sábado, 6 de abril de 2019

Paz

"La paz les dejo, mi paz les doy; 
Yo no se la doy como el mundo la da. 
No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo"
(Jn 14,27)
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Hay, hoy día, tantas cosas, situaciones o circunstancias que hacen todo por quitar la paz, que es un tesoro espiritual dado por el Señor. 

Jesús a los discípulos se la otorga varias veces; significando con ello, que la paz, no sólo es una actitud sino también un don que proviene de lo alto y que sólo de Dios la puede conferir, ya que ésta es muy diferente a la que el mundo ofrece. 

La paz no es sólo la ausencia de dificultades, ni se consigue al resolverse todos los problemas. Eso es justo el sustento de la paz del mundo. 

La paz, en los términos de este mundo, es entendida como ausencia: ausencia de guerras; ausencia de conflictos y confrontaciones; ausencia de dolores y sufrimientos; ausencia de penas y tristezas, ausencia de enfermedades; ausencia de peleas y divisiones. Cuando todo esto está ausente, entonces hay paz. 

La paz de Dios es diferente, es la que permite al espíritu transitar sereno por todo aquello –que acabamos de mencionar- La Paz que proviene de lo Alto, tiene como intención mantener el equilibrio interior aún en las peores situaciones de “caos”. 

Este equilibrio viene dado cuando hay orden y control entre los sentimientos, las emociones, los pensamientos e ideas, lo que se dice y lo que se termina haciendo. 

Cuando este equilibrio espiritual se rompe, entonces la anarquía aparece: la paz personal se pierde junto con la que el mundo ofrece: llega la discusión, la pelea, la violencia; ya no se actúa desde el plano consciente, sino que se reacciona instintivamente, el inconsciente gobierna toma el control infringiendo dolor y daño a lo que ya trae en sí sufrimiento y destrucción. 
Paz, dulce tesoro que sólo Dios concede a los que perseveran en la Fe; esperan en Dios y pones su confianza en el Señor. No faltes en nuestro corazón, para así vivir siempre en gracia aún en medio de las más grandes tempestades. 
Esta Paz es fruto del Amor. 

Y tú: 

¿Andas en Paz? 

¿Cuál es la Paz que buscas? 

¿Es la paz que el mundo suele dar con gran dificultad?

O, por ventura ¿Anhelas la Paz de Dios? 


Yerko Reyes Benavides

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