domingo, 31 de diciembre de 2017

Oración de Acción de Gracias


Desperté temprano, Señor,
para vivir la alegría de este último día;
temprano para transitar cada minuto de este día,
en acción de gracias a ti;
pues sin ti, no hubiera  llegado hasta aquí:
ninguna vida llega a alguna parte, sin ti o en ausencia de tu amor.

¿Qué decir, Señor, que tú no sepas?
En mi temporalidad, vivo la humildad de mi condición que,
en ocasiones me deja impávido ante las transitorias circunstancias,
de una decisión que te pongo a ti a tomar por mí,
mientras me compadezco y regodeo en  mi humillación.

La oscuridad me visita, como la noche al día,
sin embargo, a veces olvido el amanecer que,
está en ti, y sólo Tú se lo concedes a aquel que,
se desvela a las puertas de tu corazón.
Gracias, Señor, porque en tu amor traes la noche,
para que la luz de la aurora alboreé en el alma,
inquieta y sedienta de ti.

Mas cuando contemplo con mis ojos los días pasados
sólo veo amaneceres puesto que tú has hecho de la noche
luz, resplandeciente, en mi corazón.

Ha sido la soledad de la noche, la que ha traído al alma inquieta
la bondad de tu amor, por eso, en esté día, cuando miro hacia atrás
cierro con la luz de tu día, la oscuridad de mi noche y,
me doy la vuelta para, a pesar de las dificultades,
mirar con esperanza el día que comienza a transcurrir,
la vida que delante de mí, tú Señor, estiras,
porque sin ti, no hubiera llegado hasta aquí.

¿Acaso debo pedir perdón, por las lágrimas derramadas,
de noches de silencio y soledad? El día en que cayeron,
rebeldes e indómitas, sólo hacían espacio dentro del alma para,
dejarte entrar a ti en ella.

Pedir perdón por el dolor sentido, por la tristeza vivida,
por la soledad, el abandono, el destierro y el desierto pasados,
por la rabia acumulada o la impotencia de los podría haber sido,
no, Señor, porque en todo eso, con tú mirada y desde la mía,
una lección había,
que de rodillas habría de ser aprendida.

Gracias Señor, también por los días de pasión, que,
disponen el corazón a la gloria de la Resurrección:
único camino de Salvación.

Gracias por que si morir he de vivir, para estar contigo,
entonces morí una ya, para estar en ti, y mientras en ti esté;
viviré desde ya el cielo que tu amor,
prometió a los que perseveren hasta el final.

Gracias, Señor, porque en la oscuridad de una noche,
vi el amanecer, de hoy, para decir, Gracias Señor y que en
el venir del día no me falte tu amor, que es mi refugio,
fuerza, sentido, realización y trascendencia.


Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 30 de diciembre de 2017

Saludo de Fin de Año 2017


Oración de Perdón y Reconciliación


Mi Señor y mi Dios, lleno de amor y bondad, yo acepto perdonar a todas las personas en mi vida, comenzando por mi mismo, porque sé que Tú Señor, me has perdonado primero. Y si tu, Señor, ya me has perdonado, también yo me perdono por todos mis pecados, faltas y fallas, especialmen
te por esta situación…

(presenta a Dios lo que te incomoda)

Yo me perdono por no ser perfecto, por no acertar siempre, y me acepto como soy y decido dejar de criticarme y ser yo mismo mi peor enemigo. Porque tú, Señor, estás en mi, sé que puedo vivir reconciliado conmigo mismo. Me libero de todo lo que guardé contra mi mismo. Me libero de esa prisión para permanecer en paz conmigo mismo. Hoy, por el poder del Espíritu Santo, me perdono y me reconcilio conmigo mismo.

Señor, no quiero desperdiciar mi vida amarrado por falta de perdón. Pero, algunas veces, me siento débil para perdonar. No consigo perdonar con mis propias capacidades.

¡Socórreme con tu fuerza!

Sé que Tu, Señor, no permitirás que las relaciones difíciles de mi vida se vuelvan todavía peores. Te pido, Señor, que cures mis rabias reprimidas, mis amarguras y resentimientos.

Tomo la firme decisión de vivir reconciliado con las personas en mi vida.

Perdono a todas las personas ligadas a mi.

Las perdono por todo lo negativo, por todo el desamor que, queriendo o aún sin quererlo, me transmitieron a lo largo de mi vida.

Perdono especialmente a ésta persona (pronuncia el nombre de ella) por esta situación (presenta al Señor el motivo). Yo perdono de todo corazón cualquier tipo de abuso y decepción. Yo la perdono, ahora, por no haberme dado el amor y el respeto profundo, entero y suficiente que yo tanto necesitaba. Yo las libero y me reconcilio hoy con ellas.

Sé que Tu, Señor, no permitirás que las relaciones difíciles de mi vida se vuelvan todavía peores. Te pido, Señor, que cures mis rabias reprimidas, mis amarguras y resentimientos.

Tomo la firme decisión de vivir reconciliado con las personas en mi vida.

Perdono a todas las personas ligadas a mi.

Las perdono por todo lo negativo, por todo el desamor que, queriendo o aún sin quererlo, me transmitieron a lo largo de mi vida.

