jueves, 30 de septiembre de 2021

Al Oído

Oración de la noche y al final de cada mes

Este día ya fenece y en su ocaso llega a término un ciclo de este peregrinar, un mes se va, y ahora venida la hora de la noche, en tu presencia examino mi conciencia, Padre.

Muchas cosas en tu nombre me propuse fueran hechas, otras ni si quiera en ti fueron planeadas, tan sólo realizadas; y en este justo instante, mi deseo es darte gracias, Dios Bueno, porque nada de lo que aconteció, sucedió sin el consentir de tu amoroso corazón.

En lo bueno, mi Señor, veo cómo tu rostro tierno y gentil me has mostrado, siendo ocasión que mantiene viva mi alegría en ti; y en lo que no lo fue tanto, lo acepto con un humildad y también lo agradezco, pues de ti aprendo a perseverar sin perder el aliento.

Mi vida mueve en tu Espíritu, Señor, para que sea yo de tu amor más decido, en tu bondad más comprometido y por tu misericordia más desprendido; que cada día que me des sea testimonio de tu viva presencia y a todos lleve la esperanza de tus divinos consuelos.

Y ahora, en este orar que brota de mi corazón, guardo silencio, susúrrame al oído Señor, dime lo que necesito escuchar, para despertar en tu gracia redimido y en tu amor fortalecido.
Amén

Yerko Reyes Benavides

30 Razones para Ir a Misa

"Como busca la cierva corrientes de agua, 
así mi alma te busca, Dios mío" 
(Sal 41,2)

Estas razones que ahora presentamos en una sola lista, han sido el resultado de un enriquecedor compartir. En ellas no hay teología, ni dogmática, no son el resultado de un análisis doctrinal, y aunque no carecen de estos elementos, han tenido su lugar en la vivencia de quienes las han presentado para realizar este ejercicio de amor y de fe en la Eucaristía.

Así pues, son pura experiencia espiritual, de sentir a Dios en el corazón y la necesidad de buscarlo en la santa Misa, que conmemora la presencia viva y sacramental del Dios-con-nosotros.

Ahora teniéndolas todas reunidas podemos hacer un recorrido que inspire la búsqueda de Dios en la Fracción del Pan e insistir sin desanimo, pues no nos faltara razón para presurosos ir al Encuentro del Amado, en un Pedacito de Pan, tesoro invaluable que se nos da sin costo de nuestra parte.


Una a una, las treinta razones:
1. Voy al cielo sin dejar la tierra.
2. Para ser amado con Eterno Amor.
3. Mis ojos pueden ver la Gloria de Dios.
4. Es mi cita especial de Amor de verdad.
5. Él me llama con ternura y me lleva con suavidad.

 "Hay cosas que sólo en y desde el amor tienen propósito, intención y proyección. Mi razón, la mayor y más importante para estar en tu presencia, Señor"

6. Para hacer de mi vida una ofrenda de amor.
7. Nutrir mi alma, alimentar mi corazón.
8. Escuchar atento, su Palabra de Amor para mí.
9. Recibir en santa comunión el Pan de Cielo.
10. Para ser mirado con ternura y en Amor.
"La fe me mueve, tu gracia me sostiene, pero tu amor lo es todo para mi"
11. Entrar por un instante al cielo y recibir la eternidad en un pedacito de pan.
12. Pedir perdón y encontrar reconciliación.
13. Para encontrar en el Altar de su Amor calma en mi tempestad.
14. Para poner en las manos de Dios todo lo que vivo.
15. Para recordar cada vez cuánto me sigue amando Dios.

 "Es tu bendición mi tesoro y tu paz mi compañía,y la busco cada día con ahínco"

16. Para poner el altar del Señor mi necesidad de su Amor.
17. Para recibir gracia y sanación.
18. Para recibir la caricia tierna y suave de su amor en mi corazón.
19. Para amar y ser amado con Amor Incondicional.
20. Para acrecentar mi fe y en su entrega renovar mis fuerzas.
No hay comida en esta tierra que pueda satisfacer mi alma y llenar mi corazón, sino el Pan bajado del Cielo que recibo en cada Eucaristía.
21. Para resguardar mi corazón en su Misericordia.
22. Para recibir la prenda de mi salvación.
23. Para abrazar la Misericordia del Padre junto a mis hermanos.
24. Para celebrar la fiesta de la reconciliación y del verdadero amor.
25. Para presentar a Dios mis necesidades y escuchar su Palabra de Consuelo.
"No hay mayor razón que el amor de Dios".
26. Para recibir cada día su paz y bendición.
27. Para recibir el pan que me da vida en abundancia.
28. Por amor, para amar y ser amado.
29. Para acrecentar en mí su gracia y renovar mi fe.
30. Porque quiero, porque puedo y porque su amor me hace falta.


