jueves, 22 de noviembre de 2007

La Corona de Adviento

Dios se hace presente en la vida de cada ser humano y de cualquier manera le hace sentir su amor y deseo de salvarle. La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir VENIDA. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad.

Actualmente hay inquietud por reavivar una costumbre muy significativa y de gran ayuda para celebrar este tiempo. La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. Es un círculo de follaje verde. Va enrollada con un listón rojo, símbolo del amor de Dios que nos envuelve y también de nuestro amor que espera con ansiedad el nacimiento del Hijo de Dios. En el centro del círculo se colocan las cuatro velas (tres moradas y una rosa o bien todas blancas) para encenderse una cada domingo de Adviento y en el centro una vela blanca, para encenderla en la Noche Buena. La luz de la vela simboliza nuestra fe.

El conjunto se sitúa en un lugar privilegiado de nuestro ambiente familiar. Si se quiere se puede situar la imagen del Niño en relación con la corona.

La corona, que procede del Norte, tiene raíces simbólicas universales: la luz como salvación, el verde como vida, forma redonda como eternidad. Esta se ha convertido en un elemento de pedagogía cristiana para expresar la espera de Cristo Jesús como Luz y Vida.

El Encendido de las Velas:

Reunidos el día domingo, en familia se comienza con La Señal de la Cruz, se hace un breve examen de conciencia y se recita el Yo Confieso, luego un miembro de la familia dice la siguiente oración:

"En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero!
Al encender esta(s) vela, cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes.

¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor! Amén.
Se termina con la oración del Padrenuestro, el Ave María y el Gloria. Y al final, juntos dicen: El Señor nos bendiga nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna".
Amén.
Referencia: Boletín Lazos de Fe, Año 1, Nº 10, Diciembre 2003

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