martes, 30 de julio de 2019

¿Me Quieres?

No me busques en la grandeza,
de los hombres sus aplausos,
su reconocimiento es el arrebato
de un instante que rápido se desvanece;
aprietan sus propios intereses
el premio a su exaltación fugaz
vanidad de toda vanidad.

No me busques en la cúspide del mundo
y sus honores;
los que da según su antojo,
su gloria dura poco:
sólo un instante y se pierde,
rápido pasa factura, inmediato llega el olvido.

No me busques entre placeres y lujos,
no son más que efímeros gustos.
Satisfacen un instante:
el hambre se vuelve insaciable,
la sed insoportable,
la inanición llega pronto;
muerte al espíritu indómito.

Búscame donde nadie va por gusto;
búscame en la tristeza y en la soledad de un instante.
Búscame en el llanto de un abandono;
búscame en la humillación de un despojo.
Búscame entre los que lloran su tragedia, esa que a nadie importa;
búscame entre los que son dejados a la orilla de algún camino.

Búscame entre los que sueñan un mundo nuevo,
uno que les reconozca , que los mire al menos una vez a los ojos.
Búscame entre los desahuciados
aquellos que son los últimos,
los que nadie aplaude solo los ángeles en cielo,
cuando al fin descansen de haber sido ignorados.

¿Me quieres?
Búscame entre los que se humillan,
aquellos que dispuestos siempre están;
y ahí te exaltaré,
y en ti mi hogar haré,
y una vez, y cada vez, y siempre,
jamás de ti me alejaré. 
-Amén-
(Jesús)

Yerko Reyes Benavides

lunes, 29 de julio de 2019

Dios y Señor

Dios y Señor, de tu bondad todo provino; la suave caricia de tu mano está en todo lo creado. Dejaste tu huella en lo que hiciste, para que todo el que te busca, por ella pueda encontrar razones de más para levantar los ojos y al cielo mirar.  
Dios y Señor, de tu misericordia todo está impregnado; de tu gracia todo está tocado, la que proviene de tu corazón, la que inspira y eleva, la que lleva a ir más allá de lo que los sentidos recogen y así a ti poder contemplar en su esplendor tu divinidad.  
Dios y Señor, grande es tu compasión y mayor es tu ternura, que siendo Omnipotente, dejas tu aliento vital en la sencillez y en la humildad de lo creado; no nos dejes lejos de tu mano, y atiende compasivo las súplicas de nuestro corazón tantas veces herido.  
Dios y Señor, ayúdanos a encontrar el sentido de esta vida que de tu amor provino, que se inicia en lo que tú mismo nos legaste, mas ahí no se detiene, es sólo el punto de partida, la meta está en otro lugar, más allá de toda prepotencia, orgullo y vanidad, que siempre lastiman el alma.  
Dios y Señor, infunde una vez más tu aliento en nosotros, y nuestro espíritu saltara del gozo de sentirte cercano, íntimo y amigo. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 28 de julio de 2019

Inocencia

De-vuelta...

Necesito encontrarte.
No importa el camino que he de recorrer
para llegar al lugar donde te dejé.
Te negaste a proseguir, cuenta no me di:
te perdí;
en el olvido de mi conciencia atrapada te quedaste,
creí que al deshacerme de ti
viviría plenamente
y, no me importó pasar de ti,
seguir adelante.
Necesito buscarte.
No temo a la distancia, ni tampoco al pasar del tiempo,
pues a donde estás quiero llegar;
no sé si es distante
de vuelta o quizá sea adelante;
sólo sé que vida no hay de ti ausente:
esta vez no te soltaré, de ti me prendaré,
crecer no fue lo que pensé si te sacrifiqué y a ti te abandoné.
Descubrirme en tu sonrisa una vez más sin malicia,
mirada cristalina, de ansias y deseos,
de cielos y sueños, de alegrías y gozos.

Recoger en mi mano, como si los años no pasaron
la lágrima que por la mejilla libre se desliza:
libre de culpas,
libres de angustias;
es su danza de victoria
camino de un lucero al suelo que lo baña
cual rocío de una nueva mañana.

Detenerla en su camino,
recogerla en mi mano,
ofrecerla a lo alto,
don sublime que nace de lo íntimo
que se da a sí toda pues un día
todo recibió y de vuelta
vuelve al lugar de su encanto.

Necesito llegar a ti.
Verdadero espíritu de libertad,
que lejos está de este mundo y sus instintos,
tú provienes de lo alto,
forjada de sentimientos sublimes
gestada en el corazón del Creador;
don y a la vez mi perdición.
Necesito volver a ti.
Eres hoy la salvación de este mi existir exiguo
pleno de soledades, cansado de vanidades,
ya no más mundo y sus verdades.
Mirar sin malicia,
amor sin codicia:
sólo en ti el ayer será olvido
el mañana el sentido
y el hoy el destino.

Yerko Reyes Benavides

sábado, 27 de julio de 2019

Santa María "In Sabbato"

Liturgia y Pan de Vida
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Liturgia del Día 
Sábado 27 de Julio de 2019
-Referencia-:
Sábado de la XVI semana del Tiempo Ordinario.
En este día, la Iglesia no  hace Memoria Litúrgica a ningún santo, y aunque en algunos calendarios aparezca el recuerdo de algún de éstos, hoy la liturgia de la Misa se organiza según lo propio del día correspondiente al Tiempo Ordinario.