Gracias a todos los que colaborar con su razón personal e íntima para que ahora, a ninguno nos falte una razón para ir en la búsqueda del Señor en la Eucaristía.

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Tu Obra

Una Oración dedicada a todos los consagrados, 
sacerdotes, religiosos y religiosas.


Te siento, Señor,
rondando en mi interior,
¿Qué andas buscando?
Me quedo sorprendido
a la hora en que estoy convencido
de todo habértelo dado.

Miro adentro,
tomo una pausa y en calma
reviso el equipaje
de mis recuerdos su bagaje,
repaso una vez más:
nada ha quedado,
todo te lo he dado.

Alma y mente a ti he consagrado
pensamientos y corazón
te he entregado
los sentimientos que avivo
y los sueños que consiento
mi búsqueda, mi camino
y también mi destino.

Todo de mi está siendo para ti,
y aun insistes en venir,
no me dejas partir,
como a la niña de tus ojos
velas de mi con arrojo

No estás buscando
estás de mi cuidado,
custodiando lo que hay de mí en ti,
protegiendo lo que hay de ti en mí,
la obra buena de tu amor
que conmigo has emprendido.
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 28 de septiembre de 2021

Todo en Ti

Deja que te piense,
despierto está en mi mente
el anhelo de querer verte,
cerrar los ojos
que distraen la atención
y encontrarte presente
muy íntimo en mi interior.

Deja que te imagine,
que vuelen mis pensamientos
y toquen las puertas de los cielos;
pinceles de mi entendimiento
que en el lienzo de mi corazón,
tracen los colores de tus amores,
las memorias de tus pasiones.

Deja que te extrañe,
que al no encontrarte,
mi espíritu se sobresalte:
me levante
y una vez más emprenda el camino,
que ponga en los senderos de tu amor
los pasos de mi corazón.

Deja que te quiera,
que queriendo quererte
renazca intenso el deseo de tenerte,
abrazarte, amarte;
abrigarte por completo en mí,
darme por entero a ti,
ser todo en ti
y Tú, seas para todos en mí.
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 27 de septiembre de 2021

Amores

Señor Jesucristo, pródiga es tu clemencia, grande es tu magnificencia, el sol que fulgura a la distancia me abrasa al despertar: un día que en tu amor me das.

¡Qué bueno eres, Señor!

¡Tus bondades nos desbordas!

Nos das vida en tu vida; ternura y compasión, los dones de tu corazón.

Clamo y escuchas mi voz, me concedes el ímpetu de lo alto, que convierte el peregrinar de cada día, en una alabanza que exultante cante los gozos de tus amores.

Convierte, Buen Señor, esta pasión que profeso, en un amor universal, tan grande, tan excelso, tan sublime como el tuyo.

Que te ame, Amado, en los que amas, y así, me amarás, en los que también te aman.
Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 24 de septiembre de 2021

Acércate

Madre, de mi corazón,
hermosa flor,
que en voto presento a Dios;
en tus gracias encuentro el don
para ofrecerme, como tú, en oblación
y hacer del Amado mi mayor razón.

El dulce aroma de tu encanto
perfuma la ofrenda de mi canto,
oración que elevo al cielo
confiado sea por ti recogida
y de tu favor al Dios eterno concedida.

Te llevo en mi pecho,
intenso late el deseo,
mi alma suspira el anhelo
de tus tiernas caricias,
impregnarme en las delicias
de tus maternales amores.

Son consuelo en la penuria
abundancia en la miseria,
certeza en la camino
confianza en el peligro,
seguridad en la dificultad
fortaleza en la debilidad.

