viernes, 30 de noviembre de 2018

Quede tu Amor

"Que tu amor, Señor, 
quede con nosotros en lo cotidiano, 
en lo ordinario de cada día"

Quede tu Amor con nosotros cuando cansados del camino, perdemos el ritmo de nuestros pasos que nos llevan hacia ti.

Quede tu Amor con nosotros en la soledad de los abandonos, de las ausencias e indiferencias.

Quede tu Amor con nosotros, Señor, cuando llegue la tristeza, la desconfianza o el enojo.

Que tu Amor quede con nosotros, Jesús, en el instante en el que nos rebelemos y de ti nos alejemos, porque no entendemos la lógica de tu misericordia cuando buscamos justicia.

Quede tu Amor con nosotros, cuando tomemos la decisión de alejarnos; de no querer saber más de ritos, cultos y doctrinas; en el instante cuando hasta la oración se nos hace agría, y tu palabra amarga.

Quede tu Amor con nosotros, Señor en los momentos de caída, al perder el sentido de la vida. 

Quede tu Amor con nosotros, Jesús, en la alegría, el bienestar y la bonanza; cuando no te requerimos y dejamos de buscarte; te aseguro ahí es cuando más falta nos haces.

Que tu Amor, Señor, quede con nosotros en lo cotidiano, en lo ordinario de cada día; pues son nuestros afanes en cada jornada, el anhelare, el quererte y el perderte.
 Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 29 de noviembre de 2018

Etty Hillesum o el Camino Interior


Los que estamos en contacto con jóvenes a menudo nos rompemos la cabeza para encontrar la manera de ofrecerles algo que les “llegue” dentro, el modo de suscitar experiencias de fe y de compromiso cristiano entre los jóvenes de hoy. Existe sin duda esa dificultad en nuestra cultura, pero aun así pienso que nunca ha sido fácil. Porque una experiencia profunda de “vida en el Espíritu” no surge así como así. Ni antes ni ahora.

Con el tiempo me he ido dando cuenta de que una de esas posibles “ofertas” es el “camino de la interioridad”, como una vía por la que se puede acercar a los jóvenes a la fe, al Evangelio y al Reino. Ciertamente ha sido un camino espiritual a lo largo de los siglos —basta citar a Agustín, Teresa de Jesús o Juan de la Cruz, entre muchos otros— pero creo que hoy puede tener más “tirón” y más posibilidades de “calar dentro” que las grandes causas y las grandes utopías, que quizá motivaron a muchos jóvenes de hace varias décadas. Para ilustrarlo, me gustaría proponer un ejemplo concreto y bastante más cercano que los citados santos: Etty Hillesum.

La descubrí hace dos veranos y puedo decir que es una figura que me apasionó, me encandiló. Ha sido objeto de mi lectura y reflexión desde entonces. Para los que no la conozcan, se trata de una joven holandesa de origen judío que vivió en sus carnes el holocausto nazi, y murió ejecutada en Auschwitz un 30 de noviembre de 1943, cuando tan sólo tenía 29 años

Fue una entre los varios millones de judíos exterminados. Pero sobresale de modo extraordinario por la profunda vivencia interior que dejó por escrito en sus diarios y cartas. Una experiencia que podemos definir como “mística”, universal (no adscrita a ninguna religión), vivida en muy poco tiempo (apenas dos años), marcada por una asombrosa transparencia y honestidad consigo misma


Una historia narrada en primera persona, en un lenguaje sencillo y muy humano, con una sinceridad que a veces asusta, y sin duda “tocada” por el Espíritu, que sopla donde quiere (también fuera de la Iglesia). Una vida que me gustaría proponer como ejemplo de este “camino de la interioridad” que decía más arriba, como posible itinerario para recorrer personalmente la senda del sentido, de la vida plena, de la verdad con mayúsculas: de Dios.
«Tú que me diste tanto, Dios mío, permíteme también dar a manos llenas. Mi vida se ha convertido en un diálogo ininterrumpido contigo, en una larga conversación. Cuando estoy en algún lugar del campamento, con los pies en la tierra y los ojos apuntando al cielo, siento el rostro anegado de lágrimas, única salida de la intensa emoción y de la gratitud. A veces, por la noche, tendida en el lecho y en paz contigo, también me embargan las lágrimas de gratitud, que constituyen mi plegaria»
(Carta del 18 de agosto de 1943).

Son palabras que la propia Etty escribió desde el campo de concentración, tres meses antes de su muerte. Palabras que recogen su proceso interior, la intensa evolución espiritual que configuró su persona y su manera de contemplarse a sí misma, al mundo y a Dios.


Hasta alcanzar esa “meta”, en la singular historia personal de Etty hay diversos elementos. Muchos de ellos son comunes a otras experiencias místicas, y algunos otros son propios de su peculiar experiencia personal:

1. El silencio, el retiro y la soledad “habitada”, para descubrir la voz de Dios que «apenas se distingue del silencio».

2. El descubrimiento de lo que va brotando de su “fuente interior”, así como la libertad y el deseo de adentrarse en ella sin miedo, siendo «paciente con todo lo que aún no está resuelto en su corazón».

3. Una purificación para “retirar las piedras y escombros que obstruyen ese pozo interior”, un “trabajo del corazón” que va dando forma a lo que hace, como un escultor. También un “combate espiritual”, una «lucha interior contra sus demonios personales».

