Virgen María, Dulce Muchacha de Nazaret
Ayúdanos a renovar la Fe, la Esperanza y el Amor.
Ruega por nosotros Santa Madre De Dios.
Señor Jesús, la utopía de la humanidad siempre ha sido la búsqueda de la “felicidad”; incluso, a ti, y sólo a ti, algunos te atribuyen la autoridad y el poder para concederla.
No, Tú no Señor, tu llamada no es a la felicidad, tu invitación es otra, que se vive en Gozo y Alegría que distan de la felicidad porque no son finalidad, sino instrumentos, herramientas y, medios que dan vitalidad al paso del que camina en pos de ti.
En Gozo y Alegría se vive la fe. En serenidad y sosiego la esperanza. Con certeza y convicción el Amor, y todo con Sabiduría, del Espíritu uno de sus dones.
¡Cómo no pensar en ti! Dulce Muchacha de Nazaret. Eres Tú el reflejo, el mejor espejo, en donde la humanidad ha de verse para encontrarse viviendo aquellas virtudes que dan al alma la satisfacción y el gozo de hacer la Voluntad del Padre.
Viviste María la Fe, la Esperanza y la Caridad; fuiste en todo del Espíritu de Dios amiga, discípula y esposa. La alegría estuvo constante en tu corazón, el gozo lo veías y lo contemplabas a diario; lo sentías, puesto que tuyo era, pero no lo fue para que te lo quedaras sino para que lo dieras con generosidad, aunque espadas atravesaran en más de una ocasión tu alma.
Aun así, no desististe de realizar la obra de Dios en ti, y por ti, ahora la humanidad entera te mira para llegar a la meta que la fe contempla, la esperanza asegura y la caridad acerca.
Se, Madre nuestra, siempre aquella que de la mano nos tome y al Reino nos lleve y nos abra la puerta.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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