Mi bendición Señor, es poder estar contigo en la primera hora del día.
En la primera hora, contemplarte, y contigo compartir los pensamientos primeros de una jornada que se apura en iniciar, mas la detengo, pues lo más importante es a ti hacer presente, ya que nada será de provecho si Tú no estás.
Así, Cristo Jesús, mi Dios, mi Señor, mi mejor y más grande Amigo: si Tú estás conmigo nada me faltará, todo me alcanzará y aunque todo no lo obtendré ni lo conquistaré, en necesidad no andaré porque a ti te tendré.
En la primera hora, al comenzar cada día, me pongo en tus manos, pues sé que lo que yo espero, quiero y anhelo, llegará a mí, tocará mi vida no por mi deseo, sino porque tuya es la voluntad de mi bienestar; y aunque al instante no lo vea y lo que llega no es lo que esperase, ni creyese e incluso quisiese: “todo será para bien y todo estará bien”.
En la primera hora de cada día: espérame, Señor.
En la primera hora del día esta humilde oración es mi compromiso de hacer todo lo que está en mí, para permanecer en ti: en alma, vida y corazón, y así, en nada me falte tu gracia y en todo tenga tu amor.
Amén
Yerko Reyes Benavides
No hay comentarios.:
Publicar un comentario