miércoles, 31 de octubre de 2018

Padre necesito de Ti, hijo tuyo soy



Querido Padre, esta oración es una forma en mi pequeñez, un intento humilde de estar contigo. Acostumbrado no estoy de acercarse a ti con la confianza del que se ha sentido por tiempo hijo dilecto de tu corazón. 

Mi oración es la necesidad de tu divinidad en mi alma, mente y corazón, mas no como el omnipresente que eres; no es tu omnipotencia la que busco, favores de Dios no quiero, sólo tu paternal afecto en mí. 

Jesús el Cristo, tu Eterno y Verbo en el tiempo nos dijo, nos enseñó y nos legó una idea, una visión. Infundió un sentimiento: verte a ti, relacionarse contigo como el Padre que siempre has sido, pues a todos en tu corazón nos has tenido y en la eternidad nos has pensado, dándonos vida mucho antes que la que tenemos en este mundo. 

Las cualidades de tu paternidad son la bondad, la misericordia y sobre todo estar siempre dispuesto a acoger con compasión a todo a aquel que busca tu perdón. 

De ti busco tu busco, con la humildad de mi humanidad, la fuerza de tu divinidad. Necesito verme reconstituido con la gracia de aquel que es mi Padre y, en dignidad levantado, encumbrado al nivel de los ángeles, puesto también siendo criaturas tuyas a ellos los amado pero tu corazón nos has preferido, y de tu preferencia hoy necesito para seguir adelante, sin desfallecer, haciendo tu Reino de Justicia y de Paz presente en este mundo. 

Hoy el mundo necesita de la valentía de tus hijos, que el miedo no me detenga y traiga a este mundo desgastado: reconciliación, encuentro, convivencia en fraternidad, auxilio para los que en desgracia están, dignidad para los infrahumanidad viven, libertad a los cautivos y sobre todo esperanza a aquellos que siendo marginados de todo dignidad alejados de las bondades del mundo y ya no te siente así como yo ahora Padre, un dios de Salvación, Misericordia, Bondad, Ternura y Libertad. 

Amén


Yerko Reyes Benavides

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