"En este día Señor,
quiero escuchar lo que tú me quieres decir.
Salir de la comodidad espiritual"
Jesús querido en estos momentos en los que busco estar en tu presencia y por la oración compartir contigo, me doy cuenta que soy yo el que se desboca en palabras y más palabras; suelto, sin más lo que dentro llevo.
A veces, me alegro y agradezco sin más lo que reconozco me das; en muchas otras ocasiones lo que hago es pedir, me siento en necesidad y sólo en ti en encuentro descanso para tanto que siento echo en menos.
Y no faltan, amigo mío, los ratos de rabias, de cansancios, de agobios y abatimientos donde también te reprocho.
Algo me falta, no lo puedo pasar por alto aunque poco lo hago, también lo necesito: tu misericordia, Cristo mi redentor, pues el perdón de tu corazón requiero en tantas veces que me equivoco y tu amor desprecio con mis pecados.
Hoy mi Señor, lo vuelto a hacer, te lleno de palabras, necesito soltarlas, decírtelo que voy descubriendo y son importante; un de ellas, lo siento ahora, se ha vuelto fundamental: dame la gracia y concédeme el don del Silencio.
Silencio, si, silencio Señor. Hay mucho ruido y no sólo aquel que proviene de los barullos que hay a mí alrededor, sino el que hay en mi interior; me impide y, no es excusa, escuchar tu voz: la voz que resuena de ti en mi alma y corazón.
En este día Señor, quiero escuchar lo que tú me quieres decir. Hablo y rezo y tiempo no te dejo de decirme lo que necesito que quizá, es mi temor no es lo que yo de ti quisiera escuchar: salir de la comodidad espiritual, dejar de hacerme la víctima y con determinación y decisión asumir con responsabilidad mi vida espiritual.
Dame tu gracia y bendición y dame, también la oportunidad de aprovechar este silencio en el que ahora quedo para que al corazón me hables, Señor.Amén
Yerko Reyes Benavides
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