jueves, 28 de febrero de 2019

En tus Manos

"En tus manos Señor Jesús, pongo todo lo que soy, 
todo cuanto tengo, todo cuanto hago incluso cuando nada puedo hacer"

En tus manos Señor, al comienzo de este nuevo día que me das, como un regalo de tu bondad, pongo mi vida: para ti soy, en ti aquí ahora estoy, y en ti y por ti quiero ser y proceder. 
En tus manos Señor, quedan mis quehaceres y lo que me hace trabajar; mis tareas, mis afanes, mis esfuerzos y también mis sacrificios; tu eres y serás siempre mi motivo.  
En tus manos Señor pongo mi obrar diario para que todo cuanto haga en esta jornada sea por ti llevado; en tu gracia fortalecido, en tu compasión realizado, para así en todo y en cada cosa tu nombre sea horado.  
En tus manos mi Señor y Maestro, dejo mis ideas y también mis pensamientos, en ellos van mis anhelos y deseos, lo que espero y sueño. Se tú mi Señor amado la inspiración de mi fe, el argumento de mis razones; el aliento que me da vida. 
En tus manos Señor queda mi alma; refréscala con tu ternura, haz que sea transparencia y reflejo cada vez más asertivo de tu imagen; semejante a ti sea en todo, también en tu nobleza, inteligencia y sutileza; que sienta siempre el júbilo estar cada vez más compenetrado y unido al Padre en ti. 
En tus manos mi Señor, pongo mi corazón en él esta lo más importante. Es ápice de lo que soy. Ahí a ti te llevo, en él está tu casa, la morada terrena en la que tu presencia bendita habita. Si mi corazón está en tus manos, nada podrá dañarlo y siempre limpio se conservará y tu rostro podré por siempre contemplar.  
En tus manos Señor Jesús, en definitiva pongo todo lo que soy, todo cuanto tengo, todo cuanto hago incluso, cuando nada puedo hacer. 
En tus manos Señor dejo mi vida haz con ella lo que quieras, que siempre será mejor que lo que yo pueda.
Amén


Yerko Reyes Benavides

miércoles, 27 de febrero de 2019

Hazte Sentir

"Jesús, hazte sentir, 
hoy la gente te necesita, 
la única esperanza que les queda a muchos eres tú"

Señor Jesús, Hijo de Dios que estás vivo y presente y te sigues mostrando Misericordioso con los hombres y mujeres de este mundo,;hazte sentir, manifiéstate hoy también y más en el corazón de los pobres y los humildes. 
Jesús, Hijo del Eterno Padre, tu voz hazla sentir hoy. Tu palabra la que dijiste permanecería más allá de este cielo y esta tierra: resuénala con fuerza en el corazón de los que tienen la tarea de hacer próspero este mundo. 
Jesús, hazte sentir, hoy la gente te necesita, la única esperanza que les queda a muchos, eres tú para sentirse nuevamente dignos en medio de la tragedia y la miseria que es el alimento de su humillación día con día.  
Son tantos, Señor Jesús. Hay tanta necesidad de todo y también la hay de ti. Hay tantos que viven en total abandono, marginación, decidía, humillación. 
Son muchos los que sus ojos no levantan producto de la vergüenza; también los hay y nos son pocos los que han sido desprestigiados, execrados y despreciados. No podemos olvidar a los que viven en la más abyecta de las pobrezas, a los que jamás se les dará acceso a los bienes de esta tierra.  
Tú los conoces Señor, en la historia viniste en rescate de todos, pero en especial por ellos. Vuelve Señor, y hazte sentir, como en aquellos días junto al mar de Galilea donde fueron tantos los que en ti consuelo encontraron, alivio en sus penas, salud para sus cuerpos y salvación para sus almas. Enjuga Señor las lágrimas de tantos que hoy ponen en ti su última esperanza.  
Los hombres seguimos jugando al juego de poderes, honores y privilegios, salvaguardando estructuras e instituciones más que amando amores a los Benditos de tu Padre. 
Señor Jesús hazte sentir, dame la gracia de poder llevar en mis manos tus amores a todos los que esperan por tu autoridad ser perdonados, en tu entrega redimidos, en tu sacrificio salvados, en tus brazos cobijados y en tu corazón amados, como yo ahora pues también te necesito. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 26 de febrero de 2019

Gracias, Señor Jesús

"Gracias, Señor Jesús, 
me das la oportunidad de reconocer que en cada amanecer 
tu bondad, misericordia, perdón y gracia son 
el sol que ilumina mis días"

Gracias, Señor Jesús, mi corazón se exalta de gozo y alegría, un nuevo día comienza, y aunque el sol no haya aparecido aun en el horizonte, mi existir en tu gracia ya despertó, el amanecer de tu amor en mi corazón ya comenzó, pues eres tú el resplandor que mi alma necesita.  
Gracias, Señor Jesús, no dejo de admirar todo lo que hay y, descubrir en cada cosa el signo de tu amor por esta mi humanidad humilde que no hace mérito para ser amada hasta el extremo.  
Gracias, Señor Jesús, eres bueno conmigo, te muestras generoso, abundante en dones, pues me das todo lo que necesito y aún más: tú mismo. Te das y a mi alcance te pones, para hacer que en cada día de este peregrinar encuentre un motivo para amarte en lo que amas.  
Gracias, Señor Jesús, tú vas delante, no eres un ángel, pero has decido abrir el camino para que mi pie en piedra no tropiece. Emprender la marcha es mi responsabilidad, y tu amor mi destino; ya hiciste el sendero que a tu corazón ha de llevar.  
Gracias, Señor Jesús, porque tu bondad es tan grande que aunque de ti me aleje por momentos, tu Misericordia de mí se aparta; me acompaña a donde vaya.  
Gracias, Señor Jesús, me dejas en libertad, abierta está la puerta para que esta oveja entre y salga. No me quieres inconsciente en un redil. Por eso me das la autoridad de discernir, y a pesar de mis inconstancias me buscas certero y seguro en la determinación de seguir el vibrar de tu voz.  
Gracias, Señor Jesús, me das la oportunidad de reconocer que en cada amanecer tu bondad, misericordia, perdón y gracia son el sol que ilumina mis días; y tu amor lo que mi corazón anhela para hoy y toda la eternidad. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 25 de febrero de 2019

Ante ti Señor

Ante ti Señor, 
caigan rendidos los odios y las enemistades entre hermanos, 
que el sentirnos humanos sea razón suficiente para tendernos la mano. 

Ante ti Señor, mi rodilla se doble, todo mi ser se incline, mi existir a ti se entregue; mis pasos en este andar hacia ti se orienten; cuerpo, alma y mente a ti queden consagrados por siempre. 
Ante ti Señor, mi orgullo se doblegue, mi soberbia desaparezca, la prepotencia de mis ademanes se allane; que la mordacidad de mis palabras en suaves caricias se transforme; la rigidez de mis percepciones se corrija y la dureza que haya en mi corazón se suavice. 
Ante ti Señor, mi vida se exalte, mis sentimientos se eleven, se agranden mis anhelos y mis sueños se ensanchen para cobijar en ellos un mundo nuevo. 
Ante ti Señor, mi alma esté siempre alegre y mi espíritu se regocije y esté dispuesto. Desaparezca el miedo y la desconfianza; avive en mí la esperanza; florezca en este desierto, cual árbol frondoso, la fe, la misma que mueve montañas. 
Ante ti Señor, las circunstancia que oprimen mi pecho, se conviertan en razones y argumentos para seguir confiando en que todo pasará, y un nuevo amanecer pronto contemplarán los que en ti esperan y en tu nombre anuncian la buena nueva de tu Reino que ya llega. 
Ante ti Señor, caigan rendidos los odios y las enemistades entre hermanos, que el sentirnos humanos sea razón suficiente para tendernos la mano. 
Ante ti señor surja en el corazón de toda persona la convicción que no hay nada mejor que convivir en armonía haciendo presente en el actuar de cada día la paz, la justicia y sobre todo la Misericordia Divina. 
Ante ti Señor, mi vida toda caiga rendida, y a tus pies ofrecida sea por ti recibida, glorificada y exaltada y llevada a la cima de tus amores.
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 24 de febrero de 2019

Petición

"Concédeme, Jesús amado, el don del discernimiento, 
que siempre antes de lo correcto esté el bien"

Mi Dios y Señor, ante ti en oración me encuentro, deseando que atento estés a este mi querer, que no es otro que tenerte presente tan fuerte en mi alma, que no haya ya distinción entre tu corazón y el mío tan arraigado en ti, que seas tú quien por mí manifiestes también hoy indulgencia, bondad y amor.  
Señor Jesús, enséñeme a ser humilde, sencillo y dócil de corazón.  
Mueve mi espíritu, derrama en él tu gracia para que en todo sea manso y a la vez hábil para de las cosas del Padre Dios hacer mí día a día.  
Dame fuerza, gracia y virtud, Jesús, para en todo estar siempre atento al bien que buscas que por en mí y por mi sea realizado.  
Concédeme, Jesús amado, el don del discernimiento, que siempre antes de lo correcto esté el bien; que el cumplimiento de la ley pase antes por el tamiz de la bondad para que no me quede en papel y en letra sino que, ponga por obra el amor que me mandas.  
Señor Jesús auméntame la fe, fortalece mi esperanza, anima y expande la caridad que en haya, sea siempre extensión de tu corazón en el mío.  
Mi buen Jesús jamás permitas que sólo eco haga de buenas intenciones, y me quede en escusas, en pretextos y en disculpas.  
Señor Jesús te pido: dame la gracia de insistir en la Bondad, resistir en la Verdad y persistir en el Amor.  
Señor Jesús, tú eres el que todo lo puede, yo a ti me acojo, por tu gracia engrandece mi existir para que configurado en ti sea manifestación viva de tu entrega, y así dándome yo en ti tú te des por mí a todos, sobre todo a los que más necesitan de tu ternura, compasión y misericordia. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 23 de febrero de 2019

Señor Jesús

Jesús, Señor y Dios mío, 
eres el primer pensamiento que anima mi mañana 
y el último de mi jornada, 
y del amanecer hasta el ocaso tu gracia me mueve

Señor Jesús te pienso al levantarme y también al acostarme; estás presente en lo que proyecto para cada jornada, puesto que mi anhelo de todos los días es hacer el esfuerzo de vivir lo correcto, buscando agradar al Padre Dios en todo lo que pienso, digo, siento y hago.
Mi deseo, Jesús querido, aunque no lo digo abiertamente y lo reservo en el silencio de mi corazón es en todo ser como tú: entregar en cada acto la ternura, manifestar en cada gesto la bondad y ser en todo tiempo compasivo como tú lo eres con todos y los sigues siendo también conmigo.  
Tu nombre no está en mis labios todo el tiempo, pero si está grabado en mi pecho, puesto que mi corazón late marcando el ritmo de tu reino; el que me esfuerzo en construir puesto que mis manos ya están en el arado y no quiero nunca más mirar atrás. 
Señor Jesús, acompáñame en todo lo que hago, no dejes que las dificultades ni las circunstancias impidan ser testigo en tu nombre de la buena nueva para mis hermanos los abatidos por el peso de las penas y, también fortaleza para los que hacemos camino y no renunciamos a vivir en la esperanza de un “cielo nuevo y una tierra nueva”
Jesús, Señor y Dios mío, eres el primer pensamiento que anima mi mañana y el último de mi jornada, y del amanecer hasta el ocaso tu gracia me mueve, y en tu amor me sostengo. 
Jesús, amigo, Maestro y también hermano, tómame de tu mano y no me sueltes, condúceme por las sendas que llevan a esa Vida de los Bienaventurados, la que en ti hay en abundancia, y así, pese a los intrincados caminos de este peregrinar sinuoso encuentre siempre los signos imperecederos de tu presencia redentora: la que salva y las puertas de la eternidad abren para los que en la fe, hasta el final, firmes se mantienen.
Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 22 de febrero de 2019

Tú, eres, Señor

¿Quién soy yo para ti?

