negaras a los que les hacen daño.


Yerko Reyes Benavides

Como a ellos, Jesús te llama

Dios llama al ser humano para hacerlo participe de su amor, y en su amor corresponsable de la salvación de sus hermanos. ¿Qué de especial ve el Señor a los que llama?

Todo de sí, mucho de ellos, disponibilidad y apertura; confianza y seguridad; humanidad y divinidad...

Pudiéramos enlistar muchas cosas y, quedarnos cortos. Todo y nada. Lo tenemos todo que ofrecer y nada que ofrendar. Sin embargo, el amor de Dios no necesita razones para darse. Sólo se da en libertad y, aunque le hayamos querido atrapar, él "rebelde" se nos escapa y seguirá escapando para amar a quien quiere, cómo el quiere y cuando el quiere.

El llamado es de Dios y sólo de Dios, humana es la respuesta y corresponder.


I
Jesús cada día caminaba
recorriendo senderos y cañadas
buscando hombres fuertes,
buscando hombres de espíritu libre,
buscando corazones dispuestos para amar.

II
Jesús en su corazón sentía
que la vida requería de amor.
Es por eso que quería
que los hombres entregaran
mucho más que una oración.

Pedro, Santiago y Juan...
hombres que reconocieron
en Jesús, su Salvador.
Marta, María y muchos más,
sintieron que, el Señor
perdona al pecador.

III
Tú, que hoy te encuentras indeciso,
ten encuentra que Jesús en amor,
por ti murió y,
al tercer día resucitó
y colmó de esperanzas tu vida
sedienta de amor.

Pedro, Santiago y Juan...
hombres que reconocieron
en Jesús, su Salvador.
Marta, María y muchos más,
sintieron que, el Señor
perdona al pecador.

Pedro, Santiago y muchos más
nada conservaron y
se entregaron a Jesús.
Como ellos, 
hoy Jesús te llama y
pide que le des tu Corazón.


Yerko Reyes Benavides

sábado, 20 de enero de 2018

¿Qué es esto?

El despertar de la conciencia comienza con ¿Qué esto?, en los niños es natural y espontáneo el deseo de interactuar con un mundo que les resulta fascinante, desafiante, desconocido, e imponente. 

Una cualidad del alma es el anhelo de descubrir, de conocer, de descubrir la esencia y lo realiza a través de la esencia propia con la esencia con la que se relaciona y vincula espiritualmente. 

Aprehender no es lo mismo que aprender; en el aprehender hay una interacción de la esencia del cognoscente con la esencia de lo conocido, y por tanto hay un apoderamiento, no desde el poder (fuerza o viloencia) sino desde el amor, el cognoscente se hace uno con lo conocido por la posesión amorosa de su esencialidad. 

Volver a ser niños es recuperar la curiosidad, pero esta vez la interacción será distinta, y por ello necesitamos redescubrir el mundo que, supuestamente, "ya conocemos".

Volver a conocer lo conocido haciéndonos como los niños no a otros esta ves, sino a nosotros mismos ¿Qué es esto?


Yerko Reyes Benavides

viernes, 19 de enero de 2018

¿Y tú?

¿Cuándo el mundo se nos volvió más grande que el tamaño de nuestros sueños?

¿Cuándo nos acomodamos, nos resignamos, dejamos de volar con nuestra imaginación, visitar los sitios más recónditos que sólo en fantasías se podía trasladar y ver las cosas fantásticas de los mundos probables pero evidentemente diferente al real.

En el alma de cada ser humano está escrito con letras doradas: "Tú seras el que logre cambiar el mundo".

¿Cuándo nos convertimos en adultos y renunciamos a ser lo que debimos ser desde un principio?

Estamos a tiempo: Y tú ¿qué quieres HACER cuando seas GRANDE?


Yerko Reyes Benavides

Imagen de la Trinidad: Cuerpo, Mente, Alma

“Se debe orar que se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano.

Pedid un alma fuerte que carezca de miedo a la muerte,
que considere el espacio de vida restante entre los regalos de la naturaleza;
que pueda soportar cualquier clase de esfuerzos,
que no sepa de ira, y esté libre de deseos
y crea que las adversidades y los terribles trabajos de Hércules son mejores que las satisfacciones, la fastuosa cena y la placentera cama de plumas de Sardanápalo.