Perdono especialmente a ésta persona (pronuncia el nombre de ella) por esta situación (presenta al Señor el motivo). Yo perdono de todo corazón cualquier tipo de abuso y decepción. Yo la perdono, ahora, por no haberme dado el amor y el respeto profundo, entero y suficiente que yo tanto necesitaba. Yo las libero y me reconcilio hoy con ellas.

Por sobre todas las cosas, mi Dios, te pido ahora la gracia de perdonar a la persona que más me ha herido en la vida. Aquella que es más difícil de perdonar. Quiero perdonarla ahora, aún cuando todavía me sienta herido y con rabia.

Muéstrame, Señor, entre todos mis amigos, en mi familia, y en aquellos que ejercieron alguna autoridad sobre mi, a quien en mi corazón yo todavía necesito dar mi perdón. Dame esa gracia!

Bendice a cada una de esas personas en este día de hoy, Señor! Que ellas puedan sentirse especialmente libres y amadas por ti, en este momento.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

¡Amén!


Márcio Mendes


lunes, 25 de diciembre de 2017

Bondad: Bien o Mal


Arrebátame, con María en tí.

Creo, Señor,
pero ayúdame en mi incredulidad y en mis incertidumbres.

Fe, Señor. La fe de María,
es todo lo que tengo y, de lo que adolezco.

Fe, Señor, en las horas aciagas,
para no desfallecer y sentirme en el caos, perdido, sin ti.

Fe, Señor, para hacer del caos ocasión de infinita transformación interior.

Fe para no perder el suave silencio,
del  murmullo indetenible de tu corazón en el mío,
que me guíe en la soledad y me de calma en el desasosiego
de un pensamiento inquieto e intranquilo.

Fe, Señor para verte sin tener la urgencia de tenerte delante.

Fe para no sentir la necesidad de palpar tu espalda, por mi azotada;
ni la irreverencia de constatar las heridas de tu Amor por mí, en tus manos, píes y costado.

Fe, para acariciar tu rostro,
como María, lo hizo al pie de la cruz,
para darte el ánimo de exhalar el último suspiro de amor,
por la humanidad y, hacer lo mismo con el mío.

Fe, Señor, la fe de María, para hacer de lo imposible: posible;
de lo improbable: probable y más allá de la nada, el todo.

La fe de los realizables, de lo trascendente.

Fe, Señor, para amarte y que en el amor me inserte ya, de una vez,
sin dilación ni demora, en ti, en tu divinidad;

Fe, Señor, la fe de María, de tal manera que lo que espero, ya no lo desee,
ni lo que anhelo lo espere.

Fe, Señor, más fe, mucha más; que la necesito, para seguir en peregrinar,
aun en la oscuridad de un amanecer soñado y renovado.

La fe de María, ni más ni menos;
la Dulce Muchacha de Nazaret que,
sin miedo y temor, se consagró por entero a ti,
hasta que tu amor la arrebato a tu presencia en la eternidad.

Arrebátame, junto a Ella Contigo.

Fe, Señor...


Yerko Reyes Benavides

viernes, 22 de diciembre de 2017

Si me detengo


Soy caminante de mis convicciones,
peregrino de mis ideas,
nómada de mis pensamientos.

Siento y existo, luego existo y siento,
no puedo detenerme,
puesto que cuando me detengo: muero.

Un solo absoluto,
no me interesan los relativos,
éstos son acompañantes de mis desvelos,
de un único sueño:
la trascendencia.
Si me detengo: muero.

Ser lo que ya soy;
llegar a ser todo lo que puedo ser, 
y seguir descubriendo:
lo que día a día voy siendo.
Cuando me detengo: muero.

Peregrino del alma soy,
caminante de mis inclinaciones;
nómada de mis opiniones;
cuando me detengo: muero.

No puedo ser y no ser a la vez, 
y en la contradicción me voy definiendo,
pero si me detengo: muero.

Mi espíritu será un peregrino del tiempo,
errante del espacio.
Y en el tiempo me defino;
 pero si me detengo: muero.

Soy caminante de mis anhelos,
peregrino de mis sueños;
nómada de mis infalibilidades;
si me detengo: muero.

En mi espalda llevo el peso de mi libertad,
en mi corazón el suspiro de una identidad que va siendo,
camino, y el camino se convierte en mi amigo,
cielo abierto se abre en el horizonte de mis certezas que,
abandono, porque si me detengo: muero.

Soy caminante de mis desvelos,
peregrino de mis sueños,
nómada de mis ilusiones.
Si me detengo: muero.

Yerko Reyes Benavides

Ana Catalina Emmerick (Beata y Mística)

La Vida Oculta de la Virgen María. 

Es sólo uno de los escritos recogidos de las visiones místicas de esta Mística Alemana: Ana Catalina Emmerick. De ella hay 14 escritos más que nos pone soñar lo que la Biblia no nos dijo de Cristo y compañía. 


Beatificada por San Juan Pablo II el 03 de octubre de 2004.

De nueve hermanos, ella fue la quinta, de una familia de muy escasos recursos.

Desde su niñez, y muy a pesar de su precaria condición de salud, tuvo que ayudar en su casa con el trabajo en el campo.

Misma razón por la cual no pudo formarse en las escuelas y academias de su tiempo. Aprendió vagamente a leer y a escribir. También desde una edad  muy temprana gozo de visiones y se sintió atraída por la oración y por la vida religiosa de una forma extraordinaria.

