sábado, 27 de octubre de 2018

La Humildad

Citas Bíblicas 

Cuando abordamos el estudio de algo, cualquier tema, es necesario tener un referente, es decir, un lugar desde el cual iniciar la consulta. A veces apelamos al Diccionario para hacernos una idea de entrada de aquello en lo que queremos indagar y profundizar. El propósito de este escrito es tener una referencia. 
Evidentemente luego que hacemos este primer acercamiento vamos a textos más especializados y con ellos profundizamos todo lo que nos apetece hasta qque nos damos por satisfecho y despejada nuestra duda seguimos adelante.

El tema que nos ocupa a simple vista parece sencillo. Todos tenemos una noción del término y, hasta podemos aventurarnos a dar una definición: “Humildad es…”. Sin embargo, no basta con tener una idea somera o una noción, al menos no le basta a la vida espiritual, ya que la humildad condición sin la cual esta no se da ni se proyecta, ni tampoco trasciende.

Necesitamos, un acto “de humildad” y reconocer que lo que sabemos no nos alcanza y por ende precisamos indagar un poco más.

Podemos utilizar la estrategia y el sistema de investigación que más nos convenga. Sin embargo, hemos de decantarnos por algo, por ello buscamos un referente, como ya lo mencionamos, este será para nosotros la Biblia que no es un libro de consulta, sino la fuente: manantial de agua viva que sacia nuestra sed.

En este artículo, no utilizaremos ningún criterio más que el de la cita. Sin un orden específico, y sin ser exhaustivos en los detalles, haremos un primer acercamiento paseándonos por los textos bíblicos que hacen cita del término, es decir, bajo qué contexto es citado y cómo los autores sagrados hacen uso de este.

Al final, cada uno hará su conclusión de esta vista bíblica panorámica:


1. Antiguo Testamento 

“El Señor da la riqueza y la pobreza; humilla, pero también enaltece”. 
(1 Samuel 2.7) 

“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra”. 
(2 Crónicas 7,14) 
“Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría”. 
(Proverbios 11,2) 
“El temor del Señor es corrección y sabiduría; la humildad precede a la honra”. 
(Proverbios 15,33) 

“Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad”. 
(Proverbios 18,12) 

“Recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida”. 
(Proverbios 22:4) 
“El altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido”. 
(Proverbios 29,23) 
“Bueno y justo es el Señor; por eso les muestra a los pecadores el camino. Él dirige en la justicia a los humildes, y les enseña su camino”. 
(Salmos 25,8-9) 

“La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros sino para tu nombre, por causa de tu amor y tu verdad”. 
(Salmos 115,1) 

“¡Ay del que contiende con su Hacedor! 
¡Ay del que no es más que un tiesto entre los tiestos de la tierra! 
¿Acaso el barro le reclama al alfarero: 
«¡Fíjate en lo que haces! 
¡Tu vasija no tiene agarraderas!»?” 
(Isaías 45,9) 

“¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna”. 
(Zacarías 9,9) 

“¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios”. 
(Miqueas 6,8) 

2. Nuevo Testamento 

A. Los Evangelios 

“Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: —Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. 
(Marcos 9,35) 

“Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”. 
(Marcos 10,45) 

“Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa”. 
(Mateo 6,16) 

“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana”. 
(Mateo 11,29-30) 
“El que recibe en mi nombre a este niño —les dijo—, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que es más insignificante entre todos ustedes, ése es el más importante”. 
(Lucas 9,48) 
“Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros”. 
(Juan 13,14) 

B. Cartas de San Pablo 

“Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben”. 
(Romanos 12,16) 

“Sean siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor”. 
(Efesios 4,2) 

“También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie pueda jactarse”. 
(1 Corintios 1:28-29) 

“Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia”. 
(Colosenses 3,12) 

“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos”. 
(Filipenses 2,3) 

3. Cartas de Santiago y Pedro 

“El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición. El rico pasará como la flor del campo”. 
(Santiago 1,9-10) 
“¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría”. 
(Santiago 3,13) 
“Humíllense delante del Señor, y él los exaltará”. 
(Santiago 4,10) 

“En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes”. 
(1 Pedro 3,8) 

Este primer acercamiento que hacemos nos lleva ahora a que saquemos ahora nuestras propias conclusiones, de tal manera que empecemos a encontrar consecuencias prácticas para nuestra propia vida.

Yerko Reyes Benavides

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