miércoles, 24 de octubre de 2018

Ofrecimiento


¿De qué manera podría comenzar esta oración, encuentro de mi alma con tu corazón, que no sea con el “Gracias Señor”?

A veces, y más de lo que parece, cuesta encontrar las palabras para ir a estar contigo, y por eso apelo a rezos, formulas preestablecidas, probadas e incluso recomendadas, en las que siento que en vez de abrirme a ti me escondo, pero resultan fáciles para salir del paso, y poder al final decir: “ya cumplí”.

Las muchas veces que me doy el tiempo para ti en mí, es para pedir, en la súplica me explayo, a la final, tu eres “mi Dios” el que “atiende las suplicas” pues ese es tu propósito, el que me han enseñado o al menos el que yo te he dado.

Estar contigo no se trata de cumplir, algunas veces si de pedir, pero en la mayoría, podría ser: una ocasión para ofrecer, ofrecerte, ofrecerme.

La oración que brota de mi corazón, es este acto de ponerme a tu disposición: “haz conmigo, Jesús, lo que a bien tengas” siempre será mejor que lo que yo mismo pretenda, pues lo que tú quieras de mi estará movido, no por mi fuerza, sino por tu gracia.

Hermosas fueron las palabras con la que la Dulce Muchacha de Nazaret se puso a disposición de tu Amor: “He aquí la esclava del Señor”, y aconteció en ella el Don del Espíritu. No soy como ella, pero hoy te digo “haz conmigo lo que quieras”.

Amén

Yerko Reyes Benavides

No hay comentarios.: