viernes, 1 de noviembre de 2019

Calvario

Señor Jesús acudo a ti en este instante en el que me faltan las fuerzas para seguir adelante.

Eres Tú, mi buen Señor, en quien encuentra mi alma lo que necesita para continuar sin desfallecer, ante las dudas y mi falta de fe.

Me abruma, Jesús, el verte nuevamente herido, por los que proclaman con su boca tu nombre, pero su corazón está lejos de ti.

Caes una vez más Señor, bajo el peso de una cruz que ya no pesa en los hombros sino en el pecho y en el alma.

Te echas encima, Cordero de Dios, nuestra indolencia y nuevamente caminas por delante de nuestra indiferencia, a ver si esta vez nos damos cuenta que el verdadero culto, el que te agrada, está en la caridad.

No dejes, mi Señor amado, que mi corazón se vuelva de piedra, que mis ojos ya no vean tus heridas, ni mis oídos oigan el grito, tanta veces ahogado, en tu necesidad.

Hoy te pido perdón, Señor, si en este caminar desenfrenado te he olvidado y he pasado de largo y en tu miseria no te he atendido; pues yo también, he anunciado tu nombre y he escondido la misericordia que de ti he recibido.

Renueva mi fe y dame la gracia y el valor que necesito para caminar, hoy también, contigo hacia tu Calvario.
Amén

Yerko Reyes Benavides

No hay comentarios.: