Sin embargo, no nos hemos detenido a considerar lo que el término en toda su amplitud nos puede aportar y que justo apuntalará la actitud que consistentemente marcará la diferencia, ocasionando este cambio íntimo y profundo.
La Metanoia no se da por casualidad, ni tampoco por un simple propósito o una buena intención. Es la necesidad consciente que viene del mismo interior de la persona; no se equipara a uno de esos propósitos, de los muchos que se hacen, sobre todo en la vida religiosa, litúrgica y cultual, más que en otros ambientes y, que no se toman muy en serio, más allá del momento que los inspira.
Miremos primero lo que el término etimológicamente significa.
Metanoia (del griego μετανοῖεν, metanoien, cambiar de opinión, arrepentirse, o de meta, más allá y nous, de la mente). Su significado literal del griego denota una situación en que en un trayecto ha tenido que volverse del camino en que se andaba y tomar otra dirección.
Por otra parte el vocablo significa además:
“Transformación espiritual”
No es como diríamos coloquialmente: acomodar las cargas y seguir adelante con el burro. Se trata de abandonar definitivamente un camino y emprender otro totalmente distinto. Esto abarca no sólo una situación física sino integral, holística; es decir comprende al ser humano en su totalidad que siempre es más que lo que suman sus partes (dimensiones: moral, social, cultural, psicológica, religiosa, por mencionar sólo algunas.
En la Metanoia, hay un “cambio paradigmático” real y verdadero. Este cambio incluye no sólo una trasformación de aptitudes, sino una renovación de actitudes, con el consecuente abandono total de aquellas que dificultan el proceso de transformación.
Por otra parte, y es de nuestro interés valorar la noción que del término se hace desde el ámbito bíblico y teológico cristiano.
El término Metanoia en la Biblia tiene su espacio, no tanto en el Antiguo Testamento como sí en lo tienen en el Nuevo.
En los escritos veterotestamentarios el vocablo se utiliza con regularidad para designar un “cambio”; en el sentido de: reconsiderar un sendero, volver atrás para tomar otra vía y también, apartarse de un camino seguido hasta el momento. Esta posición se fija tanto en lo que connota lo físico, lo psicológico y lo religiosos.
En el Nuevo Testamento el término es tomado en su significación más radical, que no sólo implica tomar otro camino, o regresar; deshacer el camino andado; sino que abarca un giro total que va desde el condolerse -actitud de arrepentimiento- a un viraje, un cambio completo y total de criterios, de conceptos, de pensamientos y sentimientos. Es en los términos del evangelio según Juan:
“Volver a Nacer” (Cf. Jn 3)
Así pues en el lenguaje bíblico la Metanoia dice más que el término “conversión” según su acepción moderna de paso de una convicción o de una conducta a otra, ya que en la Escritura encierra la idea de permanencia que surge de la nueva orientación existencial que provoca.
Metonia, tal como lo propusimos en el título: es más que conversión.
Yerko Reyes Benavides
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