"Basta mirarte en la cruz y,
tu corazón manantial inagotable de ternura y compasión,
estará desde lo alto vertiéndose abundante"
Señor Jesús, del costado abierto del lado de tu pecho brotó, como de un manantial, el agua y la sangre de tu gracia; bondad y misericordia que en ti entregara el Padre y por ti la redención y salvación que el ser humano no esperara.
Tu corazón dejaste expuesto.
Al descubierto, dejaste tus más íntimas intenciones. Y aunque no las ocultaras a la raza humana, quedaba en evidencia tu naturaleza divina, la que redime y perdona, aun en la muerte y una de cruz.
Ni en el apogeo más intenso de la humana ignominia, donde tu cuerpo deshecho oblación lo habías hecho, no quisiste que tu corazón dejara de entregar hasta la última gota de su sangre, en virtud de recatar a todo el que perdido se encontrara.
Basta mirarte en la cruz y, tu corazón manantial inagotable de ternura y compasión, estará desde lo alto vertiéndose abundante. Y mi corazón con el tuyo se encontrará y por ti se engrandecerá, porque en el amor, el tuyo por mí dado, amado por siempre se sentirá.
Dame, Señor Jesús, un corazón dócil y atento como el tuyo. Noble y justo, bondadoso y tierno. Que no tema amar aun en la prueba y el dolor.
Dame, Maestro y Señor, un corazón sabio y sensible; un corazón capaz de darse sin restricción a todo el que de amor ande sediento en este desierto de abandonos y soledades.
Dame; Jesús amigo, un corazón amable, compasivo, tierno y generoso, que a todos reciba, sobre todo a los más humildes y sencillos, los que de tu corazón fueron los predilectos.
Dame, Jesús amado, un corazón de carne; quita de mi pecho este corazón de piedra, que no me quede indiferente; indolente ante el dolor de la gente. Haz que mi corazón sea decido como el tuyo a darse incluso hasta en la muerte.Amén
Yerko Reyes Benavides
@bereyerko
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