Te muestro lo que tú mismo puedes darte, 
con certeza que la virtud es la única senda para una vida tranquila”.


Juvenal (Satira X, 356)



La naturaleza humana es una sola y se manifiesta en múltiples e interconectadas dimensiones. No podemos aunque así lo hemos pretendido hacer, cuando moralizamos sobre todo y antes que nada, separar el cuerpo del alma; lo espiritual de lo instintivo, lo biológico de lo psicológico (ahí hemos tenido mejor suerte porque lo bilógico y lo psicológico del humano nos ha dado lecciones de cómo se afectan e intervienen la una en la otra bien; sea por acción o por reacción). 

Sin embargo, a la compresión mensurable de las ciencias biológicas y psicológicas le hace falta el tercer elemento integrante e integrador, el que es la dinámica y lo que hace que interactúen hasta lograr la homeóstasis plena: lo espiritual o el alma. Cuerpo-Mente-Alma actuando en unidad, integradas e integradoras.

Trayendo a colación a un autor de antigua data, que no es considerado ni biólogo, ni psicólogo, sino teólogo y a lo mucho filósofo, epíteto que no les gusta como mote a los biólogos ni a los psicólogos. San Agustín en su obra teológica-antropológica De Trinitate propone que en el interior del ser humano se dan interacciones en tríos de componentes esenciales a la naturaleza: “alma, conocimiento y amor” y “memoria, entendimiento y voluntad” dinámicas introspectivas a la esencia humana, donde se asoman la presencia trinitaria de la divinidad. Agustín se fue a lo trascendente y se olvidó, no por completo, pero no lo desarrollo del todo de lo inmanente; no era el momento, ahora si lo es en pleno y tan temido postmodernismo.

Hay una triada que no considero Agustín, fundamental, de la que la esencia pende para su realización, y en la cual se sustenta para desplegarse, expandirse, perfeccionarse y trascenderse a sí misma, llevando, así, a la esencia humana a una explosión de su divinización (en Cristo y por Cristo). 

Esta triada, sólo bipartita para las ciencias mensurables, es: “Cuerpo-Mente-Alma”, unidas, cohabites del ser, integradas e integradoras. Espíritu será la fuerza dinámica que hará la conjunción de éstas: el equilibrio, la armonía y la trascendencia. 

Se citó al inició de este articulo la consabida máxima latina: “Mens sana in corpore sano” de las sátiras de Juvenal (Siglo II). Eslogan actual de la unión que hace la ciencia de la psique con la biología. Sin embargo, sigue faltando algo, diremos el pegamento que adhiera definitivamente la una con la otra, y su interacciones termine siendo más provechosa. 

Insistimos, “mens sana in corpore sano” no ha sido suficiente para terminar de inspirar la búsqueda de la ciencia más allá de sus hipótesis y paradigmas mensurables, la importancia del equilibrio entre cuerpo y mente, y aunque estos entren en avenencia, falta un elemento fundamental: el alma para lograr el equilibrio y la armonía; salud y trascendencia. 

La salud del cuerpo es fundamental, lo mismo la de la mente, pero lo que verdaderamente va a ser determinante es la salud de la persona en su integridad y sobre todo en su dignidad esencial y natural es el alma. 

Ahora recuerdo que en la Edad Media, el pensamiento se hizo tan ocioso que se buscó la ubicación exacta del Alma en el Cuerpo, y está se la situó en la "sella turcica", Silla Turca debajo de la hipófisis. 

Cuerpo, mente y alma coexisten en el tiempo y en el espacio, aunque a la mente (analogía del pensamiento y el intelecto) se le han atribuido cualidades trascendentes y al cuerpo inmanentes, es decir, separándolos radicalmente en el último momento de la vida biológica, la espiritualidad, y sobre todo la fe en Cristo, nos llevan a superar la brecha dicotómica de la disgregación cuando afirmamos: “Creo en la Resurrección de la carne”

Si en la muerte no hay dispersión ¿por qué la habría en la vida?