En 1802 se sintió atraída por la oración y por la vida religiosa de una forma especial y sublime.  Ese mismo año fue recibida en el convento de Agnetenberg de Dülmen, Alemania.

Desde esa fecha hasta 1811, Ana Catalina, vivió su sueño, su anhelo y su deseo, sin embargo la precaria salud de la Beata, desde mucho antes de ingresar a la vida conventual se manifestó en esos años con fuerza; padeciendo de intolerables dolores.

En diciembre de 1811 el sueño de Ana se ve interrumpido puesto que cierran el conveto donde ella residía. Entonces, se trasladó con el padre Lambert, ejerciendo las funciones de gobernanta de un ancianato religioso.

Ana Catalina Emmerick fue trasladada a una pobre habitación en casa de una familia del lugar. En ese tiempo la mística recibió los estigmas, aunque los dolores propios de tan extraordinario don y gracia, ya los sufría desde hace tiempo.

Fue decisivo su encuentro con Clemens Brentano, el poeta permaneció cinco años visitándola para anotar sus visiones  que más tarde publicó y que ahora nosotros podemos disfrutar a través de este texto.
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Un regalo de Lectura Espiritual. Un banquete para el Alma. Delicia de los corazones buenos que aman a Dios. 

Este libro estará en la página sólo del 23 al 25 de Diciembre. Es nuestro regalo de Navidad a ustedes nuestros fieles, atentos y amables lectores. 

Un abrazo en Cristo Jesús, y en María la Madre del Señor a quien pertenecen estás lineas escritas por una mística que fue despolvada de las repisas de la historia por otro Santo: Juan Pablo II, ya que sólo se le consideraba una entre tantas charlatanas que dicen oír a Dios. Entre Santos se entienden...

Pbro. Yerko Reyes Benavides
Editor-Director de Lazos de Fe 

Felices Fiestas. Postal de Navidad

Con mucho que Agradecer a Dios y a ustedes. Un fuerte y sentido abrazo en estos días de gozo y alegría espiritual. 


Qué la Bendición y la Gracia de Dios
 nos acompañen todos los días, 
desde hoy y el venidero año. 

Se les ama, en Cristo Jesús.

Pbro. Yerko Reyes Benavides

martes, 19 de diciembre de 2017

¡Te alabo y te Bendigo!

Oraciones escritas por nuestros lectores, 
en ocasión al X Aniversario de la Revista Lazos de Fe y,
el Concurso de Oraciones Inéditas promocionado para dicha celebración.


Señor Jesús hoy estoy ante tu presencia, para agradecerte todo cuanto has hecho por mí. Sé que muchas veces te he fallado, pero Tú con tu amor misericordioso me perdonas.

Señor te amo.

¡Te alabo y te Bendigo! Honro tu nombre.

¡Qué hermoso es que cada vez q toco mi corazón! Sé que Tú estás ahí. Que cada latido es gracias a ti y a tu infinito amor.

Dame una verdadera conversión. Ayúdame a llevarte a los demás, a llevar la Buena Nueva, a predicar tu Evangelio, a amarte y servirte por encima de todo.

Mi Dios gracias a ti, soy lo que soy hoy día. Y sé que tienes muchos planes preparados para mí. Te agradezco por estar conmigo en cada victoria y cada derrota; en cada alegría y cada tristeza.

Tú eres quien me motiva y me anima a seguir adelante y nunca darme por vencida.

¡Gracias mi Dios! Te amo. Señor, cuán grande es tu amor.

Marimar Villarreal

Táchira Venezuela

lunes, 18 de diciembre de 2017

¡Oh Señor!

Oraciones escritas por nuestros lectores, 
en ocasión al X Aniversario de la Revista Lazos de Fe y,
el Concurso de Oraciones Inéditas promocionado para dicha celebración.


¡Oh Señor, Padre, Hijo y Espíritu Santo!, en quien creo, adoro y amo, agradezco tu infinita misericordia y tu santa presencia en mí durante toda mi vida. 

Reconozco que sin ti no soy nada, por ello me pongo en tus santas y amorosas manos, tómame y haz de mi lo que tu creas conveniente porque, para ello soy creación tuya.

Desde antes que me colocaras en el vientre de mi madre me tenias asignada una misión, sé que no he cumplido del todo con ella pero, aquí estoy ante tu presencia divina, reconociendo mi falla y aún más que soy pecador, delante de ti Señor quiero abrazar la cruz que me une a ti y decirte hágase tu voluntad y no la mía.

Señor, caminar junto contigo es la experiencia más maravillosa que he tenido, saber que a pesar de las angustias, desespero y problemas tu estas presente dándome animo, esperanza y fortaleza. 

Señor, son muchas las cosas que te quiero pedir pero en este momento solo son tres: sabiduría, paciencia y tolerancia, derrámalas sobre mí para que con ellas pueda actuar según tu santa voluntad.

Padre acoge esta humilde oración que sale de lo más profundo de mi corazón, no apartes tu santa mirada de mí, me abrazo a ti y me abandono en tus amorosas manos. 

Padre, Hijo y Espíritu Santo tres personas distintas en un solo y único Dios. 

