lunes, 26 de noviembre de 2018

Contemplarte es mi anhelo, Señor

"Lo hermoso que hay en ti, 
es que aunque tu lugar es la eternidad 
y el universo es tu hogar, 
te fijas en todo aquel que necesitada de ti está 
y sediento de tu amor anda"


Bondad y Misericordia hay en tu corazón en abundancia. Tu gracia concedes sin límites a los que en humildad te buscan en el día a día y los caracteriza un buen y noble corazón; te muestras como dijiste aquella tarde sentado a los pies de la montaña: “serán dichos todos aquellos de limpio corazón porque verán a Dios”.  
Compasión y Ternura son la expresión más grande de tu ser, ahí te muestras y revelas, te das y te entregas; levantas al caído y el perdón aparece en tus labios, puesto que la dignidad de la persona comienza en la reconciliación de sí mismos y con el Padre Dios.
Lo hermoso que hay en ti, es que aunque tu lugar es la eternidad y el universo es tu hogar, te fijas en todo aquel que necesitada de ti está y sediento de tu amor anda.  
No te quedas en tu trono de gloria, te abajas y caminas una vez más con nosotros, y como hiciste otrora. El corazón de los humildes es tu refugio, en ellos te cobijas para ahí dejarte encontrar.  
Tres cosas de ti requiero, la primera amado Señor, dame la sencillez de corazón para descubrirte en mis hermanos. Verte en el necesitado, contemplarte vivo y presente en los mansos y dóciles de corazón.  
Lo segundo que te pido Jesús: dame la humildad que necesito para que mi alma en tu casa se convierta, lugar que habites entre nosotros y te lleve a todas partes, y en mis pequeñas acciones entregue tu bondad y ternura y mis hermanos tu Misericordia reciban.  
Dame la fuerza de hacerme grande en el perdón, y generoso para ser el servidor de todos así como Tú, porque mi anhelo es ser pequeño y limpio de corazón y tu rostro contemplar con amor, amado Señor. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

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