4. Una sincera “escucha hacia dentro” para encontrarse con el fondo de sí misma, buscar “el alma de las cosas” y al Viviente que habita y trasciende todo su mundo interior y exterior: 
...«cuando digo que yo me escucho entonces es en realidad Dios el que escucha en mí. Lo más esencial y profundo de mí escuchando lo más esencial y lo más profundo en el otro. De Dios a Dios» 
(Diario, 17-9-1942)

5. Una apertura a los otros como “templos de Dios”
...«es preciso despejar en el otro el camino que lleva a ti, Dios mío (…) A veces, las personas son para mí como casas con las puertas abiertas (…) y debería ser posible hacer de cada una de ellas un santuario para ti, Dios mío» 
(Diario, 17-9-1942).

6. Una aceptación serena del sufrimiento: el que le viene de fuera, el que otros viven en sus carnes y el que surge de sus propios conflictos internos. 
«Tenemos derecho a sufrir, pero no a sucumbir al sufrimiento», dirá Etty, pero no por un estoicismo resignado, sino porque testifica que «la vida es hermosa, que tiene sentido, y que no es culpa de Dios, sino nuestra, que todo haya llegado hasta este punto»
(refiriéndose a la guerra y al exterminio nazi. Diario, 7-7-1942).

7. En esta situación, surge en ella la compasión por sus hermanos, que sufren injusta e inmensamente, y la solidaridad —sin odio ni rencor— como camino de redención en medio del dolor.

8. Y al mismo tiempo, brota en ella la conciencia de tener que “ayudar a Dios”. Sus palabras expresan una imagen muy “moderna” de Dios y su Providencia: 
«Sí, mi Señor, parece ser que tú tampoco puedes cambiar mucho las circunstancias; al fin y al cabo, pertenecen a esta vida… Y con cada latido del corazón tengo más claro que tú no nos puedes ayudar, sino que debemos ayudarte nosotros a ti, y que tenemos que defender hasta el final el lugar que ocupas en nuestro interior» 
 (Diario, 12-7-1942)

Además de todo esto, hay en la vida de Etty un “instrumento” privilegiado del Espíritu: su terapeuta Julius Spier

Este hombre adulto (al que cita como “S” en sus diarios) comenzó suscitándole pasión y atracción, pero terminó siendo su guía, su acompañante espiritual, el hombre que despertó a Dios en su interior, “el partero de su alma”. La relación con él fue marcando su proceso interior, desde la seducción y exclusividad iniciales hasta un amor desprendido y libre. 

La madurez en su relación con Spier le ayudó a recomponer el resto de sus relaciones: su “espacio interior” se fue abriendo así a unas relaciones profundas, desprovistas de toda posesividad. Su amor fue recíproco: él buscó y promovió lo mejor de ella, así como ella sacó lo mejor de él. Todo ello les condujo de la sensualidad al amor, y del amor al mismo Dios. Un amor que no consiste en mirarse el uno al otro, sino que se abre generosamente: 
...«tengo que sacar fuerzas y amor de mi amor por él para aquellos que lo necesiten (…) Del amor que siento por él me puedo alimentar durante una vida entera y también alimentar a los demás» 
(Diario, 7-7-1942)
...pues «no se puede entregar todo el amor a una sola persona» 
(Diario, 10-10-1942)

Etty, en su corta pero intensa historia, aprendió a escuchar la voz de Dios en lo profundo de sí misma, a amar profundamente a Dios y a la humanidad, y quiso compartir esa profunda experiencia interior. Su itinerario puede ser un ejemplo para cualquiera de nosotros, si queremos descubrir sinceramente el camino y la verdad de nuestra vida. O puede ser también un referente para educadores, catequistas, religiosos, acompañantes… a la hora de ofrecer propuestas de fe personalizada y profunda.

Artículo escrito por:
Guzmán Pérez
Director de la Revista FAST
En ocasión al 66° Aniversario


Signos

"En los signos que vas dejando en los días de mi vida, 
sutil me vas insinuado que acompañe tu labor"


Caminabas una tarde cualquiera, ibas junto a tus discípulos, los mismos a los que llamaste amigos.

Mirabas con atención a tu alrededor, veías lo que sucedía, en todo te detenías, silencio había, ese que se necesita para una gran revelación.

Llamaste a tus apóstoles, su atención requeriste y les dijiste: 
“Estén atentos, y en los acontecimientos encuentren aquellos signos que les permitan descubrir el designio de Dios Padre que, Bueno es con todos”.  
Hoy pido Señor, Ciencia y Sabiduría; Entendimiento e Inteligencia dones del Espíritu. En mi acontecer algo está sucediendo, lo veo y no lo entiendo. A veces me asusto, otras lo ignoro y paso; pero por más que mire a otro lado, ahí está; habla claro, mas no entiendo: 
¿Qué quieres de mi Señor?
¡Qué fácil se me hace dejarte a ti el trabajo! Salvar y Redimir no es lo mío, ser salvado y protegido si lo es. Sin embargo, en los signos que vas dejando en los días de mi vida, sutil me vas insinuado que acompañe tu labor; me dices que contigo colaboro cuando hago mía la tarea de llevar consuelo y esperanza a tantos corazones desgarrados y en tristezas sumergidos.

Jesús, discípulo tuyo soy, te sigo como lo hicieron tus amigos, mi oración te entrego, y en ella elevo una súplica: dame la gracia de ser capaz de leer y entender los “signos de los tiempo”, aquellas señas con las que me indicas el camino que lleva a la vida y darla en abundancia. También concédeme la fuerza para realizar sin miedo todo cuanto me confías.

Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Creo en Ti

"Creo en ti Señor, 
como creo en el despertar de la mañana"

Señor Jesús la fe que me mueve es la que me sostiene, firme me mantiene y me permite seguir aunque a contra corriente vaya. Insisto y persisto en hacer presente un Reino que al mundo le parece ficticio.  
Mas Tú eres el motivo, el centro y el propósito de mi fe; le das contenido, orientación y finalidad a mi caminar, me llenas y me desprendo. Peregrino en el mundo me haces y a plenitud, por esta fe me conduces, me das, me llevas, me otorgas: y ahí me exaltas.
Creo en ti Señor, como creo en el despertar de la mañana.  
Creo en ti Jesús, como creo en el canto alegre de los pajaritos que apuran el amanecer.
Creo en ti Señor Jesús, como creo en el amor sincero que se comparte entre aquellos que se acompañan sin razón, sólo porque si: el amor de madre es así. 
Creo en ti Señor, como creo en la bondad que hay en el alma de cada ser humano; tú nos hiciste personas, tu imagen está en la intimidad, la maldad no la toca, y por eso, también creo en la conversión.  
Creo en ti Jesús, como creo en la belleza que llena mi entorno, la tropiezo a cada rato, aunque no siempre la contemple o me dé cuenta de su presencia. 
Creo ti Señor, como creo en los sueños, aquellos que despiertan mi alma y día a día le dan al corazón una razón para continuar suspirando mundos nuevos.  
Creo en ti Señor, como creo en las sonrisas que me regalan las personas libres de espíritu, que a pesar de las dificultades siguen sintiendo que vivir es bello y así lo comparten.  
Creo en ti Señor Jesús, como creo en la Palabra, que inspira, que motiva, que transmite y mueve eternidades.  
Creo en ti amado Jesús, Tú crees en mí, te das siempre y en mi te veo como yo en ti, cada día y por siempre. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 27 de noviembre de 2018

Etty Hillesum: "Dios y Una vida entregada"

He leído muchos escritos que hablan de cómo fue el despertar místico de esta jovencita a quien han pincelado sus biógrafos como una chica de época, de aquella época, me refiero, que hubiese pasado desapercibida por los recovecos de la historia sino le hubieran sobrevivido sus escritos: un diario.

Este diario lo comenzó a escribir en 1941 y su ultima anotación fue un trazo, unas pocas palabras que lanzadas a las vías de la calle en un nota. El 30 de Noviembre de 1943 dejó una pequeña pero sugerente nota a una de sus amigas. Nota que fue recogida por mujer que iba de camino y que tropezó con el camión que llevaba a los que en esa mañana sería ejecutados en las cámaras de gas Nazi en Auschwitz. 

La nota decía: 
"Hemos abandonado el campo cantando".

Esta frase hubiese podido perderse en el tiempo sin mayores consecuencias, sin embargo, hoy es para nosotros una frase que desafía nuestra seguridad y pone en alerta la convicción con la que vivimos ciertos desafíos, a los que llamamos: tragedias, penas y sufrimientos.

Me valgo de esto para decir, que no quiero, acá, aventurarme a hacer una interpretación de los escritos de Etty, a la final serán siempre mi subjetivo mundo interior el que termine hablando y su impacto será para mi. 

Invito al  lector, que se toma el tiempo para mirar estas lineas escritas con torpeza, a hacer esa interpretación que ahora evito.  Anhelo sea la misma Etty  quien provoquen la reflexión que lleve a conclusiones sugerentes para la vida, la que hoy llevamos.

Dejo, a continuación, algunos extractos breves de esos escritos que nos hablan de vida en abundancia, vivida con plenitud en donde la muerte imperaba:
“Este retirarme a la celda cerrada de mi oración se convierte para mí en una realidad cada vez más intensa, en un hecho cada vez más objetivo. La concentración interior construye altos muros, dentro de los cuales me reencuentro conmigo misma y con mi propia unidad, lejos de toda distracción. Y puedo imaginar un tiempo en el que estaré arrodillada días y días, hasta no sentir estos muros en torno a mí, que me libran de deshacerme, perderme y arruinarme”.
(18 de mayo, 1942). 
“Dios, por su parte, no es responsable de los absurdos que nosotros cometemos. ¡Los responsables somos nosotros! He muerto ya mil veces en mil campos de concentración. Sé todo lo que pasa y ya no me preocupo de las noticias que pueden venir: de un modo u otro, lo sé todo. Y sin embargo, encuentro la vida bella y llena de sentido. A cada instante”. 
(29 de junio, 1942)
“Ese pequeño fragmento de eternidad que llevamos en nosotros mismos puede ser evocado tanto con una sola palabra como con diez voluminosos tratados. Soy una mujer feliz y canto las alabanzas de esta vida –¡sí, ha leído usted bien!–, en el año del Señor –todavía y siempre del Señor– de 1942, enésimo año de la guerra”.
(20 de junio, 1942) 
“Y quise añadir esto: creo haber llegado poco a poco a aquella simplicidad que siempre he deseado”. 
(21 de julio, 1942) 
“En mi vida hay sitio para muchas cosas. ¡Tengo tanto sitio, Dios mío! Al atravesar hoy estos pasillos abarrotados, he sido presa de un impulso repentino: he sentido deseos de arrodillarme en el suelo en medio de toda esa gente. Es el único gesto de dignidad humana que nos queda en esta época terrible: arrodillarnos ante Dios”.
(23 de julio, 1942)
Yerko Reyes Benavides 

Tu Bendición, mi Bendición

"Bendigo Señor tu vida, tu muerte y tu resurrección 
puesto que con ello me diste la salvación"

