viernes, 31 de mayo de 2019

Novena al Espíritu Santo

Instrucciones para realizar la Novena



Algunas personas me han consultado:¿cómo hacer una Novena al Espíritu Santo? 

Hay muchas que se pueden seguir. Por lo general toda novena está compuesta de tres elementos básicos: 
  1. Una misma oración que será la "oración de cada día", la misma todos los días de la novena. A esta se le añadirán otras oraciones diferentes cada día y el rezo del Padre nuestro, el Acto de Contrición, y el Gloria al Padre. 
  2. Para cada día se propone la Lectura de un texto bíblico. 
  3. Y por último una breve reflexión versada bien el texto bíblico o en algún tópico en consonancia con la novena que se esté realizando. 

Este es el esqueleto básico de las Novenas que se suelen realizar. 

En la Novena que proponemos en esta ocasión al Espíritu Santo, mantenemos el concepto de los tres pasos, a los que en nuestra dinámica y por razones metodológicas, hemos denominado: Momentos. 

  • Primer Momento: Lectura y Meditación de la Palabra de Dios. 
  • Segundo Momento: Oración y Contemplación.
  • Tercer Momento: Reflexión, Meditación y Compromiso.

Esta dinámica de trabajo espiritual, no nos resulta desconocida, puesto que es la que hemos utilizado en otros momentos. Es la misma dinámica de trabajo que seguimos durante el mes de mayo con las  Flores a María). 

La lectura de la Palabra será tomada del Evangelio del día. El mismo que compartimos en nuestras páginas y grupos. 

Cada día propondremos una Oración al Espíritu Santo; esta oración será "referencial" es decir, ustedes pueden tomarla como referencia para hacerla suya o como inspiración para hacer las suyas propias. 

Y, por último, el Tercer Momento, el reflexivo, ´nos detendremos cada día en uno de los Frutos del Espíritu Santo para descubrir lo que significa y representa en nuestra vida de fe que, nos ha de llevar a un compromiso que hemos de asumir para hacer presente la gracia de Dios a través de cada Fruto del Espíritu.

Que sea el mismo Espíritu Santo quien nos guíe a su encuentro, uno que sea experiencial, vívido, intenso, intimo y decisorio. 


Yerko Reyes Benavides
Editor        

Espíritu Santo. El gran desconocido

"Cuando venga el Defensor, 
el Espíritu de Verdad que procede del Padre, 
Él dará testimonio de mi" 
(Jn 15,26ss)


¿Cuánto sabes sobre el Espíritu Santo? 

Quizá algunos puedan decir “mucho”, más de lo que puedes imaginar. Otros, quizá, respondan: “lo suficiente”. Pero un gran numeró de nosotros diremos “lo básico”, “lo indispensable”. 

Si, tienes razón, ahora viene una pregunta inevitable: ¿Qué nociones se abarcan en lo básico? ¿Cuánto es el conocimiento que puede haber en “lo indispensable”? 

No es tanto, lamentablemente; en lo básico, la gran riqueza del don Divino conferido en la Presencia real del Espíritu Santo queda inoperante, desaprovechada, en última instancia sin frutos. 
“Si supieras, querido amigo, lo que has recibido, no estarías ahí, ahora, lamentándote”.
Del Espíritu Santo sabemos que es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. También que es Dios, uno junto al Padre y al Hijo. 

Al Espíritu Santo lo recibimos el día de nuestro Bautismo y ratificamos su presencia en nuestra vida en el sacramento de la Confirmación y, a la persona que lo recibe le confiere 7 dones. 

Eso vendría siendo lo básico. 

La Iglesia una vez al año celebra su fiesta. Lo hace 50 días después de la resurrección; diez días después de la Ascensión de Cristo a los cielos. Es junto con la Resurrección y la Natividad una de las tres fiestas en el Calendario litúrgico, que la Iglesia las celebra haciendo Vigilia. 

Podríamos seguir dando algunos datos adicionales que demuestre que alguna noción si tenemos sobre quién es, qué hace y cómo la iglesia celebra la presencia del Espíritu Santo. Sin embargo, sería rebuscar, y con gran esfuerzo, en un baúl que guarda muy pocas cosas. 

Te propongo hacer un rápido y sencillo ejercicio. Habrás notado que dentro de las cosas que dijimos saber sobre el Espíritu Santo está esta: Él confiere 7 dones. 

Rápido: enuméralos, sin equivocarte y sin repetirlos. 

¡Sencillo! ¿Logrado? 

Para muchos no. No es materia aprobada. 

Del Espíritu Santo Jesús nos dice: 
”De estas cosas les he hablado mientras he estado con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas, y les recordará todas las cosas que les he dicho” (Jn 14,25-26)
E insiste: 
“Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad los guiará a la Verdad plena” (Jn 16,13). 
¿Cómo hemos de llegar a la plenitud de la Verdad que a la que el Espíritu Santo nos conducirá, si él para nosotros es un “gran desconocido”? 

Estamos en el tiempo en el tiempo propicio para descubrir en nuestra propia vida la acción divina que por medio del Espíritu se puede realzar en nosotros, por nosotros y a través de nosotros. Sin embargo, la ósmosis nos es una opción para nosotros y nos toca, como en todo: pedir, buscar, y tocar (Cf Lc 11,9-13); es decir: investigar, indagar, leer, estudiar y aprender; y todo esto en un proceso que implica  más que aprenderse un catecismo. 

Aprovechemos que estamos en los días en los que la liturgia de la iglesia nos plantea la espera expectante de la efusión del Espíritu en nuestras vidas. 

Lo que nos lleva a enfatizar, y de ahí la urgencia de apretar el paso en nuestro Itinerario Espiritual, puesto que: anhelamos lo que ya tenemos; pedimos lo que ya se nos dio; aguardamos al que ya habita en nuestra alma; esperamos al que nos espera a nosotros paciente en nuestro propia existencia, ahora y aquí.  

Finalizamos este recordar lo que ya sabemos, con una frase que nos resulta del todo familiar: “Nadie ama lo que desconoce”. Y si el Espíritu Santo es del alma su más grande desconocido, poco podremos dar frutos de abundancia tal como nos lo pide Jesús. 

Por cierto, ¿Sabes cuáles son los Frutos del Espíritu Santo? 

Yerko Reyes Benavides

Nota: 

Los dones del Espíritu Santo son: 

Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Piedad, Temor de Dios, Inteligencia y Fortaleza.