Esta peculiaridad litúrgica que es propia del Tiempo Ordinario nos da la posibilidad de ser flexibles a la hora de la preparación y celebración de la Santa Misa del día.

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El día sábado,  la rúbrica recomienda que se tenga presente la Memoria de Santa María in Sábbato. 
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En los días del Tiempo Ordinario en los que no hay estipulada ninguna Memoria, Solemnidad o Fiesta, las rúbricas flexibilizan la liturgia de tal manera que se pueda celebrar las Misas por Diversas Necesidades o Votivas (propuestas en el Misal Romano) incluyendo las de Santa María.

¿Cuál es la diferencia?

En la liturgia de la Eucaristía hay elementos que son invariables: por ejemplo el orden en el que se realiza la celebración, por ejemplo: no es litúrgico darse el saludo de la paz después de la proclamación del Evangelio o, hacer la Consagración después del saludo inicial. Hay oraciones que son fijas: el Padrenuestro, el Cordero, el Gloria o el Credo (sólo por nombrar algunas).

Necesario ademas es tener en cuenta que, hay partes de la misa que no se pueden modificar, por ejemplo, las palabras de la Consagración. Las rúbricas, en esto, son rígidas, mas la liturgia es flexible. Lo que si cambian  y variar día a día son la oración colecta, el ofertorio y la oración de postcomunión; las lecturas, las oraciones de  los fieles, el prefacio, cambian, aunque no se muevan de lugar dentro de la celebración. 

Aparte está, y hay que hacer mención de ello, el que se puedan escoger entre los tres modelos de Acto Penitencial o entre la rica y gran variedad de Plegarias Eucarísticas (las cuatro convencionales, las tres de niños, la número V –a,b,c,d-  las de la Reconciliación I y II), a esta variedad también se unen las moniciones o introducción que se hace a los diferentes momentos de la ceremonia.

Cuando hay alguna Memoria, Solemnidad o Fiesta (memoria de un santo, Fiesta de la Virgen o Solemnidades como Pentecostés, la Ascensión del Señor o la Navidad) la oraciones colecta, ofertorio y postcomunión son propias, así como también lo es el prefacio, además a la liturgia de éstas, se incluye  la recitación del Gloria y el Credo.

El sábado en el que no hay asignada ninguna Memoria, Solemnidad o Fiesta, como dijimos, las rúbricas recomiendan hacer la liturgia propia de la Memoria de Santa María en Sábado. Esto implica oraciones y prefacio propio para la Virgen María (Cf. Misal Romano)

Así como el domingo es el día en el que se celebra la victoria de Cristo sobre el poder de la muerte, y por ello es el día del Señor; así el sábado, es en la liturgia de la Iglesia, el día de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.

Poco se celebra la Memoria de Santa María en Sábado. Es más propio hacer la liturgia correspondiente al día en cuestión, bien sea Memoria, Solemnidad o día común. Sin embargo, es recomendable hacer uso de esta amplia gama de recursos que las rúbricas posibilitan y así impedir que la rutina se apodere de la liturgia y haga monótona la ceremonia y la participación en la celebración eucarística.

El sábado, por otra parte,  es un buen día para hacer la Misa por la Vida (de Diversas Necesidades) elevando nuestras súplicas y oraciones a Dios, por la Intercesión maternal de la Virgen María. Quién mejor que ella, para hablarnos de la actitud fiel y de acogida al plan misericordioso del Amor Dios que viene en la concepción de un hijo. Ella es segura compañera en nuestro peregrinar, y aliento de esperanza en los momento de tristeza, desolación y desesperación, en los que aparece la tentación de cuestionar la vida como un "don de Dios". 

Así pues, sin pretensión de agotar este tema, concluimos con la siguiente afirmación: podemos hacer más rica y variada la liturgia eucarística, sin caer en el “exhibicionismo litúrgico” que pretende llamar la atención de los que dicen “se aburren en misa”.

Yerko Reyes Benavides

viernes, 26 de julio de 2019

Oración por los Abuelos

Señor Jesús, tu naciste de la Virgen María,
hija de San Joaquín y Santa Ana....

Mira con amor a los abuelos de todo el mundo.
¡Protégelos! son una fuente de enriquecimiento
para las familias, para la Iglesia
y para toda la sociedad. 
¡Sostenlos! Que cuando envejezcan
sigan siendo para sus familias
pilares fuertes de la fe evangélica,
custodios de los nobles ideales, hogareños,
tesoros vivos de sólidas tradiciones religiosas
haz que sean maestros de sabiduría y valentía
que transmitan a generaciones futuras los frutos
de su madura experiencia humana y espiritual. 
Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad
a valorar la presencia y el papel de los abuelos. 
Que jamás sean ignorados o excluidos,
sino que encuentren respeto y amor. 
Ayúdales a vivir serenamente
y a sentirse acogidos durante todos los años
de vida que les concedas. 
María, Madre de todos los vivientes,
cuida constantemente a todos los abuelos,
acompáñalos durante su peregrinación terrena
y con tus oraciones obtén que todas las familias
se reúnan un día en nuestra patria celestial,
dónde esperas a toda la humanidad
para el gran abrazo de la vida sin fin.
Amén

Benedicto XVI
Papa

jueves, 25 de julio de 2019

Padre

Oración Meditada

Nos miras desde lo más alto de tu Cielo, Señor Dios dueño del Universo: tuya es la vida; a ti te pertenece la existencia, mueves un dedo y el Cosmos se estremece por entero.

