jueves, 22 de noviembre de 2007

Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento

Jesús Sacramentado, Hijo Eterno del Padre, Señor del Universo y Redentor del mundo, que te has quedado con nosotros en el Sacramento de la Eucaristía hasta el final de los tiempos, te confesamos y adoramos como nuestro único Dios y te confiamos el presente y el futuro personal, así como el destino de nuestra patria, Venezuela.

En el beneficio del hombre, la familia y la sociedad se ha hecho bastante, es verdad; pero nos queda mucho camino por recorrer. Confesamos nuestro arrepentimiento por el bien que hemos dejado de hacer y manifestamos el deseo de seguir en adelante según las orientaciones del Santo Evangelio y las directrices de la Iglesia.

Reconocemos que hemos pecado al no haber sabido conducir mejor los destinos de nuestra patria para lograr una vida más digna para todo el pueblo venezolano en lo social, en lo económico, en lo político, en lo moral y en lo religioso. Danos tu perdón y tu gracia.
Recíbenos, Salvador Nuestro y concédenos que venga a nosotros tu Reino. Se Tú el soberano de Venezuela a fin de que en ella te veas glorificado, y sea siempre nuestra honra el llamarnos la república del Santísimo Sacramento.

Postrados ante el sacramento de tu Amor nos consagramos a Ti con todo nuestro ser y con todo lo que tenemos: tiende tu mirada sobre todos los que en esta bendita tierra venezolana te adoramos; somos servidores de tu Evangelio y constructores de una sociedad más justa y fraterna.

Te pedimos, con confianza y humildad que el acto de nuestra consagración sea repetido con renovado fervor de generación en generación, mientras Venezuela exista, para que jamás la apartes de tu Divina Presencia.
Amén.

Referencia: Boletín Lazos de Fe: Año 1, Nº 5, Julio 2003

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