jueves, 24 de enero de 2008

EL 2008, UNA AÑO PARA LA CARIDAD FRATERNA

El 2008 lo hemos iniciado en nuestra parroquia con gran entusiasmo y mucha alegría. Este el sello que ha marcado la primera actividad parroquial de amor y solidaridad cristiana.

El día de la Fiesta de los Reyes Magos, recogimos en abundancia los frutos del arduo trabajo que en el mes de diciembre como comunidad, apoyados por instituciones como ACOINVA y, en compañía de un grupo nutrido de jóvenes voluntariosos estuvimos llevando a cabo en la recolección de comida, ropa y principalmente juguetes.

Enormemente gratificante fue contemplar el rostro iluminado de alegría de los niños que recibieron un detalle de nuestro amor por Jesucristo, de nuestra fervorosa solidaridad y nuestra apertura fraterna, toda ella contenida representativamente en cada regalo, fuera este un carrito, una muñeca o compartir la alegría de recoger los juguetes que caen al romper una piñata.

Así tiene que ser nuestro caminar en este año 2008, un año que nos permita el reencuentro, el gozo de sentirnos hermanos, la alegría de compartir momentos juntos, la satisfacción de ayudar desinteresadamente a quien nos necesite, de acompañar a quien está sólo o desamparado.

Por eso decididamente este año tiene que ser para nuestra comunidad de fe y amor, llamada Parroquia Sagrada Familia, un año para la caridad y el amor fraterno.

YRB.

Boletín Lazos de Fe, Edición Electrónica, Año 1, Nº 2, Enero 2008

LOS CINCO DEFECTOS DE JESÚS (En dos partes)

Al comenzar a leer este artículo seguramente su título habrá hecho que te preguntes, ¿Jesús tuvo algún defecto? Por su puesto que sí. Te pido que no hagas la asociación inmediata defecto=pecado. No, no se trata de eso. Este es Jesús el que toma nuestra mano y nos acompaña en nuestro camino…

Primer defecto:
Jesús no tiene buena memoria

En la cruz, durante su agonía, Jesús oyó la voz del ladrón a su derecha: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Si hubiera sido yo, le habría contestado: «No te olvidaré, pero tus crímenes tienen que ser expiados, al menos, con 20 años de purgatorio». Sin embargo Jesús le responde: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso». Él olvida todos los pecados de aquel hombre.

La parábola del hijo pródigo nos cuenta que éste, de vuelta a la casa paterna, prepara en su corazón lo que dirá: «Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros». Pero cuando el padre lo ve llegar de lejos, ya lo ha olvidado todo; corre a su encuentro, lo abraza, no le deja tiempo para pronunciar su discurso, y dice a los siervos, que están desconcertados: «Traed el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en la mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado». Jesús no tiene una memoria como la mía; no sólo perdona, y perdona a todos, sino que incluso olvida que ha perdonado.

Segundo defecto:
Jesús no sabe matemáticas

Si Jesús hubiera hecho un examen de matemáticas, quizá lo hubieran suspendido. Lo demuestra la parábola de la oveja perdida. Un pastor tenía cien ovejas. Una de ellas se descarría, y él, inmediatamente, va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en el redil. Cuando la encuentra, carga a la pobre criaturasobre sus hombros. Para Jesús, uno equivale a noventa y nueve, ¡y quizá incluso más! ¿Quién aceptaría esto?

Cuando se trata de salvar una oveja descarriada, Jesús no se deja desanimar por ningún riesgo, por ningún esfuerzo...

Monseñor Francisco Xavier Nguyen Van Thuan

Boletín Lazos de Fe, Edición Electrónica, Año 1, Nº 2, Enero 2008

MIS DERECHOS HUMANOS: Tengo derecho a que se me haga justicia

Este derecho esta en íntima relación con el anterior, los cuales son conocidos como “garantías judiciales”.

