domingo, 23 de mayo de 2021

Anhelo Espiritual

En tu presencia Jesús yo quiero estar, a tu lado mis días pasar, los que me das, los que me quedan, los que a tu lado me esperan.

Sin ti Señor mi alma sin rumbo queda, pues soñando tu gloria está, el gozo de tu Reino, habitar la casa paterna.

Estando en ti, Jesús, todo se viste de color, llega la armonía a mi interior, mis ojos contemplarte en lo más pequeño pueden y revisten mi vida de una sinfonía que no tiene fin: alegría que llena mi existir.

Atesoro el silencio, lugar de nuestro encuentro; no quiero que desaparezca, la palabra que exalta mi alma; ahí está, resuena con fuerza, escucho tu voz, gozo entrañable: lo soy, niña consentida de tu mirar de Padre.

Contigo Señor busco estar, ya no más promesas de otros amores, pues eres tú el amor de mis amores, el que me da la libertad y alas para volar, mi camino y mi destino, de mi corazón anhelado y por siempre el Amado.
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 20 de mayo de 2021

En esa Hora


Violencia, destrucción y muerte, se cierne sobre esta humanidad que se dice ser creyente.

La indiferencia ha sido su alimento, la indolencia su sustento, enajenados por los dotes de mujer que sepulta a los hijos en su suelo.

No hay excusa de haber abandonado el camino, señalado por aquellos que en el desierto, entre lágrimas y sufrimientos, dieron testimonio de estos tiempos.

¿Qué nos pasa Señor? ¿Por qué siendo tan sencillo existir en armonía, engendrar entereza y cosechar amistad, nos hemos dedicado por siglos a esparcir maldad?

El signo de una cruz vencida, reclama desde lejana montaña, tu inminente venida: ¿derramarás una vez más designios de paz o vendrás como juez universal? el trigo está listo, se acerca el tiempo de la cosecha.

Permíteme estar preparado: ceñido el cinturón, dispuesto el corazón, sandalias en los pies; me encuentres, en esa hora, Señor Amado, con las manos en el arado.
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 19 de mayo de 2021

De buen pastor al Buen Pastor

La idea del Buen Pastor no es inédita de Jesús, ya estaba presente como imagen para describir, en primer lugar la manera de tratar Dios a su pueblo, y en segundo, de hacer una denuncia profética sobre la actuación de aquellos líderes y gobernantes de Israel que alejados de su misión, se convertían en lobos de rapiña en vez de pastores solícitos en la atención de las necesidades de su gente.

Preámbulo

Aunque este artículo no trate al respecto, hagamos un sucinto repaso sobre los textos bíblicos que procuran la imagen del Buen Pastor.

El primero de ellos, uno muy conocido y recomendado como oración en tiempos de tribulación: Salmo 23 (22); “El Señor es mi pastor, nada me falta, hacia verdes praderas me conduce y repara mis fuerzas” (v.1), anima el salmista, hablándonos del Dios que nos atiende en la necesidad y el cansancio. Lo que nos lleva a pensar en Jesús, quien nos dice: “Vengan a mi todos los que están cansados y agobiados por el peso de la carga, que yo los aliviare” (Mt 11,28). Sin embargo, no es este el texto en el que le reconocemos como el Buen Pastor, sino este, cuando nos dice de propia palabra: “Yo soy el Buen Pastor, conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí” (Jn 10,1-21)

Otras referencias bíblicas al Buen Pastor las encontramos en Isaías 40,11; Jeremías 31,10; Ezequiel 34,10 (una denuncia contra los malos pastores); Zacarías 7,13; además, hay breves pero sugerentes referencias en el Salmo 78,52; también en Hebreos 13, 20 y en la primera carta de Pedro 2,25.
Una buena estrategia de comprensión, útil para nosotros que estamos acercándonos a la interpretación con carácter espiritual de los textos de la Palabra de Dios es revisar detenidamente todos estos textos y hacernos una idea general del tema que nos ayude a contextualizar la imagen del Buen Pastor que Jesús asumirá como cualidad específica de su mesianismo.
Lo anteriormente planteado nos lleva a no dejar supuestos en el aire y poner en claro que es necesario a este punto, abandonar la lectura de este escrito y dirigirse al texto bíblico de Juan 10,11-21 donde entremos de mano propio en contacto con la presentación de Jesús como el “Buen Pastor”.

Algo para hacer con el texto
  • Hacer una pre-visualización de la imagen que cada uno tiene del Buen Pastor. Lo que le sugiere, le inspira y le procura tanto emocional, devocional y racionalmente.
  • Contrastar, luego de haber leído el texto sagrado, lo que nos inspiró en la pre-visualización, luego lo que nos sugirió la imagen presentada por Jesús y lo que generó en algunos judíos y autoridades religiosas del tiempo de Jesús.
De buen pastor al Buen Pastor

¿Qué fue lo que dijo tan terrible y peligroso que causó entre algunos judíos y sus autoridades el repudio, el rechazo y el menosprecio de la acción de Jesús?