Señor Jesús fue un día como otro, no había ocasión especial, un rato como tantos, sin una razón en particular te acercaste, y a mi corazón susurraste, me hiciste una pregunta que me sorprendió, cría que estaba sobrentendido, pero me interpelaste:  
¿Quién soy yo para ti?  
“Tú, Señor, lo eres todo”. Por ti soy, para ti existo, mi vida es mía porque tú me la diste; eres mi principio, mi camino y mi destino. No sería lo que soy sino fuera por tu determinación, tu entrega y oblación.  
“Tú, Señor, eres el verdaderamente Esperado”, por el que mi corazón ha aguardado, el anhelado de mi alma y pensamientos; el que mis ojos contemplan cuando el Pan se levanta. Eres mi alimento, sin ti desfallezco.  
“Tú, Señor, eres el Mesías” el hijo de María, el hermano de la humanidad. En ti Jesús, el hombre se levanta; por ti es rescatado y redimido; tomado de la mano y llevado, una vez más, a la casa del Padre Dios.  
“Tú, Señor, eres la Palabra” que pronunciada con Ternura y Compasión me salva; la dignidad de hijo me devuelves; abres camino para que mi ser en ti se renueve, crezca y se expanda: toque las alturas del cielo y trascienda.  
“Tú, Señor, eres la Eternidad hecha carne” el tiempo no te detiene, tuyo es el ayer, el hoy y el mañana. Nada pasa sin que tú seas y estés, todo en ti tiene su principio y a ti todo confluye. El tiempo a ti te trae y el tiempo a ti me lleva.  
“Tú, Señor, eres el Amado” de corazón; el adorado de mis sueños, anhelos y pensamientos. En el sigilo de esta oración te digo Jesús, que no hay nada que salga de mí que te ha ser a ti. Mas mi vida sin ti no es Vida en Abundancia, tú le das la Plenitud: no falte hoy en mí tu amor, Señor. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 21 de febrero de 2019

Madre

"Madre venerada, 
en el camino de la fe Tú vas delante, 
y en el del amor nos tomas de la mano" 

Madre de celestiales encantos, nuestro corazón está al tuyo unido en el amor y en la entrega al Padre Dios y, aunque nuestra fe es pequeña, Tú nos fortaleces por tu ofrenda a dar respuesta concluyente, como lo fue tu “Si”, al plan de Salvación del Señor, el que en tu vientre se gestó y en nuestra alma hoy se encarna. 
Madre de divinas gracias, te veneramos con respeto y también con admiración; tu valentía nos inspira para poner nuestra vida al servicio del Señor. Tu humilde pero a la vez determinada decisión de ser la “Sierva” y no “Reina” es motivo de confianza puesto que tú te haces testigo del cumplimiento de las promesas de Dios. 
Madre venerada, en el camino de la fe Tú vas delante, y en el del amor nos tomas de la mano, para que también nosotros avanzamos certeros y no dudemos en los momentos de tribulación, sino que arraigados en tu corazón seamos oblación que atraiga del Señor gracia y bendición. 
Madre amada, en tu Hijo, Madre nuestra; no falte en nuestra vida tu bondad de mujer, la ternura de tu corazón, la finura de tu afectos, la delicada fuerza de tu amor materno. 
Madre bendita, muéstranos cómo llegar hasta Jesús; guíanos con sutileza, llámanos con maternal cariño a la conversión, que a nuestro corazón no le falte el deseo de la perfección en Cristo, para uno contigo y en Jesús tu Hijo, ser con el Padre Dios. 
Madre, Dulce Muchacha de Nazaret, continúa atrayendo con tu encanto la misericordia del Señor. Eres Madre del Amor hermoso y en ti nuestra vida se siente segura, en tu corazón encuentra nuestra alama desasosegada por tantas penas, un refugio seguro en el que ampararse y tu amor es razón de alegría para los que nos sentimos también tus hijos.
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 20 de febrero de 2019

Estás ahí

"Sé que estás ahí, Amado, 
y saber que me tomas de tu mano, 
aunque no te pueda ver, eso me basta"

No siempre te puedo sentir Señor; ni tampoco te dejas ver Jesús, y aunque mis manos no te puedan tocar: sé que estás ahí amado. 
No siempre mis oídos te pueden oír, ni mi cuerpo vibrar estremecido por los signos que dejas de tu presencia: pero sé Señor, que estás ahí; tú Jesús para mí. 
No siempre me puedo acercar al lugar donde tu presencia sacramentada, prisionera de amor por mí se queda, ni recibir el beso de tu amor en mi alma en el pan que se consagra, pero sé, Señor que ahí estás, cautivo de divinidad entregada. 
Mi alma, mi corazón, hasta mis entrañas, aunque no te pueda sentir, están al tanto de tu presencia; lo sé, sé Señor: conmigo vas, caminas junto a mí, me acompañas, estás ahí. 
Sé que estás ahí, Amado, y saber que me tomas de tu mano, aunque no te pueda ver, eso me basta; y aunque la fe a veces falla o muy pequeña se haga, no tu amor por mí, y mi corazón, el mismo que te pertenece lo sabe y te siente.  
Y aunque no te pueda ver Señor, ni te pueda palpar, ni tampoco tocar: hazte presente, silente en mi corazón pues te necesita más que el aire al cuerpo para poder vivir; ya que puedo existir, pero sin ti vivir no vivo. 
Sé que estás ahí, eres cercano, no me abandonas; me abrazas con ternura, te alegras de mis alegrías, sufres con mis sufrimientos, lloras con mis tristezas, te complaces de mis triunfos, recibes mis sueños, me das aliento; eres descanso en mis cansancio: estás ahí, Señor, para mí. 
Y aunque mis ojos no te puedan ver, sé que estás ahí. Mi alma tu ternura la siente y tu amor en mi corazón presente: estás ahí, Señor, sé que estás ahí. Y aunque la certeza me falte, Señor, no dejes de estar ahí amado, por mí.
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 19 de febrero de 2019

Retiro Espiritual: Cuaresma 2019

"Entre ustedes no sea así"
(Mt 20,26)


Los días se nos han hecho cortos en este primer trimestre del año. Hace nada cantábamos con regocijo alegres Villancicos, pero el tiempo no se diente y ya estamos a la puertas del Tiempo de Cuaresma.

Hago, por este medio, la cordial Invitación a todos lo que quieran participar del Primer Retiro Espiritual que ser realizará en este tiempo de Cuaresma 2019.

Tenemos planificado dos Retiros durante el Tiempo de Cuaresma, uno al comienzo y el otro justo antes de la Semana Santa

El primero, ya cercano, lo realizaremos el Sábado de Ceniza (9 de Marzo).

Pueden solicitar mayor información a través del correo electrónico:
  • lazosdefe@gmail.com
  • también a través de Messegger de Facabook
  • https://www.facebook.com/byerko
  • Intagram: @bereyerko
Para nuestros amigos y hermanos de otras regiones y países, estaremos haciendo un esfuerzo para realizar un "Retiro Espiritual Virtual". Esteramos utilizando la plataforma que brinda el "Facebook Live" y no descartamos la posibilidad de proponer una hora del día para participar de la Meditación de la semana a través de "Intagram Live".

En su momento oportuno daremos los detalles, así que estén al pendiente, por favor, de la información de la fecha, hora y plataforma de trasmisiones.