Los Estados están en la obligación de ofrecer a sus ciudadanos un sistema de justicia que garantice el ejercicio pleno de sus derechos. Esto, entre otras cosas, significa que, el sistema de justicia debe estar actualizado humana y materialmente, no sólo en cuanto al uso de las nuevas herramientas tecnológicas sino principalmente en cuanto a la probidad ética y moral de sus integrantes; para que el ejercicio de la justicia, aunque suene redundante, sea justo. Recordemos el dicho que reza: “Una justicia demorada, no es justicia”

Por otra parte, un Estado Democrático velará por la debida separación e independencia de sus Poderes, de tal forma que el sistema de justicia goce de la autonomía necesaria para el ejercicio de la justicia y ofrezca al ciudadano un recurso efectivo ante la violación de sus derechos. No podemos olvidar, lo que ya en esta misma sección hemos aclarado, sólo al Estado se le atribuyen los actos violatorios de los derechos humanos. Sin el debido Estado de Derecho que supone la separación e independencia de los Poderes Públicos se estaría incurriendo un una violación del derecho a “las garantías judiciales”.

Muchas veces corremos el riesgo de pensar que un estado es democrático simplemente porque invierte recursos económicos en el mejoramiento de las infraestructuras del sistema de justicia, y creemos que con eso es suficiente. Debemos recordar que la Justicia no es un regalo o un beneficio que otorga un gobierno, sino un derecho humano, que como todos los demás, es inherente a la persona.

La justicia nunca puede ser vista como una dadiva.

Artículo 8 (Declaración Universal de Derechos Humanos)

“Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley”.

Boletín Lazos de Fe, Edición Electrónica, Año 1, Nº 2, Enero 2008

EL CRISTO DE NEUSTRA FE. Rasgos de la Personalidad de Jesús IV

1(IV) Jesús el hombre libre

d) Jesús y el sacerdocio: Aquí la cosa resulta más llamativa, si cabe, que en los apartados anteriores. Por una parte, está claro que los sacerdotes de la religión judía gozaban de la máxima santidad y veneración en Israel. Por otra parte, siempre que aparecen los sacerdotes en los evangelios es en contextos polémicos y normalmente en contextos de enfrentamiento entre Jesús y aquellos sacerdotes. Eso hace que el mensaje global de los evangelios sobre el sacerdocio judío sea un mensaje crítico, incluso provocador. Pero veamos las cosas más de cerca.

Los sacerdotes judíos se dividían en dos grupos: los simples sacerdotes y los sumos sacerdotes. De los simples sacerdotes se ocupan poco los evangelios. Pero, aun así, resulta significativo que, por ejemplo, en la parábola del buen samaritano, los personajes que pasan de largo, y son por eso el prototipo de la insolidaridad, son precisamente un sacerdote y un levita. La intención del evangelio es manifiesta. Y viene a indicar dos cosas: primero, que Jesús está por encima de los sacerdotes; segundo, que mientras lo propio de Jesús es el amor misericordioso que acoge al marginado social, lo que caracteriza a los sacerdotes es el mero trámite ritual e incluso mercantil de su oficio.

Pero lo más chocante en todo este asunto es lo que los evangelios nos cuentan de los sumos sacerdotes. Y prácticamente siempre se habla de ellos desde un doble punto de vista: el poder autoritario y el enfrentamiento directo y mortal con Jesús.

No hace falta insistir en todo esto, porque ya es de sobra conocido. Lo importante aquí está en comprender por qué Jesús se comportó así con los sacerdotes judíos, es decir, por qué se comportó así con la institución quizá más fuerte del judaísmo. Y por qué, también hay que decirlo, los sacerdotes se comportaron de manera tan brutal con Jesús.

Es evidente que allí hubo un enfrentamiento mortal. Ahora bien, eso no fue caprichoso. Si ese enfrentamiento se produjo es porque Jesús se comportó y habló con una libertad absoluta respecto a los sacerdotes y a lo que ellos representaban. Jesús no los venera. No los adula. Sino que, por el contrario, los desprestigia ante el pueblo y se enfrenta directamente con ellos. ¿Por qué? Otra vez nos volvemos a encontrar aquí con lo mismo de siempre: Jesús se enfrenta directamente a las instituciones de su nación y de su pueblo, que, en vez de servir al pueblo, se enseñoreaban sobre él y lo dominaban brutalmente.

Por eso él se rebela, toma postura frente a aquellas cosas y se manifiesta en contra de semejantes procedimientos y actitudes. Las palabras de Jesús a este respecto son tajantes: "Sepan que los grandes oprimen" (Mc 10,42 par). Para Jesús, lo propio de aquellos poderes era tiranizar y oprimir. De ahí la severa prohibición que él impone a sus seguidores: "No ha de ser así entre ustedes". De tal manera que "el que quiera subir, sea servidor de ustedes, y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos" (Mc 10,43-44 par).