Acércate, Virgen María,
suave y sutil, Madre mía,
cobíjame en tu regazo,
recíbeme entre tus brazos
y no me sueltes
hasta que contigo me presente,
siendo ofrenda que a Dios cautive.
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 23 de septiembre de 2021

Día a Día

Jesús, mi Señor y buen amigo, te ofrezco al despertar el primer pensamiento que pasa por mi mente y del corazón todo mi amor.

Al abrir los ojos estoy consciente que un día de afanes me espera, con sus alegrías y sus penas; mas si Tú estás conmigo, no habrá nada que no pueda alcanzar que no sea de tu bondad, tu santa Voluntad.

Que mi amor colinde con tu amor y se la expresión más cercana de tu divina presencia, haciendo vida en mi alma, mente y corazón.

Sean en este día mis palabras, esperanza; mis sentimientos, compasión y mis obras bendición; todo en tu nombre, todo en tu amor.

Dame, mi bien Amado, la templanza y además la persistencia, para realizar hoy y día a día, las obras de tu indulgencia.
Amén

Yerko Reyes Benavides

Amando como el Padre

Técnica de Lectura Espiritual de la Palabra de Dios,
en 3 pasos.


Cada texto del Evangelio cuenta una historia, abarca una vivencia o experiencia en la vida del Señor, trasmite un acontecimiento importante que va acompañado, de una enseñanza central y centrante.

Hay textos en los cuales los escritores sagrados no se enfocan en una única enseñanza, y por tanto, por más esfuerzo que se haga al darles una continuidad, una secuencia o un orden por capítulos y versículos, terminan no encajando en el conjunto, mas si en el contexto.

Así pues, al contextualizarlos, como pasa, por ejemplo, con el capítulo 15 del Evangelio de San Juan al que se le denomina “Discurso de Despedida de Jesús” al que también se le da el nombre de “Testamento Espiritual”, lo que provoca es un bosque frondoso, de gran y extraordinaria belleza al cual contemplar. Un árbol frondosamente hermoso que descubrir dentro de un campo abierto para explorar.
Tengamos en cuenta, antes de proseguir, que los autores sagrados no escribieron en capítulos y versículos. Además, pasó en muchos escritos bíblicos, al descubrir sus originales, que ni siquiera tenían títulos; sólo el relato de lo que se quería trasmitir en forma escrita.
La mejor manera para hacer lectura de los textos bíblicos es olvidarnos de sus adhesiones (títulos, subtítulos, divisiones en capítulos y versículos) que son tan sólo una herramienta para movernos dentro de la biblioteca que es la Biblia y dejarnos atrapar y perdernos en las praderas de los relatos que contiene, que es Palabra de Dios.

Así pues, luego de este preámbulo, en el que se presenta de forma sucinta la técnica de lectura espiritual, que es la propuesta específica de este escrito, más que la interpretación del texto sagrado, aprovechamos el texto de la cita del Evangelio de San Juan para desarrollarla a continuación.

Una última consideración, antes de proseguir: no te quedes tanto en la interpretación del texto que se va presentando, sino con la técnica se está utilizando, que va a ser de utilidad para tu propia lectura espiritual.

1. Lectura corrida y relectura pausada de todo el texto en consideración.
El ejemplo que vamos a considerar en este ejercicio: Evangelio según san Juan capítulos 15 y 16
2. Abordar en la meditación cada párrafo del texto como un texto autónomo que amerita su propia interpretación.
Hemos de tener presente en este paso del ejercicio que si bien no necesitamos ser expertos biblistas para hacer una interpretación de la Palabra de Dios, si ameritamos valernos de recursos que ayuden en el proceso (la más básica y útil: los pie de página que nos proporciona la misma Biblia).

a. “Como el Padre me ha amado, así los he amado yo; permanezcan en mi amor”

El mandamiento nuevo de Jesús, no es una remix de las tablas de la Ley, sino una relectura bien pesada, bien entendida, bien profunda, basada y sustentada en la propia la relación de Cristo con el Padre, y tendrá su valor determinante, puesto que derogará la antigua ley, escrita en aquellas tablas, para ubicarla en una relación consciente, determinada y decidida –novedad- del hombre con Dios.

