jueves, 10 de mayo de 2018

En Aciagos momentos tu, Madre, nos Acompañas.

Con Flores a María, 
vayamos todos a su encuentro. 

La Violeta

Esta pequeña planta herbácea es perenne y de raíz carnosa. Se expande mediante estolones pudiendo formar una buena cubierta en el suelo de lugares sombreados. Sus hojas son radicales, redondeadas, con un largo peciolo alterno, conforman cinco sus pétalos y su base es en forma de corazón.

Su nombre científico es “Viola Adorata”; de unos 10 a 15 cm de tamaño, flor que por Europa, América y Asia se desperdiga con abundancia.

Que su nombre no nos engañe, esta bonita flor la podemos encontrar, como otras muchas en variados colores: blanco, crema, rosa lila, entre otros; con una peculiaridad: esta flor se compone siempre en dos tonos. Además, cómo olvidar que son flores de un aroma intenso dulce y delicado.

Uso Medicinal

A parte de su gran belleza, todas las partes de la violeta (flores y hojas) tienen grandes propiedades por lo que son usadas en la práctica de la medicina natural.

Por ejemplo, esta flor es utilizada para tratar enfermedades respiratorias como un simple dolor de garganta o una tos. El té de violetas también es utilizado para tratar problemas digestivos y como remedio natural para el dolor de cabeza o como sedante.

Significado:

Estas flores simbolizan simplicidad, sutileza y delicadeza.

Es un flor perfecta para demostrarle a esa persona especial la calma que te trasmite o en los enamorados para comunicarle a la pareja lo que nos e es capaz de con palabras.

Como al Cristianismo también a la Violeta se le ha identificado con la Virgen María. 
Una de las historias cuenta que todos la violetas eran originariamente blancas, pero por la desesperación de María, al ver sufrir a su hijo sobre el madero se volvieron purpuras como símbolo de luto. Esto es curioso, que parece vincular el significado que los antiguos romanos le dieron la flor con las flores de María.
Propósito y Compromiso

Podríamos hacer toda una apología del dolor y del sufrimiento. Exaltar el carácter santificante del padecimiento, sería otra forma de abordar el tema. La "cruz como Voluntad del Padre", una afirmación que tiene su sentido pedagógico, cuando no se exagera con lo (devocional y lo piadoso radical) 

Pero no, no vamos hacer eso. No es desde el dolor, esta vez, que vamos a tomar las riendas de nuestras actitudes y suavizar nuestro carácter para así ser un poco más agradables para las personas.

No es cierto, es un mito, que podemos de plano desmentir aquel que establece la inmutabilidad del carácter. Si se puede cambiar el carácter. Basta de excusarnos tras un “soy así, qué se le va a hacer”. Es la forma más pueril de tomar siempre el camino más fácil. El que sean los otros quienes hagan el esfuerzo de la tolerancia y la aceptación.

El carácter se controla, se domina, se trasforma y todo ello termina siendo ganancia cuando se hace todo este ejercicio siendo conscientes de ello y queriéndolo. 

El propósito para esta jornada: hacerme más agradable a los demás. Y explico, no se trata de falsear el carácter sino de dominar los impulsos naturales que nos hacen ser desagradables, descorteses, grotescos y groseros. 

El compromiso, evidente se hace, el dominio y la trasformación definitiva del carácter. 

¿Qué nos inspira para procurar estos cambios? 

La personalidad encantadora de Jesús, que atraía así a todos con su nobleza, bondad y templanza. A esto se une la ternura y valentía de María que sin abandonar la mesura de su carácter, conquista los corazones de todos los que en ella encuentra una intercesora y un modelo de vida en la fe y el servicio.

Yerko Reyes Benavides

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