martes, 9 de octubre de 2018

Silencio

Señor Jesús: ¡Qué rápido se fue el día!

Llegó la noche, casi desapercibidas pasaron las horas de una jornada de mucho ajetreo.

Ganarse el pan “con el sudor de la frente” no es sencillo, aunque dignifica a quien con honesto sacrificio hace el esfuerzo y es hoy, mi entrega y la ofrenda que te hago, por mi familia y por mí.

Te confieso Señor, aunque Tú escrutas mi corazón y ya lo sabes, pasar de este momento quiero; apurar este instante, quizá olvidar que llegó el rato de estar en oración.

Cansado estoy, me siento agotado, pero me engaño si no reconozco que Tú Señor, eres mi mejor descanso.

Elevo mi oración ahora, mi Jesús querido, no tengo palabras que decir, quizá hasta sombran, mejor por un instante guarde silencio, para que en esta ocasión seas Tú el que me hable…
(Guardar silencio un instante. Rato que se puede prolongar según sea la necesidad de cada uno al hacer esta oración)
…Gracias mi Señor, he escuchado la voz de tu amor en lo más íntimo de mi alma, mi corazón vibra ante la ilusión de sentirme amado y puedo ahora si ir a descansar tranquilo pues, tengo la certeza de que tú estás conmigo, justo a mi lado.

Amén


Yerko Reyes Benavides
(Oración para la noche)

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