viernes, 19 de octubre de 2018

Abbá

"Es el clamor de mí alma 
el reclamarte en mí existir como Abbá de Amor"
  
Dios sempiterno, creador de todo cuanto fue, es y será; dueño de la vida y también de la existencia. A ti mi oración se eleva y reconozco el atributo de tu divinidad; el que define tu esencia más allá de la omnipotencia que te pertenece; mas todo cuanto sienta, diga o piense será insuficiente para aclamar tu nombre bendito: Abbá. 
En ti Dios de eterno está puesto mi deseo, la intención de mi corazón de salir a tu encuentro, me concentro en tu majestuosa divinidad; quiero acercarme aunque difícil se me haga, pues, Padre, amarte en tu paternidad no es lo usual. Encumbrado en lo alto de tu trono, señorial y todopoderoso, es la imagen convencional, la que vela la Ternura de tu Divinidad que no se contiene y se desborda en compasión, misericordia y bondad pues eres Abbá. 
Padre no he sabido buscarte, detenerme delante de ti, abrirte el corazón y amarte. Con frecuencia acudo al Hijo de tu divinidad. Con Jesús parece todo más sencillo. Con Él hay empatía y mayor comprensión ya que siendo hombre como yo, se hace uno con lo humano sin dejar de ser divino como Tú, Abbá. 
No ha de extrañarte Dios y Señor, esta oración. Es la intención de mi corazón de llegar a ti, y para ello me valgo de mi mejor virtud: la palabra que pronunciada a viva voz, es el clamor de mí alma de reclamarte en mí existir como Abbá de Amor.  
Derrama en mi, Señor, tu Espíritu; sólo por Él, en Él y con Él podré decir cada día: Padre querido tuyo soy como ahora; acompaña mi vivir en ti, será mi existir; que nunca falte tu paternal protección en mi caminar, sigue infundiendo en mi alma el deseo del Reino de tu Hijo y que en libertad de espíritu viva para amar como tu amas: Abbá.
Amén

Yerko Reyes Benavides

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