Aroma Celestial en el Alma

“Aunque quedemos en silencio 
y tu nombre no pronunciemos 
tu amor siempre estará,
no nos abandonará 
porque nos guardas en tu pecho, 
que de Madre, tu corazón está hecho”

De esperanza y encanto están hechos los sueños que son los más hermosos, Madre. Y uno de los más sublimes es el que se sueña en ti, recibiendo los gozos de las promesas ya cumplidas y las alegrías del Reino de tu Hijo.

Hija de Dios eres con nosotros, pero en tu presencia ni el suave y delicado perfume de jazmines, se compara con el fino y sutil aroma que tu amor deja cuando pasas por el alma, la vida y el corazón de los que confían en tu maternal intercesión.  
No dejas quieta el alma de quien busca a Dios. Acompañas su caminar, sostienes su esfuerzo y animas su deseo, para que no desista en su empeño de un día estar en plenitud y alcanzar ya sin tristezas, penas ni temores la gloria de tu Hijo, el Amado. 
Tú sales al encuentro de todos, para que ninguno se quede sin llegar a Dios. Tú propicias la conversión del corazón y alcanzas, mediadora de bondades, el perdón del Señor, la gracia y la reconciliación. 
Aroma celestial, a flores de jazmines, claveles y rosas, impregnan los rincones más íntimos del alma que a Dios cobija en sus habitaciones. Tú Madre de ternura la dejas lista para que en ella el Amor de Dios abunde, cual fragancia celestial.  
Ayúdanos a ser perfume fino y aroma suave que grato sea a Dios. Que a nuestro paso quede la estela de bondades y amores dados que marquen el camino que nos pone delante de tu Hijo, el que nos da la vida en abundancia.
Amén

Yerko Reyes Benavides

Vida Espiritual: Aroma Celestial para el Mundo. El Jazmín

Con Flores a María,
vayamos todos a su encuentro. 

El Jazmín 

El Jazmín es un arbusto de la familia de las Oleáceas, y entre su cualidad y característica fundamental es que es una planta trepadora; por tanto, al ser de hoja perenne son ideales para cubrir troncos de árboles o pérgolas no muy altas.

El nombre de Jazmín, proviene de la palabra persa “Yasmin” que significa: “Flor Perfumada”. De ahí que el origen de este arbusto sea discutible.

Para uno esta planta es originaria de Persia, mientras tanto otros la ubican en la zona del Himalaya. Lugar desde el cual emigro para ser plantada en China, Medio Oriente, la India y de allí al mundo entero.

El Jazmín es una de las flores más elegantes del jardín. Además de su fácil cultivo, desprenden un aroma que no podrás dejar de sentir. Es increíble lo que nos puede llegar a atraer una simple flor de seis pétalos.

El color característico de su flor es el blanco, pero el Jazmín no destaca por los 5 pétalos de su flor, sino por el aroma del que se dice es perfume de los dioses. 


Significado 


El jazmín se asocia a la pureza, dada por su bello y limpio olor. Se ha dicho también, que esta palabra está relacionada con ascender y trascender. 

Con el Jazmín trasmitimos afecto y sincero cariño. 

También es la representación de la humildad, la sencillez, la amabilidad, la sensualidad y de la sociabilidad. 

En la India la flor de Jazmín representa la “espiritualidad” y la “esperanza”. 

En el caso particular del Jazmín amarillo este simboliza la gracia y la elegancia. 

Otras interpretaciones simbólicas del Jazmín nos ponen de cara a la amistad, la alegría, el intelecto y el cariño, todo ello representado en tan pequeña flor.


Propósito y Compromiso

En otras ocasiones hemos planteado que la vida de fe no puede quedarse contenida sólo en manifestaciones de piedad, devoción y culto. El caminar por la fe implica mucho más que el acto religioso de creer. 

En la esencia de la fe está latente la "metanoia", es decir la trasformación de la vida y la búsqueda de trascendencia. 

Necesarios son los rezos. Por ellos se mantienen aun unido un mundo que está siendo destruido y se va cayendo a pedazos. Esto tiene que cambiar. Todos lo esperamos, y también lo anhelamos. ¿Por dónde empezar? Por nosotros mismos. Si cambia cada uno, el mundo cambia con él. 

El propósito está más claro: sin dejar las prácticas de piedad, adentrarnos en una camino de vida espiritual. 

El compromiso: No desistir de emprender un proceso de transformación personal. Insistir en la  metoania como dinámica trasformadora, persistir en hacer camino espiritual. Resistir a la tentación de volver atrás a la práctica religiosa desprovista de intención y motivo (la gracia de Dios).

¿Qué sería del mundo si no existieran la flores? 

Seguiría existiendo, seguramente. Pero no sería tan lindo como lo es ahora con ellas llenándolo de color, vida y aromas. 

El mundo puede continuar sin nuestro empeño; de hecho siempre lo ha hecho. Pero, con nosotros, haciendo cada día nuestro mayor esfuerzo por ser mejores personas, haremos de él un lugar más lindo para vivir. 

Yerko Reyes Benavides

jueves, 30 de mayo de 2019

Con el Sonar Trompetas, reciban a la Reina

Poema


Suenen dichosas angélicas trompetas,
llega la flor de sin igual belleza
al Reino de Dios
a tomar posesión;
a ocupar el lugar,
para ella preparado
desde Adán con Eva
en el acto precioso
de la creación Divina.
Dulce Niña de Nazaret: tuya será por siempre la alegría
y la gloria del Hijo en ti concebida.

Nada, ahora te separa de estar junto a aquel
que tus sueños de infanta te robora
y los convirtiera en noches de vigilia
de trasnocho y desvelo,
cantando al lado de su cuna las melodías
que a cielo le recordara,
ya que lo dejaba, si temor ni reserva
para uno con nosotros hacerse
y así, devolverle
a esta humana naturaleza
su original belleza.

Suene las trompetas, ángeles de Dios,
que sus melodías retumben y resuenen
tanto en la tierra como en el firmamento.

Entra la Reina sin joyas ni coronas,
ni trajes de bordones
sino con las manos llenas de amores.

Princesa del cielo, tu vida desgastaste
en trabajos y oraciones,
afanes de esclava y no de reina;
no quisiste otro lujo
que estar atenta al Hijo
que de Dios recibiste
para ser su fiel compañera,
madre, amiga, discípula y pregonera.

Misión cumplida,
Dulce Muchacha de Nazaret,
que los años pasaron,
empero nunca dejaste de ser
la consentida,
no por vanos caprichos,
de Dios: “la niña de sus ojos”,
sino porque en todo te hiciste sierva,
para que el amor de Dios
a ti te llenara,
y por ti a todo hombre y mujer llegara.

¡Bravo! María. 

