domingo, 2 de junio de 2019

Veni Creator Spiritus

Ven, Espíritu Creador,
visita las mentes de los tuyos;
llena de la gracia divina
los corazones que tú has creado. 
Tú, llamado el Consolador,
Don del Dios Altísimo;
Fuente viva, Fuego, Caridad
y espiritual Unción.

Tú, con tus siete dones,
eres Fuerza de la diestra de Dios.
Tú, el prometido por el Padre.

Tú pones en nuestros labios tu Palabra.
Enciende tu luz en nuestras mentes,
infunde tu amor en nuestros corazones,
y, a la debilidad de nuestra carne,
vigorízala con redoblada fuerza.

Al enemigo ahuyéntalo lejos,
danos la paz cuanto antes;
yendo tú delante como guía,
sortearemos los peligros.

Que por ti conozcamos al Padre,
conozcamos igualmente al Hijo
y en ti, Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.

Gloria al Padre por siempre,
gloria al Hijo, resucitado
de entre los muertos, y al
Paráclito por los siglos y siglos.
Amén

Este es himno que estremece el corazón, es uno de esos cánticos que se quedan grabados en el alma, sobre todo cuando su melodía es entonada en momentos que marcan para siempre la vida. 

Esta oración al Espíritu Santa es una de las más antiguas que se preservan intactas en la Iglesia y es entonado en la liturgia de la Ordenación Sacerdotal o cuando los cardenales han finalizado su procesión hacia el lugar donde se realizará el cónclave en el que se elegirá al sucesor de San Pedro. 

Un cántico que verdaderamente emociona y que su autoria es atribuida al abad de Fulda y obispo de Maguncia Rábano Mauro en el siglo IX. 

Sea hoy también este cántico el cantar de nuestro corazón que entonan nuestros labios pidiendo venga a nosotros el Don de lo Alto, el Paráclito del Padre.


Yerko Reyes Benavides

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