Amén.
Mariela Salas
Valera. Venezuela

domingo, 17 de diciembre de 2017

Bendita sea tu Presencia en mi Vida

Oraciones escritas por nuestros lectores, 
en ocasión al X Aniversario de la Revista Lazos de Fe y,
el Concurso de Oraciones Inéditas promocionado para dicha celebración.


¡Trinidad Santa yo te amo, te adoro, te anhelo! 

¿Cuánto tiempo has caminado a mi lado?...
...buscaba tu paz y me encontraste siendo niña, sin yo saberlo.

El llamado ya estaba hecho. Esas visitas a Jesús Sacramentado, el poder abrir mi corazón al Amado y acompañarlo en soledad, desde ahí me habías conquistado eso hace tanto tiempo, a los 10 años de edad y a partir de ahí, apretaste mi mano y jamás la has soltado: Bendita sea tu presencia en mi vida.

Llevó 40 años tratando contigo y ha sido tu gracia y tu amor quien me ha sostenido en cada momento. 

Tu amor ha sido más grande que mis miserias,todo está bien Señor, tú has preparado el camino, yo me he dejado llevar, el instrumento para poder amar a tantos hermanos y en cada uno te veo, en las sonrisas. en los abrazos y en los gestos de amor,la conexión que he podido hacer contigo a través de la naturaleza es increíble mi Dios...
...las rosas amarillas, las gaviotas, el colibrí volando, el cerrar mis ojos y escuchar tu creación: Bendita sea tu presencia en mi vida.

Y que decir de Jesús Eucaristía , Rey de reyes, en mi corazón estalla el amor cuando te digo: ¡Abrázame Jesús! yo estoy viviendo el Cielo en esta tierra y tú Jesús mi dulce amor, me has regalado el amor a tu madre santísima María, mi dulce madre:Bendita sea tu presencia en mi vida.

Mayte Mayorga Velasco

Puebla. México

sábado, 16 de diciembre de 2017

Mi Señor, Jesús

Oraciones escritas por nuestros lectores, 
en ocasión al X Aniversario de la Revista Lazos de Fe y,
el Concurso de Oraciones Inéditas promocionado para dicha celebración.

Mi Señor, Jesús;
mi hermoso y tierno confidente.
La luz de mis ojos y la alegría de mi alma:
hoy quiero elevar mi canto y,
homenajearte en el secreto de mi corazón..

Quiero vivir, no sólo día a día sino minuto a minuto en tu soberana y dulce Presencia.

Quiero que mi amor por Ti, me lleve a vivir siempre alegre en el frío y en el viento gélido. En el calor agobiante y la arena candente.

Quiero sentir tu Presencia y tu dulzura en el canto de los pajarillos y en la rosa naciente.

Necesito que tus aguas cristalinas,
impregnen la orilla de mis más íntimos deseos.

Anhelo el aprender la sencillez de tu corazón, para sonreír a los que no me quieren con mansedumbre y verdadera humildad.

Agradecerte todos los días de mi vida, por evitar mi caída, el impedir que mi tristeza se convierta en angustia..

Quiero cantarte con la paz de mi alma, en la entrega sin fin al que necesita de mi

Buscar a los más necesitados y deprimidos de la sociedad, con la misma diligencia del sediento que busca calmar su sed.

Quiero terminar mis días mi Señor Jesucristo, amándote sin medida en mis hermanos,
en los que Tú haz puesto en mi camino, luchando día a día porque esta pasión de mi alma nunca jamás se apague.

Aliméntame Señor, como lo haz hecho hasta ahora, mostrándome tu Rostro bendito de las mil y un formas, que sólo Tú lo sabes hacer.

Solo Tú, eres mi Consuelo; mi Esperanza; eres la Vida de mi vida. Aprendí a amarte desde mi tierna infancia y ahora que vivo ya, los últimos años de mi existencia.

Te amo con temor; el temor santo de no defraudar tu Amor, tu Ternura, tu Redención.

Amén.

Adelaida Elizabeth Zambrana Urizacari
La Paz. Bolivia

viernes, 15 de diciembre de 2017

Y vio Dios que era "muy Bueno"

Identidad Humana desde una perspectiva
Antropológica y Espiritual.

“Y así fue. Vio Dios que todo cuanto
Había hecho era muy bueno…” (Gn 1,31)

De inmediato y sin muchos rodeos al decir “ser humano”, se hacer referencia al hombre y la mujer en su diversidad y en su unidad natural; no lo abordamos desde el vínculo que establecen al relacionarse como pareja (nuestra visión antropológica no parte de la complementariedad como ideal), sino en su esencia y unicidad natural, manifiesta en esa diversidad primaria. Tanto en el varón como en la mujer está completa su naturaleza y esencia:

“¿Qué te hace tan dotado de hermosura y a la vez tan lleno de contradicciones?...

A lo largo de la historia has sido una constante de inquietud, pues en cada tiempo has necesitado encontrarte a ti mismo, para comprenderte y abrirte en tu caminar por la historia. 

Nadie hay como tú, tan lleno de interrogantes aun sin resolver, puesto que no has descubierto en ti lo que te hace ser maravilloso, único, y amado profundamente por Dios” 

Hoy y ahora como en todo tiempo, necesitas encontrarte una vez más, para que en esta época brilles con el esplendor de tu auténtica naturaleza, despejado de tantos revestimientos exteriores que no dicen de ti lo que realmente eres, por el contrario se ciernen sobre ti como nubes grises que te esconden. 