¿Es la imagen del Buen Pastor tan inocente como nos imaginamos?

Son al menos dos preguntas que surgen al leer un texto del que se le suprime el contexto: la curación del ciego de nacimiento (todo el capítulo 9 de san Juan) y la reacción de los judíos (últimos versículos del capítulo 10, de los que se prescinde casi siempre).

De lo dulce de una visión a la determinación de la misión: la denuncia y la entrega.

No hay cristianismo que no pise tierra, que no se comprometa con la transformación de la realidad más cruenta y cruel en la que se vive o en la que viven los seres humanos.
Una de las más grandes tentaciones que hay que vencer cuando decidimos navegar mar adentro en la vida espiritual es desconectarla de la realidad, separarla de lo material, como si se tratará de dos ámbitos contrarios, confrontados, divididos e irreconciliables.
El discurso del Buen Pastor no está desconectado de la realidad, no es una alegoría cándida de un Dios que es todo corazón (la implica, la presenta, pero no es el todo, ni la reduce tan sólo a eso) es una crítica al liderazgo imperante en el momento, cuyo interés no es la protección, resguardo y seguridad de las personas, sino el de un uso a conveniencia, para satisfacer los propios intereses, el ego, la avaricia, la ambición de poder, de dominación y de sometimiento.

Jesús recoge en sí mismo la denuncia encarnecida por la que muchos profetas fueron perseguidos e incluso sacrificados y, también encarna en sí mismo y para sí, la visión anunciada del Pastor bueno que trae consuelo y esperanza a un pueblo cansado y agotado.

Así pues, el Buen Pastor es una dura crítica a los sistemas en los que la gente (como ovejas) es usada como medio y no como fin.

Todo cuanto el pastor hace está en función de la oveja a la que está unido y no sólo protege. Deja atrás Jesús toda pretensión de poder y dominio. Entre el pastor y la oveja, no se da una relación de amo y siervo, de poseedor y poseído; de dueño y esclavo; y por supuesto, ni de cerca considerar a la oveja una entidad carente discernimiento y autonomía.


Conocen mi voz

Las ovejas, siendo sujetos del pastoreo, siguen al Pastor, quien:
Camina delante de ellas para guiarlas, con ellas para acompañarlas y detrás de ellas para protegerlas.
El pastor está al servicio, no se sirve; convive, comparte, nutre y se nutre. Establece una simbiosis de pertenencia espiritual, donde la oveja no es sometida, sino conocida y reconocida.

El pastor no piensa “por” la oveja, sino que convive “con” la oveja, comparte con ella y procura el ambiente idóneo en el cual pueda crecer y desarrollar todo su potencial.

En otras palabras esto es conocer y también reconocer – y no suponer – y es la tarea del pastor y al igual que del pastor es tarea de la oveja que deja de ser el ente pasivo de esta relación simbiótica.

Conclusión

La conclusión queda abierta. Es la lectura que tú puedas hacer de ti mismo a través de las líneas de este escrito que no busca sustituir tu pensamiento sino promoverlo.

El manantial de agua fresca está delante, y la propuesta de Jesús, está un poco más clara.

En lo que seguramente coincidiremos es que, viéndolo bien, la propuesta que hace Jesús del Buen Pastor tiene, ciertamente, un dejo de locura.

Yerko Reyes Benavides

Así, sin más


Te necesito, Señor,
así, sin más,
no más palabras
sólo la prisa
de sentirte acá,
en este instante, a mi lado.

No pretendo hacer de mi penuria
una excusa para justificar mi miseria,
consiente de ella
y de no merecer tu misericordia
es que ahora a ti clamo,
así, sin más:
tiende a mi tu mano.

No más engaños,
ni más alegatos ,
se agota en mi la ilusión,
no queda espacio a la persuasión
vacío queda el baúl de la pasión:
te necesito, Amado,
así, sin más.

Mi suplica es auténtica
sincero lo es mi lamento
abro a ti mi corazón
recibe esta oblación
así, sin más,
es lo único que tengo para dar
y esta necesidad
de sentir en mi tu bondad.
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 16 de mayo de 2021

Sí, sí lo Sabía


Sí, sí lo sabías María
y en tu oración cada día
meditabas en tu interior,
el designio de amor de Dios,
que por ti se manifestaría.

