Enséñame a orar, Señor Jesús, para encontrar tu rostro.
Invítanos al silencio, ayúdanos a callar.
Invítanos al silencio, ayúdanos a callar.
Aclara nuestra mirada que está confundida.
Está tu reino cerca y no nos damos cuenta.
Danos valor y decisión para afrontar los cambios.
Ayúdanos a discernir, a caminar según tu Espíritu.
Enséñanos a comprometernos, danos audacia.
Ayúdanos a cambiar, Padre bueno, a ser testigos del Evangelio de Jesucristo y constructores amorosos de un tiempo de paz y bienestar entre hermanos.
Danos valor y decisión para afrontar los cambios.
Ayúdanos a discernir, a caminar según tu Espíritu.
Enséñanos a comprometernos, danos audacia.
Ayúdanos a cambiar, Padre bueno, a ser testigos del Evangelio de Jesucristo y constructores amorosos de un tiempo de paz y bienestar entre hermanos.
Amén.
Referencia: Boletín Lazos, Año 2, Nº 2, Marzo 2007
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