Madre, ¡Qué dulce suena en el alma el sonido de tu voz! Tu presencia es candor, Tú eres inspiración, aliento y motivación que renueva el ánimo del que busca a Dios con sincero corazón.
Sin darnos cuenta, sutil y silenciosa te pones a nuestro, sostienes en tus delicadas pero firmes manos, nuestra fe insipiente; alientas con la ternura de tu confianza este corazón que anhelante está de amar y no sabe cómo.
Madre, Tú que, el sendero de la fe y el camino del amor, los has recorrido, y y te sigues haciendo constante porque vuelves, cada vez que ves que te necesitan; humilde te pido, camina conmigo y mi paso tendrá constancia y mi ánimo en ti encontrará perseverancia.
Madre y amiga fiel, no te demores en ponerte a nuestro lado, acompaña nuestra fe, para que nos quede infecunda, y nuestro caminar no sea inútil, intercede por nosotros para que nuestra vida sea amores dados y alcanzados en corazones tocados con tu bondad y tu ternura.Amén
Yerko Reyes Benavides
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