El amor entonces, no será una orden, una ley, una norma, sino una relación. Y esa relación nacerá del vínculo entre Dios y el hombre. Puerta que no toca, ni abre el hombre, sino Dios, para que el ser humano entre, por propia cuanta las veces que quiera, y también salga, de la habitación del amor de Dios, las veces que necesite.
El que no sabe amar, el amor lo ahoga, lo agota y algunas veces lo amarra. Y nadie que se sienta obligado a amar, amara de verdad; ni tampoco progresara ni se perfeccionará en el amor que se da y recibe.
Cuando Cristo Jesús, invita a los discípulos a amárese, él mismo es consiente, que la medida del amor no puede estar en ellos, ni en su condición, ni en sus capacidades. El Amor verdadero tendrá que ser un desafío, un reto, un camino, un llamado, un destino, una menta una llegada. Todo eso y más al mismo tiempo.

Por tanto, el nuevo mandamiento, el que sustituye al anterior, no puede ser una orden. No funcionó para el pueblo de Israel, no le dio resultados, puesto que como norma y como obligación, el hombre que siempre busca la emancipación, y del también del amor querrá liberarse cuando este es una imposición.

Entonces inteligentemente el Maestro, en vez de imponer una norma, apela a un vínculo:

b. “Permanezcan en mi amor”

Es decir, ser fieles a la relación que nos ha unido, el lazo que nos ha hecho estar juntos más allá de las dificultades encontradas en el camino, incluso más allá de las desavenencias que hayamos podido tener en la convivencia.

Es eso que está incluso por encima de las expectativas propias; pues aunque ustedes buscaban y querían una cosa, han recibido otra, y aun así siguen acá.

Es en relación de unión y de comunión lo que va a constituir la base y el sustento y a darle el piso seguro a la vivencia más comprometida de algo, que todavía es mucho más que una norma o una ley: El amor incondicional, total y trascendente.

El amor que el Padre en el Hijo concede; el amor que el Hijo en el Padre da, al hacernos y constituirnos hermanos y más que eso en sus amigos.
Paréntesis explicativo: Hemos de hacer notar que el escritor sagrado se ha convertido en un delicado sastre, que ha ido dando hilvanando fino para configurar un traje exquisitamente refinado.

Ya dio la primera puntada: sentó las bases del amor verdadero, dónde está, en quién se encuentra, quién lo concede y quién será por siempre el referente del Amor: Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo).

Ahora Juan, en la segunda punta, luego que Jesús a los discípulos les dice que el amor con el que ama él mismo, es el amor que nace, tiene su origen y su culmen en el Padre, entonces les ordena, no como una imposición, sino como el que basado en el que sabe –sabiduría invita de su propio amor- demarca el camino para que el amado no se equivoque ni dilate por más tiempo amar y ser amado.
El mandamiento de Dios es, por así decirlo, y utilizando la imagen de los enamorados, más que una orden, una conquista, donde Dios se coquetea con la humanidad, se viste y reviste de sus mejores galas, para dar gusto, para despertar el agrado, para enamorar, de tal forma que el amor, el verdadero amor que nazca no venga de una imposición sino de un enamoramiento.

c. "Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he hablado de esto para que mi alegría esté en ustedes, y su alegría llegue a plenitud".

Acá Juan no argumenta desde los escrúpulos, ni tampoco desde la manipulación. Jesús no quiere a su lado gente resignada, ni tampoco frustrada, ni a personas vencidas en el arte amar; al contrario, Jesús entiende que sólo habrá un amor redentor cuando este salga de los predios humanos y se eleve a los divinos.

Sólo cuando amamos desde Dios nuestro amor será más de lo que nadie espera, más de lo que alguno merezca, y como el amor no se merece, sino que se conquista, entonces el estándar del amor estará más allá de lo que muchas veces constituye el amor humano, que decepciona por ser pequeño, limitado, interesado, ególatra, y muchas veces mezquino, condicionado y condicionante.

