miércoles, 21 de noviembre de 2007

La Paz recorrió nuestras calles

En el libro del profeta Isaías leemos este bello cántico: “Qué hermosos son sobre los montes, los pies del mensajero que anuncia la paz” (52,7). Con estas mismas palabras recogemos la maravillosa visita que nos hiciera la imagen de Nuestra Señora de la Paz a nuestra Parroquia. Hermosos son los pies de la Madre del Salvador quien nos revela el deseo del corazón de su Hijo, que presuroso palpita al unísono al suyo por un mundo de paz y concordia entre hermanos.

Como mensajera de la paz, la imagen de la Santísima Virgen María, no sólo se quedó inmaculada e imperturbable en el nicho de la iglesia; salió al encuentro de sus hijos, en sus hogares, comunidades, calles, trabajos, temores, anhelos, sueños y esperanzas; anunciando que la paz de Dios está en sus corazones y que en su maternal presencia encontramos refugio, consuelo y, renovamos nuestro empeño por construir situaciones y relaciones de paz y entendimiento. Aun sabiendo que sólo es una imagen, su rostro es espejo de la ternura, sus ojos reflejo de la dulzura y sus manos candida caricia que nos consuela y anima a ser también nosotros mensajeros de la paz.
En su maternal presencia descubrimos los frutos de la gracia divina, que como mensajera de la paz ha renovado en nuestros corazones y son signos del amor de su Hijo por nosotros. Tomados de su mano caminamos seguros al encuentro de Cristo. Con su amorosa intercesión retomamos nuestra vida cotidiana con el espíritu presto y el corazón sosegado, animosos de sentirnos bendecidos, ya que ella está caminando junto a nosotros por nuestras calles, susurrando con su suave voz: “Aquí estoy, hijo(a) mío(a), a tu lado, descansa en mi regazo, que aliviaré tu pena, enjugaré tus lagrimas y, bendeciré tus pasos. Animo, ten valor, levántate y sal al encuentro de Cristo tu Salvador.”

Referencia: Boletín Lazos de Fe, Año 2, Nº2, Marzo 2007

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