lunes, 2 de septiembre de 2019

En la Primera Hora

En la primera hora del día, mi bendición, Señor, es poder estar contigo. No postergar la cita que mi alma en tu corazón ha deseado y tu alma en mi corazón ha dejado.

En la primera hora, contemplarte, y contigo compartir los pensamientos primeros de cada jornada que se apura en iniciar, mas la detengo, a ti en mí quiero hacer presente, ya que nada será de provecho aunque mil cosas haga si tú estás ausente.

Así, Cristo Jesús, mi Dios, mi Señor, mi mejor y más grande Amigo: si Tú estás conmigo nada me faltará, todo me alcanzará y aunque todo no lo obtenga ni algunas simas conquiste, en necesidad no andaré porque a ti te tendré.

En la primera hora, al comenzar cada día, me pongo en tus manos, pues sé que lo que yo espero, quiero y anhelo, llegará a mí, tocará mi vida no por mi deseo; y aunque al instante no lo vea y lo que llega no es lo que esperase, ni creyese e incluso quisiese: “todo estará bien y todo será para bien”.

En la primera hora del día esta humilde oración es mi compromiso de hacer todo lo que está en mí, para permanecer en ti: en alma, vida y corazón, y así, en nada me falte tu gracia y en todo tenga tu amor.

En la primera hora de cada día: espérame, Señor; que en la primera hora de cada día te estaré buscando.
Amén

Yerko Reyes Benavides

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