Bendigo Señor tu nombre, porque está siempre en mis labios y lo pronuncio con confianza; es mi alegría decirlo, nace en mi corazón y en un suspiro de amor se convierte: nadie ama lo que no conoce y tú te haces cercano y familiar.  
Bendigo Señor tu presencia, que en un trozo de pan está, ahí te quisiste quedar, sensible a mis ojos que, en la Eucaristía te ven y te contemplan, y de gozo se llena mi alma que te recibe, alimento de vida, renuevas mi amor y mis fuerzas.  
Bendigo Señor tu humildad pues tu perdón constantemente me das. No tienes reparo en abrir tus brazos, cada vez y todas las veces que a ti acudo cansado de probar amores en otros lados.  
Bendigo Señor tu Palabra que escucho constantemente, me hablas en los acontecimientos, no dejas de susurrar a mi alma tus amores que son deseos de tu corazón, Voluntad del Padre, camino para mis pasos. 
Bendigo Señor tus manos, las mismas que desde la cruz trazaron el signo de bendición más grande de todos. Ellas se extendieron para que ahí cupieran todos los corazones desgarrados, destrozados y marginados, y por tu amor llevado al extremo los liberaste. 
Bendigo Señor tu vida, tu muerte y tu resurrección puesto que con ello me diste la salvación, me hiciste ciudadano del Reino, hijo del Dios Padre y del Amor. 
Bendíceme siempre Señor, con esta bendición de bendecirte con amor.
Amén

Yerko Reyes Benavides

11 Aniversario


lunes, 26 de noviembre de 2018

75 Aniversario: Etty Hillesum

«Nos hiciste, Señor, para ti,
y nuestro corazón está inquieto,
hasta que descanse en ti»

Me valgo de pensamiento de San Agustín de un profundo contenido espiritual para con él presentar la Jornada Festiva que tendremos para conmemorar el 75 Aniversario de la partida de otra grande mística de nuestra historia, que no siendo católica, nos deja el legado de una vivencia profunda e intensa de un Amor que despertó en ella en un lugar en los que pocos reconocerían a Dios presente ahí. 

Una vida vivida a toda marcha, rápida, sin dejar cosas para luego, podrían describir con tres palabras la vida de Etty Hillesum. Así se muestran los de “corazón inquieto” que sólo hayan descanso cuando encuentran al Amor de los amores. 

El corazón de Etty descansó al fin no aquella mañana del 43 cuando iba cantando y orando al lugar de su holocausto, sino un poco antes, fue un proceso de dos años en los que su corazón inquieto al fin encontró un Amor Verdadero a aquel que infundió paz y calma en medio de un ambiente de profundo horror y dolor. 

Celebramos este acontecimiento con regocijo. No conmemoramos el fallecimiento de una joven, una entre muchas en los campos de exterminio de Auschwitz, sino la vida que inicio en 1914; la vida que despertó entre los años 1941 y 1943, y la vida que continua e incluso llega a nosotros tras 75 años de su partida al encuentro del Padre Dios. 

Siéntanse todos ustedes invitados a Celebrar la Vida, a vivirla en Amor y Alegría, legado que nos deja Etty Hillesum y acompáñenos en las actividades que hemos planificado.


Yerko Reyes Benavides

Contemplarte es mi anhelo, Señor

"Lo hermoso que hay en ti, 
es que aunque tu lugar es la eternidad 
y el universo es tu hogar, 
te fijas en todo aquel que necesitada de ti está 
y sediento de tu amor anda"


Bondad y Misericordia hay en tu corazón en abundancia. Tu gracia concedes sin límites a los que en humildad te buscan en el día a día y los caracteriza un buen y noble corazón; te muestras como dijiste aquella tarde sentado a los pies de la montaña: “serán dichos todos aquellos de limpio corazón porque verán a Dios”.  
Compasión y Ternura son la expresión más grande de tu ser, ahí te muestras y revelas, te das y te entregas; levantas al caído y el perdón aparece en tus labios, puesto que la dignidad de la persona comienza en la reconciliación de sí mismos y con el Padre Dios.
Lo hermoso que hay en ti, es que aunque tu lugar es la eternidad y el universo es tu hogar, te fijas en todo aquel que necesitada de ti está y sediento de tu amor anda.  
No te quedas en tu trono de gloria, te abajas y caminas una vez más con nosotros, y como hiciste otrora. El corazón de los humildes es tu refugio, en ellos te cobijas para ahí dejarte encontrar.  
Tres cosas de ti requiero, la primera amado Señor, dame la sencillez de corazón para descubrirte en mis hermanos. Verte en el necesitado, contemplarte vivo y presente en los mansos y dóciles de corazón.  
Lo segundo que te pido Jesús: dame la humildad que necesito para que mi alma en tu casa se convierta, lugar que habites entre nosotros y te lleve a todas partes, y en mis pequeñas acciones entregue tu bondad y ternura y mis hermanos tu Misericordia reciban.  
Dame la fuerza de hacerme grande en el perdón, y generoso para ser el servidor de todos así como Tú, porque mi anhelo es ser pequeño y limpio de corazón y tu rostro contemplar con amor, amado Señor. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 25 de noviembre de 2018

Te Veo, Te Toco, Te Contemplo

"Cercano te haces y al alcance de mi mano te pones, 
tu rostro toco, me miro en tus ojos"