Tú pudieras hacer todo de nuevo, más esperas, confías, crees contra toda probabilidad que el hombre en su momento cambiará, dejará de lado su vanidad y a ti su corazón volverá, haciendo de este suelo un cielo nuevo, un mundo solidaridad, comprensión, entendimiento y bondad. 

Grande Señor es tu confianza, tu esperanza en la criatura es inmutable, y aunque el tiempo pase, aguardas sin impacientarse, que el ser humano al fin descubra su verdadera vocación, la naturaleza y esencia que lo define, esa que es más que piel o belleza, pasión, poder o riqueza. 
¿Oras tu Dios eterno? ¿A quién le pides? Si no hay nadie por encima de ti, entonces: ¿Con quién dialogas? ¿Con quién te desahogas? ¿A quién abres tu corazón pleno de amor infinito, y te desbordas?
Es el hombre, tu creación, a él lo tratas con predilección, le das tu atención más que a todo lo por ti elaborado. 

Del barro es su materia, la primigenia, más con ella no te quedaste, la moldeaste, tu imagen fe la referencia, infundiste en su pecho tu aliento, vida le concediste, y con la vida la libertad de amar. Mas al creador no eligió, se marchó con lo demás creado, lo inanimado:
¿Qué tiene esta criatura que sea razón suficiente para la locura de sacrificar la eternidad y cambiarla por muerte y así vida nueva concederle?
No solo la vida, sino también la eternidad, no fue para ti suficiente dar la existencia a este cuerpo decadente, sino que le diste un espíritu trascendente, lo envolviste de tu gloria y dignidad, y en Verbo engendrado nos hiciste hijos en el Amado de tu corazón Divino. 

Dios Supremo, en tu Bondad encontrarse expandir aún más tu Divinidad y en tu pecho Omnipotente un Corazón de Padre se desbordó indetenible. 

Padre, Dios infinito, no sólo estás más allá del cielo. Manifiestas tu existir eterno en este suelo pasajero, el que hiciste bendito por tu gracia.

Padre, te das en gracias y en amores; la misericordia te precede, en ella vida me diste, mas en tu bondad me engendraste para ser hijo de tu divinidad desbordada.

Padre, que el aroma de tu divino existir, impregne mi vivir y guíe los pasos de caminar velado, al lugar donde te consagras en amores eternos.

Padre, hijo tuyo soy, por tu amor derramado, por tu gracia desbordada, por bondad en mi otorgada; que hoy, mañana y siempre viva según al don que me diste, y que en este peregrinar piensa, sienta, diga y haga tu más grande, santa y perfecta voluntad.
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 24 de julio de 2019

Dame Señor

Dame Señor serenidad en la tempestad
confianza en la dificultad
templanza en las horas aciagas.

Dame Señor sabiduría en los días de desconcierto
fuerza de voluntad a pesar del cansancio,
constancia y paciencia más allá del abatimiento
que deja en muchas jornadas, el arrojo infructuoso.

Dame Señor capacidad de discernimiento
inteligencia, serenidad y sosiego;
hay momentos de duelo
que oprimen al alma, al corazón desgastan
y nublan la mirada.

Dame Señor tu gracia,
el cansancio aprieta
la esperanza apremia
la libertad aguarda,
romper estas cadenas quiero
no más miedos
el riesgo de tu amor es mi deseo.

Dame Señor tu Espíritu
presencia divina que prometiste;
compañero en la vida y en la aventura
de vivir en desapego y en locura
la del Reino y su ternura,
del amor y del perdón.

Dame Señor tu amor
y tu comprensión,
y mi vida será tuya:
alma, mente y corazón
es lo que tengo
mi ofrenda puesta
sobre el altar de tu compasión.
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 23 de julio de 2019

Alas

Un Poema hecho oración; 
una Oración hecho poema.

Dame alas (Señor)
para emprender el vuelo,
es mi deseo
desapegarme de este suelo
no quiero seguir atrapado
me consumen sus pasiones,
mas mi lugar está en el cielo. 
Dame alas (Señor)
y volaré tan alto como pueda,
por encima de lo vano
más allá de todo orgullo;
buscaré aquella luz imperecedera
la que muestra incandescente
el camino trascendente. 
Dame alas (Señor)
no quiero quedar contenido en el tiempo
diluido en sus horas
que al espíritu devora
asido a su insaciable devenir,
esto no es fluir,
pues agota el existir
y a la vida plena pone fin. 
Dame alas (Señor)
y el valor que necesito
levantar la mirada,
los ojos en el firmamento,
puestos en tu corazón y verdad
lugar de saciedad,
que disipa esta soledad
del suelo y sus encantos.
Dame alas (Señor)
y tomaré la decisión
no temeré al abismo
daré el paso, un salto,
mi pie en piedra no tropezará más
de la mano me tomas
me levantas, me elevas:
tú me llamas. 
Dame alas (Señor)
tú en lo alto me buscas
yo te espero, ya estoy listo
levantar el vuelo,
a ti llegar
no habrá necesidad de mirar atrás,
azul de amanecer, cielo abierto
corazón de amor latiendo.  
Alas para llegar a ti, Señor. 

Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 22 de julio de 2019

¡"Mujer!"

Santa María Magdalena


Con Jesús no sólo iban los discípulos sino también algunas mujeres, nos informan los textos del Evangelio (Cf. Lucas 8, 1-3 ). 

La presencia femenina no era fortuita, ni de azar, sino contundente y preponderante. Y aunque los escritores sagrados solo cuentan en “hombres”, las mujeres y los niños les superaban en cantidad. 

Miremos lo que no nos dice San Mateo en la multiplicación de los panes: 
Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 
(14,21)
Si la proporción de participación en los actos religiosos y cultuales fue en el tiempo de Jesús como lo es ahora, y siendo conservador de 10 a 1, entonces el número de personas que se alimentaron aquella tarde de los panes bendecidos por Jesús fue cuantioso. Sin embargo, este no es el detalle que nos ocupa, sino el que a veces olvidamos que a Jesús lo buscaban impetuosa e imperiosamente tanto mujeres como hombres.

Volvamos a Lucas y a la lista que éste nos ofrece de mujeres que iban con Jesús. Así pues, ellas no son sólo visitantes ocasionales en el quehacer de Jesús, o personas de paso en su vida, sino que formaban parte del grupo que estaban permanentemente junto a él, aunque con una funciones y servicios diferentes a la de los apóstoles (según los autores sagrados): 
Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido sanadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes. (Lucas 8,1-3)
Lucas ya no mencionas la presencia femenina en “abstracto” diciendo “mujeres” sino que les da personalidad y cualidad, las vuelve personas reales y concretas: Susana, Juana y, al fin se nos nombra con nombre propio: María Magdalena. 

Yo no me imagino que a la hora, por ejemplo de explicar la parábola de la semilla esparcida en diferentes terrenos, Jesús haya corrido del lugar a las mujeres diciéndoles: "esto es para hombres ustedes a sus oficios";  y , aunque culturalmente en ciertas actividades hombre y mujeres no ocupaban el mismo espacio ni área, sin embargo, se les permitía asistir -casi siempre silentes-. Ahora bien,  especulemos, esta presencia sería mayor y con participación no solo de oyente, teniendo en cuenta a Jesús y su manera particular de valorar su presencia y dignidad. 

De todas las mujeres que pudieron orbitar en la vida de Jesús, hay dos que sobresalen del resto. Evidentemente una, y no te equivocas al darle la primacía es María, su madre. Y aunque ella no participa del grupo de discípulos, ni camina hace con Jesús el recorrido de pueblo en pueblo, no está ausente, ni su papel culminó una vez inició Jesús su vida pública. Ella fue un referente espiritual y afectivo fundamental en toda la vida de Cristo. 

La otra mujer destacada y de gran relevancia es, y tampoco te equivocas, María Magdalena. 

Y ya con eso dijimos mucho. 

Yerko Reyes Benavides

sábado, 20 de julio de 2019

Santa María en Sábado

Oración del Día

Madre de Dios y Madre nuestra.
Virgen fecunda que al Verbo nos diste. 
Por tu Si se ha propiciado
la reconciliación entre el Señor y el hombre
Tu corazón es lugar de encuentro:
del manantial de tu ternura
bebe el creador y la criatura. 
Nuestra vida en ti espera,
en tu intercesión ser reconocida
bajo tu protección renovada y redimida. 
Eres puente entre el cielo y la tierra:
estén tus oídos atentos;
a ti acudimos en necesidad,
tú nos das tranquilidad
refrescas nuestra confianza
avivas nuestra esperanza. 
Renueva nuestra fe y expande nuestro amor.

Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 18 de julio de 2019

Oración Mínima

Mi día de cada día comienza temprano,
de Ti quedar ausente no quiero.
Despierto con un suspiro en la boca:
tu nombre está presente
en mi alma, corazón y mente. 
Tu gracia me acompaña
en cada jornada
desde el despertar del alba hasta su ocaso. 
Tú te haces presente, amado Señor,
tu bondad es mi anhelo,
tu justicia mi deseo. 
Quédate conmigo esté día y cada día,
hasta siempre.
Amén


Yerko Reyes Benavides

miércoles, 10 de julio de 2019

La Oración más antigua a la Virgen María

Muchas y muy ricas en contenidos y formas son las expresiones populares de nuestra fe, especialmente las que tienen como centro de atención a la Santísima Virgen María. 

El rezo del santo Rosario es una de las más estimadas, de las más extendida y la que sin duda es la más conocida. 

Han sido muchos los santos que han recomendado el rezo del santo rosario, incluso la misma Santísima Virgen lo ha exaltado como oración que conlleva grandes virtudes y procura muchos beneficios espirituales y materiales. 

Sin embargo, no es y por mucho, esta, la primera ni la más antigua oración presentada a la Madre del Señor. 

En su forma actual el “santo rosario fue entregado a Santo Domingo de Guzmán” por manifiesta revelación de la misma Virgen María en el año de 1242. 