Hoy también es necesario preguntarte ¿Quién eres? Y ayudarte a descubrir tu más sublime grandeza.

Vienes agotado pues has puesto y sigues poniendo tu esplendor en aquello con lo que te revistes y, no en lo brota de tu intimidad, de lo profundo de tu ser.

Vienes desgastado por la promesa de bienestar de una civilización moderna, que te ahoga en sus propias demandas de riqueza, poder, prestigio, fama, belleza, que terminan siendo campanas que resuenan ensordecedoras.

Utopías que tú mismo has instalado como determinantes de tu destino y felicidad; inalcanzables puesto que siempre demandan más de ti mismo, y te están llevando a un sinsentido de vida; a una profunda apatía de tu tarea humananizadora, a la indiferencia por la transformación y te estás sumiendo en una profunda desesperanza".


Con el título de este escrito se ha querido proponer una búsqueda, un camino hacia la intimidad del ser; un encuentro en la mismidad del alma, desde una perspectiva que sonará demás conocida, puesto que hace mucho fue propuesto. 

Sin embargo, la árida explicación del origen de la naturaleza humana como especie, sólo se verá enriquecida y elevada si se contempla con ojos de fe; pues únicamente desde esa mirada lo “imposible” de la esencialidad humana desde la perspectiva de las ciencias que dependen del método científico- se revelará con toda claridad y aparecerá como totalmente probable. 

Es una mirada que lleva a mirar profundamente lo más íntimo de la intimidad personal, desde perspectivas aun no abordadas. Esto significa salir de la zona de confort del desinterés existencial. Una visión que ha de llevarte a afrontar los retos de tu propia esencia. Una visión desde la cual escudriñar y contemplar al ser humano en la intimidad de su ser.

“…Y vio que era muy bueno”…

                                                    …con estas palabras concluye el relato de la creación contenida en el primer libro de la Biblia (Gn 1,31). Relato que va narrando la obra creadora de Dios día por día, como una alegoría al acontecimiento cósmico que durante millones de años configuro su propia estructura para albergar la vida como cúspide de su funcionamiento. 

En esa cúspide está el ser humano, dotado de la capacidad de darse cuenta de sí mismo y de su lugar en el universo. A su vez, el Libro del Génesis, así lo expresa con un profundo sentido de fe, desde un pensamiento que no sólo se remite a lo específicamente pragmático de lo demostrable o comprobable, sino que lo inunda de un profundo sentido espiritual. 

Y con esta manera tan peculiar de referirse el Génesis a la configuración del cosmos con todos sus elementos y la vida con el mayor resultado de todo este movimiento universal, expresa allí su bondad y su bien, como obra creada de las manos de Dios. En donde el ser humano ocupará su centro, propósito y sentido. Del ser humano, entonces, el Génesis nos dice que lo hecho por Dios encuentra la máxima expresión de bien y bondad.

Nos cuesta creer de entrada, o quizá al principio nos parezca totalmente acertada esta caracterización del ser humano como algo bueno, y sea después de confrontar esta caracterización con la realidad la que nos hace entrar en dudas y perder la esperanza de que aquello describa las distintas “tragedias” en lo que lo humano está sumido. Tragedias que nos hacen ver la degeneración, la contradicción y el sin sentido de lo humano como realidad natural. Que nos hacen desconfiar de la posibilidad de lo humano como algo “muy bueno” por naturaleza.

Por supuesto que no vamos a caer en la ingenuidad de no sentirnos atrapados por esta “tragedia” pues es parte incluso de nuestra cotidianidad, ahí está palpable, latente, tanto afuera, en lo exterior, en el otro, tanto como en nosotros mismos. Hoy describimos esta tragedia como “desesperanza”. 

Sin embargo, aún sin adentrarnos mucho en interpretaciones complejas de lo que el texto Bíblico expresa (materia de siguientes artículos), hay una invitación implícita en la cita, una visión de lo humano, más allá de lo que nuestra “experiencia” nos refiere. Un quizá, de tanto experimentar vivir como humanos, nos hemos olvidado “ser seres humanos”. Y es una manera de entendernos a nosotros mismos, desde la perspectiva de Dios, como revelación. Puesto que Dios no sólo se revela en la historia a sí mismo, sino que nos revela a nosotros mismos lo que somos en Él.

Esto nos da un punto de arranque, un lugar desde donde asumir el problema de ser humano como pregunta, y los problemas del ser humano en el desarrollo de su existencia temporal y proyectada a la eternidad. 

Cuando el Libro del Génesis nos refiere el acto creador de Dios, en el ser humano, y lo describe como “muy bueno”, inmediatamente lo destaca de todo cuanto había hecho hasta el momento. 

Si revisamos los versículos anteriores, nos daremos cuenta que, al término de cada jornada de la creación, es descrita la satisfacción de Dios por lo hecho, calificándolo de algo “bueno”.

Esto nos está sugiriendo, indiscutiblemente que, hagamos el mismo acto de fe que Dios tuvo en la creación al darle vida al ser humano. Dios creó y en su acto creador, no creo nada que no fuera bueno, al contrario, todo cuando provino de Él, tiene su impronta de bondad de su misma naturaleza y divinidad, y, esta impronta está más fuertemente arraigada en la naturaleza del ser humano que le da identidad propia, pues Él lo creó como algo “muy bueno”.