Eres la heredera del Reino,
que Dios entrega como corona de lirios
a los que se mantienen firmes,
seguros y la esperanza no pierden
aun en las oscuras tristezas;
y la confianza en Dios tienen siempre presente
para hacer a todos sentir la gracia y el amor
que fluye como río de frescas aguas
que a todos y todo purifica,
y a cada uno renueva y recrea.

Suenen alegres las angélicas trompetas,
llega la flor de sin igual belleza
a tomar posesión, a ocupar su lugar en la eternidad
y para la humanidad
ser ahora y por siempre intercesora y Madre amorosa,
de Dios sierva hermosa.
(Amén)

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 29 de mayo de 2019

Tesoro de Dios eres Virgen María

¡Cuán grande es el tesoro que 
en Nazaret, Dios, encontraste!:

Te miramos con atención, Virgen María, y nuestros ojos dan crédito a lo que en nuestra imaginación está: Eres de Dios el más preciado tesoro. 
La perla preciosa que el comerciante encontró, dijo un día Jesús a sus discípulos para representarle gráficamente a ellos, lo que significaba el Reino de Dios, ese Reino que él –Jesús- en Ti por años contempló, haciendo presente día a día en tus domésticos y maternales cuidados.

Un Padre era lo que la humanidad necesitaba, comprendiste en Nazaret, así como una Madre necesitó tu divinidad para humanizarse y hacerte uno con nosotros.

En María encontraste todo lo que falta hacía para poder hablar de Dios con sentido antes no oído, antes no proclamado, antes ni si quiera imaginado.

Todo esto aconteció ahí en lo cotidiano de una vida llevada con la sencillez.

¡Cuán grande es el tesoro que en Nazaret, Dios, encontraste!:

Pureza, nobleza, templanza;dulzura, ternura,bondad, humildad, voluntadintegridad, dignidad, claridadfidelidad, lealtad,devoción, perfección,virtud, y esplendor…

En una palabra: “Amor”;
el más incondicional que haya jamás existido.

De Dios has venido y en Dios te hemos recibido, y nuestro amor te hemos concedido, puesto que Tú, Virgen María, nos has querido con el único amor que es inmutable, el de Madre.

Que tu Amor sea luz en nuestro caminar, y tu Gracia ejemplo que nos guía al encuentro anhelado de tu corazón, el de nosotros con tu Hijo Jesús, que vive, junto al Padre y contigo en el Reino que nos dio por heredad, por los siglos de los siglos.
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 27 de mayo de 2019

Tú María, la cruz y tu Hijo

"Aunque todos te hayan abandonado, 
al pie de tu Cruz estoy, que soy tu Madre"

No todo en tu vida, Madre y Reina, fueron gozos y alegrías. También hubo momentos de tristeza y agonía. Sobre todo, cuando a tu propio Hijo, el fruto bendito de tu vientre, en un madero, sin queja alguna, a todos perdonaba y su vida entregaba, para que aquellos que al Él fueron entregados por el Padre, ninguno, ni uno sólo se perdiera.  
Tu Corazón desgarrado, tu rostro desencajado, tu alma resquebrajada, miraba con desolación, más no sin fe, aquella terrible escena. Nada podías hacer, más que como Madre tus ojos fijos en el posar, y sin lenguaje verbal, decirle, con el corazón en la mano:  
“Aquí, hijo mío tu Madre está; sólo no estás, aunque todos te hayan abandonado, al pie de tu Cruz estoy, muriendo mi alma está contigo, sacrificio que también yo misma ofrezco en rescate de humanidad completa”.  
Aunque el mensaje esté claro, y difícil sea de aceptarlo, sólo en la agonía habrá remisión, el perdón de los pecados, puesto que aunque Dios de humillación no eres, ni la quieres para tus hijos, en el acto humilde del abandono de todo orgullo, brilla resplandeciente la luz de tu Amor que a la vida da orientación y sentido.  
Madre, tómanos de la mano, permanece a nuestro lado también en nuestras horas de dolor, sufrimiento y agonía y, llévanos a las alegrías y gozos de tu Hijo. 
Amen

Yerko Reyes Benavides

Cuando Pienso en Ti

Tu recuerdo viene a mi memoria.
El pensamiento se anima
al sentir tu cercanía;
tuya es el alma mía,
mi vida y también mi existencia,
mis sueños, mis deseos
y todos mis anhelos.

No soy sin ti,
nada queda;
sólo vivo si soy en ti
cuando tu amor me toca:
todo lo recibo de tu boca
Palabra de bondad y ternura:
tu gracia me deshace,
tu amor me rehace.

Alcánzame presencia divina,
no me dejes de tu mano,
en ti mi caminar hago
para que mis pasos
hacia ti se orienten,
y vivir así plenamente
en la promesa que mi esperanza
en ti encuentra.

Abrázame que me estoy despidiendo,
al mundo me interno,
para en él perderme
y poder ahí
encontrarte, amado;
puesto que sólo encuentra
el que ha perdido
y a ti aspiro
el más preciado tesoro.

Todos estos pensamientos
que me atrapan
y a la vez me liberan
son tuyos, Amado,
porque tuya es la entrega
que evoca mi nostalgia
por tu casa,
presencia eterna,
con el Padre y el Espíritu Santo
don que vienes de lo Alto.
(Amén)

Yerko Reyes Benavides

domingo, 26 de mayo de 2019

Una Madre nos Dejas

"Solos no nos dejas, 
y aunque te vas para así quedarte, 
una Madre nos dejas"

Tantas son las cosas que pueden llegar a oprimir un corazón, aunque éste esté cimentado en la roca sólida de la fe.  
Muchas son las vicisitudes que el ser humano en su peregrinar por el mundo vive, algunas de ellas las padece como verdaderas tragedias que a su corazón llenan de congojo.  
Este espíritu jadeante, de naturaleza indómita y a su vez de frágil condición, le falta alguien y de él anhelante queda, que no renuncie, que no se canse y no descanse en conducirle, y de la mano llevarle suave y sutil a los prados del amor, en donde abunden manantiales de aguas cristalinas que refresquen un instante su esperanza y renueven la confianza en Dios, su bondad.  
En el horizonte de este crepúsculo espiritual, apareces tú, Señor Amado, con tu caminar seguro y tu paso firme. Marcas el camino para el alma cansa, por donde ha de pasar en pos de ti, que te adelantas y subes al cielo y en lucero de un nuevo y eterno amanecer te conviertes.  
Solos no nos dejas, y aunque te vas para así quedarte, una Madre nos dejas. Ella será compañera segura, refugio y descanso en las horas duras y aciagas. Tu amor en ella prodigas y ella nos susurra al oído cual brisa de temprana primavera:  
“Toma mi mano y de ella no te sueltes, camina conmigo, ponte a mi lado, vayamos juntos al encuentro del Amado”.  
Virgen María, Madre mía, tu amor inquebrantable sea consuelo hoy y siempre; renueva por él en mi la fe y la esperanza y no me dejes solo en el camino del amor; ayúdame a hacer en todo y con todos, como tú, la voluntad del Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

sábado, 25 de mayo de 2019

Corazón Sangrante

Contigo María,
en tu corazón resguardados
condúcenos al lugar de tu Hijo

Virgen María, en lo humano,
tu corazón fue traspasado.
Mas en la Gracia de Dios,
así no quedó:
de desgarrado y sangrante
a inundado y desbordado de amores.