Sí, sí lo sabías
en tu corazón intuías,
que nada de lo que tu pequeño niño haría,
divinidad que en tu interior concebías,
quedaría sin traer a tu alma la agonía,
al contemplar cómo él entregaría
la vida que en ti recibía.
Sí María, si lo sabías
y en tu plegaría,
largas las noches se hacían,
pidiendo la lejanía de la espada
que a tu corazón atravesaría
y los clavos que al Mesías someterían
haciendo de él cordero de expiación
de los pecados que no cometió.

Si, si lo sabías Virgen María,
que tu vida a Dios consagrarías,
tu regazo convertías
en nido de consuelos y alegrías,
en él que el mismo Creador encontraría
la paz que al mundo ofrecería.

Si, Virgen María,
si lo sabías,
y siendo muy niña todavía
no dudaste en ofrecerte en Fiat,
voto que a Dios enamoraría,
y a ti te convertiría
en Santuario de armonía
en el que el hombre a tu Hijo amaría.

Si, si lo sabías María
y no fue mundana sabiduría
la que inspiraría
la entrega generosa y gentil
de tu virginal inocencia,
sino la acción del mismo Dios
que en la eternidad ya a ti
amándote estaría
haciendo de tu alma y corazón
matinal inagotable de amor
del que humanidad él bebería.

Si, si lo sabías
y en Dios esperarías
más allá de toda ignominia
como yo ahora en ti,
Madre mía,
espero de tu Hijo toda alegría.
Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 14 de mayo de 2021

Quédate Señor

Cuando se agote la felicidad y la soledad toque a nuestra puerta, quédate Señor.

Cuando las preocupaciones hagan de la noche su dominio, y los sacrificios desvalijen las horas de cada día, quédate Señor.

Cuando las lágrimas hagan suya la noche, y el desánimo se apodere del amanecer, quédate Señor.

Cuando nuestro paso se haga lento y el pasar indiferente, quédate Señor.

Cuando el deseo se vayan, y la fe deje de ser insistente, quédate Señor.

Cuando la vida pierda su sentido y la razón sus argumentos, quédate Señor.

Cuando la desolación arrope nuestro corazón y la desesperanza destierre del alma toda confianza, quédate Señor.

Quédate y comparte en nuestra mesa el Pan que tus manos parten y alimenta la certeza de saber que todo pasa y tú te quedas ahora y siempre.
Amén

Yerko Reyes Benavides

Lo que está en mis Manos

Trazos a Mano

Seguramente en más de una ocasión te has encontrado con personas, lugares o situaciones que implican para ti, en lo personal, un gran desafío, un reto inevitable, o incluso, se plantan ante ti en forma de interpelación para tu fe.

Con este artículo no pretendo ser ingenuo, ni tampoco iluso, estoy consciente que no siempre y no en todos se da el hecho que la fe sea un criterio fundamental en la manera como se vive o se decide el quehacer cotidiano.

En muchos la fe y la religión, junto con el culto y la devoción son un ropaje, una vestimenta de ocasión, y a veces ni si quiera llega a ser dominguera, pues para algunos creer en Dios no implica estar en comunión con un comunidad; y viven en un less a fare de su fe.

No es raro, entonces, encontrar quienes justifican esta forma de fe individualizada, diciendo que no hay iglesias perfectas, ni comunidades santas. En ello tienen razón, pero olvidan que si no hay iglesias perfectas, ni comunidades santas es porque no hay personas perfectas, ni personas santas, y tú, si eres de los que piensa de esta manera, eres la excepción, como para eximirte de presentar la ofrenda de tus manos y de tu corazón en una de ellas.

La buena noticia, es que si bien no hay personas perfectas, ni tampoco personas santas, si las hay que están poniendo de si sus mejores dones y dotes y buscando permanentemente la gracia de Dios para serlo.

Con lo antes planteado, pasamos al punto que nos ocupa, para no distraer la atención, por más tiempo y argumento a esta “Meditación Fugaz”.

La coherencia entre el decir y el hacer, entre el sentir y el pensar, entre el proclamar y el obrar siempre será requerida para las personas que expresan su fe abiertamente. Pero más allá, del hecho de satisfacer las expectativas de otros, está la necesidad de corresponder a la propia consciencia y ser cónsono consigo mismo, aunque nadie esté viendo.

La fe, sin lugar a dudas es testimonial, pero al primero que se ha de dar testimonio e a sí mismo, para que todo cuanto se diga o e haga sea el resultado del acto maduro de vivir según lo que se cree, y no de creer según se vive.

Teniendo esto en mente, sabemos y seguramente ya lo hemos vivido, que no siempre es sencillo afrontar situaciones desafiantes, bien porque implican un riesgo para nosotros y nuestra integridad o bien porque conllevan un riesgo para otros y su integridad.

Lo que no hemos de hacer, y menos si en verdad queremos vivir a la manera de Cristo, es pasar de largo, hacernos los indiferentes y, mucho menos, cerrar nuestro corazón en la indolencia. Un invitación clara de esto la encontramos en la parábola del Buen Samaritano, texto sagrado en el que se inspira este criterio espiritual del que venimos tratando (Cfr. Lc 10,29-37).


