Jesús, no tienes pies.
Toma mis pies para poner en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios.
Toma mis labios para anunciar la Buena Noticia a los pobres y oprimidos.
Jesús, no tienes medios.
Toma mis ganas para lograr que todos los hombres y mujeres sean hermanos.
Jesús, yo soy tu testigo de amor, “evangelio” que la gente puede leer si nuestras vidas son obras y palabras eficaces.
Jesús, damos musculatura moral para desarrollar nuestros talentos y hacer bien todas las cosas.
Amén.
Referencia: Boletín Lazos de Fe, Año 2, Nº1, Febrero 2007
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