martes, 14 de julio de 2009

Decálogo de la Serenidad



  1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
  2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mi mismo.
  3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en este también.
  4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.
  5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
  6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
  7. Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere.
  8. Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
  9. Sólo por hoy creeré firmemente aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.
  10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.
San Juan XXIII

lunes, 8 de junio de 2009

SENTIDO MORAL

¿Qué es el sentido moral? O en otras palabras…

Quiero decir… antes pensaba que significaba decir la verdad, hacer buenas obras, comportarme correctamente según los parámetros socialmente aceptados, ser decente, tener una imagen culturalmente estandarizada, no decir groserías, tratar cordialmente a las personas mayores, respetar las normas, no tirar papeles al suelo, taparme la boca al estornudar, y disculparme si mis intestinos me juegan una mala pasada… básicamente ser un “niño explorador”.

Sin embargo, últimamente, lo estoy viendo un poco diferente a ese “modelo de perfección estándar”.

Ahora considero que el sentido moral es encontrar aquello que verdaderamente te importa. Es ese “algo especial” que te importa más que cualquier otra cosa en el mundo y, que te estremece en lo más profundo de tu ser, aquello que sin lo cual no te sentirías completo y, cuando se encuentra luchar por ello, arriesgándolo todo: fama, prestigio, privilegios, reconocimiento público, sana cordura… y lo arriesgas todo, porque sientes en lo profundo de tu alma, que allí está tu futuro, que es tu vida misma, lo que te hace existir y encontrar la plenitud de tu ser. Y en esa búsqueda de plenitud, seguramente irás a contra corriente, desafiando lo parámetros preestablecidos, creando e innovando, y lo que haces parecerá aparentemente que no es honesto, que te sales del orden ya conseguido, que desafías toda autoridad, y eres objeto de los juicios y prejuicios de tu entorno.

Pero, ¿sabes qué? No importa. Porque en el corazón sientes intensamente que vale la pena. Entiendes con la razón y el corazón, que si no vas tras lo que estremece tu espíritu, podrás existir muchos años, pero sin sentirte verdaderamente vivo.


¿Qué es el sentido moral? Es la coherencia de convertir en realidad lo que tu corazón con toda su fuerza te impulsa a buscar, la plenitud de tu ser.

TODO DISCIPULO ES UN CREYENTE, PERO NO TODO CREYENTE ES UN DISCIPULO

El creyente suele esperar panes y peces. El discípulo es un pescador.

El creyente gusta del halago. El discípulo del sacrificio vivo.

El creyente entrega parte de sus ganancias. El discípulo entrega parte de su vida.

El creyente puede caer en la rutina. El discípulo es innovador.

El creyente busca que lo animen. El discípulo procura animar.

El creyente espera que le asignen tarea. El discípulo es solicito en asumir responsabilidades.

El creyente suele ser condicionado por las circunstancias. El discípulo aprovecha las circunstancias para ejercer su fe.

El creyente reclama que lo visiten. El discípulo visita.

El creyente busca en la Palabra promesas para su vida. El discípulo busca vida para hacer presente las promesas de la Palabra.

El creyente es "yo". El discípulo es "nosotros".



El creyente pertenece a una institución, grupo o cofradía. El discípulo es una institución él mismo.

En el creyente la unión del Espíritu Santo es confirmación y meta. En el discípulo es medio para lograr la meta de ser testigo eficaz a toda criatura.

El creyente vale para sumar. El discípulo para multiplicar.

Los creyentes aumentan la comunidad. Los discípulos aumentan las comunidades.

Los discípulos de la Iglesia primitiva trastornaron el mundo. Los creyentes del siglo XXI están trastornados por el mundo.

Los creyentes esperan milagros. Los discípulos obran milagros.

Los creyentes destacan llenando el templo. Los discípulos se hacen para conquistar el mundo.

El creyente hace hábito. El discípulo rompe los moldes.

El creyente necesita de campañas para animarse. El discípulo vive en campaña porque esta animado.

El creyente espera un avivamiento. El discípulo es motor de él.

El creyente se congrega para encontrar al Señor. El discípulo trae la presencia del Espíritu Santo.

El creyente sigue intentando limpiarse para ser digno de Dios. El discípulo no se mira más y obra en la fe de que Cristo le ha amado.

El creyente espera que le interpreten las escrituras. El discípulo conoce a Jesús y habla de Él.



¿Eres creyente o eres Discípulo de Cristo?

martes, 3 de marzo de 2009

MIS DERECHOS HUMANOS. Tengo derecho a la libertad



Artículo 9

"Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso o desterrado"

(Declaración Universal de Derechos Humanos)

María Magdalena, "La Incondicional"

Vaya, Magdalena… la del corazón roto.
La que no se esconde al final, digan lo que digan los judíos o los romanos.
La que, viendo a Jesús roto, te rompes un poco tú. Porque le quieres, porque con él has vivido el perdón, la dignidad profunda y te has sentido parte del círculo de quienes han compartido su vida, sus días de camino y sus proyectos de Reino.
Sobre María Magdalena se habla mucho. En ella se “unifican” tantas Marías de los evangelios: que lloran a los pies de Jesús, que son perdonadas por su pecado, que le siguen sin fisuras. Hay quien quiere ver en ella a una mujer enamorada, ¿y quién no, de alguien como Jesús?
Es la que también ha sentido cada golpe como propio, y ante la cruz se ha visto morir un poco.
Es la que, en la hora más oscura, del fracaso y el dolor, sigue dispuesta a dar la cara y a defender aquello en lo que ha creído. Y tal vez por eso, es la primera que va a descubrir al Jesús vivo.


