sábado, 26 de octubre de 2019

Para Siempre

El cielo y su firmamento son insuficientes para contener tu gloria; la majestad de tu divinidad, no queda detenida en la infinidad de un universo que es obra de tus manos.  
Tú estás más allá de todo pensamiento, no es posible atraparte en un conocimiento, que es más pequeño que este cielo abierto, al que miro cuando quiero encontrarte, Dios todopoderoso y clemente.  
De nada sirve agachar la cabeza y doblar la rodilla ante tu majestad, si ante tu compasión y entrega no se doblega el orgullo y la vanidad, de querer dominarte por los mismos argumentos que construyo para dar razón de tu existir.  
Tú no estás ahí, lo que busco descubrir con esfuerzo y con razón, tú a los sencillos de corazón se les muestras con tesón.  
Dame el valor que necesito para dejar de buscarte en lo que hace tiempo dejó de sorprenderme por el hastío de una rutina que, acostumbró a mi mente y encerró a este espíritu rebelde, que te sigue queriendo descubrir a cada paso y en cada día.  
Dame la nobleza de la humildad y la sabiduría que se sorprende ante lo modesto y lo sencillo. Déjame descubrirte en lo pequeño de cada día, volver a admirarme en lo que mis ojos contemplan nuevamente, pues ahora no sólo ven lo hecho sino a su hacedor.  
Haz que este día, mi mente te piense como si nunca antes te hubiera pensando, que mi alma te sienta como si nunca antes te hubiera sentido, mi corazón te amé como si nunca antes te hubiera amado, y esta alegría que hoy siento de tenerte, sea para siempre. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

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