En verdad me amas, Señor, y en las pequeñas cosas lo haces notar; te haces sentir, y al alcance de mi querencia de pones. Ofreces todo de ti para que cada parte de mi corresponda a tu gracia, de tal forma que en amor mi espíritu con el tuyo se haga uno.  
Propio de ti son los milagros y bastaría sólo un suspiro de tu parte y el mundo con él estremecerías de un extremo al otro y con ello mi completa atención tendrías, prefieres hacerte sentir en lo sencillo, te escondes en lo normal, nada sobrenatural. 
Me cuesta entenderlo, tu verdad la revelas en lo humilde, en lo sencillo se esconde. Hablas con propiedad en los hechos de cada día, tu lenguaje no es distinto al de los acontecimientos que acaecen y en ellos te haces presente y la verdad de lo importante muestras, me enseñas.  
Cercano te haces y al alcance de mi mano te pones, tu rostro toco, me miro en tus ojos, el susurro de tu voz oigo y mi alma se estremece, puesto que lo que no veían mis ojos, contemplo, y lo que mis manos no toca, ahora acaricio.  
En ti mi mano se posa Señor, cuando toco el rostro del inocente, y en la sonrisa del humilde me sonríes, y llenas mi espíritu de alegría, puesto que en tan sencillo y natural acto, te haces tan presente que te contemplo, te veo, te siento.  
Tú me cobijas en el abrazo del pobre, del indefenso, del marginado, de aquel que nada tiene, pero lo posee todo, pues a ti te tiene, te lleva y te entrega en cada gesto de bondad, que abundan en su corazón. Su afecto es real y su cariño incondicional, no tiene con qué pagar, así que lo único que tiene da, a ti Señor, en cada abrazo.  
Abrázame tan fuerte Señor y no me suelte; sonríeme cada día, y no dejes de acariciar mi rostro, mi amor tienes, que tu amor no falte en mi corazón y concédeme la humildad y la sencillez para corresponderte y tu amor entregar a aquellos que al igual que yo te buscan con todo el corazón. 

Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 24 de noviembre de 2018

Etty Hillesum: Pensamientos desde las Barracas.

Estamos acercándonos a la Gran Celebración del 75° Aniversario de la partida a las praderas del Amado Dios, de Etty. Confiada acude a la cita con aquel que descubrió en uno de los lugares de horror más grande de toda la historia. 

Un 30 de noviembre, ofrecía a Dios lo que tenía de vida, entre cantos entonados por ella y aquellos compañeros cuyas almas serenas, juntos entregaban en paz al Creador, sabiendo que en esa hora aciaga aquel que es Bondad Plena no los abandonaría, sino que su mano extendería para recibir su oblación. 

En este espacio, enmarcado en la celebración aniversaria iremos adentrándonos en la experiencia mística de Etty Hillesum, una experiencia espiritual vivida con rapidez pero con la madurez que apura la tragedia.

Ella nos ofrecerá su mano joven y su pluma ágil, impregnada de oración, meditación y contemplación que, será una oportunidad para desarrollar en nuestra propia vivencia de fe una sólida espiritualidad; una entrega a Dios en el Amor, desde nuestra propia realidad.


Dejemos que sea la misma Etty quien anime nuestro empeño: 
«El robo más grande contra nosotros lo cometemos nosotros mismos. 
La vida me parece bonita y me siento libre. 
El cielo se extiende ampliamente tanto dentro de mí como sobre mí. 
Creo en dios  y creo en la gente y me atrevo a decirlo sin ninguna vergüenza. La vida es dura, pero eso no es grave. Hay que empezar a tomarse en serio a sí mismo, y lo demás viene por sí solo. 
Y lo de “trabajar por uno mismo” realmente no es un individualismo enfermizo. 
La paz sólo puede convertirse en una paz real más adelante, cuando cada individuo la encuentre en sí mismo, extermine y venza el odio hacia los demás, da igual de qué raza o pueblo, y lo transforme en algo que ya no sea odio, sino tal vez incluso amor. 
Pero probablemente eso sea exigir demasiado. Y aun así es la única solución.»
(Etty Hillesum, 1942)

Yerko Reyes Benavides 

Hay Espacio en Mi

"Hay espacio en mi alma, 
tanto que cabe la eternidad"


Señor Jesús, a esta hora en la que te busco y en la oración contigo me junto; silencio hay a mí alrededor, en calma todo está y es justo lo que quiero: quietud en mi interior para poder sentir el sigilo de tu voz que a mi alma habla. 

Prisa todo el tiempo llevo, a veces no sé para qué tanto correr, y aunque en mi apurado caminar conmigo vas, prefiero en la serenidad encontrarte, puesto que ahí tu hacerte sentir disfruto y me conforta. 

Es en la serenidad del silencio que puedo ver en mí y descubrir que, que hay tanto espacio para ti, Señor, dentro de mí; y sin embargo, en mi torpe apreciar el valor de todo, mi mundo interior saturo de cosas que roban tu espacio y ocupan el lugar que en mí te pertenece. 
Hay espacio en mi alma, tanto que cabe tu eternidad. 
Hay espacio en mi humanidad: que tu gracia se desborde, para que abunde en bondad y libertad. 
Hay espacio en mis pensamientos; mucho lugar para que de un extremo al otro de mis sueños, anhelos y deseos tu Buena Nueva los renueve.  
Hay espacio en mi corazón, y es inmenso Señor, es un océano abierto: que el agua viva de tu amor, se derrame cual rocío del alba y lo inunde hasta su plenitud. 
Silencio es todo lo que me hace falta, para poder sentir que el lugar en donde prefieres estar, es en mí. Y es en esta  paz de mi alma sosegada, que descubro en mí, que hay tanto espacio para ti: ven, ten necesito, Señor.

Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 23 de noviembre de 2018

Pasar el rato contigo

"Pasar el tiempo contigo es lo trascendente, 
puesto que la eternidad no es un premio, 
sino la vida que se expande"


Señor, el tiempo que paso contigo es el mejor momento que tengo en el día. Solaz y paz es tu presencia, descanso y sosiego infundes en el alma del que te busca, como yo ahora, Jesús.

Tu rostro quiero contemplar Señor en cada jornada, ya que no hay día en el que mi alma no esté necesitada de tu consuelo, caricia suave de tu bondad que me da serenidad. 

Hoy, Jesús, no es diferente, y cada vez me hago más consciente que el día tendrá propósito si contigo estoy, me doy, y te doy. 

Ya pasó aquella etapa, que no va de la mano de la edad, sino de la fe, en el que la autosuficiencia marca el ritmo del caminar por el mundo. Pensando que mis humanas fuerzas son suficientes para felicidad encontrar. 

Me carcomo en lo efímero, me distraigo en lo pasajero; me disipo en lo intrascendente y en lo inconstante me desgasto; gano el mundo y pierdo lo importante, me voy consumiendo en lo urgente y pierdo lo esencial: Tu amor Señor. Tu amor le basta a mi corazón, ahora lo entiendo. 

Pasar el tiempo contigo es lo trascendente, puesto que la eternidad no es un premio, sino la vida que se expande, y que en ti se inició, en ti continua y se realiza y no espera la muerte, ya que en ella solo se distrae y se pierde; porque la vida de mi vida eres Tú y, Tú la muerte ya venciste. 

Señor, ya no quiero el rato pasar contigo, vivir robándole al día horas, minutos para estar contigo. Tu plenitud en mi quiero, para que en todo lo que hago, pienso, siento y digo seas Tú en mí y yo en ti.

Señor, no más pasar el tiempo contigo, que desaparezca el tiempo, porque el tiempo son momentos y no saciedad para el alma y, yo lo que busco es que tú realices tu plenitud en mi para así estar siempre en ti y tu en mí, amado Jesús.

Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 22 de noviembre de 2018

Sigue a Nuestro Lado

"Sigue a nuestro lado, Señor, 
acompáñanos en este día"


Señor Jesús, el día en que partiste a ocupar el lugar que el Padre, desde la Eternidad había preparado para ti, nos dijiste: 
“Me voy, pero no los dejo ya que estaré con ustedes todos los días, hasta el fin”.
Hoy amigo, hazte sentir, manifiesta que sigues aquí, con nosotros, el mundo está necesitado de tu gracia e inspiración, y aunque no lo pide le urge recibir de ti una vez más tu bondad y compasión; las bases de una nueva liberación.

Me doy cuenta, aunque me cuesta, que en este mundo cada vez más, se aplaude lo que está mal, se auspicia lo que atenta contra lo que vale en verdad, la vida del ser humano en juego está. 

Al tiempo de aquello, Cristo sereno, a lo que es justo se condena y a la verdad se persigue, se castiga lo que está bien, se silencia al profeta que en tu nombre habla. 

Señor, tu mundo está al revés, y yo navego en sus aguas, buscando los signos que tu dejas para no perder el norte; la estrella del alba que me lleve hasta ti. Me tienta el deseo de abandonar, dejarme llevar, ¿por qué remar a contra corriente?

Discernir, Maestro no es sencillo, en el bien quiero permanecer, lo bueno lo tego, puesto que tú en mi estás como lo prometiste, no me abandonaste, más hoy para insistir y perseverar necesito más que tu gracia, el toque y el candor de tu amor, para en este día, y solo por este día resistir e insistir y en libertad vivir.

Sigue a nuestro lado, Señor, acompáñanos en este día, y apura tu plenitud en mí.

Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Tu Reino

"Tu Reino es de amor, devoción y compasión, 
y en testigo de lo que recibo porque me lo das, 
me quieres"


Señor en vigilia me quieres, a la espera del Reino que llega, más no me deseas de brazos cruzados sino trabajando, haciendo presente la Palabra de Vida en abundancia que anhelas para mí y, para toda persona que en ti pone su confianza.

Tu Reino llega y en el tú vienes en gloria y majestad y traes justicia y paz para una humanidad que sedienta de lo divino se encuentra, puesto que en el hombre no encuentra la plenitud de su realización.

Ese Reino que se adelanta te pertenece, es parte ti y, tú lo has hecho parte de mí. No me lo das para poseerlo, como si su dueño fuera, tal pretensión ya con el mundo se vivió y convirtió al hombre verdugo del hombre.

Tu Reino es de amor, devoción y compasión, y en testigo de lo que recibo porque me lo das, me quieres; desde los tejados proclamar que la vida del hombre es amar; darse en apertura y en la ternura encontrarse a sí mismo contigo para, trasformar la oscuridad de esta realidad en luz resplandeciente para toda la humanidad que en tinieblas camina.

Señor en vigilia espero estar, atento a tu llegada, puesto que en ese Reino deseo vivir, hoy, mañana y siempre.

Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 20 de noviembre de 2018

Te Llevo Conmigo

"Te llevo conmigo, Señor. 
En mí y por mi haz nuevamente en el mundo 
tu obra de restauración". 


Te llevo conmigo, Señor, tus palabras mi pecho inflaman, arden en mis manos como un propósito  tus deseos, la intención que despiertas en mí, de querer y procurar en todo un mundo nuevo, más pleno, más perfecto, divino pero sobre todo más humano. 