Lecciones de Vida de los niños al Ser Adulto

En la Espiritualidad de la Ternura necesitamos tomar como método de trabajo interior, la des-instalación de los pre-conceptos, de los prejuicios y de los criterios de pensamiento establecidos y que damos por sentado. 

Esta estrategia desde el mundo de la filosofía se llama decosntrucción del yo. Desde el ámbito de la psicología, se denomina desaprendizaje*. 

Bien sea, que teóricamente se asuma como una deconstrucciónn del yo y, más que nada del "Ego", o lo veamos como un desaprendizaje, si queremos entrar al Reino de Dios es una decisión que hemos de tomar sin más dilación. Que los absolutos no te detengan y los relativos de te intimiden. Para ser  lo que somos y poder ir siendo lo que ya eramos en un principio, nos urge este proceso interior. 

Desaprendizaje o Desconstrucción, no son excluyentes, ni contrarios, una y otra son necesarios. 

Cuando hayamos "desmontado" todas las estructuras interiores que hemos construido conscientes e inconscientes (esta última con ayuda) podremos vencer a la realidad que se cierne sobre la vida como amenaza y podremos "Reconstruir la realidad" interior que se proyectará al exterior. 

De momento, volver a ser niños, nos da una maravillosa lección en ese proceso de desaprendizaje y deconstrucción. La alegría volverá y la sonrisa será la certificación de estar en el itinerario espiritual del Cristo, ese que nos lleva al Reino. 

Vívelo así de natural y así de espontaneo. 


Yerko Reyes Benavides

*En próximos artículos estaremos profundizando sobre "Deconstrucción y Desaprendizaje" 

miércoles, 17 de enero de 2018

Así se hace un amigo: Hola

Una de las trampas de la "madurez", en la que la mayoría de nosotros caemos, prácticamente sin darnos cuenta de ello, es enterrar para siempre el talento natural e innato para relacionarnos armoniosamente con los demás. Y hago énfasis "en los demás" abriendo el abanico de posibilidades a tantas personas que hay a nuestro alrededor, y no sólo a los que catalogamos como:
  • Escalafón 1: Íntimos 
  • Escalafón 2: Familia
  • Escalafón 3: Amigos
  • Escalafón 4: Conocidos
  • Escalafón 5: Compañeros de trabajo
  • Escalafón 6: El resto de la humanidad. 
A veces entre todos los escalafones en los que cuantificamos al "prójimo" y, juntándolos todos, digo, nos sobran los dedos de las manos para contabilizarlos y enumerarlos.

El alma es RELACIONAL, es decir, se hace y se realiza en connivencia; cunado vive y se conecta con otra u otras almas (personas) iguales -en dignidad- a la suya. 

Una de las cualidades que nos hacen esencialmente imagen y semejanza de Dios es "ser para si en el otro"

Sin embargo, mientras más años acumulamos, menos amigos nos van quedando y, no porque se hayan ido de nuestro lado a otras tierras, o hayan fallecido, sino porque "la experiencia" nos da las lecciones del dolor, sufrimiento, engaño y traición. Gracias a esas lecciones, la madurez viene con "desconfianza total y absoluta a todo y a todos; el alma siempre a la defensiva, al resguardo del tesoro de nuestra susceptibilidad.

Por ello, desterramos al prójimo de nuestra intimidad dejándolo en la periferia de nuestra indolencia y indiferencia.

Preferimos no existir y no realizarnos a arriesgarnos a ir con el corazón abierto acogiendo y amando a todos y cada uno, así como lo hace Dios de quien, decíamos, somos imagen y semejanza. 

El camino del éxito, repetimos: "es un camino que se transita en soledad" y total verdad hay en esa afirmación, sin embargo, la cúspide de los éxitos no está siempre asociada a la realización personal integral; la soledad termina por pasar factura y cobra muy caro.

La realización, al contrario, es un camino que se transita en compañía: ¡Mientras más mejor!

Ser como niños es volver a aspirar a la propuesta fantástica de aquella vieja canción que coreaba:

"Yo quiero tener un millón de amigos...".


