Lento, Señor, mi caminar es lento,
como lo es también mi entendimiento
que busca alcanzarte en lo alto del firmamento;
a tu divinidad busco llegar pero me detengo,
no me quiero perder, camino lento.
Lento, Señor, es mi paso,
y paso lento por los valles insondables de tus misterios,
inaccesibles se hacen para mi pensamiento
que ansioso y anhelante está de tu conocimiento.
Lento, Señor, a ti voy lento,
no hay prisa para el peregrino de tus secretos,
los que reservas mas no te los quedas,
los revelas y te muestras y aun así te velas
para despertar el apremio de este caminar a tu Cielo.
Lento, Señor, voy lento,
a veces no te comprendo y me detengo
trato de entender tus designios
los signos que dejas expuestos,
me domino y paso lento: te observo.
Lento, Señor, al fin llego a ti en mí caminar pausado,
de tu existir quedó extasiado,
Tú en mi te desbordas, te contemplo,
inundas mi vivir y de tu amor me veo impregnado,
ya no me contengo, corro a tus brazos
al fin, mi corazón en ti queda atrapado.
-Amén-
Yerko Reyes Benavides
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