lunes, 26 de diciembre de 2022

Diario de San José

Entrada Única

Día primero después del nacimiento
temprano me levanto y preparo el jumento;
mientras, oro y pienso, no hay lamento
sé lo que viene, apuro el momento.

María aún no está en condición de afrontar una larga jornada
más me urge encontrar para ellos una digna posada.

Saldremos de este pesebre al rayar el alba
no hemos de perder la calma
dejaremos atrás este humilde cortijo
que al niño Dios dio abrigo y cobijo.

Me cuesta entender, mi Señor, tu designio,
pero al sentir en la mía la mano del niño
y los ojos serenos de María posados en los míos:
para mi todo quedó claro,
hasta mi vida daré para ser su amparo.

Yerko Reyes Benavides



sábado, 24 de diciembre de 2022

Aquella Noche

La noche estaba cayendo,
en el ocaso la luna y las estrellas reluciendo;
silencio, como tantas, noche serena;
en vigilia se encuentra el centinela.

En aquella noche estaba pasando
lo que muchos no estaban soñando,
unos pocos lo estaban esperando
y en su desvelo los sorprendió:
la ternura y el amor de Dios.

Aquella era la noche y estaba pasando,
en quietud y en resguardo una luz titilando,
entre gallos y madrugada el rocío del cielo cayendo
el retoño del renuevo estaba surgiendo.

Mi Dios, mi Amor, estaba naciendo,
en aquella noche estaba aconteciendo,
gemidos y llanto pasando
su compasión y bondad llegando.

María y José seducidos en amor creyendo,
en aquella noche que día se iba haciendo,
Dios eterno entre sus brazos estaba
sonriendo los miraba y los amaba.

¡Qué hermosa es la eternidad
cuando de sonrisa se viste, y de humildad!

No me di cuenta, no estaba en mí
lo que en aquella noche pasaba,
pero hoy mi corazón se exalta,
suspira de alegría y esperanza
del Dios altísimo y eterno
hecho niño, hecho hermano
hecho uno, nacido humano.
- Amén –

Yerko Reyes Benavides



viernes, 16 de diciembre de 2022

Te Seguiré

He insistido,
he resistido,
he marchado en pos de ti,
la tentación ha aparecido,
no ha sido sencillo,
pero he vencido
y no me he separado de ti.

He caído,
el polvo he mordido,
mi dignidad he perdido,
de tus predios me he escondido;
me has restituido,
eres lo que no he pedido,
más de lo que he querido.

Dimitir no está en mi destino,
Tú eres mi camino,
y aunque mi nombre sea olvidado
el tuyo en mi ser está grabado;
hasta el último aliento perseveraré
no me detendré.

He insistido
he resistido
no me he ido
no me iré
hasta el final caminaré
a la meta correré.

Me fundiré entre tus brazos,
roto y herido,
mi corazón resquebrajado,
desgarrado y raído,
al tuyo uniré;
insistiré,
resistiré,
hasta la eternidad te seguiré.
Amén

Yerko Reyes Benavides 

jueves, 8 de diciembre de 2022

Clamor

Levanto mis manos
no se elevan en vano,
mi alma por ti está clamando,
mis ojos en el cielo buscando.

Mi clamor está envuelto en llanto,
resquebrajado en mi interior no queda canto,
un gemido escapa y no es tanto,
sólo espera ser escuchado por el Santo.

Santo, Santo aclamado,
ven, ven conmigo Amado,
de ti mi ser no quede olvidado,
de tu compasión mi corazón apartado.

En las grietas que han quedado,
de desconsuelos y desolaciones, lastimado,
una tenue luz he dejado
esperando por ti ser consolado.

Cielos, no retengan al Amado,
mi corazón solo en el será reparado,
mi canto en su brazos restaurado,
mi amor en su pecho renovado.
Amen

Yerko Reyes Benavides

sábado, 3 de diciembre de 2022

Sin Pensarte

Buscando he estado,
hurgando en mi interior
hasta en los pliegues de mi corazón,
las palabras consistentes
que no dejen pendientes,
los vaivenes de mi mente
donde te he tallado insistentemente.

Cómo decirte
que después de tanto pensarte,
creyendo honrosamente conocerte,
lo elocuente de mi verbo
enmudeció, al beso,
de tus labios en mi frente.

Delante de mi te pusiste
mis prejuicios venciste,
lo que había dado por sentado
ante tu mirar enamorado,
quedo definitivamente desterrado
y a tus pies caí derrotado.

No te presentaste según tenía creído,
no llegaste a satisfacer mi seguridad
viniste a sacudir el orgullo y vanidad
del hombre fingido,
que había construido,
la idea impropia de tu divinidad.
Ahora puedo decirte
que no eres lo que quería
ni si quiera lo que pedía
eres más de lo que anhelaba
por lo que mi alma suspiraba
y en mi interior gemía
esperando el día
de amarte sin pensarte
y abrazarte sin imaginarte.
Amén 

Yerko Reyes Benavides