Yerko Reyes Benavides

martes, 16 de enero de 2018

Sosegar la Razón para volver al Corazón

En el camino de la madurez, la estructura que sostiene y mantiene la sociedad y cultura contemporánea ha sacrificado el Corazón para darle prioridad a la Razón.

En algún punto de la historia del pensamiento humano, se llegó a la conclusión de que en el imperio de la razón el ser humano encontraría su realización. 

La Razón imperó desde entonces, y no conquistó para el hombre el bienestar prometido.

Para algunos desilusionados del imperio de la racionalidad dieron el salto, absurdo, a lo mágico, de lo cual, la razón tuvo razón de abandonar. 

La razón intentó racionalizar el componente mágico, creyendo que de inmadurez se trataba. 

Sin embargo, la vuelta no es al pensamiento mágico, el viaje de regreso se hacer en la barcaza de los Sueños, para llegar, al puerto del Corazón, de donde nunca debimos haber salido. 

Sueños y Corazón, en la Espiritualidad de la Ternura van de la mano, como de la mano van en los niños, sin soltarse ni un sólo instante. 

El Corazón te llevara todo lo más lejos que los sueños de dejen navegar. Pero, sólo los sueños te llevarán de vuelta al lugar donde dejaste el Corazón. 


Yerko Reyes Benavides

Mirada de Reino, mirada de Niño

¿Dónde, Señor, encontrar tu mirada?

¿Será que desde tu partida para ocupar la diestra del Padre, la humanidad quedó condenada a no poder más que esperar, el día de tu segunda venida?

¿Dónde, Señor, encontrar algo que refleje tu amor y tu cercanía?

Dijiste: "el Reino de Dios está ya entre ustedes".

¿Dónde Señor, si oscuridad y tinieblas mis ojos contempla?

Mientras mi boca proclama: Luz; 
oscuridad recibe.

"Venga a nosotros tu reino", decimos, cuando elevamos los brazos hacia el cielo, pidiendo justicia, paz y armonía.

Y al bajar los ojos, ¿Qué vemos? al hermano contra el hermano, por un pedazo de mundo que no creó; indolente miente, para apoderarse de lo que no fue, no es ni será jamás suyo.

Tinieblas se ciernen, pero Tú, Señor te escondes, tan visible y tal al alcance que, sorprendes.

Velada nuestra vista, en la mirada inocente de un niño, nos miras con amor y ternura, para que no perdamos el camino del Reino.

Míranos, Señor, mil veces, con la mirada dulce de la infancia, llévanos a lo más hondo y profundo del alma para que una vez ahí, miremos lo que tú miras en nosotros, y amemos lo que tú, aun, sigues amando de nosotros. 

La mirada tierna de la infancia no se extingue, sólo se oculta, a plena vista, como tu mirada a nosotros, en la dulce mirada del Reino que en el niño se esconde.

Una vez ahí, Señor, piérdeme de amor en tu mirar para que cuando vuelva a contemplar la realidad pueda mirarla con la mirada del Reino en  mi; y en Ti, seguir mirando con amor al hombre. 

Tinieblas, ¡ya no más!

Mirada de Reino, en el mirar del niño en mi, que en Ti ha nacido un día para el resto de la eternidad. 

Luz de Reino, en la mirada inocente dulce y tierna de un niño. 

¡Ahí te escondes!

Que no deje nunca de mirarte ahí en cada niño, y en el niño que hay en mi, para el Reino de Dios en todos.


Yerko Reyes Benavides

domingo, 14 de enero de 2018

¿Pretextos o Ilusiones?

¡Dios! El mundo de los adultos, de la razón, la lógica y el sentido común, está lleno de excusas, pretextos y toda clase de artimañas para justificar nuestra apatía, indiferencia, soledad, abandono, flojera, indolencia, indiferencia, apoltronamiento y comodidad. 

Y me detengo, porque las escusas en nosotros no tienen fin, como tampoco lo tiene la trampa psicología de la victimización como engaño al alma, que reclama más de nosotros.

Los niños son maestros de la alegría y, hoy descubrimos su secreto. 



Yerko Reyes Benavides

Silencio, el Corazón va a Hablar

Muchos esfuerzos han hachos las ciencias para tratar de conciliar Razón y Corazón. 

