Señor Jesús ayúdame a renunciar a lo superfluo,
que no quede nada, a desprenderme de todo,
para así tener lo que realmente es valioso a tus ojos.
Jesús Maestro, confiere a mi espíritu la verdadera libertad;
enséñame a dejar a un lado aquello
que a este mundo me ata
y le impide a mi alma desplegar sus alas.
Jesús de Nazaret aleja de mi corazón el orgullo y la soberbia;
anímame en la virtud de la humildad,
dale a mi corazón la grandeza y la sencillez de tu bondad.
Cristo Jesús, contemplar tu rostro será deleite angelical
alegría a mi alma y gozo espiritual;
favorece en mí, un corazón manso, limpio y puro;
que mi actitud para todo sea serena
y con mis manos construya la paz que tú nos dejas.
Jesús Mesías, redentor y salvador nuestro;
corrige el error que pueda haber en mis pensamientos,
la indiferencia en mis sentimientos,
la indolencia en mis emociones;
haz de mí en ti, un hombre nuevo.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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