El criterio espiritual, vencida la tentación de la indiferencia, es preguntarnos y actuar en consecuencia a la respuesta obtenida:
“¿Qué está en mis manos hacer para llevar el Amor de Cristo a esta persona, lugar o circunstancia?
Es decir, una sola es la pregunta y esta se adapta según sea la necesidad de encontrar la respuesta que determina el quehacer. Así pues nos queda:
- ¿Qué está en mis manos hacer para llevar el amor de Cristo a esta persona, familia, niño, joven, compañero de trabajo….?

- ¿Qué está en mis manos hacer para llevar el amor de Cristo a esta institución, comunidad, parroquia, sector, empresa, trabajo…?

- ¿Qué está en mis manos hacer para hacer presente el amor de Cristo bajo esta circunstancia de soledad, injusticia, guerra, pandemia, pobreza, desempleo, indigencia, marginación, persecución, enfermedad, duelo…?
En realidad el criterio espiritual no es la pregunta en sí, sino lo que está en el trasfondo a ella, y es, estar del todo claro, que tenemos lo necesario para actuar en amor a Cristo.

Descubrirnos a nosotros mismo en posibilidad de cambiar el mundo, ya es un criterio no sólo espiritual sino que nos hace ser en este mundo otro Jesús.

Yerko Reyes Benavides

Vencer el Miedo

Señor Jesús ayúdame a vencer el miedo, dejar atrás el temor que somete a mi corazón; infunde en mí el deseo de abandonarme y a tus manos entregarme, rendir mi voluntad a la tuya y confiar que en ti todo ha de ser para bien.

Déjame que pueda ir en pos de ti, si más equipaje que la convicción de tener tu promesa, la certeza que no habrá mal que me venza y mi alforja jamás se verá vacía, pues de tu gracia se llena: en ti nada me ha de faltar.

Es el temor lo confieso, lo que paraliza la determinación de rendirme a tus pies, y hacer que tus caminos sean también los míos, en ti Señor y si Tú vas conmigo todo estará bien.

No quiero más, que lo hasta hoy alcanzado me deje paralizado, no deseo quedar rendido a las conquistas ya vencidas y me quiten la vida que me queda, pues en ti Redentor mío está la vida, vida que mi vida espera.

Concédeme, Amado, emerger como un amanecer, y ya sin más demoras, apurar el paso que a tu amor me lleva, el que me adelanta y me hace caminar, me abrasa y arrebata, y es lo que mi alma más anhela.
Amén

Yerko Reyes Benavides

Amor es...

Meditación Fugaz


Deseo y pasión, dedicación, presencia y también inocencia.
Emoción y también razón, pensamiento, intuición y sentimiento.
Comprensión, compasión y confianza.
Palabra, voz que resuena y también es silencio y escucha.
Destreza, competencia que deja la vivencia; es experiencia, y necesidad de aprender lo es también.
Don, virtud y talento.
Búsqueda, disposición y también es espera.
Templanza, confianza y además perseverancia.
Atención, delicadeza y también es sutileza en su donación.
Sabiduría, entendimiento y también es benignidad.
Permanencia y a la vez cambio; inmanencia que transforma y trascendencia que todo lo hace nuevo.
El amor es todo y nada de lo dicho, pues sólo en Dios está el Amor y es el Amor que mi corazón anhela y mi alma espera y mientras su plenitud llega vivo en apertura al amor que voy descubriendo.
Yerko Reyes Benavides

lunes, 3 de mayo de 2021

Deseo


Cimero es mirarte
por un instante contemplarte
dejarse llevar por tu mirar penetrante,
perderse en tus ojos
puerta sin cerrojo,
que permite llegar
sin pena ni demora,
al manantial inagotable
de tu amor incansable.

Sublime es poder sentir
sin barrera ni tamiz
el aire sereno
de tu suspirar ameno,
al alma llega
y al corazón lo llena,
brisa que mitiga
el temor y la fatiga
en días de destierro y soledad.

Excelsa es la mirada
que es elevada
al firmamento
de este quererte
en ardiente deseo
y entrar al aposento
donde está contenido
sin que por ti sea detenido
manantial cristalino
tu amor divino:
en la fuente de tu majestad
busco saciedad.

Hermoso eres mi Señor,
y a tu existir me entrego
te miro y me detengo
ya no hace merma en mi
el estar lejos sin ti,
pues tengo la certeza
de tu amor la promesa,
que llegará la hora
de pasar de este anhelo
al abrazo eterno y pleno
que el tiempo no ha de agotar
de este deseo el suspirar.

-Amén-

Yerko Reyes Benavides