En cuanto a la antigüedad de esta oración recitada, no hemos de pasar por alto el “salterio”. Este salterio es fruto de la práctica que tenían los monjes de rezar –hacer lectura orada y cantada- de los 150 salmos de la biblia. Dado que los fieles, en su mayoría no sabían leer y queriendo participar de la oración, los monjes le hicieron entrega de un ejercicio pío que consistía en la recitación de 150 padrenuestros, a los que no mucho tiempo después se le unieron  las 150 avemarías; a este rezo se le conoció como el "salterio laico". 

Así que, en el siglo IX con en el salterio laico, encontramos el antecedente más antiguo de esta oración, la más popular, dedicada al Virgen Santísima. 

Sólo que no es la primera oración, ni tampoco la más antigua. Quizá entendida como oración, las más antiguas palabras de alabanza dedicadas a María sean las que provengan de los labios de Santa Isabel: 
“Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. 
Pero el no será sino hasta mucho tiempo después que el Ave María tomará la forma que nosotros hoy conocemos. 


Quizá, hacer esto recorrido histórico resulte intrascendente, puesto que ya ni si quiera es un “acto de fe” para nosotros, sino un “hecho” el que la Virgen María sea merecedora y mucho de todo nuestro reconocimiento, y a ella la tengamos como intercesora poderosa delante de su Hijo.

¿Por qué, pues, hacer mención a todo esto? 

Quizá sea el gusto de pronunciar las palabras que fueron pronunciadas por tantos al principio, cuando se ponía en riesgo hasta la propia vida el decir: "María Madre". Quizá sea por lo que implica descubrir la historia que hay detrás de la oración que, se dice tantas veces y  muchas de ellas de forma tan mecánica y así se pueda valorar  en su justa medida y significado. Quizá sea para sentir que el tiempo no ha pasado y se puede estar ahí justo donde fue venerado el nombre de María como Madre de Dios por primera vez. 

Hoy es probable que no nos detengamos a considerar los aspectos que conlleva la Maternidad Divina de la Virgen. ¿Quién pone en discusión o en entre dicho la Maternidad Divina de la Virgen María? Si los hay, pero no entre nosotros. Para los cristianos y en especial para los católicos: “María es la Madre de Dios”. Y no desde ahora, sino casi desde siempre. 

¿Quién es testigo de esto? La oración que ha llegado hasta nosotros y que muchas veces decimos sin tener en mente que fue la expresión piadosa de los primeros cristianos. 

Conocemos esta oración, le decimos con mucha frecuencia, acompaña los rezos piadosos de tantos y son muchos los que hoy como al principio la repiten con fe, amor y devoción: 

Sub tuum praesidium
confugimus,
Sancta Dei Genitrix.
Nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et benedicta. 

Es la forma como llegó hasta nosotros esta oración, como la heredamos, sobrevenido al paso de los años. Trasmitida de boca en boca, de padres a hijos. Llega hasta nosotros, desde según la tradición, el siglo III año 250 (incluso anterior a mismo Constantino). Desde el siglo IV –según la arqueología moderna- que descubre no hace tanto unos manuscritos que la contienen. Pero, y sin lugar a dudas, ya estuvo presente desde el mismo comienzo: finales del siglo I comienzos del  siglo II. 

Esta oración nos pone tan cerquita de María, no sólo porque nos la presente como la Madre de Dios, sino porque fue la oración que sostuvo la fe de los hombres y mujeres del comienzo del cristianismo y en ella -esa fe- estaba la Virgen María.

La versión original, la que aparece en los papiros encontrados por los arqueólogos de nuestro tiempo reza así: 

Ὑπὸ τὴν σὴν εὐσπλαγχνίαν,
καταφεύγομεν, Θεοτόκε.
Τὰς ἡμῶν ἱκεσίας,
μὴ παρίδῃς ἐν περιστάσει,
ἀλλ᾽ ἐκ κινδύνων λύτρωσαι ἡμᾶς,
μόνη Ἁγνή, μόνη εὐλογημένη. 

Sin embargo nosotros la hemos conocido de toda la vida, incluso antes que los arqueólogos, y la hemos rezado y la seguiremos rezando así: 

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita! 

_________________________

Nota: 

Theotokos en griego significa: Madre de Dios. Es la forma como los cristianos ya desde el mismo comienzo se reconoce y exaltan el nombre de María. 

El dogma de la Maternidad Divina fue establecido en el Concilio de Efeso (año 431), siendo el Papa San Clementino I: 

"Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema." 

Santa María, Madre de Dios 
Ruega por nosotros.

Yerko Reyes Benavides

martes, 9 de julio de 2019

Oración Breve

Abro mis ojos, en el amanecer de este día que me das y desde el mismo instante del alba, encuentro tu gracia, mi alma se exalta de gozo por el don de la vida y mi espíritu se siente agradecido, Señor, porque eres bueno conmigo. 
Me das la oportunidad de un nuevo día, para ser vivido en la libertad que das de elegir de hacerlo según mi convicción y desde tu corazón, para el bien, la virtud y el amor. 
Este amor que me das, primero, es tu bendición y, en tu bondad y compasión esperas que sea el que a todos dé, como de ti lo recibo; siendo ofrenda de tu ternura para todos los que en ti son mis hermanos. 
Consagro a ti las horas de este día y que en cada acción que realice se me note que me amas y te amo.
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 8 de julio de 2019

Comienza la Semana...

...Como todas las Semanas.

