"Veni, Sancte Spiritus"

Ven Espíritu Santo

-Himno-

Ven, Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. 

Amén.

Este Himno es uno de los más antiguos compuestos al Espíritu Santo que se han incorporado específicamente como cántico en liturgia festiva de la Iglesia. Hoy le conocemos bajo el nombre de Secuencia al Espíritu Santo y se entona -porque fue compuesto para ser cantado y no rezado- en la Solemnidad de Pentecostés.

Este Himno fue compuesto en el Siglo XI. En su original latino es intitulado:  "Vení, Sancte Spiritus" y no ha de confundirse con el otro Himno, que fue compuesto un para de siglos antes y tiene por titulo "Veni, Creator Spiritus"; ámpliamente utilizado en la Iglesia para invocar el Auxilio de lo Alto. 

Como Himno, dijimos la Secuencia al Espíritu Santo, fue compuesta para ser cantada y no rezada. Así pues, eschuemos el dilecto catar de los que anhelan el arribo en sus corazón del Paráclito, Dios de todo Consuelo. 

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"Veni, Sancte Spiritus"

 Schola Gregoriana Melionadensis -Milán- 

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Yerko Reyes Benavides