La bondad y el bien son consecuencias del acto creador de Dios y están, mejor dicho y son, la esencia de la humanidad del ser humano, valga la redundancia. 

Bondad y bien están en todo lo creado y hecho por Él y especialmente en el ser humano. Esto implica que la bondad y el bien para el ser humano no es algo que adquiera o que le venga de afuera, sino que está en sí mismo en estado latente, como algo que busca y descubre; que contempla y desarrolla. Pues al encontrarse a sí mismo, encuentra a Dios en Él. Este es el salto de fe que hacemos, que la validación de nuestra bondad y bien no está lejos o fuera de nosotros mismos, sino en nuestra propia naturaleza. 

Hace poco leía un libro titulado “El filósofo y el Lobo”, un bestseller, según la crítica que se le hacía a esta obra literaria, de un joven filósofo contemporáneo, en donde presenta una visión fatalista del ser humano, y en cierta forma, desde esa visión donde se describe al ser humano como un ser despojado de toda bondad y bien, se justifica la tragedia de su existencia y el esfuerzo que éste hace para no sucumbir a su propia naturaleza destrozada. 

Innegable verdad descrita en la visión desde un humanismo fatalista si nos dedicamos seriamente a hacer un balance de la actividad humana. Encontraremos demasiados ejemplos que justifiquen tal pesimismo, e incluso llegaremos a coincidir con este autor, en su inevitable conclusión: el ser humano mientras existe va llevando en sí mismo el peso de su existencia y esto implica una lucha constante para no dejarse abatir en su tragedia.

Entonces, si así están las cosas, si la desesperanza está tan arraigada en la naturaleza del hombre y la mujer de hoy: ¿No sería preferible partir desde esta visión, ya que explica mejor la sequedad del espíritu en el que se vive hoy? (además hay un sinnúmero de intelectuales que acordarían con esta visión, puesto que mejor explica el acontecer de lo humano hoy día). 

No, no partimos desde ella por la misma razón por la cual hoy necesitamos una renovación de lo humano. Al mirarnos desde afuera, con otros ojos, con otra visión y con otro entendimiento de nuestra propia naturaleza, nos permite iniciar un proceso de transformación que va a acontecer no fuera de nosotros sino dentro de nosotros. 

Cambiar el paradigma de interpretación implica, preguntarnos como se me ve desde fuera, sin embargo esta mirada no es una mirada que se queda en lo externo, y tampoco la pregunta está dirigida a otro igual a mí. Así que el único que me puede contemplarme en mi más intima intimidad es Dios. Entonces, puedo verme a mismo como me ve Dios: en mi esencia, en mi naturaleza, en mi intimidad. 

Esta mirada no se logra sino desde la fe, dese la confianza en un acto creador que constituyo la bondad como característica definitoria de la esencialidad de lo creado y más en la naturaleza humana. Es contemplación que parte de la fe que, pero no se queda atrapada en ella, sino que confronta al ser humano desde su ser a su quehacer y lo lleva a una valoración ética de su coherencia y conexión entre su ser y su hacer (confrontación existencial y trascendental). 

Es ver si lo que hacemos expresa lo que somos, y lo que somos sólo lo comprendemos si encontramos a Dios en la intimidad de nuestros ser ya que quien nos da identidad es Él. Una identidad que no se queda restringida a la inmanencia de lo mundano sino que se abre como un a flor a la trascendencia de la eternidad: Pues lo que somos, los seremos aún más y mejor, en la eternidad que ya es parte de nuestra propia existencia.

No renunciamos en ningún modo al arduo trabajo de encontrarnos a nosotros mismos. Sin embargo es necesario que demos un salto de “fe”, un salto que nos llevará a asumir nuestra propia naturaleza en su esencialidad y en su pertenencia a Dios, pertenencia que es libertad, voluntad y libre albedrío. Precisamente donde más se manifiesta el acto de fe que Dios mismo hace al creer en nosotros y en nuestra posibilidad interior y espiritual. Esto quiere decir, que Dios cree en nuestra humanidad más de lo que nosotros mismos creemos en ella. Y al no creer no la hemos descubierto en toda su amplitud y no la hemos expandido en todo su alcance. 


Hagamos juntos un primer ejercicio de meditación y reflexión. Preguntemos cuán conscientes estamos de nuestra propia bondad, cuánto se manifiesta en nuestro quehacer, qué la dificulta, qué la limita, qué la detiene. Y preguntemos también cuán difícil resulta creer en la misma bondad natural del otro, de aquel que no soy yo. 

Mientras vas haciendo este ejercicio, no dejes de repetir, como un eco de tu propia consciencia: Y vio Dios que cuanto había hecho era “muy bueno”. Esta será la puerta de entrada que permitirá adentrar al intelecto a lo profundo de la propia humanidad. Más allá de la tragedia personal o colectiva. 

La Biblia nos ofrece una entrada magnifica, mística si se quiere, para comprendernos a nosotros mismos, para encontrarnos, en nuestro ser, en nuestra esencia, en nuestra intimidad espíritu-corporal. 

