"...Mi espíritu en ti se exalta
y en la vida hay vida si tú estás ahí,
por eso insisto una vez más:
¿Te quedas hoy, Señor?"
¿Estás de paso, Señor?
Un día dijiste que no faltarías a la cita reunirte con nosotros en cada amanecer.
¿Vienes hoy también, Jesús?
Desde muy temprano te espero, te aguardo y ahora que en tu presencia estoy te pregunto e insisto: ¿Te que quedas conmigo, Señor?
No ha amanecido aun y en la penumbra mi corazón te busca, te anhela y desea. Sin ti mi alma rápido se cansa de las cosas de este mundo, y por eso en la madrugada me despierta para que a ti vaya, y no te deje pasar: ¿Te quedas conmigo hoy, Señor?
Sé que mucho te pido e insisto en poner en tus manos, mis penas de cada día. Mi corazón te necesita, sin ti se vacía, se pierde y en las vanidades se dispersa y disipa. Por eso, Jesús mi amigo, no pases sin tocar a la puerta de mi alma; y aunque alguien más te necesite con mayor urgencia que yo: ¿Te quedas un rato conmigo hoy, Señor?
Tú, amado Jesús, eres la luz de mis días, el despertar de mi alma a un nuevo amanecer, no son las horas de este mundo las que marcan el ritmo de mis días, sino el sentirte a ti en mi vida, oír tu voz en mi corazón, mi espíritu en ti se exalta y en la vida hay vida si tú estás ahí, por eso insisto una vez más: ¿Te quedas hoy, Señor?
Mi alma despierta pronto, anima a la conciencia de buscarte, en todo y todos y en cada acontecimiento para que estas efímeras horas en vano no pasen, y así traigan en aroma de tu Reino a mí, que incite el caminar presuroso de mi corazón que hasta ti me lleve y contigo uno se hagan para siempre: mi amor te pertenece.
¡Quédate Señor!Amén
Yerko Reyes Benavides
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