Yerko Reyes Benavides
Editor             

Eternidad

“Este cielo y este suelo” pasarán, todo acabará, 
mas en esta tierra de finitudes haz déjalo
 la semilla de la inmortalidad

Jesús y Señor, soy insistente en mi deseo de verte, que te hagas presentes y llegues a mi alma y, mi corazón abunde en tu bondad, la gracia que me das, la misma que concedes a los que has llamado Bienaventurados.  
Mi Jesús, mi amigo, el cielo, ya lo sabes, es mi deseo, mi espíritu de él está impregnado, por eso lo anhela mi alma: desde esta vida contigo en la eternidad estar.  
Esa eternidad, Jesús Mesías, que ya la has comenzado en el tiempo, permite que dé inicio en este momento de mi existir, pues yo estoy yendo, ya he salido a tu encuentro, espero, mi Dios y hermano, que tú estés también viniendo.  
“Este cielo y este suelo” pasarán, todo acabará, mas en esta tierra de finitudes haz déjalo la semilla de la inmortalidad: la Vida se abre paso en donde la muerte ya no tiene autoridad pues tu Palabra permanece y en ella dejas la libertad de tu eternidad.  
Haz que tu Palabra resuene, Jesús amado, que se haga sentir con fuerza, en este mundo lleno de muertes. Que no falte al corazón este alimento que lo fortalece, para que las penas, propias de este peregrinar pasajero, no se lleven la esperanza de los gozos de la Vida plena.  
Es en esa eternidad Jesús Maestro en la que veo, no es tu premio por religiosos bienes, sino el don de tu Amor, que a todos llamas a existir más allá de este tiempo, a trascender los escasos momentos de penas y felicidades efímeras, y así vivir sintiendo el gozo de tu Reino.  
Señor Jesús, el amado de mi existir, enséñame a vivir en este mundo sin ser del mundo, sino siempre tuyo en cada momento, hoy y por siempre hasta la eternidad. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 18 de febrero de 2019

Habla Señor

"Habla Señor, no dejes de hacerlo, 
sigue por tu Palabra que da vida, 
resonando insistente en mi interior"

Señor Jesucristo, Palabra Eterna que procede del Padre, día a día haces sentir tu voz; alimento espiritual, resplandor que nos guía en medio de la tiniebla de nuestra arrogancia que pretende alcanzar tus divinas verdades con criterios meramente racionales.  
Tu palabra Jesús –Verbo Divino- es la melodía celestial que, resuena en el interior; en lo profundo del corazón de los que caminamos en este suelo: el alma la escucha, en ella se alegra, el alma la entiende, el corazón la discierne.  
Habla Señor, haz presente entre nosotros tu Palabra, la que nos revela los secretos de tu corazón; la que nos enseña los designios del Reino y la Voluntad del Padre Dios.  
Habla, Palabra Encarnada, gesta en nuestra vida al hombre nuevo, aquel que puede beber del vino bueno que nos ofreces al anunciar el Evangelio; el que nos invita a ser misericordiosos como misericordioso es el Padre Dios
Habla, Palabra del Señor, sigue tocando a las puertas de nuestra alma, susurra constante el sentir de tu corazón; cuéntanos espléndido los misterios del Amor Divino; dinos, por más que insistamos en pedir un signo, que no hay otra señal que a Dios revele con mayor verdad que amarnos los unos a los otros, como tú nos has amado.  
Habla Señor, no dejes de hacerlo, sigue por tu Palabra que da vida, resonando insistente en mi interior, no siempre atento estoy a tu voz; a veces oigo pero no te escucho, a veces miro y no te veo, aunque delante de mí estés anunciando, proclamando, enseñando: amando.  
Habla Señor, hoy quiero decirte y en ello pongo mi alma, mente y corazón: “Aquí estoy para hacer tu Voluntad”.
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 17 de febrero de 2019

Amado Jesús

Poema hecho oración. Oración hecha poema

"Ven Señor, paséate una vez más por las vertientes
inconstantes de nuestras fe y amores.
No nos dejes a nuestra suerte"

Amado, Jesús: Dios y Señor de la historia,
humano “hijo de hombre”;
siempre amable y cercano, qué día y noche te paseas
por las praderas de nuestras luces y sombras
e irrigas las almas apasionadas de aguas transparentes. 
Esencia anhelante de dulces y cristalinos manantiales
de Palabra bendita de tu parte:
llena de ternura, amor y bendición:
espíritu inquieto
que deseoso de amor se pasea
por los áridos desiertos de la vida. 
Continúa, amado, haciendo tu acción vehemente
en nuestro corazón inclemente.
Gota de dulce agua eres que constante y perseverante
no nos abandonas a nuestros humanos quereres,
sino que insistente plenas nuestros espíritus rebeldes
de tu gracia desbordada para que
también nosotros seamos en este mundo,
tan lleno de contradicciones y objeciones
esplendor, rayo exiguo de luz reflejada,
en los corazones desagarrados y doblegados
de tanta miseria, humillación y dolor. 
Ven Señor, paséate una vez más por las vertientes
inconstantes de nuestras fe y amores.
No nos dejes a nuestra suerte
que sin ti, despierta la muy vil y cruel tentación
de creer que podemos suplantar tu divinidad
y que nuestra conmiseración está a la altura
de tu bondad, misericordia y compasión. 
Toca un y otra vez con insistencia
las puertas de nuestra inconsciencia quizá,
de tanto golpear, con tu suave y firma voz,
puño abierto de ternura,
resquebrajes una vez y otra
nuestro encostrado interior
por dolores no curados y,
de una vez por todas y para siempre
correspondamos a tu entrega desbordada
en humana Encarnación,
Pasión Muerte y Resurrección. 
Paséate Señor sin desfallecer por las
laderas de nuestras inconstancias
alma hecha imagen y semejanza de
tu amor en libertad.
Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 16 de febrero de 2019

Pasa, Señor

"Estás de paso, Jesús Maestro, y aunque no te quedas, 
en tu pasar algo dejas en el alma contenido"

