viernes, 26 de octubre de 2018

Tu Amanecer, Señor

"El alba aparece revestida siempre de sorpresa..."


Contemplar el amanecer es mi deleite y mi delicia es llenarme de su candor, puesto que en acto sublime se convierte en el que no tengo ninguna participación, más que el solo el sentirme incluido en tan maravilloso acontecer del cosmos en el que uno contigo soy, mi Señor.

Si amanece nublado o soleado, lluvioso o brumoso, eso no lo decido yo. 

El alba aparece revestida siempre de sorpresa, a ella me acomodo y solo puedo discernir con que me voy a vestir para afrontar el día que me es ofrecido, tal cual como se ha dado: así como hoy y su amanecer.

Pero hay algo que tú Señor me hace sentir, cuando al iniciar el día acudo a ti; y me dices al corazón:
“Las señales que te da el día sabes interpretar y te puedes adaptarte a sus condiciones; esa será siempre discreción tuya. Sin embargo, la mejor decisión que puedes tomar no es con que cubrirás tu cuerpo para afrontar al día y sus afanes; sino con que recubrirás tu alma, corazón y pensamientos: eso, si nublado está afuera, tu podrás ser sol resplandeciente, si de alegría siempre te vistes y mejor será si la fe te acompaña, para dar esperanza a un mundo que no sabe apreciar los días que recibe”.
Ahora sí, Señor, en este amanecer me regocijo, la alegría aparece, porque este acontecer no es el resultado del azar.

Me doy cuenta que es tu decisión en la eternidad amarme y día a día manifestarlo con tu gracia y entrega y, decisión mía siempre será en el tiempo corresponderte.

Yo hoy, revestido de la alegría que tu me das, salgo a afrontar los quehaceres donde lo más importante, indiscutiblemente será, llevar tu amanecer a mucho.

Amén

Yerko Reyes Benavides

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