Es en virtud a este llamado al servicio comprometido y humilde que hace Jesús, las parroquias, nuestros templos actuales no pueden simplemente limitarse al servicio ritual que gire en función al sacerdote como principal figura. Es un imperativo, sobre todo en nuestro tiempo, en que las iglesias sean comunidades de servicio y de atención solidaria a las necesidades de aquellos que son víctimas de las situaciones que contravienen su filialidad divina y su dignidad humana. Si nuestra búsqueda espiritual sólo se concentra en la satisfacción ritual, no estamos ni cerca de encontrarnos con el Jesús del Evangelio que enfrenta decididamente la opresión y la tiranía.


Boletín Lazos de Fe, Edición Electrónica, Año 1, Nº 2, Enero 2008

HAZNOS DIGNOS, SEÑOR

Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que tenga necesidad de alimento.

Cuando tenga sed, mándame a alguien que necesite de bebida.

Cuando tenga frío, mándame a alguien para que lo abrigue.

Cuando tenga un disgusto, ofréceme alguien para que lo consuele.

Cuando mi cruz se vuelva pesada, hazme compartir la cruz de otro.

Cuando me sienta pobre, condúceme hasta alguien que esté necesitado.

Cuando tenga tiempo, dame alguien a quien pueda ayudar unos momentos.

Cuando me sienta humillado, haz que tenga a alguien a quien alabar.

Cuando esté desanimado, mándame a alguien a quien dar ánimos.

Cuando sienta necesidad de comprensión de otros, mándame a alguien que necesitede la mía.

Cuando necesite que se ocupen de mí, mándame a alguien de quien tenga queocuparme.

Cuando pienso sólo en mí mismo, atrae mi atención sobre otra persona.

Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos que, en todo el mundo,viven y mueren pobres y hambrientos.


Madre Teresa de Calcuta


Boletín Lazos de Fe, Edición Electrónica, Año 1, Nº 2, Enero 2008

NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ

La Iglesia en Trujillo se honra en celebrar durante el mes de enero la fiesta dedica a su Patrona, Nuestra Señora de la Paz. Es hermoso notar que Enero, el primer mes del año, está marcadamente orientado a arraigar en nuestro corazón el fundamental valor de la Paz, para que así cada día sea una oportunidad de dar testimonio a través de nuestras obras del Evangelio que es un Evangelio de Justicia y de Paz.

El primer día del año, lo celebramos consagrándonos a la Santísima Virgen María Madre de Dios, en ella encontramos el ejemplo de disponibilidad a la Palabra de Dios que nos alienta en nuestro deseo de paz. A mediados del mes, con un solo corazón oramos por la unidad entre los hombres y entre los cristianos, valor indisolublemente asociado en el que se construye la paz; y cerrando el mes (24 de enero) celebramos como iglesia local a nuestra Patrona la Virgen de la Paz, que inspira nuestra labor al servicio de la construcción de la verdadera paz que sólo viene del Señor y la da a quien se la pide.


Nuestra Señora de la Paz, ruega por tus hijos trujillanos.
Boletín Lazos de Fe, Edición Electrónica, Año 1, Nº 2, Enero 2008

CREO EN TI AMIGO

Creo en ti amigo:
Si tu sonrisa es como un rayo de luzque alegra mi existencia.
Creo en ti amigo:
Si tus ojos brillan de alegría al encontrarnos.

Creo en ti amigo:
Si compartes mis lágrimas y sabes llorar con los que lloran.

Creo en ti amigo:
Si tu mano esta abierta para dar y tu voluntad es generosa para ayudar.

Creo en ti amigo:
Si tus palabras son sinceras y expresan lo que siente tu corazón.

Creo en ti amigo:
Si sabes comprender bondadosamente mis debilidades y me defiendes cuando me calumnian.

Creo en ti amigo:
Si tienes valor para corregirme amablemente.

Creo en ti amigo:
Si sabes orar por mí, y brindarme buen ejemplo.

Creo en ti amigo:
Si tu amistad me llevaa amar más a Dios y a tratar mejor a los demás.

Creo en ti amigo:
Si no te avergüenzas de ser mi amigo en las horas tristes y amargas.
Boletín Lazos de Fe, Edición Electrónica, Año 1, Nº 2, Enero 2008