Bendito y amado Padre, que en tu bondad nos diste como tesoro de nuestra vida el amor incondicional de una madre; te pedimos en esté día derrames tu gracia, ternura y compasión sobre todas y cada una de ellas.
Llena sus corazones con los mismos sentimientos que hay en el tuyo, para que continúen amando en esta vida con el amor con el que por siempre Tú nos has amado.
Padre Misericordioso, protege a nuestras madres; ellas son pedacito de cielo en nuestro existir; cuida su vivir, y no les falte a ellas tu más grande bendición, la misma que ellas sin falta nos da día y noche, en tu nombre.
Concédeles Señor, que en esta vida puedan realizarse plenamente y no les falten razones de alegría; y en la otra, estar junto a ti, en gozo y paz por toda la eternidad.
Virgen María, que fuiste Madre del Salvador intercede siempre por nuestras madres y se para ellas modelo de fe, caridad y esperanza y un refugio seguro donde encuentren siempre solaz y sosiego.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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