"En ti, Señor, descanso, eres mi refugio y también mi fortaleza,
en ti me renuevo, y mi espíritu rejuvenece"
Señor Jesús a ti vengo y con humildad reconozco que soy de aquellos que en ocasiones se cansa, se agobia y se agota. Este mundo que nos diste casi nunca nos ofrece sus bienes de forma fácil y sencilla; no al menos a los que buscamos en todo momento ser buenos, justos y honestos.
Tú, Jesús Maestro, nos enseñaste que el esfuerzo, la dedicación y la entrega son el camino que eligen aquellos que al Padre Dios quieren honrar. No hay mejor testimonio que ser coherentes y hacer con las manos lo que se predica con los labios. Ese fue tu ejemplo y de ello diste testimonio y aunque poco se gana en este mundo todo se obtiene del Cielo.
Tú lo diste a conocer, el Padre lo manifestó, y a los sencillos y humildes de corazón se les reveló. En su corazón la semilla del amor se sembró y así te pareció bien. La alegría no está en llenarse hasta hartarse de los bienes de este mundo, sino amar y no cansarse aunque poca y escasa sea la paga en la tierra.
Con razón, Buen Pastor, nos dijiste que a ti acudiéramos en los momentos en que las fuerzas nos faltasen; sabías que amar sin condición y darse sin restricción agotan el corazón.
Señor Jesús, el amado de los que son sencillos de corazón, que no nos falte en tu pecho un lugar donde encontrar serenidad y sosiego. Son escasos los espacios que paz infunde al alma y renuevan los deseos y las ganas de seguir perseverando en el amor y la bondad por los caminos sinuosos de esta vida y de este mundo que nos diste.
En ti, Señor, descanso, eres mi refugio y también mi fortaleza, en ti me renuevo, y mi espíritu rejuvenece; resurge en ternura el ímpetu de insistir en la bondad hasta alcanzar la plenitud de la vida que por tu entrega y oblación ya nos concediste.
Manifiéstate amoroso, Señor, hoy también con nosotros e infunde en nuestra alma tu gracia y bendícenos hoy, mañana y siempre.Amén
Yerko Reyes Benavides
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