jueves, 25 de enero de 2018

No hay remos para el Alma

El que ama no necesita razones sino sólo convicciones, no del amado sino del Amor. Por eso, el alma no necesita remos para navegar en las aguas cristalinas de la eternidad, donde el corazón del Señor está.
Le basta, al alma, como a los niños, cerrar los ojos y en el fondo de una barca, imaginaria, transitar los confines de las cosas que sólo tienen lógica en el mundo tan real como el de los sentidos, el que viven los niños, que con los ángeles juegan. 

Y tú ¿cuándo fue la última vez que te fuiste de la mano con los ángeles a recorrer los infinitos umbrales del amor de Dios?

No hay remos para el alma que en amor anda, las aguas dulces del amado lo llevarán directo a su corazón y allí se fundirá en un dulce y tierno beso de complicidad, de Padre, hermano y amigo.

Volver a ser niños, ahí el desafío para entrar en las delicias del Reino del Señor.


Espiritualidad de la Ternura.

Yerko Reyes Benavides

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