De paso andas Señor, caminas a prisa, quieres pronto llegar a la vida del que de ti necesitando está; más avanzas con pausa una vez que llegas y así permaneces un rato en ella.  
En tu paso, Jesús amado, no te quedas, tu llegada augura más que sanar heridas: explicas con vehemencia los misterios del Reino, el mismo que haz de dejar sembrado en el corazón de los que con atención te escuchan.  
Es tu paso, Señor, un tránsito transformador, cambiar el corazón, dejar uno de carne, llevarte el que está empedrado y pesa en el pecho, la peor dolencia que a toda persona afecta.  
Estás de paso, Jesús Maestro, y aunque no te quedas, en tu pasar algo dejas en el alma contenido; una necesidad, un deseo, un anhelo: que vuelvas a pasar Señor y de ti un poco más quede.  
De paso estás Hijo de Dios y de María, la humanidad renuevas, confianza para el alma, gozo en el espíritu: un nuevo amanecer, despiertas la esperanza, fortaleces el andar del peregrino, te haces de camino su compañero y te adelantas.  
De paso estás Señor, y sin embargo te quedas un rato; alimento de vida que al alma fortalece, al cuerpo recompone y al espíritu libera.  
En este tu pasar, Jesús, dejas compasión, misericordia y perdón. No te contengas Señor, no aguardes más, pasa una vez más, mi corazón te espera, mi alma vigilante de tu llegar está.  
Pasa amado y aguarda, quédate un rato, atento a ti mi ser está, de ti quedar pleno anhela, y así continuar con paso certero, caminado seguro hacia la vida eterna. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 15 de febrero de 2019

Effetá

"Effetá, es la Palabra que tus labios pronuncian: 
la señal que deja a la vista lo que guardas en tu pecho"

Effetá, dices con ímpetu, Señor, y mis oídos distraídos buscan alejar los ruidos que le impiden seguir el sonido de tu voz, que resuena con fuerza en mi interior. 
Effetá, repites Jesús y mis ojos abiertos quedan, anhelantes de poder contemplar aquellas verdades que van más allá de las terrenas; las que Tú revelas y muestras con determinación al proclamar que el Reino de Dios ya está en nosotros.  
Effetá, vuelves a insistir Maestro, romper buscas la roca dura de mis ideas, abrir mi mente, expandir mis pensamientos y así comprender el designio de Dios que sigue haciéndose sentir en los acontecimientos de la vida; se ocultan a la vista, Tú los llamas: "Signos de los tiempos”.  
Effetá, es la Palabra que tus labios pronuncian: la señal que deja a la vista lo que guardas en tu pecho; expuesto queda tu corazón, del que mana como torrente la salvación que es más que expiación: metanoia del corazón.  
Effetá de mi amado, es su voz la que resuena y por la que mi alma suspirando se expande, aprisa quiere llevarme a los cielos de la trascendencia, donde la vida al fin es plena, pues en amor abunda.  
Effetá, mi corazón late aprisa, sabe que se acerca el esperado, se abre paso entre los parajes tupidos de la existencia que se pierde sin la gracia que proviene de lo alto.  
Effetá, susurras a mi oído y si alguna resistencia quedara, desaparece. Las puertas de la vida, por tu palabra, se abren de par en par.  
Effetá: mi espíritu en libertad queda, mi corazón se entrega, tu amor llega y llena, todo en mi interior lo trastoca, en ti se trasforma, tu amor lo abarca todo, nada queda sin por ti ser abrazado: tuyo soy, Señor. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 14 de febrero de 2019

Jesús Amigo

"Jesús Amigo, pudiendo recibir las loas de todo un Dios, 
preferiste los afectos sencillos de la gente humilde"

Jesús Amigo de nobles y puros sentimientos, te das y te entregas sin reservas; tu ternura compartes, te haces sentir bondadoso en el corazón todos los que a ti acuden en su tribulación. 
Jesús Amigo, eres generoso, a ninguno desprecias, al pobre y al rico recibes, tu misericordia repartes, para que nadie quede sin la gracia de sentirse en ti reconciliado con el Padre.  
Jesús Amigo fiel, siempre estás dispuesto a ofrecerte a ti mismo como oblación, y por ti alcancemos redención, la salvación, volver a la casa de Dios. Tu misión, y la sigues realizando, es que ninguno de los que te fue dado se pierda, y por eso te sigues entregando en el ara del amor. 
Jesús Amigo, nos acompañas en este peregrinar de alegrías y sinsabores; no te ausentas en tu Cielo, sigues haciéndote presente en este suelo que tus pies caminaron a nuestro lado, para que todo el que te busque te siga encontrando.  
Jesús Amigo, pudiendo recibir las loas de todo un Dios, preferiste los afectos sencillos de la gente humilde; tu mayor exaltación fue el amor de los que proclamaste “hermanos y madre”; por ellos y por nosotros prometiste el amor más grande y sublime: dar la propia vida y, así lo hiciste.  
Jesús Amigo, dijiste a tus apóstoles, “ya a ustedes siervos no los llamo”: mirando mis manos, buscando en mi pecho, escudriñando en mi alma, no tengo mucho para darte; pero lo que si tengo te lo ofrezco: alma, mente y corazón, tuyo son Señor.  
Recíbeme como uno de los tuyos. Mi gozo será, Jesús amado, de tus labios escuchar: “A ti te llamo mi amigo, mi hermano”.
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 13 de febrero de 2019

Perdón Señor

Pecado Originario

"Perdón Señor, 
porque la entrega de tu Hijo sigue siendo relegada por nosotros, 
haciendo ineficaz su gracia esencialmente trasformadora"

 
Señor y Dios nuestro, Padre de Bondad y Misericordia, derramaste tu gracia en nosotros, desbordaste tu propio corazón y te diste en abundancia, el Creador en la criatura se infundió y desde el principio uno fuimos contigo.  
¿Qué nos hizo dejar de lado aquel maravilloso estado, en el que cara a cara criatura y creador se miraron y contemplaron?  
Perdón Señor por haberte abandonado, bueno fuiste con nosotros en todo momento, y al comienzo tú mismo en nosotros pusiste lo que te pertenecía: bien y bondad nos fue dado.  
Perdón Señor por habernos alejado, no quisimos nunca sustituirte, en nuestra ingenuidad pensamos que lo que nos había sido por ti ofrecido era para poseerlo, no para cuidarlo y custodiarlo.  
Perdón Señor la codicia nos invadió, y fue nuestro pecado originario, no el pretender ser Dios, puesto que en nuestra naturaleza tu divinidad habías escondido, sino el pretender quedarnos con lo que no era obra de nuestras manos.  
Perdón Señor, porque todavía no hemos entendido que tener no necesariamente es poseer; en la posesión nosotros hemos puesto la felicidad de nuestro existir, y seguimos destruyendo la obra de tus manos.  
Perdón Señor, porque la entrega de tu Hijo sigue siendo relegada por nosotros, haciendo ineficaz su gracia esencialmente trasformadora. Seguimos aferrados a lo terreno, haciendo que nuestro espíritu siga atrapado en lo vano y lo efímero.  
Que tu Perdón Señor, Dios de infinito Amor descienda hoy sobre nosotros y nos haga reencontrar el bien y la bondad que a ti nos lleva y nos haga de nuevo ser uno contigo: ayer, hoy y siempre, por toda la eternidad en tu amor amando. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 12 de febrero de 2019