Quizá no nos detenemos a pensar en lo que nos depararan los días venideros; y no, no me voy a un extremo de mirar muy adelante en el tiempo, un futuro distante, solamente hoy me hago consciente de los próximos días.

Si, se puede decir algo con todas seguridad, tenemos claro lo que haremos hoy.

Probablemente lo mismo que hicimos el lunes pasado y lo que hemos hecho todos los lunes desde hace ya un tiempo. 

Así es la fuerza de la costumbre, nos hace creer que “nada nuevo hay bajo el sol”.

Lo que no puede hacerse costumbre es mirar la vida con ojos de rutina. Si comenzamos a hacerlo, verdaderamente se vuelve, la vida,  una cruz; difícil, realmente muy pesada de llevar.


Hoy, demos gracias a Dios. Antes de empezar, detengámonos un rato, pero seamos conscientes de este instante, no es para agarrar aliento, sino para tomar aire y aire de vida.

Miremos el cielo, como lo hacíamos cuando el tiempo no nos importaba y busquemos, como lo hacíamos de niños las formas a la nubes. Caminemos por las mismas aceras por donde caminos todos los días; pero esta vez miremos que ayer cuando pasamos por la esquina al cruzar de la casa,  no estaba la flor que hoy coqueta se pone delante de mis pies y. me hace detener a contemplarla. 

Sintamos el viento fresco -si hace calor o frío es lo de menos-, es que siempre nos quejamos cuando hay calor por el calor o cuando hay frío; por el frío, si hace sol o llueve es lo mismo, así que ya no depende del clima externo, sino del interno que busca escusas para quejarse de lo que sea y no resolver. Encontramos placer en la queja; resolver implica un compromiso, una entrega, un desprenderse, un sacrificio; entonces más sencillo es lamentarse. 

Hoy es buen día para contemplarlo que Dios sigue creando y recreando a nuestro alrededor. ¿No hay arcoíris? Hay nubes en el firmamento. ¿No hay nubes? Hay cielo abierto y despejado, claro y trasparente como el mismo don de Dios. 

Camina hoy un poco más, y hazlo con una sonrisa, no importa que te queden mirando. Lo hacen porque se estarán preguntando: ¿y este que sabe que no sé yo? 

Que Dios está vivo, y que creo en él; que me ama y que siempre habrá cosas nuevas bajo el sol -sólo hay que mirar con atención- no importa que sea comienzo de semana. 

Yerko Reyes Benavides

domingo, 7 de julio de 2019

No tengo Nada

No tengo nada para darte, Dios Omnipotente. 
¿Será esta vida que tú creaste? ¿Puedo, acaso, otorgarte lo que ya te pertenece desde siempre? ¿Dónde encontrar algo para darte?  
No tengo nada para darte, Señor, dueño del Universo, tuyos son el cielo y la tierra; son tuyas las riquezas; tuyo es cuanto hay y cuanto existe. ¿Qué puedo ofrecerte?  
No tengo nada para darte, Dios y Señor, miro en mis haberes, los que he ido recogiendo de camino, y aunque digo que son míos, con ellos me he quedado, no me pertenecen.  
No tengo nada para darte, Dios Todopoderoso, más que lo que tú a mí ya me has dado. Lo único que puedo reclamar como mío, es esta vida, que tú la concebiste en libertad.  
No tengo nada para darte, Padre, mas que el que me dejes volver al hogar. Criatura me concebiste, en hijo me convertiste; abandone tu regazo; quise ser libre, más mi libertad está en tu casa.  
No tengo nada para darte, Padre, sólo la contrición de haberme de ti apartado, alejado del yugo de tus bondades.  
No tengo nada para darte, Padre, sólo este deseo de volver una vez más a tu presencia: mirarte a los ojos, contemplar tu rostro, sentir que me miras, y en tu mirada descubrir que me amas.  
No tengo nada para darte, Padre, lo que te puedo entregar es este corazón roto, agostado de pasiones y sediento de amores.  
No tengo nada para darte, Padre, sólo puedo ofrendarte lo que ya es tuyo desde siempre, la libertad de este corazón mío que anhela hacerse uno con el tuyo para siempre. 
Amén

sábado, 6 de julio de 2019

Decir Sí


Decir Sí y que sea para siempre, no es lo que hoy acostumbra la gente.  
El Si de estos días, es más un “probablemente”; un “depende”; un “a ver lo que sucede”. El tiempo será el que irá marcando la pauta, pues este “Sí” de hoy, mañana pude ser un “No”.  
Decir Sí, es efímero, tan pasajero como un lo es un suspiro que se da y rápido se pierde. Es cambiante, como lo es la circunstancia, no hay compromiso; la palabra dada no es ya garantía, todo va a depender del momento y del instante.  
Decirte Sí, a ti, mi Dios y Señor, en este tiempo es un acto de fe, un desafío constante; se da una vez, se va renovando día a día. Confiar, ponerse en tus manos, decirlo es fácil; los sí de hoy no son para siempre y el mío corre, sin ti, el riesgo de perderse.  
Decir Sí, es lo que quiero, no importa el deseo, ni tampoco la pasajera emoción de un momento, a Ti es a quien busco, Tú eres los que anhelo; ponerme en tus manos mi locura y mi deseo; no habrá arrepentimiento: seré en ti, serás en mí, todo por un Sí.  
Decirte a ti que Sí, Señor, es mi imperativo. No es tan sencillo, abandonar los propios planes, plegarme a los tuyos, someter el albedrio, doblegar la voluntad a tus designios, mi desafío.  
Decir Sí y decirlo para siempre es mi acto de consagración, uno que hago consciente, sin saber lo que viene, eso estará en tus manos, llévame a donde quieres: mi vida, mi ser, mi nada y mi todo; todo está ahora en ti, se tú ahora en mí, por este Sí humilde.  
Decirte Si y que sea para siempre será lo único que a ti plenamente me lleve y en ti pueda entonces realizarse totalmente el sentido de este existir que vida le diste; ya te pertenecía, en la eternidad lo concebiste, para así en la eternidad poder darle plenitud.  
María, tú que en un Si te entregaste para siempre y tu voluntad al servició de Dios consagraste completamente, en ti no hubo dudas, ayúdame a dar un Si como el tuyo, es lo que busco, ser como tú, de Dios, para siempre. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 4 de julio de 2019