El nivel del amor fue elevado, llevado a la grandeza, ni más ni menos.
“No te conformes con cualquier amor, no todo lo que se dice ser amor lo es en verdad, no todo el que dice amar, ama de verdad o tiene idea de lo que el amor es”. “Puedes y tienes el derecho de decirle No a un amor que no es el que te dignifique, que te eleve, que te perfeccione y te tome de la mano a la trascendencia”.
Una amor así sólo puede ser dado y recibido si está cargado, inundado, invadido en el Amor de Cristo que, es el Amor Divino.

Y ahora sí:

d. “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado”…

3. Interconecta los párrafos autónomos y llegar a una compresión del conjunto del texto y de lo que Dios a través de él está en ti llamando a cambiar, transformar, asumir y vivir.
El resto te lo dejo a tu meditación, ya te he dado, humildemente, la herramienta para que hagas tu interpretación y llegues a tus conclusiones personales.

Nota final:

Procura aplicar esta técnica y se consecuente y perseverante. Las cosas a la primera no salen, a no ser que sea un golpe de suerte. La perseverancia y la insistencia hacen al maestro.

Otra cosa, a propósito del texto del Evangelio, por más líneas que gasten escribiendo para explicártelo todo, sólo será tuya la decisión de arriesgarte a vivir según el mandamiento del Amor de Cristo Jesús.

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Refulgencia

Señor Jesús, inicia el día; despertar y no agradecerte es dejar de lado que la vida es un don, bondad que Tú nos das, ofrenda de tu divinidad.

Permíteme Señor, ser ante todo donación, entregar pródigamente tu ternura y compasión, hacerla latir en el corazón de los que caminan conmigo y miran al cielo buscando un signo de tus manos.

Hoy quiero en todo ser armonía y paz; sosiego y calma en la vida de aquellos que buscan entre el agobio de lo cotidiano el rostro del amado.

Algunas veces, también yo me disipo entre los quehaceres; las dificultades me hacen perder la calma. Afano y me agoto en lo pasajero; hoy, en tu amor será diferente; Tú serás, Señor, la divergencia, que convierta este bregar en diferencia.

Acompáñame desde el amanecer y quédate conmigo el día entero, y del santo Espíritu colma mi alma hasta que rebose y así mi vida toda será refulgencia de tu amor en mí.
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 21 de septiembre de 2021

Saludo

Buenos días mi Amado,
mi bien, mi todo, mi encanto;
mi buen Señor,
te saludo con amor.

Saludarte, no es un decir por decir,
es la expresión del sentir,
con el que a ti acude en la alborada,
de su amanecer, mi alma enamorada.

Te entrego Señor
en el saludo sencillo y sincero
mi corazón, mente y también mi cuerpo;
todo lo que soy es para ti,
y así, realices en mí,
en este día que te ofrendo,
la obra de tu bondad y de tu amor.

Mantenme cerca de tu corazón,
pues con el latir de tu pecho
guiando mi entrega y mi empeño,
todo hoy será una ocasión
de gracia y bendición.

Dame Señor el arrojo
de hacerte presente
en cada lugar y en todo momento,
para que este saludarte
sea el primer instante
de tu ternura, y mi amor por ti.
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 19 de septiembre de 2021

Cada Día

Amanece y en el suspirar de un anhelo, anochece.

Me desgasto en lo cotidiano, y no es que no sea importante, pues mi empeño es eminente, darle vida a la vida que deseo.

¿En qué momento pasó, y el día terminó?

¡Qué fugaz se hace el tiempo!

Pero no, no Señor, no es lo que me cuestiona, ni mi conciencia me reprocha: en el abrir y cerrar de tus ojos, la vida que me empeño pasa y se acaba.

Propicia Señor en mí, la humildad que necesito para apreciar si el don hermoso de vivir, no lo estoy prodigando en lo vano y lo fútil.

Ayúdame, Santo Espíritu a discernir el mejor vivir, Tú que moras en mí y de mi corazón has hecho tu casa; y si lo amerita en tu gracia corregir.

Permite, Amado Señor, que en cada día haya en mí, la determinada decisión de hacer en todo y antes que nada la obra de tu amor; y así, la vida que me das destile en la eternidad el aroma de tu bondad.
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 16 de septiembre de 2021

Tómame

Señor Jesucristo, estás al comienzo de todo, iniciando cada obra buena, que es acogida y consentida el corazón que se entrega a tu divina presencia.