Estrategias, métodos, técnicas, todas ellas se quedan en la formalidad. Apuntan al centro pero terminan en los bordes.

En el niño es esfuerzo no es necesario.

No se trata de concienciar o concientizar a la razón domesticarla,  para que acepte las prerrogativas del corazón y viceversa.

Simplente: "Quand le Coeur parlera, la Raison fati taire"

En el niños esto es automático y natural, no hay conflictos de intereses, ni lógica, ni sentido común, sólo se da espontánea y libremente.

sábado, 13 de enero de 2018

Acción y Reacción, no son las dos caras de una sola Moneda

Empecemos por lo más básico, aunque todos tenemos una idea de lo que signada el vocablo acción y también el término reacción. Mas si tenemos noción de ello, en alguna otra ocasión lo he manifestado, que la peor actitud para el alma es absolutizar la noción de algo y dar por sentado que ya no tenemos nada más que buscar.

En el ADN espiritual de la naturaleza humana está escrito en su genoma ser peregrino, caminante, nómada de su existencia. Siempre en evolución, siempre en desarrollo, totalmente perfectible, y lo más grandioso totalmente trascendente.

La RAE, Real Academia Española de la lengua, por sus siglas, define:

Acción: Encuentra su origen etimológico en el vocablo latín “actio – actionis” que significa en primera instancia, “ejercicio de la posibilidad de hacer”. También es el “resultado del hacer” o el “efecto que causa un agente sobre otro”. En física se entiende el término como producto de la energía absorbida durante un proceso por el tiempo que este dura.

Por su parte, Reacción significa: la “acción que se opone a otra”. También puede ser entendido el vocablo como, “forma en que alguien o algo se comporta ante un determinado estímulo”. Reaccionar implica cierto grado de violencia en la respuesta al estímulo que la provoca. Otra manera de entender este vocablo es como “actitud opuesta a las innovaciones”. En biología, que está íntimamente unida a la psicología y a la espiritualidad, representa “la forma o manera como el organismo trata de contrarrestar la influencia de un agente patógeno”. También en física, “fuerza igual y opuesta, con que un cuerpo responde a la acción de otro sobre él”.


Aquí podríamos hacer uso del adagio “a buen entendedor, pocas palabras”, o también apelar a la frase característica de la estrategia pedagógica de Cristo: “el que tenga oídos, que oiga”.

Sin embargo, compartamos algunas observaciones que salta a la vista y que en el contraste de las definiciones del término podríamos diferenciar: acción es luz de un día y reacción es oscuridad no del mismo día, sino de otro muy distinto.

Desde la biología y la psicología recogemos la orientación positiva que se asume desde la acción, y la postura defensiva, pasiva hasta ser perturbada la pasividad, instintiva más que consciente, a no ser que se conciencie la reacción como una estrategia que optara por la agresividad y la violencia en la fuerza que empleara para ejecutarse.

Reaccionar siempre será una respuesta defensiva y violenta de ante un estímulo que se siente amenazante, amenazador que enciende las alarmas bio-psico-espirituales de la esencia humana. En reacción se destruye, se golpea, se hiere “en defensa propia”. La reacción es caótica por naturaleza, necesaria para el organismo, indudablemente, pero como último mecanismo de defensa.

El problema es que hemos convertido la reacción como la principal herramienta para “rehacer” nuestro mundo, más enfocado en lo exterior que en lo interior. En reacción se construye, pero luego de haber destruido, ya que no queda más remedio que volver a juntar las piezas, tratado de rescatar algo de lo “bueno” que había pero no fue.

El alma no puede andar en reacción constantemente, enferma, no muere, pero si se repliega dándole dominio a la psique y a la biología para que se encarguen, estas dos han podido mantener un tenue equilibrio interior, donde han evitado la implosión de la esencia humana, pero no se bastan.

Lo que nos queda es, a todas luces, antes de reaccionar (que implica la espera consciente o inconsciente a que los estímulos externos ejerzan la fuerza que detone la reacción) accionar, es decir, actuar.

En el actuar el alma se incorpora al equilibrio interior, es creativa, proactiva, innovadora, persistente, en la acción hay paz y armonía. La estética y la bondad aparecen como fuentes que la inspiran, y bien orientada la acción será la manifestación más plena del Amor.