La Vida nos diste

Me hiciste Señor, tuyo soy, y me diste el don de ser libre; 
y desde esta libertad, regalo de tu amor, 
a ti te descubriera en mi mismidad, 
en la intimidad de mí ser

Señor y Dios nuestro, la vida nos diste, nacer fue un don de tu bondad, no un acto fortuito, ni tampoco “obra del destino”: sino la intención de tu corazón. En ti un propósito hay, una misión para nosotros: de creación a creadores siendo imagen de tu amor; de criatura a hijos en tu Hijo y por él herederos de tu Reino.  
Señor, hay tantos que no entienden que su procedencia no es el acto humano, ni sus formas, ni maneras. El vivir no es prisionero de su biológica condición. Lo de este mundo y sus ademanes siempre serán medios y no fines; pues quien convierte esta materia en fin, atrapado queda de sus antojos y vaivenes.  
Vivir de ti viene, tú eres su origen y principio. Todo cuanto hay, en ti ya fue; todo cuanto habrá, en ti ya es. Todo existe, no en el tiempo, sino en la eternidad, naturaleza de tu esencia: inocencia, belleza y bondad. 
Señor, no dejes que desprecie el don de la vida, que no me quede contenido en lo efímero del tiempo y sus caprichos; que el cielo me recuerde, al contemplarlo, que en vientre fuí engendrado más mi origen está allá a tu lado. 
Señor, divino tesoro de mi alma, en tus pensamientos estaba, incluso antes que todo fuera. Me conocías ya en la eternidad, incluso mi nombre sabías y al nacer lo pronunciaste con alegría: un hombre se ha engendrado, un hijo ha nacido. 
¿Cómo no estar agradecido? 
Me hiciste Señor, tuyo soy, y me diste el don de ser libre; y desde esta libertad, regalo de tu amor, a ti te descubriera en mi mismidad, en la intimidad de mí ser, pues allí, en tu libertad, decidiste dejar el hálito de tu divinidad. 
Gracias Padre amado, porque en tu proceder generoso, la vida me diste: que esta vida no me alcance para amarte, para así amarte por toda la eternidad.
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 11 de febrero de 2019

Señor Jesús

"Señor Jesús, eres el Amado de mi alma,
 el anhelado de mi corazón, 
el propósito de mi vivir, el sentido de mi existir"

Señor Jesús, salgo a tu encuentro, como todos yo también te busco; en mi hay la misma necesidad, mi alma de ti sedienta está; mi corazón sin la gracia que viene de tu compasión desfallece, se pierde, se consume.  
Señor Jesús, contemplo a mi alrededor, atento estoy a tu paso, el transitar de tu bondad por mi vereda, las huellas de tu pisar sereno en el concreto de mi acera.  
Señor Jesús, sé dónde puedo hallarte, prisionero de amor por la humanidad, para que todos tengan el pan espiritual; más lo que espero es que tú por mi calle pases y a mi casa llegues, a la puerta de mi vida toques y te quedes haciendo en mi tu morada.  
Señor Jesús, busco conocerte, pues nadie ama lo desconocido, y aunque se pueda por el extraño sentir afecto; también te pido ser por ti reconocido. No sólo en la noción de un saber que tu omnipotencia todo lo conoce; sino en la experiencia profunda de sentir el Amor de tus amores, porque tú eres el Amado del Padre y también el de mi corazón.  
Señor Jesús, el Amado de mi alma, el anhelado de mi corazón, el propósito de mi vivir, el sentido de mi existir, acerca tu amor, tráelo al lugar donde pueda, al menos, tocar el borde del manto de tu plenitud, eso le basta a mi espíritu para seguir, de amor peregrino, hasta el día de la consumación de tu Reino en mí.  
Señor Jesús, muchas cosas en esta vida me pueden faltar, por muchas necesidades podré pasar; dificultades en el camino encontrar, y mis manos al cielo elevar pidiendo favores de tu gracia; pero, Amado, que no me falte en ningún momento lo más preciado: tu Amor. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 10 de febrero de 2019

Pescador


"Un milagro mayor
guardabas en tu corazón,
una invitación"


Fue en un día como otros, entre tantos. 
De la faena volvíamos, 
vacías las manos: 
ese día por ahí andabas, de paso estabas, 
nos mirabas 
y sin más dijiste: 

"A la mar volvamos, 
las redes una vez más al agua echemos". 


¡Maestro! 
En mi interior, crédito no te daba, 
no quería al mar volver, 
la soberbia en mi ganaba. 
Te dije: 

"En estas agua nada habrá, 
el mar mezquino está". 


Tú, en cambio, seguías con tu mirada fija a lo lejos 
sin prestar atención a los reproches 
de un hombre que del mar su oficio había hecho; 
contemplabas el firmamento infinito,
el beso fugaz que por un instante se dan 
el cielo y el mar, en amor rendidos: 
despertar del alba, 
renuevo de esperanza.

Las redes en la barca estaban 
¡Qué más da! 
Ya están acá 
Si tú lo dices, así se hará. 

Al despertar el amanecer, 
nuestros ojos incrédulos 
no lo podían creer, 
no daban crédito, 
las redes de peces llenadas quedaron. 

¡Oh milagro! 
A tus pies rendidos caímos 
"Dios ha sido grande con nosotros"
Tú, en cambio sonreías, 
lo sabías, más habría, 
poco eran unos peces en las redes. 

No fue nuestra pericia lo que lo hizo. 
Nuestro espíritu se sobresaltó, 
nuestra alma de temor se llenó: 

"¡Señor, aléjate de nosotros pecadores somos!"


Un milagro mayor 
guardabas en tu corazón, 
una invitación: 


“Miedo no tengan 
conmigo vengan; 
otros amaneceres nos esperan 
mares más profundos nos aguardan. 

Océanos de otras aguas 
en ellas sin rumbo andan los hombres; 

de ellos, de hoy en adelante 
pescadores ustedes serán” 

Jesús, tú eres el pescador, 
no nosotros, 
tu compasión y bondad primero nos atrapó. 

Merecedores no somos de esta misión, 
pero a donde tú vayas, contigo iremos 
pescadores de hombres por ti seremos, 
haznos, por tu gracia, de lo que nos pides, dignos: 
llevar a los hombres al océano infinito de tu Amor.

Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 9 de febrero de 2019

Buen Pastor

"Buen Pastor, el verdadero y esperado, 
el único digno de ese nombre sagrado, 
oveja de tu rebaño busco ser"
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Señor Jesús la fuerza que acompañaba tu obrar no provenía de la contundencia de la sabiduría divina; ni tampoco de la intensidad de la inteligencia humana, sino de la profunda y desarrollada sensibilidad de tu corazón. 
Buen Pastor, así te llamaban, porque a todos recibías, en ti no habían restricciones, al enfermo, al pobre, al pecador acogías, a todos tus manos extendías, con ternura tocabas el rostro del humillado y del marginado a los ojos mirabas con aprecio.  
Buen Pastor dijiste ser; puesto que era tu misión cuidar y proteger, custodiar y defender a los hijos de tu Padre Dios. Hay ovejas, por ellas velas y también hay corderos; por ellos te desvelas, te preocupas y los buscas, para que del Reino no se alejen y se pierdan. 
Buen Pastor, de nobles sentimientos e intensas emociones, tu consideración es tan grande que no hay nadie que de tu amor quede relegado; marginado de la gracia o excluido de perdón.  
Buen Pastor sabes reconocer a quien te requiere, y también tienes la capacidad de dar a cada uno lo que necesita, lo que su alma busca: reconocimiento, respeto, afecto y consideración.  
Buen Pastor, el verdadero y esperado, el único digno de ese nombre sagrado, oveja de tu rebaño busco ser; a veces cordero, al sonido de tu voz atento estoy, escucharte decir mi nombre es mi anhelo y poder reconocer el camino en el que tú, delante de mi vas. 
Buen Pastor, el que conoce mi corazón, el que escruta mi alma, y exalta mi espíritu, guíame por los senderos de tu bondad y compasión, donde la paz sea certera, la libertad la manera y el amor la plenitud de todo.
Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 8 de febrero de 2019

Bendito Seas

"Bendito seas Señor, en todo lo que mis ojos contemplan, 
en cada cosa hay un cántico armonioso que se entona desde esta tierra 
y se eleva delicado hasta el altar de tu cielo"

Bendito eres Señor en tus criaturas, la obra de tus manos que alcanzo a contemplar; la que aún no he explorado ni tampoco descubierto. Toda ella revela la Omnipotencia de su Hacedor, pues por ti: ¡Oh Dios! todo de la nada fue llamado a existir.  
Bendito seas Señor en el Universo basto y profundo, desconocido e inexplorado; en él se guardan tus más grandes secretos; allí están la huellas de tus misterios, los mismos que asombran y nos hacen mirar con atención al firmamento, descubrir tu paso, sobrecogernos en tu magnificencia.  
Bendito seas Señor en este mundo, un rincón pequeño de tu Reino glorioso, lo diste al ser humano como hogar; paraíso terrenal; lugar de su realización y no de su perdición; por eso, cuanto por ti fue hecho todo impregnado quedó a fragancia de tu bondad.  
Bendito seas Señor en la naturaleza densa y frondosa, de sin igual belleza. Ella nos habla de tu grandeza, de tu fina hermosura; por ella descubrimos lo amplia que es tu generosidad.  
Bendito seas Señor, en todo lo que mis ojos contemplan, en cada cosa hay un cántico armonioso que se entona desde esta tierra y se eleva delicado hasta el altar de tu cielo. En tu creación te regocijas, empero una cosa es la razón de tu más grande alegría.  
Bendito seas Señor, en el ser humano: hombre y mujer. La vida nos la diste, para que vida en ti tuviéramos y viviendo en esta vida a ti te buscáramos y te dejas encontrar. Trazaste tu mensaje de amor en todo, para que cada cosa nos hable de tu amor.  
Bendito seas Señor, porque amado soy de tu amor, dame la gracia de corresponder a tu gozo, amarte a ti en todo y anhelar la plenitud y trascender, para contigo estar desde ya la eternidad entera. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 7 de febrero de 2019

En tus Manos

En tus manos, hoy Señor, pongo mi pasado, mi presente y mi futuro. 
Pues tuyo soy, por ti existo y para ti quiero vivir cada día

En tus manos, Señor Jesús, está mi vida; tómala para ti, hazla tuya, conviértela en oblación: ofrenda agradable al Padre Dios. Si mi vida tuya es, contigo al cielo va, en el ara de los amores se consagra y en gracia se realiza en este mundo. 
En tus manos, Jesús Maestro, están mis pensamientos; haz que siempre sean transparentes, límpidos y puros que, acompañados de la fe, propaguen certezas y confianzas, se engrandezcan de humildad y con las verdades que tu revelas a los sencillos engendren certezas de tu Reino en la tierra.  
En tus manos, Jesús Amado, están mis sentimientos y emociones; late mi corazón con el deseo de estar cerca de ti; conviértelo en uno con el tuyo. Haz que mis afectos sean nobles, que transparente la bondad que hay en mi alma; fue tu gracia que la puso ahí, y por tu compasión y tu ternura, hoy busco, quiero y espero sean expresión de tu Amor en mí, para todos.  
En tus manos, Jesús Mesías, pongo mis palabras, lo que digo y expreso, lo que mis labios cuentan: que siempre sean verdades. Que mi hablar sea en todo momento motivo de esperanza y regocijo para el corazón de quienes me oyen; que a ti, por mí, te escuchen y así encuentren la buena nueva del Reino. Jamás permitas que por mis palabras la gente sea lastimada; no dejes que sean espada que al alma injurie y heridas abran. Dame, mi Señor, palabras de sabiduría y amor.  
En tus manos, Jesús Hijo del Hombre y de Dios, pongo mi obrar, mi labor y quehacer de cada día. Ayuda a mis manos a crear e innovar, a levantar y construir, a desarrollar y perfeccionar; a hacer de este mundo el paraíso que tú al principio nos diste como regalo de tu bondad.  
En tus manos, hoy Señor pongo mi pasado, mi presente y mi futuro. Pues tuyo soy, por ti existo y para ti quiero vivir cada día, por el resto de mi vida aquí y en la eternidad. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 6 de febrero de 2019

¿Qué quieres de mí?

El deseo de contemplarte me invade, 
que mirándote tú me mires y me digas lo que buscas: 
¿Qué quieres de mí? 