Levántate y Camina


Levántate:

Aunque tengas miles de razones para estar postrado.

No hay ninguna, no queda alguna, que él, Jesús, tu Dios y Señor, en el que crees y confías, no haya ya vencido, de una vez y para siempre.

Levántate:

No te desalientes, no te llenes de desconfianza, ni dejes que las dudas carcoman tu corazón; escapa de del desconsuelo, ni te dejes atrapar de la desesperanza que empaña tu mirar el resplandor del cielo que sobre ti está perenne.

Levántate:

Eres persona de fe, entonces, haz que esa fe que dices tener valga y hazla valer en todo su esplendor que a ti te haga resplandecer en la peor de las circunstancia y seas tu brillo incandescente de esperanza en al Señor.

Levántate:

Él –Jesús, es el mismo que perdona tus pecados, tu única excusa para dejar pasar la gracia que sobre ti se regala. Es el mismo que por ser misericordioso colgaron de la cruz. ¿Acaso espera tú una suerte mejor? Si, la tiene, no por ti sino por Él que por ti murió y vive ahora en ti para siempre.

Levántate:

“Toma tu camilla”, camina. No te quedes postrado en dudas o desanimamos, no mucho menos te hagas el indolente para protegerte. La indiferencia no es lo tuyo, pues no levanta.

Levántate:

Hay un mundo y está tu gente, la que espera por ti. Tú eres creyente.

Levántate:

“Tus pecados son perdonados”, camina. Ve en la dirección que vale la pena. La única posible desde la Fe: El Reino de Dios, donde esta Jesús, el Amado. En él se encuentra la justicia, la verdad y la paz. No esperes más. Ahí está la razón que te levanta cada día. No esperes más.

Levántate y camina.

Yerko Reyes Benavides

Mi Vida es para Ti

"...y cada momento de este existir en ti la quiero vivir."

Mi vida es para ti y cada día en ti quiero yo vivir; de tu existir no quiero quedarme ausente.

En tu presencia quiero yo vivir cada día. Ya sea en amanecer o en ocaso estar cerca de ti; sentir que estás aquí, en cada aliento, tu rostro Señor presente, tu bondad latente, es el deseo que mi corazón guarda vehemente.

Hacer siempre tu voluntad sea el quiebre que a libertades me lleve; en cada respiro, con cada suspiro de esta vida que de ti salió para ser mía y que espera volver a ti, en ti convertida toda en realizaciones de amores prodigados.

De ti Señor del Cielo, dueño de esta tierra, muy cerca quiero estar, que no haya instante que de tu amor me quede lejos, aunque el mío en ocasiones se disperse en lo fugaz, pretendiendo que es eterno. 
Mi vida es para ti, Señor, y cada momento de este existir en ti la quiero vivir; que no pase este existir distante de los goces de tu corazón: tus amores.

Cerca de ti Señor, muy cerca anhelo estar, ser en tu amor, vivir en tu compasión, encontrarme cuando al fin levante de este suelo mis ojos con tu mirar misericordioso y perderme en tus perdones.

En ti Señor espero moverme, por ti Señor existir, en ti vivir, contigo sentir las dichas de los amores que son eternos y que tú los entregas con una mano, la que ahora acercas a mi frente con ternura y bondad.

Para ti, Señor, es mi vida.

Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 3 de julio de 2019

Vengo a Ti

"Recibirme en este instante, 
no sé cuánto dure, será sólo un rato"

Vengo a ti Señor, llego cansado de este caminar que me has pedido. El corazón lo traigo encogido, de dolores herido, unos son míos; otros los he recogido en el camino, no me pertenecen mas los he acogido.
Vengo a ti Señor, no he hecho todo el recorrido, me falta un gran trecho, más en ti busco descanso, un soplo de serenidad para mi alma cansa. No abandono el camino, sólo busco un momento para reponer las fuerzas, y poder por ti seguir adelante. 
Vengo a ti Señor, no puedo seguir sin que el don del Espíritu se haga presente y me renueve interiormente: lo que me pides es más grande que mis virtudes, requiero tus dones. 
Vengo a ti Señor, necesito que tomes el timón de esta barca que navega por mares insondables, temiendo a la tempestad que golpea a veces inclemente, no dejes que se vaya a fondo. 
Vengo a ti Señor, sin saber ya más que decir, soltar por rato los remos es lo que quiero, dejarme llevar; que la corriente de tu Océano sereno me atrape y me lleve no a donde yo quiera, si sino a donde tú me necesitas. Siempre será el mejor lugar para estar. 
Vengo a ti Señor, recibirme en este instante, no sé cuánto dure, será sólo un rato; seguiré adelante, eso no lo dudes. Espero este navegar sinuoso me conduzca donde a ti te encuentre para siempre.
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 2 de julio de 2019

120 Aniversario de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento

Hoy se cumplen 120 años desde que Venezuela fuera Consagrada al Santísimo Sacramento del Altar. 