Y en el Amor, encontrará el ser humano la realización plena de su naturaleza, que será el punto de ignición hacia su trascendencia.

“El que tenga ojos, que vea y, oídos, que oiga”.

Mejor, Actuar que Reaccionar. Genera mayor paz la primera que la segunda, mayor armonía interior y por consecuencia mejor coherencia.


viernes, 12 de enero de 2018

Insiste, Persiste y nunca Desistas

¡Qué importante es la confianza en el equilibrio interior!

La confianza activa la curiosidad, principal motivador de la búsqueda en la que se dan los aprendizajes más significativos de la vida. 

Confiar es ir a ciegas, tanteando con las manos, palpando y contemplando con los ojos del alma.

La Confianza en los signos está dada en el sentirse amados, y en el amor, el riesgo y la aventura, el descubrir, y hasta ensuciarse un poco. 

La confianza, mi confianza en quién está puesta?

Confío y me lanzo al infinito como el hijo o la hija del Padre.

Sólo en confianza plena y absoluta, en abandono total, natural, espontaneo, no planeado sino instintivo, puede darse la conquista de lo Deseado que resulta de Insistir, Persistir y jamás desistir.


Yerko Reyes Benavides

jueves, 11 de enero de 2018

El Dios del Antiguo Testamento Vs el Dios del Nuevo Testamento

Hago una afectuosa advertencia inicial: este artículo no es redactado por un especialista biblista, soy uno más entre tantos que lee la Biblia con respeto y veneración, porque es Palabra de Dios, y como respetuoso oyente, se sienta o arrodilla, ocasionalmente para prestar atención a la voz de Dios que a través del texto escrito en esta colección de libros se comunica.

Tampoco lo escribe un teólogo tratando de hacer teología bíblica. Eso es para las academias y las universidades. Sin embargo, como novel teólogo, puedo tomarme alguna atribución magisterial (no Magisterial, esa está en Roma) para hacer una aclaratoria. 

Esta aclaratoria viene de una posible confusión, al momento de cualificar la “forma” en cómo Dios se manifestó en los tiempos antiguos y que fue recogido por los escritores sagrados, tan añejos cómo los hechos narrados y que nosotros damos por nombre: Antiguo o Viejo Testamento. 

Hay una tentación que corremos incautamente todos: el tratar de sintetizar en pocas palabras la Obra de Salvación narrada en las páginas del A.T. des-contextualizamos la obra de Dios. 

El A.T. tiene tantos matices y aristas como lo tiene la vida misma, y más si nos referimos a Dios. Sin embargo, en más de una ocasión me he encontrado con el aminoramiento de la Acción Divina en una frase o unas cuantas palabras: El Dios del Antiguo Testamento es el Dios de la Espada y de la Justicia. Dios terrible y temible; "el innombrable" (expresión que me hace recordar la némesis de Harry Potter en la saga escrita por J. K. Rowling).


Discúlpenme el descaro de la siguiente afirmación, pero me da la impresión que pensamos que Dios es un Dios Bipolar. Una personalidad para el Antiguo Testamento otra, muy diferente, casi totalmente opuesta y contradictoria para el Nuevo Testamento. 

Como antes afirmaba en más de una ocasión a versados y letrados he escuhado y leído la siguiente afirmación: El Dios del Antiguo Testamento es el Dios de la Justicia y el Dios del Nuevo Testamento el de la Misericordia. 

A lo cual, con toda responsabilidad, digo, falso de toda falsedad. No podemos brincarnos teológica, bíblica y espiritualmente la “Pedagogia de la Salvación de Dios” desplegada y desarrollada en prácticamente XXI siglos de historia humana contenida en los 73 libros de la Biblia. 

La afirmación a la que hacemos referencia en sí misma es bastante temeraria, puesto que aun siendo cierta, no es toda la “verdad” sobre la mirada que hacemos en retrospectiva, utilizando los escritos del Antiguo Testamento. 

Tenemos que recordar un criterio fundamental para leer los escritos del A.T. hacerlo en Clave Cristológica. 

