viernes, 30 de agosto de 2019

En Libertad

Señor Jesús, reconozco verdaderamente estás en cielo, en la tierra y también en mi corazón. Tu Palabra no pasa y tu promesa cumples: permaneces con los que en ti creen día a día; y así será hasta el final de los tiempos.

Gracias Señor porque de muchas formas manifiestas tu deferencia por nosotros y aunque por momentos no lo mereceríamos, tu Misericordia nos das y no nos abandonas en ningún momento, ni nos dejas a nuestra suerte en valles de lágrimas.

Gracias Jesús, porque diligente eres en protegernos de todo cuanto puede alejarnos del amor del Padre. Haces cuanto está a tu alcance divino para ofrecernos redención y salvación: hasta la protección de tu propia Madre pones a nuestra disposición.

Lo único que no puedes hacer, aun siendo todo Dios, es tomar la decisión por nosotros; intervenir en nuestro libre albedrío, no nos obligas estar contigo: cariño de convenio no buscas, ni al amor de obligación le correspondes. Las puertas de Reino abiertas dejas todos; llegar a ellas será nuestro camino en libertad.

Que no nos falte, Señor, la inspiración del Santo Espíritu, para discernir en plena libertad querer, quererte y estar contigo; permanecer en ti cada día, desde este mismo instante, en el que comienza un nuevo día que nos das y cada día como tú en notros hasta la eternidad. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

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