Señor y Dios nuestro, cuando a ti acudo a veces no sé qué decir, no sé qué pensar, ni tampoco qué sentir.  
Tu existencia me resulta un misterio, y es entonces cuando sólo me queda para entregarte el silencio; el deseo de contemplarte me invade: que mirándote tú me mires y me digas lo que buscas:  
     ¿Qué quieres de mí?  
Un día, no hace tanto, me llamaste a estar contigo. No fue una invitación, sino tu decisión; la discreción de tu Voluntad que no vulnera la mía: ser por tu gracia hijo en tu Hijo.  
Sin yo pedirte nada, el mundo entero me otorgaste. No lo entiendo:  
     ¿Qué quieres de mí?  
No fueron cosas, ni mucho menos posesiones; sino oportunidades, realizaciones y una promesa:  
“Aunque del mundo no soy”, dijiste: “ahí estaré; podrás encontrarme, yo te esperaré, no importa lo que tardes”. 
¿Eso es lo que quieres de mí, Padre; que te busque hasta encontrarte?  
"No has entendido, ¿Aún no has comprendido?: 
"Lo que quiero, ya lo tengo; lo que anhelo lo poseo. No espero nada. No se trata de mí, sino de ti. No soy el que quiere, sino el que Ama, no importa lo que hagas".  
Me confundes, Señor; en tu misterio me pierdo:  
     ¿Qué quieres de mí?  
“No quiero que hagas nada, mi deseo es que seas todo, que la plenitud alcances, que seas todo lo que puedas ser.  
No te guardes, ni reserves; no te arredres ni acobardes; tampoco te resignes ni conformes: no se trata de hacer sino de ser.  
Y siendo en todo, lo que todo puedes ser, ahí estaré, me encontrarás.  
En ti mi Espíritu está”. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 5 de febrero de 2019

Acompáñame

"Acompáñame, Jesús, mi Señor amado, 
no te alejes demasiado; 
mantente al alcance de mis ojos"

Acompáñame, Señor, en este camino que es la vida. Se tú mi guía y muéstrame lo que de verdad importa; lo que a los ojos de Dios es valioso, y lo que al existir le da abundancia de cielo en la tierra. 
Acompáñame, Jesús, el mundo está lleno de atajos, no todos llevan a la perdición, sin embargo, muchos agotan el tiempo pues los senderos que ofrecen no conducen a parte alguna, distraen al alma y vacíos dejan el corazón. 
Acompáñame; Amigo, muéstrame lo precioso de la vida, lo que el oro y la planta no compran, aquello que el Padre Dios da a sus hijos mientras duermen.  
Acompáñame; Mesías, no me sueltes de tu mano, sin ti me perdería; me extraviaría, entre las cosas efímeras de la vida, vanidades y apariencias de bondades no existentes, fachadas lustrosas que esconden los sin sentidos de una vida que se pierde. 
Acompáñame, Maestro, dame las certezas que destrocen las aturas que detienen al espíritu indómito, ese que anhela libertades. Enséñame las verdades, esas que rompen las cadenas que al alma atrapan y al corazón impiden amar amores de eternidades. 
Acompáñame, Jesús, mi Señor amado, no te alejes demasiado; mantente al alcance de mis ojos. Déjame contemplarte en el horizonte de mis días, así mis pies tendrán a donde dirigirse.  
Acompáñame, también Señor Jesús, dejándome solo a ratos, adelántate lo suficiente, para que todo mi ser te anhele; mi alma te desee, mi corazón te extrañe y mis pensamientos en ti se concentren, y así en pos de ti siempre vaya.
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 4 de febrero de 2019

Madre del Amor Hermoso

"Tú, Dulce Muchacha de Nazaret 
fuiste la primera, que no reservó de si nada y
 todo lo entregó al Verbo Humanado: 
alma, vida y corazón"

María de Nazaret, mujer de convicción y entrega generosa. Tu Fe movió tu corazón para responderle a Dios: “En mi hágase tu Voluntad”. No pudiste imaginar lo que tu “Si” iba a ocasionar, no sólo para ti, sino por ti a la humanidad: Dios en ti se hizo hombre y vivió entre nosotros.  
Virgen María, tú lo sabias y aunque no lo entendías todo, lo contemplabas y lo meditabas sin cesar en lo profundo de tu alma. Tus manos tocaban su rostro y tus ojos lo miraban y de ternura te llenabas:  
“¿Cómo es que Dios siendo el Todopoderoso de criatura su alma revestía?" te decías María.  
De rodillas caías ante el misterio que poseías, mas lo que le entregabas era tu adoración; no la latría que merece Dios, sino tu Amor, el mejor que en tu corazón había, lo mejor de esta humanidad que él palparía.  
Madre del Amor Hermoso, acompaña mi fe, tómame de la mano, llévame al lugar de tus encantos, donde tu mirar sereno contempla el Rostro de Dios hecho hombre por nosotros. Dame la convicción que había en tu joven corazón para responder al Señor que me invita a dar de mi todo: “hasta el extremo”.  
Tú, Dulce Muchacha de Nazaret fuiste la primera, que no reservó de si nada y todo lo entregó al Verbo Humanado: alma, vida y corazón, no te bastó, obras de amor, tu vida toda.  
Tú fuiste todo para el que todo lo es: Madre, Hija, Hermana, Amiga, Consejera, y también Discípula.  
Que no falte de ti, María, en mí, la bondad y la ternura que desborda tu corazón: es como el rocío del alba que impregna las almas de los que sed tienen de Cristo Jesús, tu Hijo; como yo ahora que, a ti acudo y a tu amor me acojo. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 3 de febrero de 2019

Kerigma

"Por tu Pasión, Muerte y Resurrección:
Renueva en mi, Señor,
la Fe, la Esperanza y el Amor"

Señor Jesucristo, por tu entrega y tu Pasión: enséñame el sentido del recogimiento, del silencio y la oración. Dame valor para enfrentar desde la Fe el sufrimiento y el dolor, el mío y el de mis hermanos.

Señor Jesucristo, por tu Muerte en el árbol de la cruz: concédeme ser contigo oblación; ofrenda que agrade a Dios, incienso que suba hasta el altar del cielo y agradable aroma que perfume de Esperanza el corazón de los que por tu sangre vertida, desde ese leño bendito, haz rescatado y redimido para el Padre Dios.

Señor Jesucristo, por tu Resurrección gloriosa, permíteme resplandecer contigo, pues yo también he sido redimido, y favorece por la fuerza de tu gracia que mi vida sea luz resplandeciente que caliente el corazón de la gente. 
Transforma, por tu pasión, muerte y resurrección, mi decir, sentir y pensar, que a ti en Amor atraiga a todos, pues me das el don de amarlos con el mismo amor con el que los has amado, y así, en ti y por ti, para la eternidad conquiste a muchos.
Amén


Yerko Reyes Benavides