Ese “Dios de Justicia” que se afirma sin más (como representación de la divinidad del A.T) no dejó de existir en el Nuevo Testamento, sólo se varió la perspectiva, la Justicia de Dios no es el poder de su fuerza sino la autoridad de su Misericordia, su Bondad y su Amor que, también estuvieron presentes en la antigüedad (antes de Cristo) y del cual hay innumerables historias y en reiteradas ocasiones es expresad en los pasajes del Antiguo Testamento. 

A la hora de caracteriza a Dios revelado en el A.T. no sólo hemos de cualificarlo con una sola característica: Dios “es el que Es”; Dios de Justicia, Dios de liberación, Dios de bondad y Amor por y para su Pueblo, Dios Creador, entre otros epítetos

Si miramos la fe y el amor de Jesús por Dios, necesariamente nos hemos de fijar que el Galileo fue un judío que creció con las tradiciones, las costumbres y la doctrina judía de su época.

Sin embargo, y adelantado a su época, navego por el mar del Amor del Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob; el Dios del Rey David y Salomón, el Dios del pueblo deportado y el de los profetas. 

Es tanto así que, con la seguridad del que a Dios se le manifiesta por ser “sencillo y humilde” reconoce que Jesús supo mirar con ojos de amor, el Amor de Dios, y tanto que, lo sintió en su corazón humano como el Dios Padre (Abbá) y así lo dio a conocer (Nuevo Testamento, con Cruz incluida). 


No hay un Dios del Antiguo Testamento versus un Dios del Nuevo Testamento, hay uno sólo y único Dios, manifestado en su “pedagogía de amor”: Padre, Hijo y Espíritu Santo. 


“Dios fue, es y seguirá siendo: Amor”. Misericordia, Bondad y Ternura.

¿Por qué Sonreír?

Cuando Dios pensó en la eternidad al hombre, lo pensó para la alegría; dibujó en la raíz de su naturaleza la Sonrisa.

Por eso no hay nada más bello que la sonrisa y, para sonreír no hay edad. bella es la sonrisa de un recién nacido, como hermosa es la sonrisa de una octogenaria.

En los dos extremos de la vida hay algo maravilloso: la ternura y la espontaneidad de una sonrisa: 

¿Por qué Sonreír? 

¡Porque sí!...


miércoles, 10 de enero de 2018

Limpieza de Mirada

Limpiemos conscientemente nuestra mirada, para poder disfrutar de las cosas bellas que Dios pone delante de nuestros ojos solo con la intención de alégranos la vida. 

Todo es cuetión dede donde se mira la vida.

Y en los niños sólo existe un sólo lugar y una sola mirada. 


Pbro. Yerko Reyes Benavides

Oración de Perdón

Ante tus ojos, Señor, presentamos nuestras culpas, y te mostramos las heridas que hemos recibido.

Si paramos mientes en el mal que hemos hecho, es nada lo que padecemos, muchas mayores penas merecemos. 

Muy grandes han sido nuestros pecados, muy ligera la pena que por ellos padecemos.

Harto sentimos el dolor de haber pecado, pero no evitamos la pertinacia en el pecar. 

En tus castigos es triturada nuestra flaqueza, pero nuestra iniquidad no hace mudanza. 

El alma es torturada en la aflicción y no queremos bajar la cabeza. 

Es quejumbrosa de dolor nuestra vida, y en el obrar no se enmienda. 

Si nos aguardas, no nos corregimos. 

Si por derecho te vengas, todo se acabó para nosotros. 

En el castigo confesamos lo que hicimos; después de tu visitación, olvidamos lo que hemos llorado.

Si alargas la mano, prometemos hacer; si detienes la espada, no cumplimos las promesas. 

Si nos hieres, clamamos que nos perdones; si nos perdonas, de nuevo te provocamos a herir. 

He aquí, Señor, que nos confesamos reos, Sabemos que, si tú no nos perdonas, estamos perdidos y perdidos justamente.

Accede, oh Padre omnipotente, a nuestros ruegos, vacíos de todo merecimiento. 

Tú que hiciste de la nada a los que te imploran. 

Por nuestro Señor Jesucristo. 


Así sea.
San Agustím
Obispo de Hipona