"En los signos que vas dejando en los días de mi vida,
sutil me vas insinuado que acompañe tu labor"
Caminabas una tarde cualquiera, ibas junto a tus discípulos, los mismos a los que llamaste amigos.
Mirabas con atención a tu alrededor, veías lo que sucedía, en todo te detenías, silencio había, ese que se necesita para una gran revelación.
Llamaste a tus apóstoles, su atención requeriste y les dijiste:
“Estén atentos, y en los acontecimientos encuentren aquellos signos que les permitan descubrir el designio de Dios Padre que, Bueno es con todos”.
Hoy pido Señor, Ciencia y Sabiduría; Entendimiento e Inteligencia dones del Espíritu. En mi acontecer algo está sucediendo, lo veo y no lo entiendo. A veces me asusto, otras lo ignoro y paso; pero por más que mire a otro lado, ahí está; habla claro, mas no entiendo:
¿Qué quieres de mi Señor?
¡Qué fácil se me hace dejarte a ti el trabajo! Salvar y Redimir no es lo mío, ser salvado y protegido si lo es. Sin embargo, en los signos que vas dejando en los días de mi vida, sutil me vas insinuado que acompañe tu labor; me dices que contigo colaboro cuando hago mía la tarea de llevar consuelo y esperanza a tantos corazones desgarrados y en tristezas sumergidos.
Jesús, discípulo tuyo soy, te sigo como lo hicieron tus amigos, mi oración te entrego, y en ella elevo una súplica: dame la gracia de ser capaz de leer y entender los “signos de los tiempo”, aquellas señas con las que me indicas el camino que lleva a la vida y darla en abundancia. También concédeme la fuerza para realizar sin miedo todo cuanto me confías.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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