Tiempos convulsionados vivía la Venezuela de finales del siglo XIX, no tan diferentes a lo que en la actualidad vive esta nación de contrastes.
Que en esta fecha aniversaria, Venezuela sea verdaderamente la REPÚBLICA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO. 

Doblemos hoy nuestra rodilla delante del Señor presente en el Altar de los Amores, oremos con insistencia y piedad por esta Venezuela de necesidades y sueños; de tragedias y esperanzas, una que sigue siendo sostenida por su Fe inquebrantable. Que sus dudas y miedos no le impidan reencontrar el camino de la libertad, la justicia y la Paz. 

Renovemos hoy el Acto de Consagración Solemne y digamos confiados y con fervor la misma Oración que Mons. Juan Bautista Castro, arzobispo de Caracas hiciera el 2 de Julio de 1899.

Yerko Reyes Benavides


ACTO DE CONSAGRACIÓN SOLEMNE 
DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA 
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA ALTAR. 
ORACIÓN 
Soberano Señor del Universo y Redentor del mundo, clementísimo Jesús que por un prodigio inenarrable de tu caridad te has quedado con nosotros en este sacramento hasta el fin de los siglos; aquí venimos a tus pies a proclamarte solemnemente y a la faz del cielo y de la tierra, nuestro único rey y dominador santísimo. 
A quien consagramos todos nuestros afectos y servicios y a quien ponemos todas nuestras esperanzas. 
Tú eres nuestro Dios, y no tendremos otro alguno delante de Ti, en tus manos ponemos nuestra suerte y con ella los destinos de nuestra Patria. 
Muchos te hemos ofendido, y como el hijo pródigo hemos disipado en los desórdenes tu herencia, perdónanos que ya volvemos con espíritu contrito a tu casa y a tus brazos. 
Recíbenos, salvador nuestro, y concédenos que venga a nosotros tu reino eucarístico. 
Levanta bien alto tu trono en nuestra República, a fin de que en ella te veas glorificado por singular manera y sea honra nuestra, de distinción inapreciable, el llamarnos la República Venezuela del Santísimo Sacramento del Altar. 
Te entregamos cuanto somos y cuanto tenemos cubre nuestra ofrenda con tú mirada paternal y hazla aceptable y valiosa en tú divina presencia. 
Otra vez te pedimos nos recibas, que nonos deseches, y que este acto de nuestro amor y de nuestra gratitud sea repetido, cada vez y con mayor fervor, de generación en generación, mientras Venezuela exista, para que jamás la apartes de tú Sagrado Corazón. 
Que así sea para nuestra vida del tiempo y después. Por los Siglos de los Siglos.
Amén.

Monseñor Juan Bautista Castro
Arzobispo de Caracas
02 de Julio de 1899

lunes, 1 de julio de 2019

Tú por Mí

 "Que este sentirte en mi no acabe 
y durante el día se prolongue; 
que viva en ti: tú por mí, yo por ti" 

El amanecer despunta, Señor, y al despertar tu recuerdo llega a mi pensamiento. Mi corazón me dice que comience mi jornada no sin antes haber contigo conversado y a ti haberme encomendado.  
Me concedes Señor este día, para que sea de gracia en mi caminar espiritual; es un don de tu bondad: Vida en Plenitud es tu deseo, al oído lo susurras; en tu Palabra lo proclamas y, es mía la esperanza de verla realizada.  
Tu Voluntad es que en mi quehacer te tenga presente, mi empeño es no distraerme, ni tampoco perderme del gran acontecimiento de la Salvación que obras Tú en mí en cada jornada.  
Es cierto, Señor, que todos los días no los vivo conscientes de esta Verdad de tu Amor en mí. Importancia a tu Gracia no siempre le doy. Desconfío, que es mi más grande pecado. Me esfuerzo en conseguir los bienes que el mundo me ofrece y olvido que Tú se las “a tus hijos mientras duermen”.  
En esta conciencia de sentirte a ti en mí, al despertar, volver a dormir quiero, pero no en lecho de oníricos sueños, sino en tu regazo, cerca de tu pecho, donde brota cual torrente inagotable de agua fresca tu gracia; la que me das para saciar mi sed, Señor, amado.  
Cristo Jesús las delicias de tu Amor aspiro, y mi deleite será, ahora y siempre, permanecer en tu presencia; prendarme de los bienes de tu Corazón y ahí quedarme por tu bondad concedida, mientras realizo el quehacer de cada día.  
Mi petición antes de seguir, ahora que contigo estoy en oración, es que este sentirte en mi no acabe y durante el día se prolongue de tal forma que viva en ti y tu en mí y; tú por mí en el corazón de tantos otros.
Amén

Yerko Reyes Benavides