La pregunta por el ser humano, ha sido una constante en la historia, y más que la pregunta las respuestas dadas, puesto que en cada época y en cada tiempo, el ser humano, ha necesitado reencontrarse a sí mismo en medio de la amplitud de lo que lo rodea, ya que es el único ser que necesita sentido de existencia, propósito de vida, proyección en el tiempo y trascendencia de este. 

Se dice, según una investigación reciente que sólo el 10 por ciento de la humanidad se ha alguna vez formulado esta pregunta por su esencia y naturaleza a lo largo de su vida, sin embargo, ¡cuánta falta hace la respuesta!

Hay una respuesta que comienza con un “Y vio Dios que era muy bueno”.

Amado Señor y Maestro

Oraciones escritas por nuestros lectores, 
en ocasión al X Aniversario de la Revista Lazos de Fe y,
el Concurso de Oraciones Inéditas promocionado para dicha celebración.

Amado Señor y Maestro...

...Jesús misericordioso, humildemente imploro tu amorosa misericordia para que me ayudes a sanar mi pasado, de forma que viva el presente libre de culpas y remordimientos, de odios y deseos de venganza. Porque tuyo es el reino, el Poder y la gloria por siempre Señor.

Señor mío y Dios mío;
Jesús en ti confío.

Amado Señor y Maestro, Jesús misericordioso, humildemente imploro tu amorosa bondad, para que me ayudes a vivir el presente plenamente, en gratitud a nuestro Padre del cielo y en permanente actitud de amor para con mis semejantes, construyendo en cada momento y lugar el Reino de Dios. Porque tuyo es el reino, el Poder y la gloria por siempre Señor. 

Amado Señor y Maestro, Jesús misericordioso, humildemente imploro tu amorosa y sabia providencia, para que en todo acontecimiento y necesidad futura, sean tu amor, tu generosidad y tu sabiduría, las que se manifiesten, alejando de mi mente y mi corazón toda angustia por el futuro. Porque tuyo es el reino, el Poder y la gloria por siempre Señor. 

Amado Señor y Maestro, Jesús misericordioso, humildemente imploro me des fuerza y sencillez, para perdonar a todos aquellos que siento me han ofendido en algún momento de la vida, para de la misma forma merecer el perdón de nuestro Padre eterno. Porque tuyo es el reino, el Poder y la gloria por siempre Señor. 

Amado Señor y Maestro, Jesús misericordioso, humildemente imploro me transmitas tu infinita, incondicional y amorosa capacidad de servicio, para en nombre de Dios, servir a todo el que, estando a mi lado lo necesite, construyendo así el reino de Dios en la tierra día a día. Porque tuyo es el reino, el Poder y la gloria por siempre Señor. 

Amén.

Alexandra Rodríguez Sánchez 
Bogotá. Colombia

jueves, 14 de diciembre de 2017

A Dios Padre

Oraciones escritas por nuestros lectores, 
en ocasión al X Aniversario de la Revista Lazos de Fe y,
el Concurso de Oraciones Inéditas promocionado para dicha celebración.

Oración a Dios Padre

Padre mío te doy gracias porque has visto a tu niña y no has visto su pequeñez y su imperfección; gracias porque has sido muy bueno conmigo. 

Padre mío estuve mucho tiempo lejos de Ti prefería vivir en el mundo y sus cosas, pensaba que mi felicidad iba a estar ahí, ahora me doy cuenta que la felicidad auténtica sólo está a tu lado; te agradezco por ayudarme a comprender que si te tengo a Ti, ¡lo tengo todo! 

Padre mío me tarde mucho para ir a tu encuentro, yo permití vivir lejos de Ti, estar en un estado de desagrado a Ti, pero eres tan bueno que nunca me has dejado de buscar a pesar de que yo me había olvidado de Ti; pero a pesar de que, yo me había olvidado de Ti, me buscaste de muchas maneras hasta que fui dócil a tu llamado y te escuche: ¡Encontré la felicidad q tanto anhelaba! ¡Te encontré a Ti! 

Padre mío te agradezco porque poco a poco me estás ayudando a vivir en Ti. El ser imperfecto y pequeño se va formando en Ti; aún falta mucho pero voy caminando a tu lado.

Te doy gracias Padre mío por las luchas en las cuales me permites vivir porque, es a través de ellas, como he mejorado para Ti. Te doy gracias porque con ellas me estas ayudando a ser una guerrera de Cristo, una guerrera que está dispuesta a sufrir por amor a Ti; que está dispuesta a entregarse a Ti; a entregar mi vida a Ti. 

Cada lucha que me has permitido vivir, es una lucha llena de amor ya que todo te lo he entregado a Ti. 

En esos momentos difíciles es cuando he visto tu presencia, tu misericordia, tu amor...

Gracias Padre mío por manifestar tu amor por medio de tu hijo Jesucristo ya que Él es mi Todo. Y se que, si yo me esfuerzo por ser agradable a Ti mi Jesús, vivirás en mí. 

¡Gracias Padre! por permitir que Él se entregue a nosotros en cada Eucaristía; sé que Él lo hace por amor. 

Mi Jesús es tan bueno y sé Padre mío q Tú estás en Él y, el amor que me manifiesta Él es amor tuyo, el amor que procede de Ti. 

Padre mío me manifiestas tu amor con todo lo que hay a mi alrededor: con mi familia, con mi hijo, con la naturaleza, con el sol, con las personas que me conducen a Ti; con mis amigos, con todo lo que me permites vivir. 

