sábado, 24 de noviembre de 2018

Etty Hillesum: Pensamientos desde las Barracas.

Estamos acercándonos a la Gran Celebración del 75° Aniversario de la partida a las praderas del Amado Dios, de Etty. Confiada acude a la cita con aquel que descubrió en uno de los lugares de horror más grande de toda la historia. 

Un 30 de noviembre, ofrecía a Dios lo que tenía de vida, entre cantos entonados por ella y aquellos compañeros cuyas almas serenas, juntos entregaban en paz al Creador, sabiendo que en esa hora aciaga aquel que es Bondad Plena no los abandonaría, sino que su mano extendería para recibir su oblación. 

En este espacio, enmarcado en la celebración aniversaria iremos adentrándonos en la experiencia mística de Etty Hillesum, una experiencia espiritual vivida con rapidez pero con la madurez que apura la tragedia.

Ella nos ofrecerá su mano joven y su pluma ágil, impregnada de oración, meditación y contemplación que, será una oportunidad para desarrollar en nuestra propia vivencia de fe una sólida espiritualidad; una entrega a Dios en el Amor, desde nuestra propia realidad.


Dejemos que sea la misma Etty quien anime nuestro empeño: 
«El robo más grande contra nosotros lo cometemos nosotros mismos. 
La vida me parece bonita y me siento libre. 
El cielo se extiende ampliamente tanto dentro de mí como sobre mí. 
Creo en dios  y creo en la gente y me atrevo a decirlo sin ninguna vergüenza. La vida es dura, pero eso no es grave. Hay que empezar a tomarse en serio a sí mismo, y lo demás viene por sí solo. 
Y lo de “trabajar por uno mismo” realmente no es un individualismo enfermizo. 
La paz sólo puede convertirse en una paz real más adelante, cuando cada individuo la encuentre en sí mismo, extermine y venza el odio hacia los demás, da igual de qué raza o pueblo, y lo transforme en algo que ya no sea odio, sino tal vez incluso amor. 
Pero probablemente eso sea exigir demasiado. Y aun así es la única solución.»
(Etty Hillesum, 1942)

Yerko Reyes Benavides 

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