Mueves nuestras vidas, la llevas en dirección al prójimo para ser en él, ocasión de tu bondad, sobre todo, en los más pequeños, los vulnerados, los olvidados y también los que han sido despreciados de la sociedad.

Al despertar, desde el instante que el día en mí comienza, pongo a tu disposición cuanto tengo, vivo, siento y soy, tómame, Señor.

Llevar la cruz no es sacrificio, porque la tuya me precede, me muestras el sendero, camino certero, alegría del alma mía, vas delante, tu amor es mi destino.

Toma mi mano y guía mis pasos, dispuesta está mi corazón a realizar, en este día que me das, tu santa Voluntad.
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Consagración en la Mañana

Mi amado Jesús, te saludo al comienzo de este día y me encomiendo a tu santa Voluntad: haz de mí, Señor, según tu Corazón.

Comienza un nuevo día, y todo podría parecer igual, lo de siempre, nada diferente; sólo en ti lo que es rutina se vuelve sorprendente, pues de lo cotidiano, por tu nombre, se convierte en ocasión para la salvación, si lo he de ofrecer por mi conversión, la de cada uno de mis amados y la de todos mis hermanos.

Así que busco en todo momento tu presencia, contemplar tu rostro, el que me salva. En tu pecho quiero discernir, en tu mirar decidir para vivir en tu gracia; la misma que me das para que en todo haga lo que a Abbá agrada: bien, misericordia y compasión.

Señor Jesús, tu Santo Espíritu dame, que no falten en mi sus dones: Sabiduría, Inteligencia y Ciencia; Fortaleza, Temor y Piedad, y así poder siempre elegir el camino que a ti me lleve, viviendo en alegría el Evangelio que me diste: Buena Noticia de Redención, que liberta mi corazón y hace que todo lo que viva sea para la Gloria de Dios.

Amén

Yerko Reyes Benavides 

De pie estaba la Madre

Stabat Mater es una secuencia o (gregoriano) atribuido al franciscano Jocopone da Toro (algunos autores menciones al Papa Inocencio III como coautor)

Se la data esta composición hacia el siglo XIII. Comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa que traduce: "De pie la Madre sufriendo".

Como plegaria, medita sobre el sufrimiento de María, la madre de Jesús, durante la crucifixión de su hijo y, también es una oración, en la que nos incorporáramos sintiendo su intenso y profundo dolor.

Un momento espiritual de gran valor y riqueza que hemos de aprovechar, en la contemplación del dolor como oblación de nuestra parte al Señor.

Yerko Reyes Benavides


STABAT MATER -DOLOROSA-
Estaba la Madre Dolorosa
- Himno - Secuencia del Siglo XIII
1. Estaba la Madre dolorosa,
llorando junto a la Cruz,
de la que pendía su Hijo.

2. Su alma quejumbrosa,
apésadumbrada y gimiente,
atravesada por una espalda.

3. ¡Qué triste y afligida,
estaba la bendita Madre
del Hijo unigénito!

4. Se lamentaba y afligía
y temblaba viendo sufrir
a su Divino Hijo.

5. ¿Qué hombre no lloraría
viendo a la Madre de Cristo
en tan gran suplicio?

6. ¿Quién no se entristecería,
al contemplar a la querida Madre,
sufriendo con su Hijo?

7. Por los pecados de su pueblo,
vio a Jesús en el tormento,
y sometido a azotes.

8. Ella vio a su dulce Hijo
entregar el espirítu
y morir desamparado.

9. ¡Madre, fuente de amor,
hazme sentir todo tu dolor
para que llore contigo!

10. Haz que arda mi corazón
en el amor a Cristo Señor,
para que así le complazca.

11. ¡Santa María, hazlo así!,
Graba las heridas del Cruficicado
profundamente en mi corazón.