Te has dado a todos con especial cuidado,
para entregar a cada uno
el amor de lo Divino,
que en tu corazón femenino
y en tu vientre de mujer
portaste con especial cuidado y cariño.

Regalo y bendición para la humanidad
eres Dulce Muchacha de Nazaret,
porque en ti Dios ha conferido
el tesoro de su vida a la nuestra,
para poder de naturaleza muerta
hacer retoño de vida nueva,
que anhela, sueña y busca
la vida eterna.

Sangre vertida de corazón roto,
al contemplar al fruto de tus entrañas
darse en sacrificio expiatorio,
mas la alegría de redención
no se hizo esperar
y a ti primero fue dada.

Contigo María,
en tu corazón resguardados
condúcenos al lugar de tu Hijo
y llévanos a la Vida y su confín
en el Reino de Dios sinfín,
donde prevalece el Amor,
la Libertad, la Justicia y la Paz.
(Amén)

Yerko Reyes Benavides

viernes, 24 de mayo de 2019

La Vida

En búsqueda de Sentido y Trascendencia

“Efímera se hace la Vida si no hay en ella, 
ni Sentido ni Trascendencia” 
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Rápido avanza la vida, tan rápido camina, que en un abrir y cerrar de ojos se han escapado los años, como la arena que se escurre entre los dedos sin poder, por más empeño que se haga, retenerla en la palma de la mano. 

El Salmista contemplando lo efímero de la vida se decía a sí mismo, en su cantar: 
"Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna". (Sal 89,4)
Todo puede pasar en el suspirar divino, una vida se puede dar y también perder por completo si no se sabe qué se va a hacer con ella. 

Muchos pasan la vida, les pasa la vida y en la vida que viven, no pasa nada. 

Toda vida como don recibida tiene un sentido y un propósito. Dios en la eternidad de un día, toca a la puerta del alma y llama con suavidad al principio; luego con apremio invita, no quiere llegar sin más al final donde ya no hay vuelta atrás. 

Pablo nos refiere la prioridad que ha tener lo fundamental en la vida, que si no se atiende oportunamente, corre el riesgo de diluirse en lo intrascendente y ahí perderse. Así, entonces, deja escrito Pablo: 
“El amor de Cristo nos apremia” (Cf. 2Cor 5,14-15).
Nuestro destino es la eternidad, más a ella se llega en la finitud de un tiempo dado. No podemos esperar y por eso nos urge el Amor, al que muchas veces dejamos a la suerte o la fortuna. 
¿Has tenido tiempo para meditar en el misterio de la vida?
¿Has tenido ocasión de descubrir el don de tu propia vida y en el quedar extasiado? 
Mejor aún 
¿Te has dado la oportunidad de encontrarte con el misterio divino que está presente en tu propia existencia? 
Puede parecer filosófico todo esto, a veces es bueno abordar los grandes cuestionamientos existenciales, éstos siguen esperando respuesta satisfactoria y no por los intelectuales de la historia sino por ti o por mí que somos, personas de a pie, ni intelectuales renombrados ni filósofos entronizados. 

No hace falta recalcar lo fundamental del asunto, ya que el ser humano es la única entidad del cosmos conocido que tiene esa posibilidad: la de cuestionarse a sí mismo, ante lo inevitable de su perfectibilidad. 

El ser humano es el único que teniéndolo todo en su propia naturaleza se va haciendo así mismo en el tiempo. Sólo así logra trascenderse a sí mismo. 

¿Te abrumo con todo esto? 

Tranquilo, todavía hay tiempo para que tanto tú como yo, nos demos la oportunidad de descubrirnos en el misterio de la vida que se nos ha concedido y con ella hagamos algo más que sólo pasar. 

Hoy es un buen día para comenzar a pensar y discernir si la vida que tienes es la vida que quieres, y sobre todo, si es la vida que Dios quiso, quiere y querrá para ti desde la misma Eternidad cuando te pensó y te amó. 

Hazte un propósito hoy mismo, no esperes a después, somos expertos en dejar para más tarde lo que es importante; lo fundamental lo vamos depositando en el baúl de los “despueses” y, lamentablemente ese baúl queda guardado en el rincón de nuestros olvidos. 

Este mismo día puedes darte el tiempo para contemplar el gran don y milagro de tu vida, descubrirlo como el tesoro más preciado que existe en todo el universo y, discernir si lo que estás haciendo con tu vida y la forma en que la vives se corresponde al don que has recibido. 

De este propósito se viene un compromiso ineludible, uno que no puede ser postergado por más tiempo: 

Si aún no te has valorado en justa proporción es tiempo de comenzar. Sobre todo si quieres algo más que la vida pase por ti y no tú por la vida siendo totalmente consciente del milagro que eres de Dios y haciéndote presente (sentir en este mundo) 

Además viene algo todavía más significativo: encontrado el sentido de tu propia vida, ahora comienza el proceso de hacer que ésta sea trascendente. Un camino de realización personal en el que la Voluntad del Padre Dios, sea el centro de tu acción, teniendo la certeza que es lo que te hará alcanzar la plenitud. 

Todo milagro tiene un propósito, una finalidad, y también confiere una oportunidad única. 

¿Cuál será el que Dios te dio a ti?


Yerko Reyes Benavides

Perfúmanos

"Perfúmanos con tu fragancia, sutil al corazón, 
para que en ti, el alma destile aromas a eternidad"

Místicos significados, hemos encontrado al poner en el altar de nuestro amor por ti, flores de todos los tipos, formas, tamaños, colores y aromas.

Perfuman el ambiente delicadas fragancias que nos recuerdan que en tu feminidad Dios te escogió y te llamó, y en ti abundó en bondad, virtud y gracia. Así nos llevas con el sutil encanto de tu femenina presencia al regazo Divino del Amor eterno.

Mujer que amas con el alma y con la vida. Así te entregas, siendo de todas, la más delicada y bella flor que se ofrenda por entero a Dios. No hay otra, no hay más, todas en ti para agradar a Dios.