En el mundo estoy, pero mi corazón no le pertenece, y por eso en sus propuestas no se satisface y anhela más, lo que el mundo no puede dar: paz y libertad. 

En este mundo te buscaba, Señor y el mundo no te daba, puesto que no te puede poseer: “nadie da lo que no tiene, ni le pertenece” y por eso para poder tener vida en esta vida, al mundo y sus intereses he de renunciar, para a ti en él encontrar. 

Jesús, Tú que tu vida entregaste para rescatar a la humanidad de su vanidad, ayúdame en este día a ser punto de quiebre, y con mis actos, aun los más pequeños y sencillos, atraiga de ti, para todos incluso para mí, tu liberación. 

Conviérteme Señor, en instrumento de bondad y misericordia. Concédeme la gracia de ser oportuno en la atención de mis hermanos, que con mis gestos y acciones entregue tu consuelo, y que tenga siempre palabras de esperanza para curar los corazones desgarrados por las tristezas que este mundo infunde en el alma de los pequeños. 

Dame, Jesús, las virtudes y los dones para encontrar caminos de paz y libertad, senderos que al hombre lleven a restituir su dignidad, y propicien un ambiente de entendimiento, armonía y convivencia verdaderamente humana. 

Te llevo conmigo, Señor. En mí y por mi haz nuevamente en el mundo tu obra de restauración, levanta la condición humana y llévala tan alto que con lo divino se confunda.

Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 19 de noviembre de 2018

Pasa Señor

"Pasas Señor,tu paso es lento, 
no llevas prisa"


Pasas Señor, y tu paso se siente, no caminas silente. 

Pasas Señor, y tu voz se hace escuchar, 
las palabras que tu boca pronuncia, 
los corazones las reciben y las escuchan los que atentos están. 

Pasas Señor, y tu caminar es fuerte, 
huellas dejas no en arena, 
sino en almas que renuevas con tu suave mirar. 

Pasas Señor, no te escondes, 
en ti está dejarte encontrar 
por todos los que te buscan en su necesidad. 

Pasas Señor, y en tu alma va la misericordia del Padre, 
la entregas en abundancia a  los que han quedado marginados 
a la orilla del camino de la vida. 

Pasas Señor y tu paso es lento, no llevas prisa, 
oídos atentos a los gemidos de aquellos que desde su desolación 
gritan con desesperación tu nombre. 

Pasas Señor, y tu mano extiendes, 
consuelas y levantas, 
con un suave toque perdonas y la impureza al alma quitas, 
para que nuevamente la inocencia de un corazón limpio se manifieste y se entregue. 

Pasas Señor y a tu paso dejas el Reino de Dios, 
al que a todos invitas, ya que todos son llamados a la casa del Padre celestial, 
en ti está claro. 

Pasas Señor, y el amor que en ti hay te distingue, 
lo vas entregando sin condición; 
en ti no hay restricción, 
a todos quieres salvar pues tu amor no tiene límites 
 y hasta el extremo nos amas. 

Pasa Señor, camina por mi sendero, 
hazte compañero, 
camina conmigo un rato, 
eso me basta. 

Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 18 de noviembre de 2018

Que te Encuentre, Señor

"Ven a mí, amado Jesús, que voy a ti; 
encuéntrame en el medio, 
a la mitad del camino"


En tus manos, Señor Jesús, pongo mi vida, lo que tengo tuyo es, te pertenece, tú mismo me lo diste, y aunque es parte de mí, prefiero tu mirada en mi alma que cualquier tesoro de este mundo ingenuo que se deja seducir en lo creado y dado y no el creador y dador.

Tuyo es lo que soy, Señor, en ti me realizo y busco a través de tu gracia, que constantemente me ofreces, ser semejante en todo a ti, sobre todo en el amor que anhela llegar a la plenitud y así en total entrega, en el Santo Espíritu ser uno con el Padre en ti.

Te busco en las horas del día, puesto que sin ti no podría realizar la obra de la salvación que me encomiendas vivir junto a mis hermanos y; aunque tu Palabra me acompaña, puesto que grabada está en mi corazón y llena mis pensamientos de ilusión, necesito de tu Gracia que me fortalece.

Que te encuentre Señor en el día a día de mí existir, vivir en ti es lo que quiero, no te pido milagros, ni tampoco gestos portentosos, ni pretendo signos extraordinarios, sino en lo cotidiano contemplar la huella de tu paso, y ahí descubrir la dirección en la que mis pasos me puedan llevar hasta ti.

Ven a mí, amado Jesús, que voy a ti; encuéntrame en el medio, a la mitad del camino, que mi esperanza en ti se pone y mi confianza en tu palabra me mueve, de tu bondad quiero ser expresión y tu misericordia manifestar; abrázame con ternura para que nunca me falte el deseo de hacerte presente en todo y en todos

Amén

Yerko Reyes Benavides

Amanecer

"Señor, hazme siempre partícipe de este nuevo amanecer"


Amanece, el día se presenta revestido de los rayos del sol que, tímido asoma en el firmamento para iluminar y dar candor de vida a la faena, que para algunos antes que el alba despuntara ya ha comenzado.

Gracias Señor, por este milagro que día a día acontece, la naturaleza agradece ya que en ti se renueva, hace presente la alegría del despertar, vida en cada día: una oportunidad para vida plena engendrar.

Gracias Señor, mis ojos son testigos de esta claridad y mi espíritu se llena del resplandor que acontece. Aprendo que cada jornada es una oportunidad que me das para vivir en gracia y plenitud y, así existir en apertura al candor que me entregas al amanecer de cada día.