12. Comparte conmigo las penas
de tu Hijo querido, que se ha dignado
a sufrir la pasión por mi.

13. Haz que llore contigo,
que sufra con el Crucificado
mientras viva.

14. Deseo permanecer contigo,
cerca de la Cruz,
y compartir tu dolor.

15. Virgen excelsa entre las virgines,
no seas amarga conmigo,
haz que contigo me lamente.

16. Haz que soporte la muerte de Cristo,
haz que comparta Su pasión
y contemple Sus heridas.

17. Haz que sus heridas me hieran,
embriagadas por esta Cruz,
y por el amor de tu Hijo.

18. Inflamado y ardiendo,
que sea por ti defendido, oh Virgen,
en el día del Juicio.

19. Haz que sea protegido por la Cruz,
fortificado por la muerte de Cristo,
fortalecido por la gracia.

20. Cuando muera mi cuerpo,
haz que se conceda a mi alma
la gloria del paraíso.

Amén

viernes, 10 de septiembre de 2021

Contigo

Tú nos conoces Señor, sabes todo, conoces los secretos de nuestra alma, los anhelos de nuestros pensamientos y los sentimientos de nuestro corazón.

Y aun al tanto de nuestros suspiros, atento te mantienes cuando a ti vamos y en oración de buscamos.

Acompáñanos en todo, quédate a nuestro lado: cuando nos vemos exaltados o en el día agitados, pues eres tú nuestro celestial descanso.

Contigo todo estará bien, amado Señor, y todo será para bien, si tú vas con nosotros, sostienes nuestra mano, y nos animas con amor.

Que no nos falte tu gracia en el corazón, tu bondad en el alma, y tu misericordia en nuestros labios y manos, para así ser, expresión viva de tu ternura y compasión.
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 7 de septiembre de 2021

Día en Tí

Abro mis ojos en esta mañana de gracia,
mi alma canta, Señor, cual gorrión tus alegrías
y mi espíritu, agradecido está de tu bondad.

Me das en este despertar la oportunidad
de un nuevo día para ser vivido en ti,
desde tu Corazón Sagrado
y para el amor a ti consagrado.

Ese amor que me das es tu bendición
y de mí esperas que lo dé también
como tú a mí, a mis hermanos:
fortalece mi entrega.

Consagro a ti las horas de este día,
y permite, por tu gracia,
que en cada acción de hoy
se me note que te amo.
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 5 de septiembre de 2021

Servir, Amar, Santificar

“En efecto, todos los que se dejan guiar 
por el Espíritu de Dios son hijos de Dios” 
Romanos 8,14


Amar, Servir, Santificar: con toda seguridad ya nos hemos topado con estos tres términos por separado. 

Cada uno de ellos nos habla de una virtud, cualidad, condición o capacidad. También nos remiten al ámbito del quehacer y nos refieren al proclamado y tan requerido deber ser.

Hemos escuchado, leído, estudiado, incluso conversado insistentemente sobre ellos, y de todo este bagaje en el que se intercambian conceptos y experiencias  tenemos una noción personal de lo que ellos significan.

De lo que no estoy tan seguro es, si estos tres términos, los hemos vinculado entre sí. Es decir, los hemos visto, entendido y comprendido en interrelación y dentro del contexto de la vida espiritual, ya que son ellos -juntos y en constante interacción- sus tres elementos fundantes.

¿De dónde proviene esta interrelación entre, servir, amar y santificar? De la acción del Espíritu Santo en la persona que los ha recibido, al recibirlo a Él.
“Y soplando sobre ellos les dijo: reciban al Espíritu Santo”. 
(Jn 20,22)
Don de Cristo, regalo de su bondad, compañero de camino, quien propicia el conocimiento de la Verdad.

Cuando el discípulo de Cristo habla de espiritualidad, no mira hacia fuera, buscando estratagemas, sistemas, prácticas o métodos, sino que busca en su interior, la presencia del Espíritu Santo, origen, fuente e impulsor de la vida espiritual, es decir, de una vida bajo el influjo y la gracia que es Él mismo.
“Yo les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito; pero si me voy, se los enviaré” 
(Jn 16,7)
Podremos llevar una vida religiosa formal y bien sustentada, pero sólo bajo la acción del Espíritu Santo podremos tener una vida espiritual plena: en amor, servicio y santificación.


Servir sin amar es servilismo
 y sin santificar es esclavitud.

Amar sin santificar es vanidad 
y sin servir es necedad.

Santificar sin amar es frivolidad
 y sin servir es vanagloria u orgullo individual.

Yerko Reyes Benavides
Trazos a Mano