Inocencia, delicadeza, ternura y pureza, compasión, dignidad y humildad, sencillez y bondad, piedad, sabiduría e inteligencia… Delicadas fragancias son tus amores María, que te hacen grande, “pequeña del Señor”.

En ti Dulce Muchacha de Nazaret la humanidad olvidada renace para la gracia que en ti es dada y por ti concedida a todos los que marginados de la bondad de Dios han estado esperando y anhelantes soñaron ser abrazados en la Misericordia Padre.

Tú eres la delicada fragancia que desde la tierra sube al cielo y desde el cielo, bendita, es devuelta para perfumar el alma y el corazón del que buscan con ahínco la presencia de Dios en libertad, verdad, plenitud, gozo y paz.

Perfúmanos con tu fragancia, sutil al corazón, para que en ti, el alma destile aromas a eternidad: gozo y dicha de Amor Inmortal, con el Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo.
Amén
Yerko Reyes Benavides

jueves, 23 de mayo de 2019

Aroma a Divina Eternidad


"A flores de Jazmín y Cerezo huele la eternidad;
Divinidad en el alma encarnada"


Breve como de Dios un suspiro es la Vida.
Mas en tu femenina presencia, Virgen María
los días expiden aroma a Divina Eternidad.

En ti, Madre, encontramos el encanto
de desear lo que está más allá de lo que pasa
con rápido apuro por nuestras manos y se desvanece,
dejando al corazón con la sensación de haber perdido
más que ganado o triunfado.

Sólo en ti, mujer de encanto virginal,
que a Dios consagraste los días y la vida,
el corazón encuentra el sentido de vivir
en el mundo soñando el Reino que latente ya está.

A flores de Jazmín y Cerezo huele la eternidad;
Divinidad en el alma encarnada
que al Verbo acoge sin penas ni debilidad.

Perfume a divinidad la vida adquiere
de aquel que a ti en su corazón atesora,
como escapulario de flores
de especial encanto,
que a cada paso,
donde la vista se pierde
ahí destello al Todopoderoso encuentra y
armonía con lo que contempla
a Dios proyecta en aromas
que a divina presencia enamora.

A Flores son los aromas
que en el camino los hombres encuentran,
consiguen y recogen;
de tus perfumes que esparcidos dejas
se visten, revisten, y bañan
y en ellos lo humano se exalta;
de lo divino se llena
el alma se hace más y más
de Dios su imagen y semejanza.

Eso haces Tú, Dulce María,
de Nazaret venida
Madre de la humanidad;
que la bañas toda cual rocío del alba
de tu celestial fragancia
para que nadie se quede sin el delicado aroma
ese que a cielo perfuma,
a Reino, y en la hora última a Divinidad.
(Amén)

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 22 de mayo de 2019

Divino Encanto, Virgen María

"Tu potestad no es la Divinidad, 
pero nadie puede no de reconocer tu Divino Encanto"

Muchos a ti acuden Madre, porque del Padre Dios sienten temor. Dios por tanto tiempo fue uno de rigor que confianza no inspira más que en extrema necesidad, cuando de santos y santas ya su intercesión no alcanza.  
Madre, a ti te han entronizado a los predios de la divinidad, ¿Acaso no lo mereces? Dios no eres, en eso claros estamos, pero que al lado de Dios estás es una innegable verdad. 
Vas y vienes, llamas y tocas, no sólo a las puertas del corazón humano, sino sobre todo las de tu propio y querido Hijo.  
Solícita entre el cielo y la tierra, entre lo visible y lo invisible. Tu fe es modelo, tú Si es confianza en la promesa, que no sólo en planes se queda sino que en amores se transforma, se da y se desborda, llenando la vida y alma de los que buscan tu maternal auxilio y cobijo.  
Impasible no te quedas ante el sufrimiento de tus hijos de adopción, aquellos que recibiste a los pies de la cruz, que el Hijo del Hombre te confió.  
¡Qué torpeza la nuestra! Creímos que a Juan dejaba una “Madre indefensa”, y no, no fue así; a la Portentosa Reina del Crucificado, tomaba de la mano; Ella ahora sería la intercesora de la humanidad y el corazón del perdón de Dios alcanzado en Cristo en sangre vertida y por todos derramada.  
Tu potestad no es la Divinidad, pero nadie puede no de reconocer tu Divino Encanto, Madre y Protectora nuestra, siempre atenta a todos los que a ti acuden, movidos por fe que en ti encontrarán la gracia de Dios que tú misma recibiste: Amor y Vida en Abundancia.  
Acompáñanos, María, en tu humanidad divinizada, llévanos a la cúspide de la realización espiritual en la que el ser se une con el Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 21 de mayo de 2019

En ti María, la Sabiduría

Virgen María, Dulce Muchacha de Nazaret
Ayúdanos a renovar la Fe, la Esperanza y el Amor.
Ruega por nosotros Santa Madre De Dios.


Señor Jesús, la utopía de la humanidad siempre ha sido la búsqueda de la “felicidad”; incluso, a ti, y sólo a ti, algunos te atribuyen la autoridad y el poder para concederla. 
No, Tú no Señor, tu llamada no es a la felicidad, tu invitación es otra, que se vive en Gozo y Alegría que distan de la felicidad porque no son finalidad, sino instrumentos, herramientas y, medios que dan vitalidad al paso del que camina en pos de ti.  
En Gozo y Alegría se vive la fe. En serenidad y sosiego la esperanza. Con certeza y convicción el Amor, y todo con Sabiduría, del Espíritu uno de sus dones. 
¡Cómo no pensar en ti! Dulce Muchacha de Nazaret. Eres Tú el reflejo, el mejor espejo, en donde la humanidad ha de verse para encontrarse viviendo aquellas virtudes que dan al alma la satisfacción y el gozo de hacer la Voluntad del Padre. 
Viviste María la Fe, la Esperanza y la Caridad; fuiste en todo del Espíritu de Dios amiga, discípula y esposa. La alegría estuvo constante en tu corazón, el gozo lo veías y lo contemplabas a diario; lo sentías, puesto que tuyo era, pero no lo fue para que te lo quedaras sino para que lo dieras con generosidad, aunque espadas atravesaran en más de una ocasión tu alma. 
Aun así, no desististe de realizar la obra de Dios en ti, y por ti, ahora la humanidad entera te mira para llegar a la meta que la fe contempla, la esperanza asegura y la caridad acerca.  
Se, Madre nuestra, siempre aquella que de la mano nos tome y al Reino nos lleve y nos abra la puerta.
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 20 de mayo de 2019