Señor, poco a poco voy descubriendo que soy parte de este todo que te alaba en cada despertar, el cantar de mi alma se une al de la naturaleza que agradecida entona una melodía llena de vida.

Gracias Señor, por hacer de cada día un desafío que me ofreces, en el que calmo mas sin dilación voy descubriendo el verdadero reto: mantener en mi tu Amor y la gracia que me das para vida tener y vivirla en virtud y en bondad, en ternura y compasión y, también en perdón.

Señor, hazme siempre partícipe de este nuevo amanecer.

Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 16 de noviembre de 2018

Ven Señor

"No dilates por mucho tiempo tu llegada a mi alma, Señor"


En mis pensamientos estás, Señor; en mi corazón te llevo y, aunque no te dedique el tiempo que tu amor por mí merece, tengo siempre el anhelo de tenerte constantemente y a ti consagrar mi vida toda. 

Arde en mí el candor de tu mirada penetrante que, recorre hasta el último rincón de mi alma, desnudas mi espíritu, no más escondrijos. 

Es la caricia suave de tu amor que todo lo renueva, lo que deseo, no quedan misterios, no más apariencias, me haces ser quien soy y a la vez cambias todo, en ti y por ti, en mi interior. 

No dilates por mucho tiempo tu llegada a mi alma, Señor. 

Apura, Dios mío, el paso de tu encuentro, tu Reino quiero, el aroma de tu casa es mi atracción. Ávida está mi alma, a la mesa del banquete sentarse quiere, comer de las delicias que ofreces: saciarme de tu amor la mayor y más grande ambición. 

En mi corazón estás, en mis pensamientos presente, mi espíritu se exalta cuanto te siente, puesto que no hay día que traiga mejor nueva que el día que hasta ti me acerca y, así, mi alma en ti se deleita, la alegría llega e impregna el vivir velado de tu amor que se va entregando revestido de humildad. 

Ven Señor, no tarde más tu plenitud en mi, haz que todo en mi sea nuevo, para así corresponder por siempre y en cada instante al amor con que me amas, y también así, poder amar todo y a todos con el amor de tu eternidad. 

Amén


Yerko Reyes Benavides

jueves, 15 de noviembre de 2018

Tu Reino

"Padre nuestro, que estás en cielo..."


Un día tus discípulos, luego de tantas veces de haberte visto cómo te despertabas y buscabas un lugar apartado en las primeras horas del día para, con el Padre estar, te dijeron: 
“Señor, enséñanos a orar”.
Tú, sin más, sin preámbulos, ni adornos, como si desde hacía mucho esperaras que tus amigos esta iniciativa tomaran, de querer como Tú, con Dios en intimidad estar, les dijiste: 
Ustedes digan: Padre, venga a nosotros tu Reino”.
Siguiendo tu ejemplo, Maestro, en las horas de la alborada, medito tus Palabras, y en estas horas de la madrugada contigo me encuentro, y te digo: 
Gracias amigo, porque tu Reino ya vino, y dentro de mi corazón se instauró, tu amor de él tomó posesión, y tu gracia ahí se quedó.

Gracias a ti Padre mío y de todos, puesto que el Reino prometido por Cristo se hizo ya presente y, en medio del mundo está, porque va con nosotros que somos los hijos nacidos del Bautismo de la Cruz del Primogénito, puesto que en su entrega nos has hecho hijos de tu Bendición.

Santo Espíritu que, sobre nosotros también descendiste haciéndonos con Jesús hijos dilectos del corazón del Padre, no nos falten tus dones, para que en nuestro obrar de cada día el Reino de Dios hagamos presente.

Abunde tu gracia, Padre, Hijo y Espíritu Santo para que esta gracia a todo hombre y mujer llegue.
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 13 de noviembre de 2018

Serenidad y Calma

"Serenidad y calma es lo que busco en cada día"


Serenidad y calma es lo que busco en cada día.

Paz y armonía interior para cada decisión; de tal manera, Señor, siempre me incline por el bien y la bondad y, no me deje llevar por los arrebatos de los calores de unos humores de momento que, pueden lastimar a los que amo o incluso a mí mismo. 

Señor Jesús, Tú que fuiste manso y humilde de corazón y siempre conservabas el equilibrio entre tus sentimientos y emociones, entre tus pensamientos y tus acciones, entre lo que creías y decías, incluso en esos momentos en los que a duras pruebas eras sometido y, trampas para así perderte y así por tu propia palabra condenarte.


Dame Señor, tu calma y serenidad, la paz y armonía que en tú alma, mente y corazón tenías. Concédeme el don del equilibrio interior que en ti había.

Discípulo tuyo soy, quiero expresarme en este mundo adverso y lleno de contradicciones como hijo(a) del Padre Dios, pues hermano tuyo, en la cruz me hiciste. 

No permitas que me esconda en una timorata religiosidad, sino dame la calma y la serenidad para actuar con valor y determinación y ser testigo de tu Justicia y Paz, los signos visibles que tu Reino está en medio de nosotros. 

Serenidad y tranquilidad, sosiego y paz, fuerza y valor, son los dones de los que en ti quiero ser, a imagen y semejanza tuya, y así darme a todos y cada uno, para que por mí y contigo alcancen también ellos, la paz que necesitan para poder convivir en armonía, confianza y solidaridad. 

Serenidad y calma: paz; valor y confianza, Señor, para ser testigo de tu Amor. 


Amén
Yerko Reyes Benavides