"El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro…"
¿A quién o a qué soy yo incondicional?

Vasija vieja, vasija nueva

"Levántate y baja a la casa del que trabaja la greda; allí te haré oír mis palabras."

Bajé pues donde el alfarero que estaba haciendo un cántaro, pero este le salió mal, así que lo volvió a empezar, transformándolo en otro cántaro a su gusto.

Así te habla Dios: "Yo puedo hacer lo mismo contigo, pueblo de Israel, como el barro en manos del alfarero, así eres tú en mis manos" (Jer. 18 1-4)


Un hombre tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.

Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo, hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenia la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabia perfecta para los fines para los que fue creada.

Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su deber.

Después de dos años, la tinaja quebrada le hablo al aguador diciéndole así: Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.

El aguador, le dijo compasivamente: Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba dentro de si la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces: ¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado; y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar mi hogar. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener mejores resultados, entonces no nos detengamos a quejarnos por nuestros defectos, sigamos adelante y busquemos la mejor cara de todos ellos. Hoy es tu oportunidad para dejarte modelar de nuevo.

Tú puedes ser una vasija nueva.

Dame, Dios mio, lo que te queda

Dame, Dios mío, lo que queda.

Dame lo que no te piden nunca.

No te pido descanso,
ni tranquilidad de alma o cuerpo.

No te pido riquezas,
ni éxitos, ni siquiera salud.

Todo esto, Señor, te lo piden tanto
que ya no debe quedarte nada.

Dame, Dios mío, lo que te queda.

Dame lo que no te aceptan,
inseguridad, inquietud,obstáculos, tormentas.

Y dámelo, Señor, definitivamente,
para siempre,
porque luego ya no tendré humor
para pedírtelo.

Dame, Dios mío, lo que te queda.

Dame lo que otros no quieren.

Pero dame también el valor,la fuerza y la fe.

(A. Zirnheld)

martes, 24 de febrero de 2009

LA ESENCIA DEL SER

Sabrás del dolor y de la pena de estar con muchos, pero vacio.

Sabrás de la soledad de la noche y de la longitud de los días.

Sabrás de la espera sin paz y de aguardar con miedo.

Sabrás de la soberbia de aquellos que detentan el poder y someten sin compasión

Sabrás de la deserción de los tuyos y da la impotencia del adiós.

Sabrás que ya es tarde y casi siempre imposible.

Sabrás que eres tú el que siempre da y sientes que pocas veces te toca recibir.

Sabrás que a menudo piensas distinto y tal vez no te entiendan.

Pero sabrás también:

Que la soledad cura.

Que el perdón fortalece

Que la fe agranda

Que la esperanza sostiene

Que el recuerdo acompaña

Que la humildad ennoblece

Que la razón guía

Que la perseverancia templa

Que el olvido mitiga

Que el amor dignifica.

“Porque lo único que verdaderamente vale, está dentro de ti, y por encima de todo está Dios… sólo tienes que descubrirlo… y así hallaras la verdadera paz”

Juan XXIII

lunes, 23 de febrero de 2009

DEVOCIONES MARIANAS. Nuestra Señora de los Dolores

El misterio de la participación de la Virgen madre dolorosa en la pasión y muerte de su Hijo es probablemente el acontecimiento evangélico que ha encontrado un eco más amplio y más intenso en la religiosidad popular, en determinados ejercicios de piedad (Vía crucis, Vía Matris...) Y, en proporción con los demás misterios, también en la liturgia cristiana de oriente y de occidente.

Precisamente es en el acontecimiento de la crucifixión donde encontramos el significado primero y último de la Dolorosa: “Estaban en pie junto a la cruz de Jesús su madre, María de Cleofás, hermana de su madre, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo que él amaba, dijo a su madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: He ahí a tu madre (Jn. 19. 25-27a). Y una vez más la devoción de los fieles quiso prolongar la participación amorosa de la madre en la muerte redentora del Hijo recordando, como en un díptico, la acogida en el regazo de María de Jesús bajado de la cruz (Mc 15, 42), acontecimiento objeto de atención particular por parte de pintores y escultores, y la entrega al sepulcro del cuerpo exánime de su Hijo (Jn 19, 40-42a).

Durante este tiempo de cuaresma la mirada devota de los fieles se encuentra con el rostro sufriente y el corazón desgarrado de la Madre del Señor. Ella se convierte en manantial de consuelo para quienes sufres, pues Ella comprende el dolor humano; Ella es lugar de fortaleza para quienes se sienten agotados por el peso de sus tribulaciones; Ella es refugio de esperanza, pues en su intercesión, los cristianos caminamos confiados a la gloria de la pascua.