Tuyos son la Belleza y el Encanto, Virgen María

Tuyos son la Belleza y el Encanto, Virgen María, porque así lo quiso Dios y fueras del Señor la imagen más perfecta de su naturaleza divina, la que en el amor se manifiesta.  
No siempre la belleza salta a la vista; a ella hay que buscarla con especial cuidado, para no caer en engaño, pues mucha vanidad hay, sobre todo en los que de lo superfluo y efímero se revisten.  
Lo hermoso es engañoso, aunque lo bello está en todo, no todo lo expresa con esmero y con especial encanto; sin humildad, la belleza de orgullo y soberbia se llena, alejándose así de su natural encanto.  
Tuya es Oh Dios, la nobleza y la hermosura. Todo lo hiciste con especial cuidado y en todo dejaste la huella del paso de tu mano creadora. La impronta de tu belleza es la estética, el reflejo de tu propia naturaleza.  
Aunque la belleza te pertenece y en la creación te desbordaste, quiste reservarte la más grande de todas y sin embargo no te la quedaste, sino que a su punto la hiciste florecer en los hitos de la humana historia.  
De mujer la vestiste, de Madre la revestiste, para que todos al mirarla, no sólo vieran el arte que hay en la feminidad, sino que fueran más allá, y pudieran toparse con la más hermosa de todas las bellezas, la que se encuentra en el amor incondicional.  
Por ella, nos enseñaste, que no puede el corazón fiarse de lo externo, sino que en lo profundo del alma ha de buscarse la fina hermosura, la que a ti te revela, Dios de Bondad infinita, pues tuyo es el Amor el que crea y recrea y se da de una y mil maneras a todos, por todos y para todos.  
Gracias Dios, por el regalo que en María nos has hecho, poder admirar la belleza de la humana naturaleza que en Ella enalteciste para que nosotros por Ella la anheláramos, la aspiráramos, la trabajáramos y a ti en última instancia nos llevara, Dios de hermosura y bondad. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

domingo, 19 de mayo de 2019

Madre

Madre, ¡Qué dulce suena en el alma el sonido de tu voz! Tu presencia es candor, Tú eres inspiración, aliento y motivación que renueva el ánimo del que busca a Dios con sincero corazón.  
Sin darnos cuenta, sutil y silenciosa te pones a nuestro, sostienes en tus delicadas pero firmes manos, nuestra fe insipiente; alientas con la ternura de tu confianza este corazón que anhelante está de amar y no sabe cómo.  
Madre, Tú que, el sendero de la fe y el camino del amor, los has recorrido, y y te sigues haciendo constante porque vuelves, cada vez que ves que te necesitan; humilde te pido, camina conmigo y mi paso tendrá constancia y mi ánimo en ti encontrará perseverancia.  
Madre y amiga fiel, no te demores en ponerte a nuestro lado, acompaña nuestra fe, para que nos quede infecunda, y nuestro caminar no sea inútil, intercede por nosotros para que nuestra vida sea amores dados y alcanzados en corazones tocados con tu bondad y tu ternura. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

Voy contigo


“Me basta la fe,
tu gracia me impulsa,
tu amor me inspira”. 
Cielo abierto,
corazón ardiendo.

Algo aun me hace falta: 
¿Quién me acompaña?

No, este caminar no ha de hacerse solo
grande es la confianza, 
y el espíritu es animoso 
mas el corazón para esto,
solo no ha de estar.

Compañeros hemos de encontrar,
conocidos, amigos;
de senderos peregrinos,
le fe nos une en el recorrido, 
nos pone en el camino, 
camino para ser recorrido en el amar, 
y del amor sin medida hacer nuestro destino; 
amando con el amar de Cristo.

Tus pasos compañero quizá sean contados, 
no importa si son miles o unos pocos 
no imparta
si no te quedas.
 
Te pusiste a mi lado, 
tomaste mi mano; 
me dijiste con cuidado: 
“No temas, voy contigo”.

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Yerko Reyes Benavides

sábado, 18 de mayo de 2019

Resplandor de Espiritual Belleza: Virgen María

"Gracias María, por ser luz y guía, medida de humanidad redimida, 
gracia y virtud que nos muestra el camino hacia Dios"

Te miramos María, siempre hermosa entre todas las flores del jardín de Dios.
En ti buscamos aquello que el Padre, en su bondad, puede hacer en nosotros, lo mismo que ya en ti hizo y realizó.  
Tú no eres diferente a nosotros, más que en virtud tuya y en gracia de Dios. La virtud la podemos conseguir; la gracia: por tu intercesión y tu ayuda.

¿Espejos de Dios? ¿Reflejos de su magnanimidad?
¿Qué busca el ser humano en la divinidad?
Nada más que la plenitud de su existencia,
la realización de su vivencia;
la bondad originaria
que Cristo rescataría
pues a Dios y al hombre le pertenecía.  
Ya no más imagen, ya no más reflejo, nunca más espejo.  
María tú nos mostraste el camino en el que la naturaleza humana tiene luz y brillo propio: siempre en el Amor de Dios, siempre por el Amor de Dios, siempre desde el Amor de Dios; en Él tiene su culmen y su fuente.  
“Sean luz del mundo”, nos dice Jesús;
Tú insistes: “hagan lo que él les diga”,
mas ¿Cómo serlo? ¿Cómo hacerlo?  
Algo nos falta, y sin embargo, ya resuelto se encuentra,
puesto que en ti Dios encontró gracia y natural belleza,
digna humanidad para humanizar la divinidad
del Verbo que en ti encarnó. 
Gracias María, por ser luz y guía, medida de humanidad redimida, gracia y virtud que nos muestra el camino hacia Dios; faro encendido, luminoso amanecer, resplandeciente en el ocaso.  
Nuestra frágil y endeble fe, Virgen María, en ti gravita y se sostiene para no cansar ni desgatar los pasos que buscan en el amor entregarse, y vivir, tal como tú en el Hijo de Dios, el que en tus entrañas se hizo “Dios con nosotros”.  
Que el resplandor de tu espiritual belleza no nos falte y sea nuestra guía, sobre todo en días de anímica oscuridad, cuando la fe cansa y la esperanza agotada se encuentra; mas nunca perdida pues en ti encuentra motivos para la espera: “Dios en ti no tarda, ya llega”.
Amén

Yerko Reyes Benavides

viernes, 17 de mayo de 2019

El Silencio y la Vida Espiritual

“Voy a encontrarme con el Señor”. 
¿A dónde vas? 
Al Silencio; ese es mi lugar"
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Nos estamos desacostumbrando al silencio. Nuestro tiempo es de sonidos abundantes, la mayoría de ellos artificiales. ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste un amanecer? Si, lo escribí bien: “escuchaste”. Los amaneceres no sólo se miran, sino también se escuchan. Si no lo has hecho, te invito a que lo hagas. 