Padre mío gracias por ayudarme a comprender que mi vida es vida si la vivo a tu lado. 

Padre mío tal vez es poco lo que te puedo entregar, pero lo poco que hago te lo entregó con todo mi corazón. 

Padre mío las palabras para agradecerte todo lo bueno que eres conmigo, todas son pequeñas y con estas palabras no puedo expresar todo lo que eres para mí y lo que te quiero agradecer; es por eso que me esforzaré para vivir en Ti, para que no sean sólo palabras sino que sean los hechos los que hablen por mí. 

¡Gracias Padre mío por escucharme! te amo mi Señor. 

Amén

Alejandra Carrillo
Calvillo, México


Dios no ha perdido la Esperanza en la humanidad

Estamos a tiempo de rectificar el camino. 

Dios no ha perdido la Esperanza en la humanidad:


miércoles, 13 de diciembre de 2017

¡Oh Capitán! ¡Mi Capitán!

¡Oh capitán! ¡Mi capitán! 
Nuestro espantoso viaje ha terminado.
La nave ha salvado todos los escollos, hemos ganado el anhelado premio.
Próximo está el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo entero que te aclama,
Siguiendo con sus miradas la poderosa nave, la audaz y soberbia nave;
más ¡ay! ¡oh corazón! ¡mi corazón! ¡mi corazón!
No ves las rojas gotas que caen lentamente,
allí, en el puente, donde mi capitán
yace extendido, helado y muerto.

¡Oh capitán! ¡Mi capitán! 
Levántate para escuchar las campanas.
Levántate. Es por ti que izan las banderas. 
Es por ti que suenan los clarines.
Son para ti estos búcaros, y esas coronas adornadas.
Es por ti que en las playas hormiguean las multitudes,
Es hacia ti que se alzan sus clamores, que vuelven sus almas y sus rostros ardientes.
¡Ven capitán! ¡Querido padre!
¡Deja pasar mi brazo bajo tu cabeza!
Debe ser sin duda un sueño que yazgas sobre el puente.
Extendido, helado y muerto.

Mi capitán no contesta, sus labios siguen pálidos e inmóviles,
Mi padre no siente el calor de mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
la nave, sana y salva, ha arrojado el ancla, su travesía ha concluido.
¡La vencedora nave entra en el puerto, de vuelta de su espantoso viaje!
¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad, campanas!
Mientras yo con dolorosos pasos
Recorro el puente donde mi capitán
yace extendido, helado y muerto.


Paul Whitman


lunes, 11 de diciembre de 2017

Tuyo Soy

Tuyo soy, mío eres, no porque te posea o me poseas sino porque te pertenezco y me perteneces.

En el amor, mi alma se fusiona en ti, y mi vida se convierte en expresión de tu amor, que ama sin condiciones; que ama lo imposible y se manifiesta en lo improbable. 

Tuyo soy, Jesús, y mío es tu Amor, si así Tú lo quieres y lo anhelas; como yo lo ansío y lo deseo.

No dejes que me aparte nunca de ti.

Que tú seas el todo de mi ser, el destino de mis pasos, el anhelo de mi corazón y la fuerza que me invita a vivir a plenitud desde ya la eternidad.

Tu amor trasciende el tiempo y se vuelve eternidad

En tu Amor, Jesús, no hay tiempo que determine ni condicione la fusión de las almas; así, la trascendencia es la posesión más preciada del del espíritu que hace volar al alma a la consumación de su existencia que está en ti y sólo en ti. 

En el amor, tu amor,  vivo ya en la eternidad, junto a ti”.


viernes, 8 de diciembre de 2017

Bendita sea tu Pureza

Esta oración atractiva por su ternura, encantadora por la suavidad con la que pareciera rosar el rostro Virginal de la siempre María, Madre del Señor que en su primera estrofa ya canta la Inmaculada naturaleza humana de la Dulce Muchacha de Nazaret, no se tiene claro quien la compuso y en qué período se popularizo.

Sin embargo es una de las oraciones más conocidas sobre todo en el mundo de habla castellana. Algunos autores remiten la oración a los primeros siglos, donde ya la Virgen Madre era venerada con especial cariño. Otros ubican esta oración en la época del renacimiento –S.XV-XVI-  Decima escrita por autor desconocido.

Sea tan antigua como la admiración de los cristianos a María o más reciente, a la etapa de la transición entre la Edad Media y la Edad Moderna,  lo que si es cierto es que sin recurrir a frases extremadamente elaboradas, la oración canta con amor, la súplica de protección maternal a la Dulce Muchacha de Nazaret que todo hijo anhela.

¡Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea¡

 La pureza es virtud eminentemente positiva que hace grata a Dios a la persona que la vive. Es la virtud de la belleza, de la blancura del alma. Eleva al hombre hacia las cosas divinas. Espiritualiza y engrandece. Estos dos versos son una alabanza a María. Concebida sin mancha, siempre fue pura y limpia más que el sol (…) Nadie como Ella vivió —ni vivirá— con tanta delicadeza la pureza, como ella.

“(María)… Nace como los querubines, aquella que es de una arcilla pura e inmaculada”


Theoteknos de Livias (Obispo de Palestina - 550-650)