"Sigue a nuestro lado, Señor,
acompáñanos en este día"
Señor Jesús, el día en que partiste a ocupar el lugar que el Padre, desde la Eternidad había preparado para ti, nos dijiste:
“Me voy, pero no los dejo ya que estaré con ustedes todos los días, hasta el fin”.
Hoy amigo, hazte sentir, manifiesta que sigues aquí, con nosotros, el mundo está necesitado de tu gracia e inspiración, y aunque no lo pide le urge recibir de ti una vez más tu bondad y compasión; las bases de una nueva liberación.
Me doy cuenta, aunque me cuesta, que en este mundo cada vez más, se aplaude lo que está mal, se auspicia lo que atenta contra lo que vale en verdad, la vida del ser humano en juego está.
Al tiempo de aquello, Cristo sereno, a lo que es justo se condena y a la verdad se persigue, se castiga lo que está bien, se silencia al profeta que en tu nombre habla.
Señor, tu mundo está al revés, y yo navego en sus aguas, buscando los signos que tu dejas para no perder el norte; la estrella del alba que me lleve hasta ti. Me tienta el deseo de abandonar, dejarme llevar, ¿por qué remar a contra corriente?
Discernir, Maestro no es sencillo, en el bien quiero permanecer, lo bueno lo tego, puesto que tú en mi estás como lo prometiste, no me abandonaste, más hoy para insistir y perseverar necesito más que tu gracia, el toque y el candor de tu amor, para en este día, y solo por este día resistir e insistir y en libertad vivir.
Sigue a nuestro lado, Señor, acompáñanos en este día, y apura tu plenitud en mí.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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