La primera tentación del día, apenas comienza, es encender la televisión; la magia del silencio de la noche ahí ya se perdió. Salimos a la calle y abundan no los sonidos sino los ruidos. Ruidos muchas veces ensordecedores; molestos pero ya nos acostumbramos a ellos que no les prestamos atención. 

Hay dos situaciones que no nos caen bien, una como ya supones bien es el Silencio y la otra la Soledad. El primero nos agobia, la segunda nos angustia. La primera nos incomoda, la segunda nos asusta; y si las dos se ponen de acuerdo para visitarnos: nos deprimen. 

No hay condición más idónea que el silencio si en verdad queremos sentir la voz de Dios en nuestro corazón. Sin embargo, muchas de nuestras iglesias, templos, liturgias y cultos están perdiendo la riqueza del silencio, y está siendo sustituido por ritos de mucha algarabía, que dejan al alma exhausta. 

Una de los mitos que hemos de superar es la creencia que el silencio es la ausencia total de ruidos. No existe el silencio absoluto, no nos quedamos carentes de sonidos, a no ser que tengamos una incapacidad auditiva. 

Por ende, el silencio no ha de ser una situación que genere en nosotros ansiedad. Necesitamos aprender a escuchar los sonidos del silencio, y él la voz de Dios que se aprovecha para tocar a las puertas de nuestra alma. 

No es necesario que haga una apología del silencio. Tampoco es necesario explayarse en más explicaciones. El silencio es una experiencia, es decir, es algo adquirido; lo que si es necesario, es desarrollar el hábito del silencio y aprehender aptitudes que mejoren el ejercicio del silencio para sacarle mejor provecho. 

De todos es sabido que los grandes místicos y ascetas tenían en el silencio un gran aliado para la oración, la reflexión, la meditación y la contemplación. Beneficioso es entonces el silencio, y por no, también la soledad para el alma, el espíritu y la mente. 

Quizá nos haga falta mirar cómo estos hombres y mujeres de oración practicaban el silencio, sin embargo, sus técnicas nos pudieran resultar un poco extravagantes o quizá poco prácticas para nosotros los que llevamos una vida agitada en este tiempo de modernidad. 

Quiero proponer sólo a una persona que en su Silencio, nos sugiere como podemos nosotros guardar y aprovechar el nuestro: María de Nazaret. Detente a pensar por un instante cómo ella supo aprovechar el silencio para contemplar la gracia de Dios que recibía para la misión de vida a la que fue llamada.
 

María no fue a una academia en donde le enseñaran a ser “Madre de Dios”, pero si tuvo un lugar para aprender: el Silencio. 
“Y María guardaba todas estas cosas, meditándolas –en silencio- en su corazón” (Lc 2.19) 
Tengamos el silencio no como condición sino como lugar: “Voy a encontrarme con el Señor”. ¿A dónde vas? Al Silencio; ese es mi lugar. 

Una técnica para propiciar el silenciamiento es la respiración acompasada. No es tan difícil, yo utilizo una estrategia que denomino el 10x10x10. La explico sencillamente: Se inspira contando hasta 10, se mantiene la respiración por 10 más, se exhala contando también hasta 10 y esto se hace 10 veces. 

Más allá si quieras o no seguir esta técnica, lo que es indispensable en la Vida Espiritual el tiempo de silencio que día a día te esfuerces en buscar para ti. De esos ratos de silencio sacarás grande provecho.

Yerko Reyes Benavides

Madre de Silencio

"En silencio escucha tu voz y allí, 
encontraba su propio encanto, su nobleza y belleza"

Virgen María que hiciste del silencio el mejor lugar para escuchar la voz de Dios que habla suave al corazón. 
Pocas son las palabras de tus labios que los Evangelios guardan. Pronunciaste, las necesarias; las suficientes para dejar constancia que aun en tu tierna edad, eras capaz de aceptar la impetuosidad del plan de Dios de querer hacerse uno en nosotros, en todo igual, humano por tu humanidad. 
Tu joven corazón proclamó en la región montañosa, en casa de Isabel, un himno, un cántico en el que recogías impetuosa el querer de un pueblo y el de Dios de autonomía y liberación. 
Ella sin erudita escuela, sola, en las noches de Nazaret, contemplando el firmamento, días y noches escuchando la voz de tu encanto, enamorada de la vida que tú le dabas, seguía la melodía de tu soñar un nuevo amanecer para una humanidad en el Verbo liberada.  
En silencio escucha tu voz y allí, encontraba su propio encanto, su nobleza, su belleza, la grandeza conferida en su propia naturaleza, existencia que tuya era, y así lo será, para toda la eternidad. 
Madre de Silencio, ayúdanos a buscar el sosiego por el que contemplemos los amores que sólo la quietud y el silencio dispone al corazón para encontrar y dejarse atrapar por las Voz del Amado que resuena cual suave brisa en lo más íntimo del alma.  
Amada de Dios, Virgen y Madre, haz que nosotros también tengamos el anhelo del silencio, en el que Dios se manifieste y nos muestre lo que es ser amados, y así, sintiéndonos sublimemente amados, amar a todo lo creado y continuar la obra liberadora que tu Hijo, nuestro Señor desde la cruz comenzó.
Amén

Yerko Reyes Benavides

jueves, 16 de mayo de 2019

Amor para siempre

"Enséñanos Madre a Amar para siempre 
y por toda la eternidad"

Virgen y Madre, hermosa y dulce Hija de Sión, en ti Dios se complació pues encontró la disposición y la apertura del corazón, para que se realizase en ti el Plan de la Salvación.  
María, la Eternidad te pertenece, supiste dar un Sí, para siempre, definitivo y total aun en la juventud de tu tierna edad.  
La eternidad no te arredró al consagrarte perennemente al Amor de Dios y a dar Amor para siempre al Amor de los amores: Jesús el Señor, que en ti se Encarnó.  
Bendita entre las mujeres, eres, Virgen y Madre, puesto que supiste darte a Dios por entero, cuando delante de ti se presentó aquel que en su nombre te decía que en la Eternidad ya Dios te conocía y te había consagrado, no para ser profeta, sino para ser en lo humano testigo, maestra y a la vez discípula del Verbo.  
Tu entrega a Dios ni si quiera terminó en la ascensión del Señor al Cielo, sino que continuó siendo, solicita compañera, de los discípulos que a la espera del Santo Espíritu y a la expectativa quedaban de la promesa de Cristo, antes de partir.  
Tu mano y tu corazón de Madre sostuvo, cuando necesario fue, la fe de aquellos que en testigos iban a convertirse de la “Buena Noticia” que un día tú recibiste, la primera y que ahora sería para la humanidad entera. 
Ayúdanos María, danos la fuerza de carácter y el coraje de decir “Sí” a Dios y no mirar ya más atrás.  
Enséñanos Madre a Amar para siempre y por toda la eternidad, tal como tú, que sin vacilar, ni balbucear digamos contigo: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

miércoles, 15 de mayo de 2019

Tu Gracia y tu Amor

"Padre de bondad, 
mira más allá de nuestra torpeza, 
continua derramando tu gracia y tu amor"

