miércoles, 7 de noviembre de 2018

¿Qué hora es?

"Ahora es el tiempo, el momento propicio,
de vivir sin restricción en bondad y en amor"


Me despierto y con los ojos cargados de cansancio, y con el deseo de seguir durmiendo, una pregunta hago, es sólo un cuestionamiento que no espera respuesta alguna sino una excusa, un pretexto para seguir el sueño: 
¿Qué hora es?
No creí que alguien prestara atención, ni mucho menos quería contestación, pero tú Señor con ternura me indicaste, cuando sin esperar respuesta, susurraste y al corazón me hablaste y dijiste sin rodeos: 
“A tiempo. 
Es el momento propicio para que tu corazón me entregues y la bondad de mi Espíritu fluya como matinal inagotable de agua fresca dentro de tu alma, y en todo hagas la Voluntad de mi Padre”.
Insisto:
¿Qué hora es? 
Tarde se me hace para llegar a donde siempre voy; para pasar por los lugares por los que siempre paso y llegar al lugar a donde siempre llego; y como emprender ese quehacer no quiero, vuelvo y pregunto para retrasar el comienzo de la rutina que me agobia. 

Y una vez más, con la paciencia que sólo de tu divinidad proviene, donde el tiempo no detiene me dices: 
“¿Acaso importa? 
Lo que has de hacer no necesita de tiempo, puesto que lo fundamental y lo importante no se ajustan a las manecillas de un reloj. Lo indispensable para vida tener en una vida se busca en segundo se tiene y también si te descuidas igual se pierde”.
Y nuevamente inquiero:
¿Qué hora es? 
Mi deseo es que tiempo sea de ensanchar en tu Amor mi corazón, y expandir en tu bondad mi conciencia para así uno contigo hacerme y sin importar ya el tiempo, el tiempo sea de traer al mundo tu Reino. 

Que trascienda, Señor los límites que las horas marcan y mi tiempo sea tuyo como la eternidad en tu misericordia es mía, pues tú me la diste cuando a la humanidad consagraste tu divinidad. 

Que tú eternidad sea el tiempo en el que de ahora en adelante viva para no perderme de lo que es fundamental: Vida en Plenitud. 


Amén

Yerko Reyes Benavides

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