Padre Dios, a ti acudimos, a tu bondad nos acogemos, te pedimos, continúes la obra que tu amor en nosotros, la que tu gracia propicia en la vida de quien la recibe, como lo hicieras otrora con María, la Dulce Muchacha de Nazaret.  
Padre amado, en ella nos has dejado una Reina y Soberana de singular belleza. Ella es la más perfecta imagen y semejanza de tu divinidad, la que nos acerca a la magnificencia de tu corazón; la consigue sutil hacer que no declines tu gracia y tu amor por nosotros.  
Padre misericordioso, por María Virgen, a ti llegamos; en ella nos has dado una fiel compañera de luchas y desvelos; de sueños y deseos, de anhelos y esperanzas. Siendo hija de tu gracia, una con nosotros, nos da la certeza, por su fidelidad, que las promesas por ti hechas las realizas y las cumples.  
Tu gracia y tu amor en ella desbordados son motivo de alegría para esta humanidad que se desgasta y se consume en los afanes de este mundo tan lleno de injusticias.  
Padre de bondad, mira más allá de la torpeza que sigue presente en nosotros, continua derramando tu gracia y tu amor; confía en que también un día nosotros, como María, abriremos las puertas del alma para que lleves a su plenitud la obra de tu salvación en nosotros.  
Mientras, peregrinos de tu gracia y de tu amor seamos, no falte en este nuestro tardo caminar la maternal intercesión de María en nuestra vida.  
Si, Padre, nos hace falta el candor de la Madre de tu Hijo, tu gracia y tu amor en ellas nos son dadas. Que su amorosa y espiritual presencia inspire nuestra vida y propicie las más nobles acciones que nuestras manos pueden entregarte.  
Belleza de sin igual encanto, Madre de Dios y Madre nuestra, propicia en tu delicado encanto, la gracia y el amor de Dios en nuestro corazón y poder así contigo, ser fino aroma que perfume con buenas obras el altar del Señor tanto en la tierra como en el cielo. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

martes, 14 de mayo de 2019

En Ti, venimos a Pedir

En verdad ha estado grande contigo; 
eres Madre, la imagen de Dios

Día a día, contemplamos con devota consideración, tu divina hermosura, Virgen María y, descubrimos las maravillas que el Señor en ti ha hecho:  
En verdad ha estado grande contigo; eres Madre, la imagen de Dios más acabada la más fina y delicada y tu corazón se asemeja en mucho al suyo, pues late al ritmo de su Amor misericordioso.  
No podemos pasar por alto el mirarnos en ti reflejados, anhelar lo que Dios en ti ha propiciado, y aspirar que por tu intercesión, Madre del amor, la bendición que a ti te cubrió descienda también sobre nosotros y nos ampare con un manto de gracia.  
Si, María, conocida eres por tu divina maternidad, pero no se puede olvidar, al mirarte, que humana eres, una en todo igual a nosotros y, en esa humanidad tuya fuiste bendecida con la gracia divina, que hoy en ti venimos a pedir.  
Fortalece, con tu ternura nuestra fe, Señora nuestra, Virgen María; dale determinación a nuestra convicción, para entregarnos en todo al Dios que es Amor, y así contigo decir con valor y humildad:  
“He aquí tu siervo, Señor, hágase en mi tu voluntad”.  
Ayúdanos Madre, a no distraernos, a no desesperar y a confiar por entero en la bondad de Dios.  
Que tengamos el valor, Madre, y por ello no nos falte el auxilio de tu corazón, para proclamar con valor su Nombre y hacerlo, con nuestras obras presente en la vida de los hombres.  
Que en la escucha atenta de la Palabra de Dios, en la oración y la meditación, en la contemplación constante de los misterios del Amor divino, desde el corazón, también nosotros encontramos nuestro espiritual destino: ese que nos ponga un día delante de Dios.  
Ahora, Madre de compasión y ternura, mientras estamos aquí, camina a nuestro lado, toma nuestra mano, haz que el trayecto que nos falta para llegar a Él, tu Hijo, lo hagamos en ti, peregrinos con obras de fe, esperanza y amor. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

lunes, 13 de mayo de 2019

Hija de Dios, Virgen María

“Dichosos los limpios de Corazón, 
porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, 
porque serán llamados hijos de Dios”

Aquella tarde, Jesús amado, con todas las fuerzas que había en tu interior dijiste: 
“Dichosos los limpios de Corazón, porque ellos verán a Dios”. 
Lo proclamaste con convicción, mirando a tu alrededor, a los sencillo y los humildes que contigo miraban al cielo llenos de esperanza.  
¡Qué noticia tan maravillosa!
¡Qué deleite para el alma y qué alegría para el espíritu que de gozo se exaltan! 
Sólo se necesita de la gracia que tú mismo das para en la contemplación sentir que tu amor y bondad habitan ya en un corazón puro.  
¿En quién Jesús te miraste para tan grande verdad revelar sin recato a una humanidad sedienta del amor Dios?  
La pregunta no sobra, la respuesta a los ojos salta. La más pura, la más bella, la más hermosa flor de Dios: el amor de tu corazón, la “niña consentida” de tus propios ojos, María; la Dulce Muchacha de Nazaret.  
Tu misma Madre, te enseño, humano como eras, que la pureza se conserva en el corazón y no el cuerpo; la inocencia es una condición del espíritu, una cualidad del alma, que nada la quita, puesto que es gracia y quien en amor de Dios anda, la persevera intachable.  
Ayúdanos Jesús a ver la vida con la inocencia, la nobleza, la bondad, y el amor con el que tu Madre la vio y así vivió siendo para ti testimonio vivo del Amor de Dios que a tus amigos quisiste conceder, les diste y les entregaste.  
Amado fuiste Jesús en María y por el Padre, amados queremos ser, en María Madre, por Ti junto al Padre.  
Reina de la Paz, Hija de Dios, Virgen María, que no nos falten tus ruegos al Padre, para que nosotros tengamos un corazón limpio, inocente y puro como el tuyo y, así, contigo seamos llamados verdaderos “hijos de Dios”. 
Amén

Yerko Reyes Benavides